viernes, 29 de octubre de 2010

La “California” brasileña

Cuando uno ve el mapa político sudamericano y se detiene un momento en el territorio brasileño, se da cuenta que la salida natural al Océano Pacífico para este país es por el territorio peruano.
Haciendo un rápido análisis, el territorio carioca se nota incompleto. Y ¿Por qué afirmamos esto? Por la sencilla razón que comparamos su proceso de formación con el expansionismo estadounidense, el cual culminó su objetivo de llegar al Pacífico durante la segunda mitad del siglo XIX.
Apreciamos tambien que los brasileños culminaron su objetivo de consolidar el oeste mucho después que en el caso norteamericano, pues los cariocas lo culminaron durante la segunda mitad del pasado siglo XX, cien años después que los yanquis, no con los extensos ferrocarriles estadounidenses, pero si con una eficiente red de carreteras.
Salvo algunos bailes exóticos y el tema del fútbol, la influencia brasileña sobre el resto de la población peruana no ha sido importante. La barrera de los Andes y la enorme jungla amazónica y el hecho de no existir conexiones físicas como carreteras o ferrocarriles entre los dos países, han significado mucho para que se presente esta realidad.
Pero, todo va cambiar cuando se culminen los tramos faltantes de la carretera transoceánica del sur peruano. Esa red de autopista cobrará mucha importancia y servirá dentro de muchas cosas para que la población peruana note la verdadera influencia que tiene la décima economía del mundo.
Solo basta comparar el enorme cambio que significó para un pequeño pueblecito del oriente boliviano como Santa Cruz de la Sierra tener conexión física con el gigante brasileño, ese intercambio comercial establecido en un principio gracias a los ferrocarriles y posteriormente con las carreteras han hecho con las décadas que esa ciudad ya no sea el antiguo caserío -muy parecido a los que abundan en nuestra amazonia-, todo lo contrario, ahora es una urbe que sobrepasa los dos millones de habitantes y su economía rivaliza en importancia con la misma capital paceña y en muchos ramos la supera, convirtiéndose en el principal núcleo económico del país altiplánico.
Brasil forma parte del BRIC, el grupo de países emergentes con mayor crecimiento económico en el mundo y dentro de ellos destacan claramente China y la India, que son en la actualidad, los motores de la economía mundial, cuyo crecimiento ha servido de mucho para aminorar los efectos de la reciente gran crisis inmobiliaria norteamericana.
Entonces, nos damos cuenta de la influencia que tendrá la economía brasileña sobre nuestro territorio cuando ingresen sus camiones por aquellas autopistas que hoy tienen un 95 % de avance en todos sus tramos.
Una vez que se complete dichas obras al cien por ciento, notaremos la importancia que tiene su cultura y su economía en el mundo.
Un gran beneficiado dentro de todas las partes interesadas será sobre todo el sur peruano que históricamente ha estado olvidado por el centralismo capitalino.
El intercambio constante de mercaderías revitalizara la economía de la región. La inversión encontrará el espacio ideal para que se desarrollen mayores vínculos comerciales y culturales entre ambos países, incrementando de esta manera, el dinamismo económico de toda la región y particularmente de ciertas ciudades del sur peruano.
Y si vamos más allá, todavía. Al sombrear con el mismo color tanto el territorio brasileño como el peruano, tendríamos un espacio de alrededor de diez millones de kilómetros cuadrados y una población de más de doscientos treinta millones de habitantes y definitivamente una potencia mundial de primer orden.
El territorio peruano está estratégicamente ubicado en Sudamérica y sus enormes recursos naturales darían como anillo al dedo para una creciente economía como la brasileña. Por lo tanto calculamos que se acerca un enorme tsunami carioca para los siguientes años.

jueves, 28 de octubre de 2010

Aldo Mariátegui, el asqueado y resentido nieto

Que duro debió ser para un niño salido de ese estrato social tan conservador, segregacionista y racista al culo que es la clase media alta limeña y además, para coronar su desgracia ser el nieto de José Carlos Mariátegui, el autor de aquel librito famoso y también de aquellas ideas que siguieron siniestramente los futuros nóveles senderistas y emerretistas. Las burlas durante su adolescencia calaron muy hondo en la formación de la futura personalidad del joven Aldo. Los golpes de aquellos años no tenían mejor forma que manifestarse de adulto con una personalidad tan extremista, insensible, apátrida y racista. De nada sirvieron sus viajes y estudios por Europa y los Estados Unidos, de nada le sirvieron respirar algo de tolerancia y democracia aunque sea desde la óptica de un extranjero tercermundista. Lo que pareció en un principio una persona lúcida y objetiva, con el trascurrir de los meses se fue mostrando con la realidad un enorme conflicto interno, sobrecargando de resentimiento las pantallas, constituyendo uno de los tantos ejemplos que nos inspiran continuamente a teclear y del que no hay peruano que no lo posea en cierta medida. Porque en este mercadillo atestado de salvajes y combis asesinas no existen términos medios o amas u odias, o eres el más cojudo a la vela o el mayor de los corruptos y genocidas.
Lo descolorido en su rostro refleja esa pálida insensibilidad ante la inequidad y las desigualdades que se suceden en esta galera romana.
Aquel joven Aldo, burlado por su innombrable ancestro, cada mañana se manifiesta y vuelve con sus comentarios vertidos en su matutino programa, algunas veces sorprendiéndose burlonamente del eficiente papel formador del estado chileno en su última rueda del coche al ver y escuchar el canto orgulloso de su himno por parte de unos mineros atrapados, o cuando sus arcadas internas se traslucen en gestos y miradas cuando tiene del otro lado del micrófono a una pobladora de rasgos indígenas.
En algún momento de su vida decidió negar su ascendencia “terruca”. Desterrando todo mínimo signo de pensamiento e ideas de tipo izquierdista, porque, para su reminiscente raciocinio esos conceptos serían permanentes improperios y malsanas conductas.
Aldo Mariátegui, por estas razones no nos sorprende ni tampoco nos molesta cuando suelta sus discutidos comentarios haciéndose acreedor de insultos y oposiciones en el ciberespacio. Él solo es una muestra del tipo de personajes que posee un DNI peruano y que dirige un diario, un país, una familia, una empresa, un puesto de frutas o un programa de televisión y del que siempre nos da y nos dará motivo para escribir estos post.
La respuesta de  Aldo

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...