lunes, 12 de diciembre de 2011

Chabuca Granda, la serrana más famosa

Ustedes, ya se habrán dado cuenta que a esta bitácora algunas gentes no le tienen mucho aprecio. Sobre todo, cuando ocupados en la labor de hallar el remedio que acabe de una vez con todas esas deficiencias y limitaciones que entorpecen al peruano en su camino de ser un mejor ser humano. Se ven de pronto vulnerados al ser tocados en sus partes más sensibles, y expuestos, nos escriben sus insultos en uno que otro comentario.
Cuando mostramos todo esto, lo hacemos, no con el fin de ofender ni mucho menos. Solo nace en el afán o mejor dicho al querer intentar de algún modo y con argumentos sensatos y formativos que él aludido se dé cuenta de esa actitud errada y cambie. Porque esos errores, aparentemente inofensivos, generalizados y trasmitidos de generación en generación han hecho de ellos con el tiempo un pueblo con muchos problemas que hasta este momento y cada cierto tiempo eclosionan con alguna noticia que la prensa se encarga eficientemente de propagar.
El caso del que ahora nos vamos a ocupar tiene la particularidad de tratarse quizás del mayor icono de la música peruana, pero no por ello se escapa también de toda esa purulencia. Hoy nos referiremos a la recordada Chabuca Granda.
Hace algunos días tuve la oportunidad de leer su biografía y dentro de esta, me llamó mucho la atención de que había nacido en el departamento andino de Apurímac. Usted que me lee en el extranjero se preguntaría ¿Qué tiene esto de extraño? Pues nada, si uno lo mira desde esa óptica. Pero es muy distinto percibido con el olfato de este sabueso que después de leer y ver los videos e imágenes sobre la vida de Chabuca Granda, encontraríamos algo muy interesante. Percibí que a pesar de haber nacido Chabuca en medio de los Andes, esta región no había dejado en ella siquiera el menor rastro de influencia, tanto en su vida como en la música que hizo. Salvo su nacimiento, al icono de la música criolla peruana no se la relacionaba en nada con esa parte tan importante del Perú y de la que ella formó parte desde su nacimiento y con sus antepasados, los Andes.
El hecho de que en su vida no se la relacione con el ande seguro que no tendría nada de extraño sobre todo para cualquier forastero, pero, para los que conocemos a este gentío y sus vicios, sabemos que se deben a los mismos prejuicios y complejos que posee una gran parte de su población.
¿Cómo alguien que ha nacido en un lugar en donde lo andino es tan marcado, no le llega a influir en nada, haciendo esa parte de su vida casi censurado en su biografía?
Definitivamente detrás de todo esto, está la misma enfermedad mental del peruano, esa que le obliga muchas veces a tener esa irracional vergüenza hacia su origen andino. Prejuicios que también convivieron como linfoma maligno con las dotes artísticas de la conocida Chabuca Granda. Porque nacida en el corazón de la “sierra” (como lo denominan a los Andes en Lima) aprendió a sentirse torpemente avergonzada como muchos migrantes de ese mundo andino que hasta ahora ha dado al Perú los únicos motivos pare hacerse conocido y respetado en el mundo.
Los Andes y su cultura influyen mucho en aquellos pobladores nacidos en su suelo, tanto, que solo uno se libra de ello, cuando toma la decisión del desprecio hacia todo lo que lo representa. Es como aquel migrante martirizado por sus complejos, fruto del insulto y la burla y muerto en vida como enfermo terminal, elige el peor camino al negar sus ancestros, escondiendo la foto de la abuela en ese pueblito andino, en un cambio de apellido o la cirugía plástica para afinar ese rostro redondo o esa nariz ancha.
Eso o algo parecido ocurrieron con Chabuca Granda, porque pareciera que para ella los Andes nunca existieron. Obviamente no hace falta haber sido su más preferido confidente para saber que detrás de todo esto, estuvieron siempre presentes esos conocidos prejuicios contra el indio y lo andino.
Otra vez, volvemos al mismo punto. Un hombre que no se atreve a mirarse al espejo sin aceptarse, no es un ser humano sano y fuerte, porque nunca tendrá los huevos suficientes como para afrontar e intentar cambiar sus más graves problemas. Solo buscará siempre negar lo innegable, maquillando todas estas conductas que solo le han traído esa conocida vulnerabilidad y desorden.
Hace no más de setenta años el 80 % de peruanos vivían en los Andes y dentro de ellos si revolvemos un poco encontraríamos seguro a los orígenes de conocidos personajes que han soltado uno que otro exabrupto racista como Alan García Pérez.
Claro que los abuelos de estos personajes, cuando llegaron a Lima y después de abandonar los Andes, al igual que la Granda, olvidaron todo, inclusive esos orígenes. Grave error.
El querer ser un mejor ser humano no se limita a querer igualar los ingresos de los más ricos, si no en alejarse de ciertas taras que son verdaderos lastres si se quiere intentar formar una sociedad sana y no la que continuamos arrastrando, una que se mantiene congelada en el tiempo y que sin ser exagerado, ha sido uno de los principales motivos para que hayan existido tantos fracasos en nuestra historia.
Estos son los ídolos de barro que tienen mis compatriotas. No es su culpa. Como se habrán dado cuenta, en realidad, no saben lo que hacen.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Telefónica… ¡Que te vayas!

