Entre
los mundiales de fútbol que hemos visto, el de Rusia es uno de los mejor organizados. En esta final entre Croacia y Francia, ha quedado claro una vez más,
que lo científico y planificado ha triunfado sobre las cábalas de Gareca y las inseguridades de Cueva y la selección brasileña junto a la
torpe tiranía de caudillos tercermundistas como Messi y sus típicas argollas
sudacas. Atrás quedaron las persignaciones
y supersticiones de los argentinos y brasileños, ahí se notó más que nunca esta
supremacía europea sobre este obstinado “macondo” y sobrepasa lo futbolístico cuando
comparamos sus élites con el tipo de élites que operan en estas regiones tropicales.
Mientras
la pelota rodaba en el Luzhniki aquí las formas se fueron por el retrete. Estamos
como ese México anterior a AMLO. Aquí los asesinos y rateros andan libres y
muestran sus despiadados y arrogantes perfiles, son numerosos y gran parte de
ellos ahora están ocupados en sus distintas campañas electorales buscando
ocupar algún cargo edil.
El
actual régimen pan fujimorista se obstina en no convocar a Elecciones Generales.
A estas alturas ya no se le puede apartar
de ese tufo usurpador, obviamente, este gobierno se siente seguro porque se pone
detrás de los poderosos oligarcas locales que dominan la CONFIEP cuya cabeza visible
–y lo afirma públicamente- es un seguidor de la ex candidata a la presidencia Keiko Fujimori.
Este
segundo aniego fujimorista sin olvidar sus costumbres disfruta su regreso al
poder, llenándose de medallas y agasajos, pero no contentos con ello, comprometen también al pueblo y hasta a las
mismas instituciones del Estado. Se colman de caprichos siempre con ese característico
mal gusto propio de los más sombríos tiranos, el último de ellos a sido mandarse
a construir un monumento para sus héroes, dicen ellos de la democracia, y según
la poca prensa independiente que queda oculta casi entre
catacumbas aducen que destacan dentro de los homenajeados distinguidos
seguidores de los métodos creados para la Batalla de Argel, guión que siguieron
bien Milošević y esos cuarteles en los Andes
ayacuchanos en la década de los ochenta, que todo lo solucionaban con la desaparición del
campesino, las fosas comunes y los juicios con jueces sin rostros.
Como
en el apogeo del franquismo totalitario hoy a solo tres años del bicentenario,
este Perú del 2018 que intenta mostrar una democracia progresista se ensombrece
cuando unos grupos ultra conservadores intentan construir un mausoleo sobre un tranquilo
parque y sus escasos árboles. Quieren un lugar muy especial para poder realizar su culto a la
confrontación y el genocidio, como lo hizo alguna vez ese dictador Francisco
Franco en España convirtiéndola en la “Camboya europea”, no tuvo mejor idea que perennizarla con un
gigantesco monumento llamado “el Valle de los caídos” y lo coronó con una enorme
cruz de más de 100 metros de altura. Dicha edificación se hizo con la vida de centenares
de presos políticos en ese campo de concentración cuya inauguración, por alguna
razón, nos recuerda los puntapiés y el carcajeo delirante de Alan García cuando “rompió
la botella” de su “Cristo del pacífico”.
Los
Antieméticos no hacen efecto porque con
este tipo de noticias este lugar se vuelve insoportable y nauseabundo.
La
única solución que vemos es que si a alguien le interesa esta democracia tomada
momentáneamente por el fujimorismo, le aconseje al presidente moqueguano convocar lo más pronto posible a Elecciones Generales,
porque no existe otra salida, no se puede obligar a todo una pueblo aceptar un régimen fujimorista y conservador que ellos
mismos rechazaron en la urnas.