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viernes, 7 de octubre de 2022

Las Malvinas son sudamericanas



Después de ver en la televisión esa elegante y antigua carrosa jalada por caballos y la pareja que iba encima, un señor mayor y una guapa joven rubia, el niño preguntó a su papá: ¿Tan atrasado está ese país?

El padre solo pudo responder, sí, hijito, es muy atrasado.

Seguramente, no querría decirle, o no sabría, que el país que hacía referencia era el Reino Unido y que en ese momento era una potencia mundial, ya no estaba en el primer lugar como en el siglo XIX, pero aun mantenía un fuerte poder tecnológico y económico. 

A estas alturas pienso que mi padre no sabía todo esto, quizás, en serio, creía que ese país era muy atrasado.

Eran el año de 1981, y en ese momento, esa televisión transmitía el matrimonio del príncipe Carlos y Diana Spencer.

Aquella enorme cobertura que hizo la TV local reflejaba otros tiempos, y el interés seguramente era mayor, no como ahora.

No podemos negar que también los continuos escándalos o la trágica muerte de Lady Di, alrededor del cual se han tejido innumerables historias, terminaron por desprestigiar en cierta medida a esa monarquía.  

La cuestión es que aquí, los funerales de la reina Isabel II, sorpresivamente, fueron opacados por la muerte de Marciano Cantero vocalista del mítico grupo de rock argentino Enanitos Verdes. Suena paradójico que otra vez esté un argentino en medio de un trascendental suceso británico, no fue la “mano de dios” de Maradona como en otra ocasión, si no que ahora se trató de la muerte de este popular rockero, coincidentemente, argentino.    

A propósito de estos hechos, las relaciones entre los países que habitamos Sudamérica y las islas británicas, no han sido siempre beneficiosas para los que estamos de esta parte, y, si solo nos limitamos al Perú, está la Guerra de 1879, creada y ganada por el imperio británico de aquella época, donde el país andino no solo perdió una buena parte de su territorio al sur, sino, que, también sus “joyas” más preciadas, sus ferrocarriles que fueron a parar a manos británicas, y el país entero, quedó convertido en un verdadero raj británico. Todo un drama.

Pero el tiempo pasa y también las gentes. No tenemos nada en contra de los ingleses, todo lo contrario, fue gracias a ellos y sus autores que él que escribe, en cierta medida, entendió el meollo de asunto, y, de eso estaremos siempre agradecidos. Pero eso no deja que comentemos sobre la barbarie en el está sumida esta comarca y aquellos acontecimientos que ocurren alrededor, buscando siempre el equilibrio.

Argentina estaba señalada para dirigir Sudamérica y darles cierta dignidad a estas tierras hoy en el mismo estatus que la Antártida incluido con pingüinos y todo.

Argentina en 1982 sufrió un trabajo de cirujano, un proceso de deterioro que finalizó varias décadas de desarrollo que va desde los inicios hasta la década de los años setenta del siglo XX. En esos años, ese país tuvo el mismo estándar de vida que Europa occidental y algunos años su prosperidad fue muy superior.

De esto solo quedan las Islas Malvinas como una especie de agujero negro que malogra las relaciones entre esta parte del mundo y ese Occidente dirigidos por Londres y Washington.  

Fue una sorpresa, escucharlo en las Naciones Unidas al actual presidente peruano Pedro Castillo hacer eco el reclamo de Argentina por sus islas en el Atlántico sur, y sobre todo, con ese discurso, hacer un pequeño paréntesis a ese papel de la diplomacia peruana siempre aquiescente y sumiso con Occidente.   

Como ya dijimos, los años pasan y las gentes, y desde aquí nos preguntamos: valen tanto esas islas para los británicos al punto de querer buscar desavenencias con todo este hemisferio por un archipiélago casi congelado en medio de la nada, y que en estos años no solo se ha vuelto una herida abierta para la Argentina sino también para aquellos pocos sudamericanos que creemos que no formamos partes de ese grupo de países que el hoy perseguido ex presidente Donald Trump decía coloquialmente como países de mierda.

En esta época de grandes cambios para el mundo y nueva distribución de fichas en el tablero internacional, ¿Tanto se ha perdido en los países?, inclusive, como en el caso británico, ese conocido pragmatismo para resolver este tipo de minucias, para ellos, pero, para estos territorios sumidos en la barbarie puede ser todo. 

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