La otra mañana, me dio por cavilar, luego de ver al mismísimo presidente de la Telefónica de España intentando de algún modo manumitir a los peruanos prometiendo en esa conferencia de prensa mejoras al desmedrado servicio que brinda su empresa de telecomunicaciones.
La presencia del mandamás de la principal transnacional española asentada en este hemisferio, seguramente se debe a que está por culminar ciertas ventajas escritas en el contrato firmado con el Estado peruano durante la época de Fujimori.
En estos tiempos en que la crisis económica se a acentuado en tierras ibéricas, la producción de ese país se ha estancado y de esa menguada recaudación tributaria la única joya de la corona que hoy le significan buenos ingresos a la hacienda española ha sido la de su más famosa transnacional Telefónica, y que a comienzos de los años noventa era bienvenida por el fujimorismo anunciándolo con bombos y platillos como la más costosa de sus privatizaciones.
Sería interesante volver a ver el rostro del recluso ex presidente, imprecando alegre y optimista la eufórica privatización de una obsoleta ENTEL-PERÚ.
Si algo hay que reconocer de la infame trasnacional española es que fueron lo suficientemente astutos y ruines como para ganarles a otras empresas timoratas en establecerse por estas latitudes. Con ventajosos contratos firmados, Telefónica de España aprovechó la corrupción imperante en algunos gobernantes sudamericanos haciéndose como en el caso peruano del monopolio de las telecomunicaciones, asegurándose de esta manera grandes dividendos a costa de la imposición de un servicio limitado, abusivo, pendejo y sobre todo, con un descarado y grosero afán expoliador sobre la mayoría de la población peruana.
Ese régimen abyecto, fue el ideal para que los peruanos tengamos que tolerar desde esa época cotidianamente el odioso y opresivo monopolio, acarreando en nuestros conciudadanos esa angustia de ver que de muchas formas Telefónica, pisoteaba sus derechos de consumidor y usted seguramente compartirá conmigo este parecer porque de algún modo no existe peruano que no haya sido víctima del abuso y el maltrato de esta transnacional.
Los datos técnicos de los expertos lo confirman. El Perú, comparado con otros países en cuestión de telefonía fija, se encuentra muy por debajo, sin mencionar la enorme brecha informática creada por esta y que nos separa largamente con la de otras realidades, ya que por los costos del servicio de la Internet, han hecho de esa brecha un verdadero abismo insalvable para el maltratado consumidor local.
Todavía recuerdo aquel reportaje hecho por uno de esos acostumbrados periodista de ese programa dominical limeño, cuya palidez de la piel no se igualaba a la palidez dejada por ese limitado sentido de observación cuando en una visita a la ciudad china de Shanghái y después de recorrer la zona de los rascacielos, se le ocurrió la idea de mostrarnos sus barrios pobres. Cuando llegó a una casucha de madera, mi sorpresa fue grande al ver, no la amabilidad de esa humilde familia anfitriona, si no que cuando estos le mostraban la habitación de la mayor de sus hijas, observé que poseía una computadora conectada a internet.
Obviamente que para el despistado periodista este hecho pasó totalmente desapercibido como que también pasó desapercibido en el Perú la noticia de cómo aquel país escandinavo obligaba a las empresas de telecomunicaciones que operaban dentro de su territorio a ampliar el servicio de internet a toda su población.
Desde esta humilde tribuna abogamos porque la tropelía de este contrato acabe y con él, vuelva la dignidad (si es que algún día la tuvo) al consumidor peruano.
En el mundo existen numerosas empresas de telecomunicaciones y algunas son mucho más importantes y eficientes que la española, de eso estamos seguros, y creemos también que en las actuales condiciones no dudarían en invertir en nuestro país, gracias a su actual crecimiento económico.
El Perú ya no está en la misma situación de comienzos de los años noventa, ahora existe otro contexto económico. Ahora si se puede negociar otro tipo de contrato y con otra empresa de telecomunicaciones americana o europea.
Pero. Es que estoy siendo ingenuo. Porque todo esto no se soluciona con elegir lo mejor para las mayorías, no. Estoy seguro que le renovarán el contrato a la misma transnacional y quizás con mejores condiciones con las que ahora cuenta esa empresa. De eso no lo dudamos, porque algunos peruanos son así. Las formas y las conductas se heredan, solo cambian los rostros.
Estas grandes transnacionales saben cómo negociar con los comisionados enviados por estos gobiernos, son conocidos burócratas subdesarrollados que se sientan a firmar estos contratos, esmirriados de amor propio y que poseen un egoísmo y una ambición a prueba de balas, dignos del más miserable muerto de hambre.

