jueves, 26 de febrero de 2009

Fernando Belaúnde Terry ¿Qué semejanzas encontramos con Stalin y Hitler?




Uno de los presidentes peruanos, al cual el periodismo y la clase política local le guardan un grato recuerdo, es el desaparecido Fernando Belaúnde Terry.
Afirman y aparentemente  fue un hombre honesto, probo que terminó sus últimos días austeramente en un olvidado departamento de Miraflores, olvidándose, astutamente, que este personaje  forma parte de la etapa más oscura y dramática de nuestra historia reciente de nuestro país y que durante sus dos desastrosos periodos de gobierno, nos llevó -sobre todo en el  último- casi a la bancarrota fiscal, y sin nombrar, los numerosos casos de corrupción en los que estuvieron inmersos muchos de sus allegados políticos.
De todas estas birrias memorias, se han  olvidado la  siempre desinformada opinión pública peruana,  porque no solo fue nefasto en esos aspectos, sino también  durante su último periodo, que va desde 1980 a 1985, se realizaron  en el campo internacional y en el frente interno los peores desaciertos.
En el campo internacional, como uno de los más torpes estadistas de la historia peruana, Fernando Belaúnde Terry apoyó a la dictadura fascista argentina que por esos años se  enfrascaba por  mantenerse en el poder,  inventando un conflicto con el Reino Unido por las islas Malvinas. El respaldo a esos militares nazis fue  tan exagerado que mostraba del caudillo su verdadera alma,  tirana y  fundamentalista  que se inclinaba  del lado de los que destrozaban la economía y los derechos fundamentales de  los rioplatenses.
En el frente interno se convirtió en unos de los  mayores genocidas,  no solo de la etapa republicana del Perú sino también de la historia universal, porque no le bastó con dejar matar a pacíficos  periodistas sino que mostró lo mejor que le había dejado  su formación familiar racista,  aniquilando en sus cinco años de su régimen  a miles de niños,  jóvenes, adultos y ancianos campesinos quechuahablantes en los Andes peruanos.
Hoy en día que ya nada se puede ocultar a la opinión pública mundial, se están desenterrando en la localidad de Putis (Ayacucho) una de las mayores fosas comunes jamás encontrada en el territorio peruano, de donde se están rescatando hasta este momento,  mas de cien cadáveres de personas dentro de los cuales se encuentran numerosos niños. Según aseguran los especialistas, en los Andes se encuentra cientos de fosas comunes parecidas a las de Putis, las cuales corresponden a los años de 1980 a 1985, justamente en el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry.
Los hechos y números no mienten, y fue en el gobierno de este inepto, incompetente y genocida gobernante donde se produjo por el mal manejo de la economía peruana una hambruna para casi el sesenta  por ciento de la población y, se ejecutó el mayor pogromo en contra de miles de campesinos  peruanos.
Fernando Belaúnde Terry, sin lugar a dudas, con estos actos, se sitúa en la cúspide de los peores presidentes que han gobernando  nuestro querido país  y pasa con méritos propios  a formar parte de esa “ilustre” y “exclusiva” galería de los mayores genocidas de la historia de la humanidad, junto con los tristemente célebres: Slobodan Milósevic, Iósiv Stalin o Adolf Hitler.
Es una semblanza mas,  indiscutible,  honesta e  innegable de uno de los tantos torpes caudillos que han gobernado nuestro país durante el siglo XX, fue una generación hipócrita,  faltos de inteligencia y valor,  no se atrevieron a mejorar  la casa y a reconocer sus  errores, llevándonos en su obstinado y soberbio relajo a ese círculo de entreguismo, violencia, corrupción y subdesarrollo que hasta ahora observamos.

domingo, 8 de febrero de 2009

¿POR QUÉ EL PISCO NO TIENE LA IDENTIDAD DEL TEQUILA Y EL SAKE?






Uno de los problemas del peruano actual es su poca autoestima. Y esto deriva, desde nuestra óptica, a su falta de identidad nacional. Esa nula identidad nacional se expresa -sobre todo- cuando en su distorsionada idea de “identidad nacional” elige con grandes pompas -dentro de su ignorancia- al Pisco como bebida nacional del Perú, sin saber que esta bebida no refleja la verdadera identidad nacional del peruano, como sí lo refleja el tequila mexicano o el sake japonés, dos claros ejemplos de bebidas que si representan la verdadera cultura de esos países.            
Seguidamente, explicaremos los fundamentos de nuestra -quizás, para muchos-  temeraria afirmación.
A la llegada de los españoles a tierras mexicanas durante el siglo XVI, Moctezuma II, ofreció a Hernán Cortés un banquete con su “bebida nacional” denominado tequila, y muchos siglos antes los Mexicas en sus códices representaban a su diosa Mayahuel, que con sus múltiples senos alimentaba ya a sus hijos con la misma bebida, milenaria tradición. Lo mismo que el sake, los japoneses lo elaboran, desde hace muchos siglos y desempeña un importante papel en actos religiosos y sociales, representando de esta forma la verdadera identidad nacional japonesa.
El pisco de acuerdo a estos estándares históricos y por las razones anteriormente expuestas , no representa los mismos valores nacionales que si encontraríamos en otra bebida mucho pero mucho más antigua, y además,  porque en su elaboración el pisco, tiene como base la uva, que es un elemento traído por los españoles y por lo tanto no es autóctono de estos territorios, y adicionando a esto, tenemos que su elaboración es reciente, ya que solo se inició décadas después de la llegada de los primeros españoles al Perú.

Como deciamos, existe otra bebida conocida, mucho más antigua que el pisco, pero relegada por los peruanos o diríamos costeños. Esta bebida, su elaboración no tiene una antiguedad de tres o cuatro siglos como el Pisco, sino, de mas de cuatro milenios, esta bebida es la chicha.
La chicha por antiguedad y valores es la bebida que si reune esas características necesarias como para denominarla con el titulo de verdadera bebida nacional del Perú, porque es un producto derivado de la fermentación del maíz, que a su vez es un producto autóctono de los Andes peruanos.
Por estas razones nombradas anteriormente, demostramos que si el peruano tiene poca autoestima, es producto del más puro desconocimiento de lo importante que es y del hecho de no atreverse a revelar o descubrir su verdadera identidad nacional, lo cual lo hace ver y actuar de forma errada, como en el caso de elegir su bebida nacional.

Esperemos que nuestros vecinos del sur que no tienen esos complejos, envasen la chicha y le den su denominación de origen y entonces esos "pobres" peruanos, llenos de prejuicios, reaccionen y comiencen a reclamar, como lo sucedido con el Pisco.

Hasta cuando los peruanos vamos a seguir deambulando sin saber quiénes somos y qué valor tenemos.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...