domingo, 8 de marzo de 2020

PeruRail devuélvenos nuestros ferrocarriles





Más de veinte años han pasado desde que los arequipeños, puneños y cusqueños, es decir, todo el sur peruano, perdimos la joya más preciada, nuestros ferrocarriles. 
Fueron privatizados en el año de 1999 por el régimen de Alberto Fujimori y ya es hasta cansado y hasta repulsivo volver a mencionar el nombre de este cleptócrata, pero, en su gobierno y a punta de fusil entregó este estratégico medio de comunicación a uno grupo de mercaderes de los más infames y torpes.
Dos décadas han sido suficientes para extraer  el juicio más certero sobre si fue o no beneficioso para los peruanos esta privatización y, a raíz de las evidencias, nos damos cuenta que hoy, fue una completa desgracia para el Perú. 
Primero, es notorio que la actual empresa propietaria de nuestros ferrocarriles que lleva el nombre de PERURAIL, no presta el servicio con eficiencia y modernidad, y esto, despierta airados reclamos de la población, sobre todo en la parte del Cusco. 
Segundo, los constantes choques de trenes que se producen en distintos tramos congestionados por ellos mismos como en la zona de Aguas Calientes (Cusco) o los descarrilamientos en  distintos puntos de sus más de mil kilómetros de vía, demuestran la escasa inversión en cuanto a seguridad que hace esta empresa. 
Tercero, el mito que, desde los años noventa nos han vendido  a los cándidos peruanos de que la privatización de empresas públicas trae modernidad y tecnología, se ha caído estrepitosamente con el ineficiente accionar de PERURAIL, y no hay que ser un experto en la materia para darse cuenta de ello, solo basta observar sus obsoletos rieles,  coches y locomotoras que igualan en antigüedad a los que existen en las regiones más pobres y aisladas del planeta con todo ese material ferroviario que ha quedado congelado en el tiempo, como si estaríamos en los años setentas y ochentas del pasado siglo veinte. 
En esos años esa maquinaria ferroviaria que fue de las más modernas de su tipo en Sudamérica, llevaban el rótulo de ENAFERPERÚ que, como Arica y Tarapacá, pertenecían al Perú y representaban la soberanía de un país libre e independiente por la propia voluntad de sus pueblos. Hoy de eso solo ha quedado las fotografías y todo ese material ferroviario que sigue usufructuando esta empresa.  
Aquí en Arequipa, cada vez que veo pasar por la avenida Alfonso Ugarte, esas vetustas locomotoras diesel  contaminando el aire como los mas viejos ferrocarriles cubanos y haitianos, no se puede ocultar la vergüenza ajena que siente un simple poblador de un país que está a pocos meses de celebrar sus doscientos años de independencia. Lo cual resulta una completa ridiculez viendo lo que han hecho con sus ferrocarriles. 
No se puede hablar de soberanía ni patriotismo, mientras en el Perú sigamos contemplando como han maltratado nuestros ferrocarriles que tanto costó en su construcción a las pasadas generaciones de compatriotas, no solo en dinero sino también en vidas, cuando la construyeron y la defendieron en la infausta Guerra del Pacífico. Es un dolor en el estomago, por la impotencia al observar que los peruanos tenemos  los ferrocarriles más viejos y obsoletos del mundo gracias a esta nefasta empresa PERU RAIL y, que, ningún peruano verdaderamente patriota se  atreve a reclamar. 
Los países más soberanos y dignos en el mundo, sus propios Estados son propietarios de sus ferrocarriles porque son estratégicos, ahí tenemos el caso de Rusia, Francia, RU, China y un largo etcétera, un caso aislado, es el Perú, una de las pocas naciones que siguen permitiendo este robo a mansalva que se hizo durante el peor gobierno de la historia del siglo XX, el sicario de la corrupción, el régimen cleptócrata de Alberto Fujimori.
En estas Elecciones presidenciales que se avecinan, dentro de esa lista de candidatos, encontramos, para aumentar nuestra tragicómica repulsa, el nombre de uno de los fundadores y presidente de PERU RAIL.
La otra mañana, lo mostraron en pantalla, sudoroso, rechoncho, con la mirada perdida, como aquellos criminales enmarrocados presentados a la prensa,  nervioso, intentando hilar ideas para justificar su inútil candidatura,  incoherencias que solo fue  interrumpido con unos salves y alabanzas a Cristo, luego proseguía con esa presentación de uno de esos personajes que abunda en la fauna fujimorista, defendiendo, seguramente, el botín que dejó, el Ali Babá "ponja" a sus cuarenta ladrones. 

(Texto actualizado: 03/01/2021)

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