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lunes, 12 de diciembre de 2011

Chabuca Granda, la serrana más famosa

Ustedes, ya se habrán dado cuenta que a esta bitácora algunas gentes no le tienen mucho aprecio. Sobre todo, cuando ocupados en la labor de hallar el remedio que acabe de una vez con todas esas deficiencias y limitaciones que entorpecen al peruano en su camino de ser un mejor ser humano. Se ven de pronto vulnerados al ser tocados en sus partes más sensibles, y expuestos, nos escriben sus insultos en uno que otro comentario.
Cuando mostramos todo esto, lo hacemos, no con el fin de ofender ni mucho menos. Solo nace en el afán o mejor dicho al querer intentar de algún modo y con argumentos sensatos y formativos que él aludido se dé cuenta de esa actitud errada y cambie. Porque esos errores, aparentemente inofensivos, generalizados y trasmitidos de generación en generación han hecho de ellos con el tiempo un pueblo con muchos problemas que hasta este momento y cada cierto tiempo eclosionan con alguna noticia que la prensa se encarga eficientemente de propagar.
El caso del que ahora nos vamos a ocupar tiene la particularidad de tratarse quizás del mayor icono de la música peruana, pero no por ello se escapa también de toda esa purulencia. Hoy nos referiremos a la recordada Chabuca Granda.
Hace algunos días tuve la oportunidad de leer su biografía y dentro de esta, me llamó mucho la atención de que había nacido en el departamento andino de Apurímac. Usted que me lee en el extranjero se preguntaría ¿Qué tiene esto de extraño? Pues nada, si uno lo mira desde esa óptica. Pero es muy distinto percibido con el olfato de este sabueso que después de leer y ver los videos e imágenes sobre la vida de Chabuca Granda, encontraríamos algo muy interesante. Percibí que a pesar de haber nacido Chabuca en medio de los Andes, esta región no había dejado en ella siquiera el menor rastro de influencia, tanto en su vida como en la música que hizo. Salvo su nacimiento, al icono de la música criolla peruana no se la relacionaba en nada con esa parte tan importante del Perú y de la que ella formó parte desde su nacimiento y con sus antepasados, los Andes.
El hecho de que en su vida no se la relacione con el ande seguro que no tendría nada de extraño sobre todo para cualquier forastero, pero, para los que conocemos a este gentío y sus vicios, sabemos que se deben a los mismos prejuicios y complejos que posee una gran parte de su población.
¿Cómo alguien que ha nacido en un lugar en donde lo andino es tan marcado, no le llega a influir en nada, haciendo esa parte de su vida casi censurado en su biografía?
Definitivamente detrás de todo esto, está la misma enfermedad mental del peruano, esa que le obliga muchas veces a tener esa irracional vergüenza hacia su origen andino. Prejuicios que también convivieron como linfoma maligno con las dotes artísticas de la conocida Chabuca Granda. Porque nacida en el corazón de la “sierra” (como lo denominan a los Andes en Lima) aprendió a sentirse torpemente avergonzada como muchos migrantes de ese mundo andino que hasta ahora ha dado al Perú los únicos motivos pare hacerse conocido y respetado en el mundo.
Los Andes y su cultura influyen mucho en aquellos pobladores nacidos en su suelo, tanto, que solo uno se libra de ello, cuando toma la decisión del desprecio hacia todo lo que lo representa. Es como aquel migrante martirizado por sus complejos, fruto del insulto y la burla y muerto en vida como enfermo terminal, elige el peor camino al negar sus ancestros, escondiendo la foto de la abuela en ese pueblito andino, en un cambio de apellido o la cirugía plástica para afinar ese rostro redondo o esa nariz ancha.
Eso o algo parecido ocurrieron con Chabuca Granda, porque pareciera que para ella los Andes nunca existieron. Obviamente no hace falta haber sido su más preferido confidente para saber que detrás de todo esto, estuvieron siempre presentes esos conocidos prejuicios contra el indio y lo andino.
Otra vez, volvemos al mismo punto. Un hombre que no se atreve a mirarse al espejo sin aceptarse, no es un ser humano sano y fuerte, porque nunca tendrá los huevos suficientes como para afrontar e intentar cambiar sus más graves problemas. Solo buscará siempre negar lo innegable, maquillando todas estas conductas que solo le han traído esa conocida vulnerabilidad y desorden.
Hace no más de setenta años el 80 % de peruanos vivían en los Andes y dentro de ellos si revolvemos un poco encontraríamos seguro a los orígenes de conocidos personajes que han soltado uno que otro exabrupto racista como Alan García Pérez.
Claro que los abuelos de estos personajes, cuando llegaron a Lima y después de abandonar los Andes, al igual que la Granda, olvidaron todo, inclusive esos orígenes. Grave error.
El querer ser un mejor ser humano no se limita a querer igualar los ingresos de los más ricos, si no en alejarse de ciertas taras que son verdaderos lastres si se quiere intentar formar una sociedad sana y no la que continuamos arrastrando, una que se mantiene congelada en el tiempo y que sin ser exagerado, ha sido uno de los principales motivos para que hayan existido tantos fracasos en nuestra historia.
Estos son los ídolos de barro que tienen mis compatriotas. No es su culpa. Como se habrán dado cuenta, en realidad, no saben lo que hacen.

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