martes, 6 de agosto de 2019

Southern y su Guerra balcánica


En estos días de protestas del pueblo de Islay para abrogar la autorización de construcción que se dio al  Proyecto minero Tía María y, que ahora se ha unido la ciudad de Arequipa, estamos percibiendo cómo la tranquilidad del pueblo mistiano es  amenazada cuando  esta empresa minera utiliza  a gentes que bajo un careto falso de dialogo levantan sutilmente las banderas del racismo como medio para dividir  a la sociedad arequipeña y así debilitarla y lograr ese mezquino e infame objetivo de imponer su “tajo abierto” a toda esa población.
Interpretan ese viejo manual de “divide y vencerás” que se está aplicando en contra de la fuerte tradición de cohesión que existe en el pueblo arequipeño y que le ha caracterizado tanto  a través de su historia valiéndole distintos adjetivos como aquel “León del sur”. Fue la unión de los arequipeños que hicieron posible sus revoluciones para lograr sus pedidos, casi siempre justos.
Estos rufianes utilizan  el vil racismo y la exclusión como armas para dividir y enfrentar a la población mistiana, y para esto, contratan a sus propios mercenarios, extraídos de los grupúsculos más conservadores,  fundamentalistas y racistas que pululan dentro de esta urbe, pero que, al final, son en su gran mayoría, personajes oscuros que no han logrado superar esos terribles traumas y complejos de descender, también, de gente migrante, quizás,de las partes altas de los Andes, que fueron maltratados por una sociedad y gentes muy racistas y discriminadoras, y esos recuerdos intrauterinos,  lo trasmiten en un discurso que excluye a gran parte de la población de esta ciudad, sostenido a duras penas por una incongruente y enfermiza  tesis sobre una supuesta ascendencia “pura” hispana y que aquí le dan el nombre huachafo de “arequipeño neto”, –que ya de por sí sería risible para un poblador madrileño, imagínense la vergüenza ajena que despierta en un nativo ilustrado-.
En la plaza de Yanahuara –un distrito de la ciudad de Arequipa-  se agruparon esta especie de extraviados "neonazis", de los cuales, algunos rostros también habían participado en esas conocidas marchas de "con mis hijos no te metas", uno de sus principales agitadores (paradógicamente, descendiente de inmigrantes palestinos que detesta a los inmigrantes puneños, así de esquezóide estaba  esa caterva)  antes de ser llevado a empellones por sus  matones –algo nervioso- reveló  que fue justamente esa minera la que estaba detrás de toda esa costosa y apabullante campaña que se vieron los últimos días en los medios.
La empresa Southern Cooper Corporation y sus estrategas de campaña, torpemente, una vez más,  yerran al elegir los métodos para convencer a la población arequipeña de su ya muy desacreditado proyecto minero.
El caso lo amerita, y es bueno saberlo, hay unas frases muy conocidas dentro de las gentes que hemos nacido y vivimos en esta tierra y que flota en nuestra memoria como sinergia, aquel: “Arequipeño ni grande ni pequeño, arequipeño”; o aquella de “lonccos y calas,  sentados en una misma mesa de picantería”. Detrás de esas simples palabras está toda una identidad que refleja tradiciones que han hecho de los arequipeños, a pesar de sus diferencias, un pueblo unido y, que, la perfidia de una minera esperemos no lo destruya.
Los arequipeños vivimos diariamente respirando las cenizas que arroja un gigantesco volcán activo y dormimos todas las noches sabiendo que en cualquier momento puede producirse un fuerte terremoto,  es que vivimos a salto de mata, no en vano se nace a los pies de un volcán, porque, todavía queda en la memoria colectiva cuando el montonero al escuchar el alboroto y el griterío de afuera, de un salto se levantaba de su litera y salía a ver qué ocurría profiriendo: ¡Por quién hay que luchar!
Esta tierra es especial, es tierra volcánica y de gente con esas características, y ante semejantes amenazas no nos queda otra que estar unidos, afuera le llaman pedantería, soberbia, regionalismo o lo que sea, pero solo es una actitud defensiva,  y no creemos que esta tradición de dignidad lo pueda mellar una enfisematosa minera.   

domingo, 4 de agosto de 2019

Antauro Humala S.A.



