Está muy discutida la limpieza dentro de sus encuentros desde que el gran capital ha infestado los principales certámenes deportivos, sobre todo, si
hablamos del fútbol, después de ver a la policía suiza ingresar a las instalaciones
de la FIFA para arrestar a un numeroso grupo de sus directivos.
Si en su mismo centro está así de podrida la FIFA, ya podemos calcular cómo
se encontrarán sus respectivas confederaciones asociadas en otras partes del mundo, como la CONMEBOL en Sudamérica por ejemplo.
Eso de que “gana el mejor”, hoy es una verdadera utopía o ha quedado como un
simple discurso para cándidos porque en medio de este cochambre para que un
jugador destaque o un equipo levante la copa, pesan otras cosas más que el
mismo talento deportivo.
El último partido de eliminatorias disputado en Lima en donde se enfrentaron
la selección local con su similar de Brasil nos demuestran a qué niveles han descendido
estos manejos truculentos de los que organizan estos partidos.
Ante la vista e impotencia de millones de televidentes le dieron el triunfo
al equipo brasileño. Para esto utilizaron a un mercenario que fungió de árbitro.
Se cagó en las reglas del juego limpio para imponer su mugre putrefacta porque
le hicieron creer que patear la pelota es solo un exhibicionismo inútil y que no
debería dársele tanta importancia.
Aquí lo que se observa, es que, estas eliminatorias que organiza la CONMEBOL
para el mundial de Qatar 2022 están muy “peleadas” porque se disputan cuatro
cupos directos y medio cupo para la denominada repesca con un cuadro de Oceanía.
Tenemos seleccionados como Brasil, Argentina y Uruguay que están a un nivel
de gran competencia.
Detrás de ellos vienen equipos como: Colombia, Chile, Paraguay, Perú y
Ecuador que están al mismo nivel.
Estas cinco últimas selecciones están condenadas a disputarse un cupo directo
y el de repechaje.
No solo tienen que pelear cada punto como una final, sino, que aparte,
tienen que enfrentase a los árbitros que harán lo imposible para que
clasifiquen los que tangan que clasificar. Esta es la realidad de esta
eliminatoria que es la más disputada del planeta.
Es que se nota que a la FIFA y a la CONMEBOL el deporte en sí le vale un
huevo de pato, porque más le interesa las ganancias económicas y, de acuerdo a este
factor, a la FIFA y a su sucia CONMEBOL, le conviene mucho que estén seguros en
el próximo mundial de futbol selecciones “mundialistas” como Brasil o Argentina
porque convocan auspiciadores y con ellos los millones de dólares.
Es que la CONMEBOL está en Sudamérica, enclavada en este tercer mundo corrupto
y subdesarrollado. Y aquí se maneja de esta forma la política y hasta el balompié.
No es como la UEFA, que podrá ser igual de “mafiosa” pero en Europa existen
aún “formas” mucho más civilizadas que en este salvaje subcontinente se desconoce.
La selección peruana en ese partido con Brasil demostró que fue muy superior
a los cariocas, pero eso no fue suficiente.
El deporte limpio a muerto hace mucho tiempo porque lo que vemos son certámenes
calculados y manipulados al antojo de los que ponen la plata por eso colocan a
sus protagonistas, aquellos equipos y personajes que el dinero y el poder a decidido
que estén ahí recibiendo la serpentina mientras levantan la copa.
Duro camino le espera a la selección peruana, sobre todo, para su hinchada
porque desconoce de todo esto y aún espera ese milagro y aquí no hay lugar para
milagros porque hoy en el futbol las sorpresas no existen.
El equipo rojiblanco no solo tiene que enfrentarse a cuadros con técnicas
más competitivas sino también a los “dueños del estadio”, a los que organizan
este embrollo, y esos, ya le “bajaron el dedo” a la selección peruana. Así que,
ya que está todo dicho y “arreglado”, por lo menos, que sepan esos pendejos hijos
de puta que nos hemos dado cuenta de sus malas intenciones.