jueves, 6 de enero de 2011

Pensando como neoyorquino



Cuando un país alcanza la meta del bienestar y el desarrollo,  la primera señal positiva que se nota es la mejora de su educación, y cuando esto ocurre, los funcionarios públicos de ese país emiten normas y leyes que buscan valorar sus manifestaciones culturales y dentro de ellos, sus idiomas nacionales y ancestrales.
En el Perú, los estereotipos, prejuicios y supersticiones siguen campeando y es muestra de la actual crisis educativa, un grave lastre que con el tiempo seguro traerá mas desencuentros entre peruanos y sobre todo violencia y racismos en contra, por ejemplo de los que hablan el idioma quechua.
En el país aun existen grupos muy poderosos congelados en el tiempo de las Reformas borbónicas  que persisten con la idea anacrónica de prohibir el uso del idioma quechua y sobre todo frustrar cualquier forma de enseñanza de un idioma que cuenta con más de cinco mil  años de historia.
Es la barbarie de las cofradías ultra hispanistas que dominan la comarca y nos hunden en el oscurantismo y subdesarrollo. Estos grupusculos deberían salir de su ostracismo borbónico y medieval e ilustrarse un poco o mucho oxigenándose, dejando así a un lado los miedos y prejuicios para adentrarse en el conocimiento de idiomas tan ricos en lucidez como el quechua.
Nos sorprendió gratamente la noticia que en algunas universidades de la ciudad de Nueva York y en otras de los Estados Unidos se estaban incrementado la enseñanza del idioma Quechua debido al enorme interés que había despertado en los estudiantes el aprendizaje de este idioma andino. 
Hoy, estudiosos en otros hemisferios promueven la enseñanza del idioma quechua, mientras tanto, en el Perú, siguen siendo estas ideas muy vanguardistas e ininteligibles.
Entonces, nos preguntamos: ¿Por qué se debería enseñar el idioma quechua?
Sería por las mismas razones y objetivos por las que se enseña el guaraní en las aulas de las escuelas del Paraguay, en Irlanda el gaélico, en el País Vasco el euskera o en Cataluña el catalán, como forma de cohesión e identidad nacional o personal. 
Se trata tambien de elevar la autoestima, en el deporte, en la política, en la calle, en el colegio, en la familia, etc.
Es aceptarse como peruano, aceptar tu rostro, tu apellido, aceptar a tu madre y abuela cuando te ves obligado a negarlas porque una sociedad primitiva intenta obligarte a cortar todo tipo de vinculo con tu ascendencia autóctona o andina. Esto se da en forma de prejuicios que se siguen manteniendo desde hace ya buenos siglos. 
La única forma de acabar con este lastre seria la educación y dentro de ella la enseñanza obligatoria del idioma Quechua en todas las escuelas del país con el fin de que este idioma rico en palabras y valores sea comprendido desde su aspecto lingüistico, ya que posee una variada terminología que busca la armoniosa relación entre  hombre y naturaleza, así como un trato amistoso entre congéneres y de respeto al medio ambiente  que nos rodea notándose en tantos diminutivos encontrados en su traducción. 
De conocer esto el peruano tendría una visión más lúcida del mundo que le rodea.
El 80 % de los peruanos tiene ascendencia andina, pero pocos aceptan esa herencia racionalmente. 
Quizás el alejarse de estas taras motivan a aquellos jóvenes neoyorquinos para estudiar el idioma quechua. Estas mismas motivaciones también deberían darse en la sociedad peruana y sus juventudes, pero esto es una utopía sabiendo la actual deprimente realidad de la educación peruana.
Si estas iniciativas se dan en New York es porque lo permite su calidad educativa y su sociedad vanguardista que aun -mayormente- se asquea de los prejuicios, y que busca con la lectura identidad, autoestima; rindiéndole culto a las bibliotecas, para conocer su pasado y rescatar lo mejor, como podría ser el idioma de tus padres, abuelos como en este caso el aprendizaje del quechua, significa pensar como un habitante civilizado del primer mundo, significa, también, alejarte de la decadente barbarie tercermundista.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Alan García Pérez el mejor presidente de la historia del Perú



