Existen algunos mexicanos
que aún siguen viviendo en el infierno medieval de los prejuicios raciales, eso
de, a ver, ¿Quién es más “blanco” o quién es menos “indio”?
En esa
degradación, desprecian hasta la medula la rica herencia precolombina de su país.
Esa animadversión
contra estas tierras amerindias y milenarias llega a tal extremo de obligarles
a autoexiliarse. Las excusas sobran, pero al final el principal aliciente de abandonar
su país será ese, dejar su pasado “indio” y huir a una tierra más alba y occidental,
justo para ellos y su prole.
En esa hégira muchos
traumatizados por creerse “blancos” y haber sufrido la maldición de haber nacido
en una tierra de “indios”, dominados por esos prejuicios, eligen como destino los
EEUU.
En la tierra del “Tío
Sam” encontraran el lugar propicio para hablar mal y peor de todo lo que habita
a sur del Rio Grande. Serán desde sus redacciones los mayores detractores
de sus compatriotas y de cualquier latinoamericano, siendo su pluma cómplice
con gobiernos antimexicanos como Díaz Ordaz o aquellas dictaduras genocidas de
Pinochet, Videla o Fujimori.
Por estos días, el
precio del dólar había comenzado a bajar y la economía parecía que iba a entrar
por la senda de la estabilidad. Estas buenas noticias también se observaron en
el ambiente político peruano porque el actual presidente Pedro Castillo dio algunas
entrevistas a periodistas de medios locales y extranjeros.
Pero las cadenas
peruanas, voceros del conservadurismo y la ultra derecha, están en contra de
que este país progrese y avance en paz y con unidad, porque no pierden la menor
oportunidad para buscarle algún error a las palabras que vierte el mandatario y
hacen famoso al escribano que logre “sacarle la lengua” haciéndole “pisar el
palito” con sus respuestas.
Y quién mejor podría
hacer este papel de desestabilizador que el periodista Fernando de Rincón. Está
acostumbrado, porque para eso le pagan. Diseminar complejos y odios y
resentimiento entre los latinoamericanos, por eso exigía a Leopoldo López más sangre
en la calles de Caracas, y para los peruanos seguramente querrá que saquen a
Pedro Castillo en medio del caos y la anarquía, para colocar en su lugar a Keiko
Fujimori o María del Carmen Alva Prieto, rostros más agradables y
tranquilizadores para los ejecutivos de la CNN. Claro que, tampoco, Pedro Castillo
es un Maduro ni mucho menos, más se acercaría a una caja de pandora chotana.
Es que donde se
pose Fernando del Rincón trae eso, el “napalm” disociador anti latinoamericano.
Pero, para los
medios nazis peruanos es el referente.
La CNN en español
es una porquería comparada con la CNN que se brinda en idioma inglés, y si uno
no se ha dado cuanta aun de esta indiscutible diferencia, solo basta comparar
la calidad y dignidad de sus periodistas.
Los de la “eñe”
son unos miserables acostumbrados a suplicar que no les despidan, por eso harían
lo que sea, inclusive, lo que nunca haría un periodista de la CNN anglo. Esa es la realidad.
De ese nido ha
surgido Fernando del Rincón.
La bajada del precio
del dólar, la promesa de que se acabaran los toques de queda, la invitación para
que nuestro país integre la OCDE, han sido excelentes noticias, pero
es una lástima que hayan sido opacadas por la poderosa prensa basura y sus mercenarios
del caos.
Este pollo a la brasa peruviano sigue girando de acuerdo a las "maneras" que dejó Fujimori en el sindicalismo, por eso, este periodo será pedregoso y accidentado.
Y no es época para cambios porque sería más de lo mismo.
El sombrero en el Perú es occidental, y en los Andes más agrestes es completamente inútil.