sábado, 31 de octubre de 2009

La musica criolla y la mal formada identidad del peruano

Aun recuerdo esas imágenes. En ellas se mostraban a un numeroso grupo de invasores pertrechados en lo que sería  el futuro mercado de Santa Anita. Las fuerzas del orden en su afán de amedrentarlos                     -curiosamente- habían instalado enormes altavoces alrededor de aquellas instalaciones ocupadas por unos comerciantes  ilícitamente esos días. Hasta ahí la noticia no se diferenciaba de otras parecidas en una Lima que crece de forma desordenada. Pero, fue un hecho que para los descerebrados de siempre iba a pasar desapercibido, pero, no para este sabueso.
Los parlantes comenzaron a emitir un ensordecedor sonido,  golpeando directamente en los tímpanos de aquellos “invasores” canciones del género criollo. Las instalaciones en esos momentos se vieron de pronto rodeadas en un ambiente estridente de música afro peruana. Grande fue mi sorpresa al ver que la respuesta de los invasores a esa arremetida escandalosa del repertorio criollo fue contestarla  también con sus propios altavoces, pero,  esta vez, emitiendo música del género de huayno. Dos géneros musicales se enfrentaban: las melodías de dos mundos distintos,  una en declive y otra emergiendo,  otra vez solapadamente  se encontraban frente a frente y ahora en ese espacio polvoriento y sin que los limitados reporteros alcanzaran a interpretar el hecho, y es más, lo obviaron totalmente.
Ese inofensivo enfrentamiento de géneros, aparentemente poco importante, reflejaba de manera clara una de las razones por la que el peruano tiene baja autoestima producto de sus complejos derivados de una aculturación obligada que le ha provocado el desconocimiento de su verdadera identidadhaciendo  de el una persona sin fortaleza y muy proclive a poseer un sentimiento de inferioridad frente a otros.
Todo esto es producido por querer adoptar dentro de su mente repleta de complejos e inferioridades, costumbres que no corresponden a su verdadera nación, una más grande,  una más milenaria, una trascendente, dejándola aun lado,  y aceptando una reciente, ínfima como la música criolla, que en realidad es música afroperuana; este género es en realidad la ensalada formada por el  vals criollo que en realidad es una copia “bamba” de su original centro europeo. Ese es el problema del peruano actual, todavía sobrevive en él esas influencias que producen malformaciones en su verdadera identidad, porque al igual como ahora los jóvenes aceptan el rock occidental, alguna vez las pasadas generaciones bobas de  blanquiñosos y zambos limeños adoptaron el vals o la polka centroeuropea como una forma de purificar su oprobioso mestizaje con algún rasgo europeo.
El peruano actual debe saber ahora que su cultura fue uno de los centros de los inicios de la civilización que conocemos ahora y que toda manifestación cultural que derive de su cultura primigenia fortalecerá esa dicha y felicidad de pertenecer a un pueblo milenario y rico en conocimientos.
Los creadores de esta seudo identidad nacida del siglo XIX y parte del XX estuvieron totalmente equivocados, ahora, la población esta en la obligación de cambiar esto. La migración interna en las ultimas décadas en nuestro país deberá hacer emerger desde el reconocimiento y aceptación de la cultura andina como base para crear esa nueva nación  peruana y no seguir manteniendo costumbres atrasadas que no tienen ni pies ni cabeza, ni bases como para seguir llamándolas como en este caso un genero musical que represente el verdadero alma de la mayoría de nuestra población.

