Una de las nefastas medidas de la siniestra dictadura de Alberto Fujimori fue reducir las horas de
enseñanza en las asignaturas de Ciencias Sociales, principalmente de Historia
dentro del Currículo peruano (espíritu nocivo que continúan manteniendo los limitados
burócratas del Ministerio de Educación), por lo cual, han condenado a millones al
permanente desconocimiento de aquellos hechos que marcaron el pasado de su país
como del resto del mundo y a continuar también con esa torpe costumbre de tropezar con las
mismas piedras.
A propósito de sucesos históricos gravitantes, este 8 de mayo,
en un contexto internacional muy agitado, el mundo recuerda un año más de la
derrota de la Alemania nazi en el transcurso
de la Segunda Guerra Mundial. Una contienda
global que se caracterizó por ser la más mortífera de las que han ocurrido en
la historia de la humanidad.
Bien lo expresó William Howard Russell: “La verdad es la primera
víctima de una guerra”. Pensando justamente en estas palabras, con el tiempo
entendí que había mucho más por descubrir e indagar acerca de estos acontecimientos.
Los peruanos (me refiero a mi generación), desde pequeños, por
medio de lo que te enseñaron en el colegio o habías leído o visto, nos habíamos
creado una idea acerca de lo que significó la Segunda Guerra Mundial. Y si algo
es notorio, es que la gran mayoría creíamos que hazañas como el desembarco de Normandía
y otras que se sucedieron en el frente occidental europeo eran las más trascendentales
de aquella conflagración mundial. Siempre vimos a los Estados Unidos como el
principal actor en ese conflicto, si bien es cierto que su participación económica
fue decisiva para la derrota de Hitler, los años y la lectura me han demostrado
que el 80% de todo lo acontecido en esa
guerra se dio en el frente oriental europeo, en realidad la Segunda Guerra
Mundial en Europa fue un enfrentamiento entre la Alemania nazi y la Unión soviética. Es sorprendente el desembarco de Normandía, pero, no se compara con lo que significó para el
mundo Stalingrado o Kursk.
Siendo objetivos, la ex U.R.S.S. y el sacrificio del pueblo ruso, jugaron
un rol muy destacado, quizás el más significativo, para que hoy la humanidad celebre su victoria sobre el fascismo.