La Alemania nazi, la dictadura argentina y otros regímenes similares contaron con un atareado Ministerio de propaganda.
El gobierno dictatorial de Alberto Fujimori también tuvo sus oficinas encargadas
de la censura o la distribución de noticias en la prensa escrita, radial o televisada, como también controlaba otras
artes, como la música por ejemplo. Nada se le escapaba a este “nikei”
que gustaba experimentar con la natalidad en el Perú mandando a esterilizar miles de mujeres pobres
y quechua hablantes quizás inspirado en las atrocidades que también hicieron sus
compatriotas nipones en Nanking en 1937.
El caso de las esterilizaciones fue archivado por un grupo de magistrados
seguramente con la misma línea de insensibilidad que el actual Tribunal Constitucional.
La dictadura fujimorista utilizaba todos los medios posibles para tener en sus manos el país entero, uno de sus vértices fue la propaganda, en este aspecto recibió el
apoyo de varios grupos y cantantes de música popular que abarcaban distintos géneros desde el rock
hasta la denominada tecnocumbia.
El objetivo era distraer a las masas para alinearlos en un tipo de
pensamiento que iba a caracterizar al sistema totalitario que imperaba, promoviendo
el entreguismo, el integrismo cristiano, la corrupción generalizada y el relajo en valores humanos.
La televisión y la radio fueron utilizadas para emitir esos cantos de
sirena que distraería a la opinión pública
del robo de miles de millones de dólares producto de las privatizaciones, las
despariciones y asesinatos selectivos y de las innumerables esterilizaciones que ocurrieron durante esa década.
Por ejemplo, para que la población no se incomode por las esterilizaciones de mujeres pobres y quechua hablantes, qué mejor que el subliminal mensaje de las letras racistas de las canciones de Raúl Romero, como aquella, en
donde, llamaba “negrito y barrigón” al hijo de los Quispe.
Pedro Suarez Vertiz y Gian Marco Zignago fueron dos de los más solicitados a la
hora de poner el fondo musical a esa década fujimorista.
Aparte de estos tres cantores del fujimorismo, existieron otros músicos que
también colaboraron con esa tiranía. Una vez que cayó el régimen, gran parte de ellos guardaron y guardan un silencio
sepulcral sobre esos años y se perdieron en el anonimato, salvo los tres nombrados anteriormente, que cada cierto tiempo vociferan su incontenible corazón fujimorista.
Por esas razones, Raúl Romero terminó purgado de la televisión ahogado en "huevazos" que le propinaron una multitud de jóvenes indignados por el apoyo que hacía al genocidio
perpetrado por el régimen fujimorista.
Pedro Suarez Vertiz, a pesar de estar aquejado por una enfermedad, le sobra vitalidad cuando se trata de escribir en sus redes sociales siempre apoyando a las
maneras de actuar del pasado régimen fujimorista.
Gian Marco Zignago, es otro conspicuo fujimorista, se exilió en el extranjero,
desde ahí con total comodidad de vez en cuando escribe que Alberto Fujimori fue, casi, el mejor presidente de todo los tiempos que hemos tenido los peruanos.
Fueron diez años que Alberto Fujimori gobernó el país, hizo mucho daño, fue
un verdadero mercenario que intentó destruir el país, quizás lo logró, porque todos
los problemas que vivimos y que viviremos los peruanos comenzaron en su régimen
que abarcó desde 1990 hasta el año 2000.