sábado, 29 de octubre de 2011

Jessica Tapia y la noticia perfecta

No me interesa la nueva protesta ni mucho menos que algunas navajas furtivas de los deleznables opositores y gobiernistas reboten en este curtido rostro anatemizado. No me importa ni siquiera las cientos de víctimas que han sumado el día anterior los numerosos accidentes de tránsito. Honestamente, me importa un huevo de pato, que su ex compañero con ese peculiar careto de cabeza clava, muchas veces se haya mostrado poco imparcial defendiendo alguna que otra política abyecta o a esa comprobada empresa toxica. Me interesa en absoluto. Menos aun, ahora que todos están en contra de una ministra de la mujer gracias a los rezagos dejados por Alan García o que el novato Chehade se haya metido en camisa de once varas por un alambique azucarero. Esto, en serio, no me interesa.
Verla a ella, así y cruzada de piernas, es el mejor subterfugio matutino para esa atonía del encaminarse al sombrío trabajo diario. Panorama que te convierte sin querer en un descontrolado voyeur, deleitándote palmo a palmo como si subconscientemente no pretendieras desperdiciar ningún microsegundo de ese par de sublimes y sensacionales miembros inferiores. Adecuadas y finamente recubiertas por su siempre impactante lencería negra.
Jessica Tapia es uno de esos bellos y exactos ejemplares que corroboran con cada centímetro lo que escribimos. Porque cuando le toca tener la misión de entrevistar algún invitado, ella se sitúa en el mejor lugar que puede tener dentro de ese vericueto estudio de televisión. Es su indiscutible trono matinal. Esa férvida vitrina que nadie nos puede arrebatar. Su sitio justo es a la vanguardia del escritorio. Una vez ahí, cómodamente sentada, deja para aquellos que saben apreciar ese mensaje codificado, cargado con los mejores aromas emanados por aquellas frutas perfectamente maduras y desinhibidas; punto que logra traspasar la pantalla para que solo pueda ser percibido por el agudo olfato de algún antojadizo televidente.
Dentro de todos los numerosos matices que guarda el bello sexo, encontramos desde aquellas repelentes por su aspecto. Dos claros ejemplos de este infame grupo son las insufribles: Mónica Delta y Rosa María Palacios, señoras que al verlas -honestamente y con el respeto que se merecen- se convierten para este humilde servidor en verdaderos castradores químicos. Pero, también tenemos aquellas mozas que no necesitan estar desprovistas de sus habituales atuendos para despertarnos todo tipo de descontroles cuando hacemos el papel de cándido fisgón, puesto que por sus cuatro costados desprenden tal sensualidad que estimulan irreprimibles apetencias para quien se va deleitando visualmente con el poderío de sus partes inferiores.
Este país tan beato ha ido creando dentro de su sociedad mujeres tan frígidas y prohibidas para sentir placer que por las estadísticas que dan los expertos, encontrar a una que le agrade lo vetado y restringido y, que no “cobre” es realmente como buscar una aguja en un pajar.
Su cabello rubio coronando esos ojos rasgados y sobre todo el morbo que se ha tejido a su alrededor por esas inquietudes arrebozadas, aderezan antagónicos el singular exotismo erótico de su belleza como esos lascivos motivos que han hecho de las mujeres del sudeste asiático una de las más bellas del mundo.
Por estas justas razones, su magistral cruce de piernas es suficiente e inapelable para que disolutos la prefiramos algunas mañanas en nuestra pantalla de televisión. Ya que la sola confluencia de ese par de extremidades, a veces y tempranamente, nos ha provocado, irreprimibles apetitos para ejecutar un magistral clavado olímpico sobre su tórrido océano de oscuro nylon y después de muchos braceos, ir a zozobrar en esa travesía y como el más feliz de los náufragos a las orillas de esos arrecifes de fina seda negra. Finalizando el viaje y la escena en ese cabal motivo que ha hecho de ella una de las conductoras más sensuales que actualmente tiene la pantalla peruana.