Aun recuerdo a ese profesor de religión de gordas manos y uñas amarillentas, alto, cano y de voz muy gruesa y siempre con su boca seca, expeliendo un aliento a tabaco que se podía sentir a metros. Los evangelios y la doctrina católica se volvían una tortura no solo para mi, si no para el resto de mis compañeros. Ese suplicio solo podía ser contrarrestado respondiendo con una total y constante falta de atención acompañados de juegos y bromas que muchas veces llegaron a colmar la paciencia de ese fumador empedernido. Las lisonjas de mis compañeros llevaron una vez a los límites de la tolerancia de ese cura apellidado Málaga al romper en su ira descontrolada una de sus reglas de madera en la espalda del más indisciplinado del salón.
Para nadie es un secreto y sobre todo para un peruano que ha vivido la obligatoriedad de la enseñanza del curso de religión en las escuelas o colegios secundario que siempre fue visto como de “relleno”, una asignatura inerte sin fines ni objetivos claros, al que uno sabia que lo tenía que pasar si o si, aunque esa historia de Adán y Eva te pareciera tan difícil de creer como el resto de su contenido, pero tenias que fingir que era cierto toda esa fabula para poder aprobarlo. Pero con el tiempo te das cuenta que ese inofensivo curso era dictado con una obligatoriedad que al final le traería consecuencias fatales para la mente de ese pequeño receptor, creándole al niño y adolescente la idea malformada de pensar que no tenía otra opción de pensamiento, -en realidad no le daba opción para tener otro tipo de pensamiento, condenándole a ser –dentro de otros males- un eterno supersticioso, una eterna alma en pena en busca de -como en este caso- la religión católica o de cualquier otra u otras, por esta razón observamos la cantidad de sectas que aparecen en nuestro país y sorprendiéndonos además nunca les son escasos los feligreses, peruanos y peruanas en una constante búsqueda por encontrarse alguna creencia que se ajuste a su religiosidad formada desde pequeños.
Esa persona adulta desde niño se vio obligado -sin darse cuenta- a ser seguidor a una religión que él nunca eligió, con el tiempo y en represalia su subconsciente hábilmente le hacía ausentarse de aquello que le había sido impuesto, como cuando dejo de ir a misa y dejar de creer en toda o parte de esa doctrina, pero debido a su desconocimiento, se detuvo ahí, marcándose su propia frontera religiosa y convirtiéndose en un católico no practicante. Este no le hará atreverse a dar ese siguiente paso porque desde esa escuela y con el curso de religión aprendió a sentir temor a creer que está haciendo algo muy malo, si al menos se le pasara por la cabeza alejarse de aquella religión, creando un ser extremadamente supersticioso y de esta forma nunca se atrevería a alejarse de esa idea tan enquistada de dios, así sea este uno propuesto por el Vaticano o algún gran maestro de las santos de los últimos días.
La libertad de pensamiento es un derecho inalienable que en nuestra constitución política está bien establecido pero en la práctica –como tantas otras leyes- significó siempre un saludo a la bandera, hasta ahora, porque hace algunos días el hoy presidente Alan García Pérez nos ha demostrado que -en el fondo- el vivir buenos años en Francia sirvió de mucho para que su cerebro le diera precisión y templanza a su diestra para firmar aquel decreto que daba la igualdad religiosa para todos los peruanos, un gran avance, si sabemos que con esto el curso de religión ya no sería obligatorio.
Entendemos que en esta sociedad de hipócritas muchos lo habrán tomado en silencio, pero para los que creemos en los derechos fundamentales de las personas sabemos que es un hito histórico y que fue el único presidente que se atrevió a firmarlo porque hábilmente por un lado decretaba a los peruanos obligados devotos del señor de los milagros y por el otro daba la legislación para que un niño tenga la libertad de elegir con su desarrollo autónomo la religión o la creencia que el vea conveniente, y sin que para ello deba sentirse obligado a una vulnerable corta edad como lo que existía en nuestro país. Con esto la educación pública se irá convirtiendo en la más demócrata dejando la intolerancia y la censura a esa enorme cantidad de colegios católicos o a otras pertenecientes a las distintas religiones existentes.
La secularización de la educación en los Estados unidos se dio desde su fundación en 1776, en Francia desde 1789, en el Reino Unido desde 1688, y en nuestro Perú se va dar comienzo recién con este decreto. Te das cuenta en cuestión educativa cuanto es nuestro retraso, ahora ya sabes a quien echarle la culpa de la pasada mediocridad peruana y todo lo que acarreo como consecuencias de esa irracional imposición.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Augusto Thorndike y su plato de lentejas


