Mientras Billy Paul canta “Me and
Mrs. Jones”, la primera dama
peregrina Nadine Heredia gasta tres millones de soles solo en viajes, burlándose así de unos
profesores y enfermeras que "paran
la olla" con apenas unos cuantos morlacos. Y no digo nada del presidente
Ollanta Humala porque parece que no lo tuviésemos.
Alan García no se quedó atrás, en plena marcha, sin importarle las
cámaras de televisión, furibundo le regalaba un puntapié aun famélico seguidor que apenas se tambaleaba al frente. la patada lo hizo saltar de dolor, y el rechoncho ex presidente entre dientes le increpaba: ¡Fuera mierda!
El maestro de todos estos fue Alberto Fujimori, porque despues de ver su reloj, fugó como el más ágil roedor
del barco que apestaba a letrina abierta, aprovechando su viaje a la APEC. Una
vez que estuvo a buen recaudo, renunció por fax a su cargo de presidente de la
República del Perú y se quedó riéndose a
miles de kilómetros de esos millones de peruanos a los que les había introducido la yuca por diez años
primero con un agresivo shock económico que les trajo despidos y hambruna, luego, con su dictadura, amedrentandolos para que no salieran a las calles a reclamar por pan, empleo o sueldos dignos, porque aquellos que se atreviesen a hacerlo serian inmediatamente detenidos y acusados de “terrucos” previa tortura. Además les lavó el cerebro haciéndoles creer que todo aquel político que hable de justicia social y reclame sus derechos tenían que verlo también como un posible "terruco". Pobre peruano. A cada rato los hacen “cholitos” por unos pendejos aprovechados que saben cómo hacerlo. Y esto es de
siempre, por eso tengo las maletas listas
junto con mi infaltable manual del exiliado, y esto va en serio, porque
la vida de mis compatriotas vale lo mismo que esos soldados soviéticos en “Enemigo al acecho” cuando intentaban cruzar el Volga para alcanzar las ruinas de
Stalingrado.
Y esta forma de vernos a las mayorías, no solo la utilizan los
políticos cuando quieren patearnos el culo y robarnos a mansalva como lo hacen
las AFP, si no, también en
nuestra televisión basura algunos realizadores de programas,
como buenos aprendices, utilizan las mismas argucias para burlarse de los peruanos.
Si utilizo algún calmante para hacer más llevadera esta ciudadanía, un remedio es la buena
música. Aprecio y respeto las buenas
voces, sobre todo, aquellas que se abren paso, libremente, al oído más
exquisito. Como tambien detesto aquellos alaridos que te provocan en ese
momento tener sordera.
El formato del programa, como era de esperarse, despertó la
atención de los televidentes y con esto también las malas artes de sus
realizadores, unos pendejos que desfrutan de altos ingresos gracias a sus fábricas que diariamente se burlan de la inteligencia y los oídos de los
televidentes.
Tenía varios años de
enterrada, pero la voz de aquella
concursante la había vuelto a la vida a la española Rocío Durcal. Era sin exagerar una copia exacta de la original. Pero ante el
estupor de los que estábamos al frente, ese jurado “trucho” conformado por un
cómico travestido, una improvisada
cantante de chicha, y liderados
por un tal Ricardo Morán, escucharon
otra cosa y la despidieron sin siquiera
dar al público una excusa coherente. Lo
mismo ocurrió en otra temporada con el imitador de José José. La reproducción era perfecta, ni siquiera se había escuchado algo parecido
en los programas mexicanos del mismo corte. Las malas noches los tragos y todos los excesos del príncipe
de la canción no pudieron enmudecerlo porque este participante lo había
regresado a los escenarios y, otra vez, ese jurado “mañoso” se cagó en la leche y lo sacaron del
concurso.
¡Ya está bueno de tanta pendejada!, yo no voy a soplarme semejante estafa. Está bien que seamos
desdentados y hambrientos según Laura bozo, y que tenemos gustos tan repulsivos
como para hacer famosos a criaturas tan pestilentes como Carlos Cacho o Laura Bozzo , y como bien
lo decía el racista Raúl Romero: “que por cinco lucas te compras un
fiscal, un par de abogados…” haber quien se sopla ese concurso trucho.
Ricardo Morán cree que por no tener ni un pelo de tonto, le da el derecho a subestimar al resto, pero algunos tenemos otro pellejo que dista
mucho de cordero.