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martes, 21 de abril de 2015

Argentina, Rusia y las Malvinas


Aunque aquí, algunos creen que América Latina sigue siendo un patio trasero, lo cierto es que, la soberanía y su respeto hacen dignos a los  países, de lo contrario estos serian como simples estados fallidos o unas pusilánimes republiquetas de mierda, y creo  que, pocos países de esta región latinoamericana no estamos condenados a ser vistos así por las grandes potencias.
A pesar que sus economías no pasan por un buen momento, Brasil y Argentina buscan –con gran oposición endógena y exógena-  asumir una política internacional mucho más autónoma, aunque el paréntesis Bolsonaro y Macri a sido un retroceso en este sentido para la región.
El tema de las Malvinas, con el tiempo, se ha ido constituyendo en  un problema no solo para la Argentina, sino  también, se ha vuelto una afrenta constante para todo aquel sudamericano que cree en el respeto mutuo que debe existir entre los países.
Ya es común observar el trato prepotente que tiene Londres con  Argentina, negándose al dialogo; en su lugar, le enseña los músculos y construye una fortaleza en el archipiélago para poder explotar los yacimientos de hidrocarburos descubiertos recientemente en esas islas en  litigio.
El Reino Unido ve al país sudamericano tan débil que lo humilla constantemente, dejando claro, con este trato a uno de los países más importantes de América Latina cómo sería  con los peruanos y el resto de pueblos vecinos.
Pero ante semejante coyuntura y rival nos preguntamos: ¿Existe alguna posibilidad de que el país rioplatense recobre las islas Malvinas? Y si esto fuera posible ¿Cómo entonces las recuperaría?
Si bien Argentina ha optado por la diplomacia para intentar sentar en una mesa de diálogo a los ingleses, la historia nos ha enseñado que, para este tipo de litigios y con los británicos, la firmeza de una nación es la clave para obtener resultados más alentadores.
Primero, esa diplomacia debe ir acompañada de acciones firmes, como la búsqueda de alianzas estratégicas con potencias que ayudarían a sus intereses, lo ideal sería EE.UU., pero es imposible que los yanquis busquen enemistarse con su principal aliado anglosajón por un país del cono sur y latino, sería como pedir peras al olmo. Por estas razones Rusia y China juegan un rol fundamental para Argentina. El intercambio con estas potencias militares no debe limitarse a enviar carne y leche sino a la transferencia de tecnología militar,  sobretodo nuclear. Este sería el principal objetivo, Argentina y Brasil como aliados. Ambos nunca serán respetados en el mundo si no poseen un armamento nuclear disuasivo, si no observemos el caso de la India, que no tiene problemas de este tipo con las potencias occidentales, no menciono a Pakistán porque este país según los teletipos más serios, no tienen poder de decisión sobre su arsenal atómico. 
Por lo tanto Argentina debe desarrollar su propio arsenal nuclear con ayuda de estas potencias, de Rusia principalmente, así como poseer submarinos que porten misiles balísticos con sus respectivas ojivas nucleares.
Solo una Argentina soberana y autónoma estará en condiciones de demostrar al mundo que por defender su territorio está preparado para cualquier medida extrema.
Ante esa situación estamos seguros que dentro del pragmatismo británico y sus aliados,  las Malvinas no resultarán  el motivo suficiente como para tener sobre ellos la amenaza de algún furtivo misil nuclear argentino o peor aún la de su principal aliado, los rusos o los chinos.
Ante semejante disyuntiva, el Reino Unido no tendría más opción  que devolver las islas a la Argentina y quitarse ese problema de encima, claro que esta se haría de una manera, como siempre lo han hecho los británicos, sin mellar su prestigio e imagen internacional. 
Se trata de quemar naves, si no es así, Argentina nunca verá retornar esas históricas islas. 

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