Al muchacho se le notaba inteligente, leído y con algunos de sus comentarios nos mostraba -aparentemente- una forma diferente de hacer periodismo. Comenzó a hacerse conocido con un intrascendente programa dominical en América Televisión. En donde, cada cierto tiempo con su glosa, evidenciaba que era un pichón ambicionando alzar vuelo en cualquier momento. Y eso sucedió, después de algún tiempo le ofrecieron dirigir el principal noticiero de Panamericana Televisión, -dicho sea de paso- un canal de televisión hoy muy venido a menos.
Hasta ahí todo seguía su curso normal. Pero tenía que ocurrir algo. Un hecho lo suficientemente trascendente como para notar la clase de perro de presa que había adquirido ese canal. Con cada uno de sus pusilánimes ladridos nos mostraban resplandecientes sus recién estrenados colmillos, goteándole todavía esa saliva fujimorista con cada una de las palabras vertidas a favor de su candidata predilecta. Sus estériles ladridos nunca opacarían unas expresiones nacidas solo de la indignación de ver como resurge la sinvergüencería y la mafia. No necesitaba un apetecible Ricocan ni mucho menos un suculento plato de Pedigree, porque este novel cánido se alimentaba desde que firmó su contrato con esa televisora, con los rezagos, pellejos y vísceras de ese fujimorismo que inspiraron ideas tan creativas como esas imborrables imágenes plagadas de axilas sudorosas y pesuñas hediondas y como no, con su infaltable plato de lentejas.
Las palabras vertidas en el noticiero 24 horas por el ex rastafari, intentaban criticar con total cinismo las declaraciones hechas por Mario Vargas Llosa sobre la abyecta candidatura de Keyko Fujimori. Mostrándonos que lo que se hereda no se hurta, y que este tipo puede ser tan insolentemente atrevido de finalizar sus críticas diciendo temerariamente que: “como político Vargas Llosa es un buen escritor”.
No, mi querido británico de la victoria, si diciendo “mal político” te refieres al hecho de que en su pasada candidatura a la presidencia, Vargas Llosa en su ingenuidad no mintió a la población, y que por esta razón fue derrotado en las urnas. Si a eso tu le llamas ser mal político. Entonces, significa que personas como tú nunca comprenderán a alguien con principios y que no vende su opinión como tu quizás lo estás haciendo ahora, al referirte a él con esos términos, en tu nuevo papel de defensor de la candidatura de la hija del reo Fujimori.
Con tus diatribas de asalariado de los rezagos sobrevivientes de ese abyecto gobierno que se empecina en desaparecer, intentas confundir a ese analfabeto funcional, y quizás, lo has logrado con tus comentarios, pero quiero aclararte, que existen todavía gente como nosotros que aun tenemos reservas de lucidez suficientes como para darnos cuenta de todo esto; porque existen todavía personas -y es bueno que lo sepas- que creen en sus capacidades y convicciones lo suficientemente como para no caer en eso de ser un gil lameculos, solo por unos buenos dólares y que es tan común en esta tierra de caines y navajeros miserables. A esa clase de personas los periodistas como tú nunca pertenecerán. Criticar a lo dicho por Vargas Llosa, te coloca en ese lugar donde purgan los hijos de puta, los que no son capases de mirarse al espejo, los que depredan y se sienten cómodos de vivir en tanta decadencia.
Augusto Thordike es otro más del montón y lo más terrible, es que es joven. Lo entendemos de Lucar, Salazar y de tantos otros formados en las décadas de los ochenta y noventas. Pero que este novato periodista comience de esta forma su carrera, lo hace de la talla que merece un país del tercer mundo y hasta del cuarto. Sin la inteligencia suficiente como para poder decir, ¡basta ya! a tanta pestilencia que arrastramos centurias. Y que no merecemos más de toda esta mierda que junto a los videos de montesinos y sus consiguientes aprendices nos ha llegado verdaderamente a asquear por estas toneladas de cochambres. Basta ya de todo este periodismo gamberro.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Chef Roberto Grau, desinformado discipulo de Gaston Acurio