El negocio sucio global funciona de esta manera. Cuando un país, supuestamente débil, va afianzando su Estado y en ese camino, casi siempre tortuoso, desarrolla condiciones que pueden volverlo en el corto plazo,  algo autónomo, los que los mantuvieron con “inversiones” y se llevaron enormes ganancias, dejando inequidad e injusticias con sueldos paupérrimos para  la mayoría de la población nativa, cuando esa bomba de tiempo está a punto de eclosionar, es el momento, para proceder con la siguiente etapa.
Ahora el objetivo será destruir ese Estado que a duras penas se había construidó con los desechos de sus supuestos benefactores.
En la historia resiente muchos países fueron víctimas de estas operaciones. En la década de los setenta y ochenta Argentina sufrió esto; el Perú padeció algo parecido entre 1980 y 2000; y Siria, que desde el  2011,  aun nos sigue dando grandes luces sobre este tipo de conflictos.
Estos poderosos grupos, para lograr sus objetivos pueden crear dentro de los territorios del país víctima y  “huésped”,  grupos como ISIS en Siria, o Sendero Luminoso en Perú, o los montoneros o la triple A en Argentina, valiéndose de caudillos y extremistas  que se prestan para atizar el fuego en sus respectivos países de origen.
Una vez que se desencadena la guerra interna, en la cual, se enfrenta el Estado con el engendro terrorista gestado dentro de su territorio, esta agrupación subversiva puede tener rostro izquierdista o de derecha, eso no importa, inclusive darán la impresión de querer llegar  al poder, pero en realidad ese no será su principal objetivo, ya que solo fueron creados para desgastar o destruir al estado  mediante una guerra sucia y muy destructiva desgastando a la población y la economía del país receptor.
Al final, los ganadores,  o sea los que movieron siempre los hilos, se harán con el territorio y las conciencias de la  población del   país que cobijó el conflicto  y explotarán por las siguientes décadas  sus recursos naturales, invirtiendo  en aquellas infraestructuras que ayudarán en el expolio de esas ingentes materias primas, y si ese estado logra  reconstruirse, se retomará nuevamente estas medidas como eterno círculo vicioso.
En el entorno político peruano actual,  en materia de show business, y también en política, nada ni nadie se hace famoso si antes no tienen el visto bueno de los grandes medios de comunicación que detras estan conocidos grupos  potentados, que al final deciden  si merece o merecen notoriedad, para esto solo depende cuáles serán las ganancias o las pérdidas que podrían obtener en el futuro, a corto, mediano o largo plazo.   
A Antauro Humala lo han tenido todo este tiempo como reservado para algo especial. 
Durante todos estos años de reclusión, no ha dejado de tener cámaras, ni han escaseado los minutos de entrevistas en los principales medios locales, poniéndolo casi siempre, como el protagonista, claro, en su conocido papel de amenaza, -que lo es-  y hasta lo colocan dentro de esas encuestas como uno de los  posibles candidatos presidenciables.
Después de haber hecho el análisis anterior  y poner todas esas premisas en el asador, nos encontramos con lo siguiente:
Primero: Antauro Humala no es un mesías andino, ni mucho menos. Para comenzar, no es de pensamiento andino. Él es como tantos otros, un cholo que quiere “mejorar su raza” tratando de embarazar a una blanca, puede ser una rusa como la que encontró uno de su hermanos o podrá ser una “acriollada” de Miraflores, pero, está en la misma condición de aculturizado como una gran parte de peruanos.
Segundo: Antauro viene de una familia de “vende patrias” o de “apátridas”, su padre fue denunciado en Ayacucho de violar  a su empleada quechua hablante, mientras su madre teniendo rasgos andinos, cuando lo pregona más resalta su apellido y su posible origen italiano y  creo que hasta alguna vez, dieron a conocer que cuenta con un pasaporte de esa nacionalidad. Entonces, nos preguntamos: ¿Qué “nacionalista andino” puede salir de esa mezcla, salvo un mercenario, verdad?
Tercero: Su hermano Ollanta, llegó la presidencia elevado por los medios con una falsa imagen de un valiente insurrecto, cuando esa misma prensa, destapó la cruda verdad, que todo ese  "levantamiento" en Locumba fue  armado ya que ambos hermanos eran fieles seguidores de Vladimiro Montesinos y la dictadura fujimorista. 
Cuarto: Antauro Humala reúne las condiciones necesarias que se acomoda con los que están detrás de esos medios para hacerlo famoso y llevarlo a la presidencia y provocar el caos y la violencia. Lo que quede de esta tierra arrasada servirá para afirmarnos que “en rio revuelto ganancia de pescadores”.
Hoy, nuevamente, esa prensa, esos medios,  que promocionaron ese estado de miedo y terror con los abimaeles en pasamontañas, y que atormentó a la sociedad peruana durante los años ochenta y noventa, ahora, nos ponen a un Antauro Humala, un sicario,  un mercenario del caos,  un sanguinario y ruin apócrifo andino, que se ha atrevido a hurtar como el peor “choro”, para hacer mal uso de ellos,  los símbolos del Tahuantinsuyo y  nuestra cultura milenaria andina, y estos pendejos que mueven los hilos, lo quieren hacer famoso, como un burdo y torpe intento para acallar y desprestigiar este pacífico, natural e innato resurgimiento quechua que se va irradiando por el resto de estos territorios milenarios.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...