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miércoles, 6 de marzo de 2019

Walter Aduviri y el aimara bamba



Esos tres siglos de colonialismos español y los casi 200 años de república criolla le han sacado la mierda al indio, al cholo, al nativo; tanto que los sobrevivientes quedaron tan desorientados y con un enorme conflicto interior. Es una lucha entre reconocerse con una identidad originaria  pero a la vez entra en conflicto porque aun arrastran conductas heredadas de aquellos que los mantuvieron oprimidos por centurias.
Como muchos asalariados de los que mueven los hilos, en estos últimos años el nombre de  Walter Aduviri  ha estado al lado de las protestas y la toma de carreteras, como un “Evo Morales” pero “bamba”  creado para el único fin de minar con violencia y división el resurgimiento andino.
Parecían que sus reclamos eran justos, viniendo de una región como Puno que sufre tan marcada pobreza y desnutrición infantil, Aduviri,  escandalosamente y levantando las banderas de la reivindicación de lo andino de lo aimara, hasta ahí, parecía creíble ver que estaba apareciendo ese líder que el abandonado altiplano necesitaba; pero estábamos equivocados porque apenas se estableció en el poder formal como gobernador sus acciones nos han mostrado a una especie de “topo” puesto como protagonista para atacar y destruir este resurgimiento andino que se está viviendo en esta época.
Y esto Aduviri lo hizo notar los últimos días al mostrarse necio y hostil  frente a Cáceres Llica  cuando la situación solo le exigía  buscar ese consenso que beneficie al grupo de población que ellos representan y que sufren el centralismo limeño.
Aquí no se trata de quedarse sin agua o liarse a golpes en esta especie de conflicto limítrofe creado por torpes caciques que han heredado la ambición y desunión de sus antiguos amos españoles.
El mundo andino se ha caracterizado desde hace miles de años por su reciprocidad, por el vínculo,  por buscar siempre la unión de los pueblos que habitan estos territorios, ese ha sido el camino histórico, hasta que llegaron los españoles y trajeron su cultura egoísta miserable, desligada, esa que trajeron desde la península, la desmembración que proponen los califas en sus  taifas que hasta ahora divide España y a esa parte de América que habla castellano y que ha sido una de las razones por la que no prosperaron los planes de Bolívar o Santa Cruz y tantos otros proyectos lucidos para unir a los pueblos latinoamericanos.
Aduviri actuó de la misma manera que llevó a Pumacahua aliarse a los españoles para  luchar contra el propio Tupac Amarú II.
Es esa mala herencia hispana de pelearnos entre connacionales y Aduviri es uno de ellos, un poblador altiplánico aculturizado que en el fondo no piensa ni siente como aimara y que solo realiza sus actos con chamanes y pagos a la tierra con el mismo histrionismo de PPK cuando habló  en quechua durante su mensaje del 28 de julio.
Politicastros, que levantan la Wiphala aprovechando el contexto,  pero son un fraude, demagogos de los que muchos han aparecido aprovechando la desesperanza del pueblo y su espera de ver concretizado ese mesianismo andino, llegan al poder solo para para beneficiarse a costa del caos que originan, el subdesarrollo y la corrupción.
Walter Aduvir no es un antisistema porque es parte del sistema, juega a su favor cuando busca desprestigiar con violencia de mercenario la cultura andina cumpliendo un papel disociador con sus pares, mientras tanto, se olvida descontaminar el  lago Titicaca, pensando  más en la violencia antes que construir solidariamente un pensamiento que rescate la cultura andina milenaria al que debería pertenecer.
Es que es solo eso, otro mercenario del caos que Puno y el altiplano pagarán las consecuencias.

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