¡Oiga! Pero, lo que acabo de escuchar me ha dejado afligido  hasta furioso, obligándome  a dar un brinco de la cama para escribir esta nota. Es que en este país de analfabetos aparece de vez en cuando  alguno que articulando una que otra frase muestra con descaro su total desconocimiento acerca  de su propia e importante  historia –porque desde esta tribuna no nos cansaremos de darle esa categoría a la nación que  estos testarudos se niegan a aceptar como suya-.
La otra noche el reconocido chef Roberto Grau nos mostró el tipo de embajadores que tenemos cuando se trata de difundir muestra milenaria herencia gastronómica; Ante las cámaras  a la pregunta que la reportera le hacía sobre la comida japonesa,el desorientado cocinero peruano  respondió de la siguiente manera: “La comida japonesa es muy importante” dijo,  –lo cual es cierto-, e impresionado continuaba - “son dos mil años de cocina, uff, nos llevan mil quinientos años”, finalizaba. ¡Qué tal metida de pata!  ¡Una total falacia! ¡Tremenda ignorancia!
Es que este señor, no sabe que cuando habla de cocina peruana está hablando de una gastronomía que no tiene doscientos ni quinientos años –como nos daba a entender- sino supera hasta más de los dos milenios. Pero, claro, que,  para ciertos sectores de la magra sociedad peruana como este, es totalmente desconocido;  porque sabe de historia peruana lo mismo que el carretillero que vende fritanguita en la parada.
Pero, el tal Grau labora nada más y nada menos que en un restaurant exclusivo en el Gran Buenos Aires, Argentina.
Ahora, el problema no pasaría de ser una muestra más de esa incultura tan característica en este país; pero si lo dice uno de los chef más importantes que posee la cadena de restaurantes de Gastón Acurio en la capital rioplatense, y según nos cuentan, uno de sus mejores discípulos, esto se vuelve  realmente preocupante.
Todo sucedió en esa entrevista que se emitió en un programa de noticias este último domingo. La nota trataba sobre la promoción de la comida peruana en el Japón, y ahí de repente aparecieron los comentarios de este chef.
Soltar semejante disparate nos muestra un total desconocimiento acerca de la verdadera antigüedad de nuestra cultura peruana. Porque, como ya dijimos, la cocina peruana no nació con la llegada de los españoles como intentó decirnos equivocadamente este chef, - seguro, desde su patológica posición de ficticio descendiente en segunda generación de inmigrantes europeos asentados en el Perú-.
Solo basta ingresar a un museo cualquiera y nos  enteraremos que muchos insumos como el maíz, el ají, la chicha, la papa, la carne -sea de cuy o de alpaca-, etc. Y  con lo que hoy prepara esos reconocidos platos peruanos aquel ágrafo cocinero, el antiguo poblador peruano ya los consumía -y no crudos, como aquel extraviado chef  seguramente creerá -, si no, cocinados desde hace ya cientos de años antes de la llegada del primer español a estas tierras.
Esta es la verdad; como que también es cierto que los aportes que trajeron los hispanos se fue fusionando paulatinamente con los anteriores en los siguientes siglos y posteriormente la llegada de otros pueblos harían de la comida peruana lo que es hoy,  esa rica y variada gastronomia.
De la mezcla de todas estas contribuciones nace lo que en este momento está “enriqueciendo”  al Chef Gastón Acurio. Porque ese picante con lo que se prepara el ají de gallina ya lo consumía el habitante de chavín o quizás mil quinientos años mucho más antes en Caral al igual que la chicha. Y es cierto entonces que la cocina peruana tiene un carácter milenario tan igual o más, como la que posee la gastronomía japonesa.
Este tipo de profesionales del que forma parte este chef, solo sufre lo que buena parte de peruanos sufren y la verdad desde nuestra visión llega a ser hasta enfermizo. Perú no es Argentina ni Uruguay ni Brasil. Aquí se desarrolló una cultura milenaria que logró poseer una enorme cantidad de manifestaciones y muchas de ellas han logrado sobrevivir hasta nuestros días como su gastronomía.
Qué promocionará alguien que piensa que los platos que él mismo prepara no tiene esa antigüedad y por lo tanto esa trascendencia. Quizás, creerá esto porque vio aquel plato japonés tan bien presentado,  sin saber que para estar así, tuvo que pasar primero por un proceso para hacerla más sofisticada y por lo tanto más competitiva y así poder venderla al mundo; seguidamente capacitaron a los que se iban a encargar de promocionarlo colocando a un chef conocedor de su historia y teniendo así la capacidad suficiente para referirse a ella dándole su carácter milenario, y no como el peruano que tiene la patética visión de alguien que no conoce la verdadera antigüedad de los platos que todos los días prepara.
La verdad es que estamos en un país plagado de ignorantes y prejuiciosos, en donde, las autoridades educativas no tienen la inteligencia y la ética necesaria como para poder lograr una curricula de acuerdo a nuestra importancia, creando una población que lee solo a punta de navaja y que muestra esas limitaciones sobre todo cuando abre la boca como este chef, y lo más grave, refiriéndose a su cultura. Somos muy atrasados que nos limitamos a solo copiar y a no crear. Nos falta autoestima para creer en nosotros mismos, y nos faltan huevos para aceptarlo.