viernes, 21 de octubre de 2011

La procesión del Señor de los Milagros. Morado agobio

Es hora punta y la dilatada ciudad se encuentra congestionada por el tráfico de toda esa chatarra circulando a diestra y siniestra por sus calles, además de estrechas, sembrados de cráteres de todos los tamaños. Herencia dejada por unas miopes e ignorantes autoridades que pensaron que este pueblito nunca iba a crecer y convertirse en este insalubre conjunto de guetos y arrabales en el que se ha convertido este muladar.
Pero hoy este infernal atolladero se ha prolongado más de lo normal. El motivo, una de esas conocidas procesiones que por este mes de octubre, aparecen de imprevisto y sin que nadie los haya invocado. Brotan con las mismas formas perversas de llamar la atención como lo haría cualquier otro extremista grupo de escandalosos manifestantes. Pero estos son peores, porque se exhiben inmisericordes con toda esa bulliciosa e insoportable música de cortejo fúnebre, acompañados por sus infaltables píos devotos que -a decir verdad- son pocos, pero son lo suficientemente alborotadores y se manejan con tal impunidad que logran detener el tránsito de cualquier principal arteria de esta ciudad y de paso decirnos arrogantemente: "oye pecador miserable escúchame y ora".
Qué interesa que profeses otras creencias o por último, ninguna. Por la puta que te parió, tienes que tragarte toda esa toxina de incienso y joderte los tímpanos con sus insensibles detonaciones de estos piromaniacos sociales, acompañando a unas de las más cojudas manifestaciones de idolatría en el mundo.
Los rostros de los personajes vestidos de morado que acompañan a estas conocidas manifestaciones, varían en gesto y en actitud. Los hay desde los que tienen el careto de un cachudo nerd oficinista hasta aquel viejecito queriendo parchar las perradas del pasado, buscando con persignaciones y alabanzas esa lotería de un cielo que él está seguro que cuando le vengan a tomar por saco, disfrutará de ese paraíso eterno.
Lo resaltante –también- en estas moradas procesiones, son la gran cantidad de personas representantes de la tercera edad, y los jóvenes –si los hay- son aquellos tímidos junto con los “pendejitos” aprovechando estos agrupamientos para ligar alguna que otra jovencita. Y también no faltan los cacos, mezclados entre los devotos, llegando a utilizar –inclusive- hasta los mismos atuendos morados. Estos, esperan sigilosamente el rezo cándido de su próxima víctima, para así, hacerse de la billetera o de cualquier otra cosa que el cándido soplapollas tenga de valor. Claro está, que el ladronzuelo no invocará al Cristo de Pachacamilla para que todo le salga bien, si no, se encomendará a su conocida Sarita Colonia, porque, hasta estos hijos de puta tienen sus propios santos.
Ahora que el demócrata expresidente, que algunas veces ha tenido las reacciones del más tirano de los genocidas de Darfur, nos ha nombrado a los peruanos por decreto supremo, obligados devotos del Cristo morado. Solo nos queda aceptar este martirio con la misma tozudez como cuando nos soplamos todo ese griterío y la indolencia de esos huelguistas que diariamente nos topamos por las calles.
Todavía nos quedan algunos días de este decimo mes del año y en lo que respecta a este martirio que se repite por todos los rincones de esta querida comarca, seguiremos viendo impotentes toda esta muestra de que vivimos en el lugar menos indicado, con un tipo de ser humano que –provocado quizás por su “educación” - nunca entenderá de racionalidad ni libre pensamiento.
A pesar, de la era del conocimiento y que además se ha logrado descifrar el mapa genético humano, así como, se ha creado la primera célula artificial y se ha descubierto, que los que gobiernan el Vaticano son tan buenos humanos y delicados seres como los son Alan García o George W. Bush. Toda esta gente continuarán empeñosos con sus tumultuosas procesiones moradas, esas salvajes y ensordecedoras detonaciones y sus cada vez, menos devotos, que con tan característica devoción y atuendo morado nos recuerdan a esos pueblos estancados en el tiempo y que se niegan a abandonar el deplorable estado en el que se encuentran.

