Uno de los presidentes peruanos, al cual el periodismo y la clase política
local le guardan un grato recuerdo, es el desaparecido Fernando Belaúnde Terry.
Afirman y aparentemente fue un hombre honesto, probo que terminó sus
últimos días austeramente en un olvidado departamento de Miraflores, olvidándose, astutamente, que este personaje forma parte de la etapa más
oscura y dramática de nuestra historia reciente de nuestro país y que durante sus dos
desastrosos periodos de gobierno, nos llevó -sobre todo en el último-
casi a la bancarrota fiscal, y sin nombrar, los numerosos casos de corrupción en
los que estuvieron inmersos muchos de sus allegados políticos.
De todas estas birrias memorias, se han olvidado la siempre desinformada opinión
pública peruana, porque no solo fue nefasto en esos aspectos, sino también durante su último periodo, que va desde 1980 a
1985, se realizaron en el campo internacional
y en el frente interno los peores desaciertos.
En el campo internacional, como uno de los más torpes estadistas de la historia
peruana, Fernando Belaúnde Terry apoyó a la dictadura fascista argentina que por
esos años se enfrascaba por mantenerse en el poder, inventando un conflicto con el Reino Unido por
las islas Malvinas. El respaldo a esos militares nazis fue tan exagerado que mostraba del caudillo su
verdadera alma, tirana y fundamentalista que se inclinaba del lado de los que destrozaban la economía y
los derechos fundamentales de los rioplatenses.
En el frente interno se convirtió en unos de los mayores genocidas, no solo de la etapa republicana del Perú sino también de
la historia universal, porque no le bastó con dejar matar a pacíficos periodistas sino que mostró lo mejor que le había
dejado su formación familiar racista, aniquilando en sus cinco años de su régimen a miles de niños, jóvenes, adultos y ancianos campesinos quechuahablantes
en los Andes peruanos.
Hoy en día que ya nada se puede ocultar a la opinión pública mundial, se
están desenterrando en la localidad de Putis (Ayacucho) una de las mayores
fosas comunes jamás encontrada en el territorio peruano, de donde se están
rescatando hasta este momento, mas de
cien cadáveres de personas dentro de los cuales se encuentran numerosos niños. Según
aseguran los especialistas, en los Andes se encuentra cientos de fosas
comunes parecidas a las de Putis, las cuales corresponden a los años de 1980 a
1985, justamente en el segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry.
Los hechos y números no mienten, y fue en el gobierno de este inepto,
incompetente y genocida gobernante donde se produjo por el mal manejo de la economía peruana una hambruna para casi el sesenta por ciento de la población y, se ejecutó el
mayor pogromo en contra de miles de campesinos
peruanos.
Fernando Belaúnde Terry, sin lugar a dudas, con estos actos, se sitúa en la cúspide
de los peores presidentes que han gobernando nuestro querido país y pasa con méritos propios a formar parte de esa “ilustre” y “exclusiva”
galería de los mayores genocidas de la historia de la humanidad, junto con los
tristemente célebres: Slobodan Milósevic, Iósiv Stalin o Adolf Hitler.
Es una semblanza mas, indiscutible, honesta e innegable de uno de los tantos torpes caudillos que han gobernado nuestro país durante el siglo XX, fue una generación hipócrita, faltos de inteligencia y
valor, no se atrevieron a mejorar la casa y a reconocer sus errores, llevándonos en su obstinado y soberbio
relajo a ese círculo de entreguismo, violencia, corrupción y subdesarrollo que hasta ahora
observamos.