viernes, 29 de octubre de 2010

La “California” brasileña

Cuando uno ve el mapa político sudamericano y se detiene un momento en el territorio brasileño, se da cuenta que la salida natural al Océano Pacífico para este país es por el territorio peruano.
Haciendo un rápido análisis, el territorio carioca se nota incompleto. Y ¿Por qué afirmamos esto? Por la sencilla razón que comparamos su proceso de formación con el expansionismo estadounidense, el cual culminó su objetivo de llegar al Pacífico durante la segunda mitad del siglo XIX.
Apreciamos tambien que los brasileños culminaron su objetivo de consolidar el oeste mucho después que en el caso norteamericano, pues los cariocas lo culminaron durante la segunda mitad del pasado siglo XX, cien años después que los yanquis, no con los extensos ferrocarriles estadounidenses, pero si con una eficiente red de carreteras.
Salvo algunos bailes exóticos y el tema del fútbol, la influencia brasileña sobre el resto de la población peruana no ha sido importante. La barrera de los Andes y la enorme jungla amazónica y el hecho de no existir conexiones físicas como carreteras o ferrocarriles entre los dos países, han significado mucho para que se presente esta realidad.
Pero, todo va cambiar cuando se culminen los tramos faltantes de la carretera transoceánica del sur peruano. Esa red de autopista cobrará mucha importancia y servirá dentro de muchas cosas para que la población peruana note la verdadera influencia que tiene la décima economía del mundo.
Solo basta comparar el enorme cambio que significó para un pequeño pueblecito del oriente boliviano como Santa Cruz de la Sierra tener conexión física con el gigante brasileño, ese intercambio comercial establecido en un principio gracias a los ferrocarriles y posteriormente con las carreteras han hecho con las décadas que esa ciudad ya no sea el antiguo caserío -muy parecido a los que abundan en nuestra amazonia-, todo lo contrario, ahora es una urbe que sobrepasa los dos millones de habitantes y su economía rivaliza en importancia con la misma capital paceña y en muchos ramos la supera, convirtiéndose en el principal núcleo económico del país altiplánico.
Brasil forma parte del BRIC, el grupo de países emergentes con mayor crecimiento económico en el mundo y dentro de ellos destacan claramente China y la India, que son en la actualidad, los motores de la economía mundial, cuyo crecimiento ha servido de mucho para aminorar los efectos de la reciente gran crisis inmobiliaria norteamericana.
Entonces, nos damos cuenta de la influencia que tendrá la economía brasileña sobre nuestro territorio cuando ingresen sus camiones por aquellas autopistas que hoy tienen un 95 % de avance en todos sus tramos.
Una vez que se complete dichas obras al cien por ciento, notaremos la importancia que tiene su cultura y su economía en el mundo.
Un gran beneficiado dentro de todas las partes interesadas será sobre todo el sur peruano que históricamente ha estado olvidado por el centralismo capitalino.
El intercambio constante de mercaderías revitalizara la economía de la región. La inversión encontrará el espacio ideal para que se desarrollen mayores vínculos comerciales y culturales entre ambos países, incrementando de esta manera, el dinamismo económico de toda la región y particularmente de ciertas ciudades del sur peruano.
Y si vamos más allá, todavía. Al sombrear con el mismo color tanto el territorio brasileño como el peruano, tendríamos un espacio de alrededor de diez millones de kilómetros cuadrados y una población de más de doscientos treinta millones de habitantes y definitivamente una potencia mundial de primer orden.
El territorio peruano está estratégicamente ubicado en Sudamérica y sus enormes recursos naturales darían como anillo al dedo para una creciente economía como la brasileña. Por lo tanto calculamos que se acerca un enorme tsunami carioca para los siguientes años.