lunes, 25 de julio de 2011

Carlos Álvarez y su humor de mierda

Hurgar dentro de su vida se complica por la coraza que ha impuesto a su alrededor, pocos son los periodistas que se han atrevido a mostrar algo de esa intimidad celosamente guardada bajo siete llaves por este hermético personaje de la televisión peruana.
Pero, a pesar de ello, hay actitudes que ha venido repitiendo reiteradamente, pasando generalmente desapercibido en ese público poco observador, que es el ataque denigrante e injurioso sobre algunos personajes, llegando en sus exageraciones a bordear cínicamente el racismo.
Cuando uno analiza estos ataques camuflados en simples caracterizaciones, relacionándolo con el contexto en el que se sitúa el hecho, Carlos Álvarez, deja rastros valiosos para que este sabueso tenga una idea de lo que este personaje siente y piensa.
Dos sucesos claros y concisos darán las pruebas necesarias para darle justificación a todas estas revelaciones, y ambos se dieron con ocasión de esta reciente Copa América.
Después, que los pechos de dos voluptuosas connacionales opacaran los resultados de la selección peruana en las primeras fechas, muchos, en esta sociedad huachafamente hipócrita, saltaron de sus asientos, criticando indignados sobre la provocadora actitud que tuvieron estas dos señoritas al mostrar orondas sus apetitosos pezones.
Entendibles esas reacciones, conociendo cómo piensa generalmente este rancho, pero fue la recreación que hizo en su programa sobre este hecho Carlos Álvarez, lo que pintaría de cuerpo entero a este cómico.
La escena se daba de la siguiente manera, de un lado estaba la chica guapa, la bonita con la camiseta argentina y más abajo de ella, estaban dos cómicos grotescamente disfrazados, dándole un carácter casi simiesco a la imitación de las dos vedettes peruanas que habían captado recientemente la atención de la prensa extranjera.
Cuál era el mensaje subliminal que le quería estrujar en el rostro a esa tele platea nacional Carlos Álvarez. Sencillo, que una extranjera rubia siempre será más hermosa que una chola peruana, así, ésta, tenga un culo y unas tetas de ensueño.
Para este cómico esas dos mujeres imitadas, eran casi simias comparadas con la “blanca” y “rubia” extranjera. Mientras los argentinos en su tierra las encontraban atractivas y las entrevistaban, Carlos Álvarez las mostraba totalmente repulsivas.
Ese no fue el único hecho, porque el conocido imitador tuvo otra actitud que nos hacia exiliarnos por amor propio de toda esta estupidez, porque no guardaba coherencia alguna con lo que estaba pasando en ese momento, porque, mientras en el otro lado estaba Paolo Guerrero coronándose goleador en Argentina, de este lado teníamos a Carlos Álvarez, no, alegrándose de que muchos niños veían por primera vez a un peruano figurar en un importante campeonato, no, él tristemente célebre imitador, no tenia mejor manera de mostrarnos de que porquería estaban hechos algunos peruanos, divirtiendo a ese público zoquete, arrojándoles toda esa basura envuelta en papel rosa, denigrando con mariconadas a un jugador peruano que con garra levantaba con sus cinco goles el hasta ayer decadente futbol peruano.
Este idiota cómico, no tenia mejor idea que terminar con esta fiesta de la forma más vil y cobarde, intentando con toda sus fuerzas hacerle quedar en ridículo a este jugador. La mala leche que le tiene a la persona de Paolo Guerrero, lo escudaba, escondiéndola en esa estúpida imitación. Pero que mierda de gente es ésta, que se burla de quien merece todo los elogios por lo hecho en la cancha. Que total falta de respeto se tiene el peruano así mismo.
Cuando hablo sobre esa degradación, son esta clase de atrasados, los que siempre me darán esa inacabable inspiración para seguir con este blog.
No creo que los cómicos chilenos, también, se hayan burlado de la misma manera, cuando el “matador” Salas, hacia sus golazos frente a Inglaterra o Zamorano se coronaba goleador en el Real Madrid.
Con estos desaciertos, del poco inteligente Carlos Álvarez nos muestra lo mejor de sus infiernos, su inquina más oscura y toda esa regurgitación que le producen los cholos, a los que su trastornado racismo le obliga cada cierto tiempo a ridiculizarlos con sus impunes imitaciones.
Al margen de las inclinaciones y las preferencias de algunos, yo creo que deberían estos cómicos ambulantes detenerse un momento a pensar con algo de lucidez sobre el mensaje que llevara al espectador, antes de despedir este tipo de imitaciones.
En realidad fueron varias las ocasiones, pero son estos dos hechos los que nos mostrarían como está formado el mundo interior de Carlos Álvarez.
Esa disimulada y angustiada forma de hablar y su inocultable incomodidad ante las preguntas de cualquier entrevistador que tiene al frente, muestran a alguien que definitivamente esconde algo oscuro y seguro que el día que se destape, formara parte de uno de esos tantos birrios escándalos que sacuden de vez en cuando esta abyecta farándula repleta de podredumbre que “enriquece” la peculiar televisión peruana.
Que personajes tan ignorantes y desatinados tiene esta televisión, que cuando realizan estas aparentemente inofensivas parodias solo muestran al telespectador lúcido toda su verdadera calidad humana.