jueves, 15 de octubre de 2009

Laura Bozzo, la hortera estrella de televisión

Ese, -a veces- decadente estrato social, cada cierto tiempo engendra de sus exclusivos vientres seres – verdaderamente - tan repulsivos como tragicómicos, y con esos apellidos tan rimbombantes como Bayly, Tocini o Fefer, tienen como a una de sus mejores representantes a la hortera Laura Bozzo.
Ella durante los últimos años, ha mostrado al mundo que los peruanos somos en realidad una horda de desdentados emparentados con las más primitivas tribus de Borneo y que obligados por una hambruna descontrolada devoran todo lo que se les ofrezca, sobre todo un buen plato de lenteja.
Su vulgaridad monumental y su desnaturalizada conducta, no lo formó de la noche a la mañana, sino, tuvo que construirlo perseverantemente durante muchos años, desde la época en que era una tierna adolescente, pero con un pequeño detalle, era la menos atractiva en esa aula de uno de los colegios más exclusivos de la capital; sus rubias y engreídas compañeritas, hicieron mella de sus sentimientos más nobles, moldeando con burlas e insultos a la futura Laura Bozzo que todos conoceríamos años después.
Su poca vergüenza y escasa formación en valores morales heredados de una familia y un estrato social acostumbrados a ello, la encaminaron en la búsqueda de la fortuna con el menor escrúpulo posible.
Esos pensamientos la condujeron al lugar en donde caen como paracaidistas todos aquellos que quieren vivir de la corrupción y el poco trabajo, ese lugar es el de apoyar a algún político o hacerse político, y asi, de esta manera, llegó hasta Belmont.
Sus habilidades de deslenguada carnicera le abrieron un espacio en la televisión, el resto es historia conocida.
Apenas logro la fama y el poder ni que decir del dinero, dejo al esposo fiel para cumplir el sueño de adolescente, la revancha de la fea de la clase, agarrarse a un joven galán.
Ahora, se encuentra en el país apropiado para ella, porque México le da como anillo al dedo, porque tendrá como ansiosa tele platea a los que permiten la impunidad de los causantes de las victimadas mujeres de Juárez y como jefes a esos creadores de la peor telebasura latinoamericana, y cómoda se nacionalizará para sentirse acompañada con los conocidos cárteles de narcotraficantes.
En resumen, Laura Bozzo encontro el país perfecto para ella con toda esa cultura de las esclavistas maquiladoras. Es el lugar preciso para una mujer que con ese espíritu y ese prontuario deshonraría hasta al más polvoriento hogar de esteras del más humilde pero honrado poblador peruano.

lunes, 5 de octubre de 2009

Carlos Raffo, el “bulldog” del fujimorismo

“Ahora conocerán al fujimorismo” advirtió, despues de escuchar la nueva sentencia para su idolatrado lider, el que en los últimos años se ha colocado como el más ferviente defensor del cleptócrata Alberto Fujimori Fujimori.
Carlos Raffo pasó así de ser uno de los más creativos gestores de la propaganda fujimontesinista a finales de los noventa a ser en la actualidad su principal escudero.
A primera vista su apariencia mimetiza la facha de aquellos conductores de camiones que a menudo vemos degustando algún manjar al paso en cualquiera de esos “huariques” polvorientos diseminados como setas por la dilatada carretera panamericana; completando su aspecto está ese perfecto maridaje que hace con su verborrea de acento bulgar y populachon digno de aquellos parroquianos que pululan escandalosos esas conocidas cantina victorianas y que con esa mirada de pendejo va olfateando por las calles en busca de ese dinero y ese poder que ha jurado servir como el más fiel devoto.
Carlos Raffo, reúne ese perfil necesario como para hacer esa labor de defensor de lo indefendible, de mercachifle de mentiras, de llamador de camión basurero. Posee ese cinismo de celador de las duchas Auschwich y de los improvisados dentistas que retiraban los dientes de oro de esos apilados cadáveres judíos.
Raffo representa a esos miles y quizá millones de analfabetos funcionales que han perdido lo que en estas tierras es desconocido e inutilizable, hablamos de DIGNIDAD.
La barbarie del irrespeto a las leyes, la deshonestidad, el robo descontrolado, la corrupción descarada, la burla a la opinión pública, encuentran en personajes como Raffo su mejor ejemplo.
Ese 13 % de electores que ven a la heredera política de la dinastía Fujimori como futura primera dama tienen sus mismas características: el alma corrompida, su humanidad está marcada por lo sucio, por la “trafa”, dentro de esa mente y esa conducta escasa en valores humanos, desconocen los asesinatos de inocentes, le desaparición de 2 mil millones de dólares, la perdida de la libertad y están totalmente de acuerdo con que esta cultura plagada de enorme corrupción siga existiendo en nuestra sociedad peruana.
Mañana seguiremos viendo a Carlos Raffo con la misma mirada de siempre, fría y calculadora como solo poseen aquellos que por dinero y poder son capaces de cualquier cosa, y de esos encontramos en este país por millones, herederos directos de aquellas mediáticas estrellas que estelarizaban las repulsivas lamidas de axilas en el famoso programa de una hortera tratante de blancos.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...