jueves, 28 de octubre de 2010

Aldo Mariátegui, el asqueado y resentido nieto

Que duro debió ser para un niño salido de ese estrato social tan conservador, segregacionista y racista al culo que es la clase media alta limeña y además, para coronar su desgracia ser el nieto de José Carlos Mariátegui, el autor de aquel librito famoso y también de aquellas ideas que siguieron siniestramente los futuros nóveles senderistas y emerretistas. Las burlas durante su adolescencia calaron muy hondo en la formación de la futura personalidad del joven Aldo. Los golpes de aquellos años no tenían mejor forma que manifestarse de adulto con una personalidad tan extremista, insensible, apátrida y racista. De nada sirvieron sus viajes y estudios por Europa y los Estados Unidos, de nada le sirvieron respirar algo de tolerancia y democracia aunque sea desde la óptica de un extranjero tercermundista. Lo que pareció en un principio una persona lúcida y objetiva, con el trascurrir de los meses se fue mostrando con la realidad un enorme conflicto interno, sobrecargando de resentimiento las pantallas, constituyendo uno de los tantos ejemplos que nos inspiran continuamente a teclear y del que no hay peruano que no lo posea en cierta medida. Porque en este mercadillo atestado de salvajes y combis asesinas no existen términos medios o amas u odias, o eres el más cojudo a la vela o el mayor de los corruptos y genocidas.
Lo descolorido en su rostro refleja esa pálida insensibilidad ante la inequidad y las desigualdades que se suceden en esta galera romana.
Aquel joven Aldo, burlado por su innombrable ancestro, cada mañana se manifiesta y vuelve con sus comentarios vertidos en su matutino programa, algunas veces sorprendiéndose burlonamente del eficiente papel formador del estado chileno en su última rueda del coche al ver y escuchar el canto orgulloso de su himno por parte de unos mineros atrapados, o cuando sus arcadas internas se traslucen en gestos y miradas cuando tiene del otro lado del micrófono a una pobladora de rasgos indígenas.
En algún momento de su vida decidió negar su ascendencia “terruca”. Desterrando todo mínimo signo de pensamiento e ideas de tipo izquierdista, porque, para su reminiscente raciocinio esos conceptos serían permanentes improperios y malsanas conductas.
Aldo Mariátegui, por estas razones no nos sorprende ni tampoco nos molesta cuando suelta sus discutidos comentarios haciéndose acreedor de insultos y oposiciones en el ciberespacio. Él solo es una muestra del tipo de personajes que posee un DNI peruano y que dirige un diario, un país, una familia, una empresa, un puesto de frutas o un programa de televisión y del que siempre nos da y nos dará motivo para escribir estos post.
La respuesta de  Aldo