miércoles, 13 de julio de 2011

Sergio Markarián y la sobrevivencia del armenio

El origen de su apellido representa la tozudez del pueblo armenio por sobrevivir  a todas esas persecuciones y genocidios sufridos en el transcurso  de su agitada historia. El más mortífero de todos estos pogromos fue el provocado por los turcos a comienzos del siglo XX, obligando a buena parte de su población civil a una diáspora por distintas partes del mundo.
Después de dispersarse por todos los rincones de planeta, uno de sus descendiente, hoy, se encuentra entre nosotros, pero, ahora este heredero de la perseverancia por existir de un  pueblo,  tiene una tarea muy difícil. La lucha esta vez no será por la vida, porque si fuera así dependería solo de él y sus fuerzas. Esta vez no sucederá así, porque su triunfo y exito dependerá de otros. Es por ello que el objetivo planeado por Markarián se vuelve casi  utópico al querer llevar a un mundial de futbol  a este  país y a sus más genuinos representantes, un grupo humano tan atípico como  la Selección Peruana de Futbol.
Encontramos dentro de ellos –salvo algunas excepciones- futbolistas con una moral y autoestima de subsuelo, como aquel, que ganando buenos euros -mejor dicho millones-,  ostenta un sentido de pertenencia menoscabado, claro reflejo del tipo de autoestima que posee, un amor  propio  vejado y reflejado en una vida personal marcada por la constante mendicidad ante la pálida superioridad y la convivencia con el puterio la marginalidad y el desorden. Muestra su falta de huevos no solo con esto, sino también cuando desprecia a su terruño como el más vil cobarde,  fingiendo una lesión para así no jugar ese partido decisivo.
Dentro de esta pequeña muestra aleatoria de la sociedad peruana encontramos también otros que detentan una disciplina que se acerca al más ranqueado delincuente, como si quisieran emular a todo lo mangante, ineficiente, infecto y fermentado, principales ingredientes que han hecho de este futbol peruano caracterizado por ser desorganizado, sin objetivos y con una normatividad que apunta siempre a la improvisación. Sus dirigentes, ni que decir, mantienen toda esta milonga porque les resulta muy provechosa.
La labor de este técnico de futbol se vuelve dificultosa cuando tienes este tipo de futbol y de “profesionales”. Juntarlos y formar un equipo ganador teniendo toda esta realidad, en definitiva será más complicado que lo hecho por el pueblo armenio para  sobrevivir.
Sabemos que por la herencia genética este entrenador no se dará por vencido, a pesar, de que a tientas se va dando cuenta que el material que va manejar es muy alejado de lo que él conoce y siente, porque Markarián, si llegó a clasificar al mundial a un equipo chico como el paraguayo fue porque aquellos estaban integrados por seres con otro tipo de autoestima y otro orgullo, distinto al que posee el peruano común.
Sin exagerar, una autoestima que te haga perseverar y ganar, un orgullo alejado de complejos y prejuicios, por ejemplo, que te haga hablar en guaraní, De ahí, es donde obtuvo el paraguayo, la fortaleza necesaria para luchar hasta el último aliento contra la Triple Alianza a mediados del siglo XIX.
Esa misma perseverancia encontró el maridaje perfecto con la sangre armenia de Markarián y todos vimos los resultados con la clasificación al mundial de futbol de la selección paraguaya.
Y te preguntaras ¿De qué puta te sirve, este concepto psicológico para el futbol?
Sencillo, porque en la cancha esgrime mucha importancia. Si la tribuna está en tu contra y te ensordece, gritándote insultos. Uno que posee una autoestima sana, no se “achica”, si no, todo lo contrario, extrae esas fuerzas necesarias, para callarles la boca haciendo un mejor trabajo; pero uno que no la posee, se pone nervioso y la inseguridad hace preso de él haciéndole cometer un autogol.

