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viernes, 3 de abril de 2015

Luis Delgado Aparicio y el destino irónico

No hay muerto malo ni  novia fea dice el dicho popular, y es cierto, porque lanzar infundios contra el que no está presente o valorar a una dama solo por su apariencia no es de caballeros.
Por eso, estas líneas no tienen ese propósito, solo narran unos hechos acaecidos en nuestro país y que nos hacen pensar lo irónico que es el destino.
Hace algunos años cuando el régimen fujimorista estaba en su máximo apogeo, era común ver a  sus voceros  más importantes apoyando con burlas, gritos, sino con amenazas las normas, acciones o los abusos de ese gobierno, destacando dentro de ellos: Marta Chávez, Luz Salgado y el conocido "Saravá" Luis Delgado Aparicio, un popular hombre de radio, difusor de lo que él mismos denominó la música afro latina caribeña.
En esos años noventa, una noche, como de costumbre, después de llegar de la universidad, me puse a mirar “24 horas”, llamándome la atención los llantos de una mujer delgada y con gafas de aumento que reclamaba la desaparición de un familiar en una universidad de Lima, no estoy seguro si era su hermano o esposo, lo cierto es que se la veía muy consternada y abatida y sobre todo impotente porque no hallaba respuesta a sus reclamos. Más tarde me enteré que era uno de los familiares de aquellos estudiantes desaparecidos en la Universidad La Cantuta de Lima.
Días después, de nuevo en el mismo noticiero, a Luis Delgado Aparicio le preguntaron sobre los reclamos de aquellas  mujeres que acusaban al gobierno de Fujimori de la desaparición de sus familiares. Luis Delgado Aparicio con un tono soberbio e insensible, contestó que aquello era  exagerado y que aquí no pasaba nada y que todo estaba de lo más normal. 
Nunca más –durante esa dictadura-  volví a escuchar algo sobre el tema.
Unos años después, una mañana,  despierto y enciendo el televisor y me encuentro con la noticia del incendio de una exclusiva discoteca limeña, las victimas de aquel siniestro sobrepasaban la veintena de jóvenes. Grande fue mi sorpresa al ver que dentro del tumulto de personas aparecía un rostro conocido, era Luis Delgado Aparicio que con lágrimas  en los ojos gritaba a las cámaras de televisión ¡justicia!  para con uno de sus familiares que se encontraba dentro de la lista de víctimas mortales de aquella  tragedia.

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