martes, 17 de agosto de 2010

Luis Cáceres Velásquez, rancia putrefacción

A pesar de mi enorme retisencia y desgano, el compromiso para  asistir a aquella reunión era ineludible. Sobre todo,  porque,  era para celebrar el onomástico del hijo de una de los políticos que más aversión me causaba, claro que también tuvo mucho que ver aquel recinto en el que se iba a realizar la celebración, situado en una de las arterias más festivas de la ciudad de Arequipa, evocando la vez que me sirvieron una parrilla realmente espantosa.
Apenas  ingrese al establecimiento,  observé que todavía  algunas mesas estaban vacías, aviso de que la fiesta todavía no había comenzado. Me ubiqué en la mesa junto al pequeño grupo que acompañaba al candidato a la alcaldía de uno de los municipios de esa ciudad sur andina. De pronto, los gritos de aquella mujer capto violentamente mi atención. Su forma de dirigir el evento me recordaba mucho a aquellas voces que se destacan entre  esos mítines caracterizados por ser los más escandalosos y agresivos. Sus gestos y ademanes vulgares le daban la apariencia exacta de esas matronas que regentan aquellos conocidos burdeles, encontrándosele por todos lados, cuidando hasta el más mínimo detalle de aquella reunión.
En las mesas cercanas había un buen número de adultos mayores que seguro habían trabajado con el ex alcalde Cáceres en alguna de sus pasadas gestiones. En una mesa contigua había un viejecito que llamaba mucho la atención porque lo acompañaba una mujer muy joven que –obviamente- no era su hija,  más bien,  se notaba que era su “amiguita”; esto se calcaba en otros dos ancianos más,  con el mismo careto y seño descarriado. El hijo del ex alcalde,  tampoco se quedaba atrás, ya que había una coqueta y guapa joven que lo acompañaba a todas partes. En resumen, el festejo ya se había convertido en un verdadero lupanar.
El círculo más exclusivo del candidato a la alcaldía provincial de Arequipa y de su hijo estaba ubicado en las mesas más próximas al estrado. En ese momento, todos gracias al whiskie ya se mostraban alegres y conversadores,  haciendo brindis porque con este acontecimiento se estaba dando inicio a la campaña por las elecciones municipales y regionales de este año. El ánimo parecía que en ese momento se iba apoderar del lugar, pero, eran de nuevo esas expresiones, hipócritas y ruines hasta el culo las que iban a saturar el ambiente de desconfianza, era imposible apartarse de ello.
Después de un par de horas el ruido del gentío ahí reunido había aumentado. Fue cuando le tocó hablar al celebrado, que dicho sea de paso, también fue alcalde de la ciudad blanca. – me contaron que en esos años, su padre,  cuando se refería a él,  lo hacía jocosamente, diciendo: Roger - así se llamaba su hijo-, siempre fue un “burro” para el estudio, pero un día le di un consejo, y le di el consejo de Yanahuara” (Distrito arequipeño del que fue alcalde gracias a la gran ayuda de su padre Luis Cáceres que pasaba por su  mejor momento político).
Se sucedieron los halagos, inclusive del personaje dueño de la “franquicia” del movimiento político –una ex autoridad de una provincia arequipeña, con un prontuario que asustaría hasta al más avezado delincuente de Castro Castro-.
Así se fue desenvolviendo la reunión de esta sarta de mierdecillas. Todos comprando un palco exclusivo para el festín que se avecinaba de ganar este viejo campeón del transfuguismo.
Teclear esto lo hago tranquilamente al saber que las encuestan en la “Blanca Ciudad” hoy le dan ganador a otro candidato.
Para Luis Cáceres Velásquez su tiempo ya ha pasado. La energía de antes para insultar y actuar como el peor de los patanes, aprendido desde su nacimiento entre los más sucios y salvajes mercaderes, ahora languidecen y se ha reducido a conformarse con ser,  el títere de una sombra tan ruin como él durante sus mejores épocas.
Las ambiciones desmedidas de estos mercachifles y la ausencia de sensibilidad social es un aura del que no se pueden apartar ni tienen forma de ocultarlo. Después de observar a todo este ramillete de abyectos navajeros, me disculpe con mis anfitriones y apresurado abandone ese nido improvisado de víboras y gente de la más baja calaña. Luego, me preguntaba,  cuántos de esta clase de reuniones se habrán iniciado en los distintos puntos del país por motivo de estas cercanas elecciones regionales, deben ser miles, no crees.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...