miércoles, 29 de junio de 2011

Rosa María Palacios, despedida al pelmazo fujimorista


Me sorprendió escuchar del periodista la cantidad de años que ha estado al frente del programa “Prensa libre”. Fueron siete los años que nos hemos tenido que soplar a esta señora y su estilo de conducción.
Apareció la desconocida conductora de repente en una pantalla plagada de bustos parlantes y abundante en periodistas sin pesadas cruces deontológicas y bajo el seño la marca de todos esos federicos salazares pero escasos muy escasos en huevos y temple.
Los vientos han cambiado y como siempre ocurre con ello los canales de televisión se van acomodando de acuerdo al son de los que ahora se han turnado en la dirección de la orquesta.
Soy honesto no la voy a extrañar como no extraño tampoco a los que tienen la oportunidad de tener pantallas y lo único que hacen es mostrarnos la debilidad y la cobardía de estólidos rostros  que aumentan mi sorpresa cuando sé que son inteligentes y leídos pero por razones que ellos mismos deben saberlo se empecinan en sus devotos miedos y conceptos retraídos inundando de conservadurismos la polvorienta televisión peruana.
Rosa María Palacios nunca fue imparcial, su defensa al fujimorismo no pudo ocultarlo, su apoyo a causas conservadoras tampoco. Fueron pocas las veces que aguanté  un programa entero de “Prensa libre”, espacio que si estuvo libre de algo fue de todas aquellas ideas vanguardistas y liberales, pero, a cambio inundaba la televisión de todo lo mohoso, aburrido y huchafamente pacato.
Fueron años también de impune muestra de cómo se hacía descarada apología fujimorista, pero como dice el dicho, no hay mal que dure cien años, y fue eso, lo que al final  terminó con ese programa que en ostracismo solo podía competir con el aliento y las silabas que despedía esta conductora que desde la comodidad de este humilde servidor se la veía como una señora -recalco- pacata y conservadora al culo, como aquellas personalidades que tienen  algunas mujeres que pierden su virginidad pasado los treinta con padres racista extremos que con gritos y rigidez católica de tipo talibán les inculcaron una religiosidad y conservadurismo que ni siquiera sus estudios en el extranjero pudieron extirpar. En realidad, Rosa María Palacios fue el más espantoso pelmazo que ha tenido que sobrellevar este ciudadano.
Leía –y viene al caso- un libro sobre la sociedad peruana durante la segunda mitad del siglo XIX, y en ella, descubría que seguimos con las mismas taras y conductas de esa época. Salvo lagunas computadoras y combis, el pensamiento de la mayoría sigue siendo el mismo, el gallinazo sigue en el mismo lugar y el vendedor ambulante también, como que también están los mismos personajes con escrúpulos hipócritas haciendo de líderes de opinión, sino veamos el diario El Comercio, muestra viviente de todo lo que decimos.
Necesitamos un cambio y este solo va surgir desde el momento que exista una buena parte de la población que deje su estado de ignorancia y se culturice, desde aquellos que viajan continuamente a Miami y son asiduos consumidores de whiskies -como lo afirma Vargas llosa-, como de aquellos nuevos profesionales que van engrosando la clase media peruana.
Leamos, ampliemos nuestros conocimientos, aventurémonos en la ciencia y en los procesos. Ese cambio del que hablamos, ocurrirá cuando en la mayoría de hogares y aulas de las escuelas peruanas encontremos siempre un buen diccionario y no como sucede ahora en los que escasean estos, pero en su lugar siempre están esas innecesarias biblias.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...