viernes, 3 de mayo de 2013

CONCYTEC y el verdadero respeto


Fueron por pocas horas mi alegría y tranquilidad hasta que dejaron sin efecto la disposición. Creí por unas horas que por fin  en este país plagado de ignorantes y fundamentalistas religiosos,  alguien  se atreviera a dar el  primer paso  para ingresar  a una real  modernidad  y adentrarse  en ese   camino que lleve a  nuestra sociedad  a ser verdaderamente civilizada y  democrática.    
Después que se propalara la noticia sobre CONCYTEC y la prohibición de imágenes religiosas. Los noticiarios más idiotas no tuvieron mejor idea que salir a las calles y preguntar cuál era  su opinión a ese pueblo casi iletrado, pero eso sí,  fervorosamente religioso. El tipo de repuesta que daban, era de esperarse,  la gran mayoría se oponía e inclusive  algunos decapitados  indignados, reclamaban  que  era una total falta de respeto, porque, supuestamente atentaba contra su derecho de libertad religiosa, sin saber  que la  falta de respeto  está, cuando se  intenta imponer una doctrina o un pensamiento. Y estrujar en el rostro de cualquiera que no piensa igual,  una cruz una esvástica o una media luna, es un indiscutible  irrespeto que atenta contra la libertad de creencia y  de pensamiento. 
Falta de respeto que también comete  ese  funcionario público  que permite  las  cruces sobre la pizarra del aula de cualquier colegio público, dejando que esos aparentemente inofensivos símbolos religiosos  cumplan la misma arbitraria  función que las imágenes de Kim Il Sung  en las aulas de las escuelas norcoreanas. Los niños son obligados todos los días a aceptar una doctrina  muy discutida en el mundo moderno, desechando en su lugar otros valiosos  conocimientos y condenándolos  de por vida a adorar deidades y  volviéndolos a la vez, supersticiosos  y prejuiciosos  frente a la creatividad y la ciencia.  
Esta falta de respeto se da también cuando en ese trascendental  protocolo,  sin importarles su creencia,  obligan a ese Presidente y Parlamentario a  juramentar  el cargo frente a  una cruz   o una biblia. O lo que es peor,  silenciosamente obligan a ese cadete a bautizarse en la religión católica,  ya que es uno de los principales requisitos para graduarse de oficial  en el ejército en la marina o de la  aviación,  atentando directamente  contra sus derechos fundamentales como  persona.
Falta de respeto también es que en la curricula educativa peruana  se siga manteniendo como asignatura para enseñar en las escuelas públicas   la religión católica. Desde pequeñitos a los peruanos se les obliga,  no,  a respetar las normas, sino,  a memorizarse un padre nuestro   y confundirlos con la fábula que Adán y Eva, convivieron con los dinosaurios.  Esa falta de respeto se da cuando los profesores permiten que en sus aulas  nunca falte una biblia,  pero eso sí, dejan que escaseen los diccionarios.
Falta de respeto es que el Estado Peruano no asuma  su imparcial rol formador,  dejando esta importante función a la iglesia católica que tiene  bajo su poder miles de nidos,  colegios primarios y secundarios  (alrededor del 50% de la educación peruana)  y que gracias  a un  oprobioso convenio, difunden impunemente su doctrina como en los peores países fundamentalistas religiosos.
Es la misma falta de respeto que tienen con el resto  aquellos piromaniacos  sociales que en hordas organizadas  toman  las principales calles y avenidas de nuestras ciudades  y  se dedican  a  estallar  los tímpanos de los ciudadanos detonando inmisericorde e indiscriminadamente sus ensordecedoras bombardas.
Esa falta de respeto se encuentra también cuando  descaradamente  Radio Programas obliga a todos sus locutores ser fehacientemente confesos  católicos apostólicos y romanos  para que todos los días propalen  por sus ondas todo ese fundamentalismo religioso.
Es una total falta de respeto que toda esa mangante tropa de cerriles ágrafos e iletrados ignorantes y por supuesto prejuiciosos,  crean que ser ateo es ser el demonio encarnado o  peor aún,  ser comunista.  Y todo porque uno a leído un par de libros más que toda esa manada de barbaros.

domingo, 28 de abril de 2013

¿Por qué el Perú nunca será un país desarrollado?


Una pregunta que parecería pesimista,  si vemos,  los datos estadísticos de este efímero crecimiento económico que a diario nos muestran los  medios y que ha servido de caballito de batalla de los diferentes  gobiernos desde Fujimori hasta Humala y que  ha hecho de nuestro país el ejemplo y tema de conversación en los diferentes foros que organizan los distintos  organismos financieros internacionales. 
¿Por qué nunca el Perú será un país desarrollado?
Sencillo.
Primero: nunca un país ha alcanzado altos índices de desarrollo limitándose solo a obtener sus recursos de la  explotación y venta de sus materias primas. Hoy el Perú solo vende al exterior materias primas (cobre, oro, zinc,  gas natural, etc.) y por lo que vemos, lo hará  por buenas décadas más.
Segundo: la industria peruana se encuentra en una situación incipiente -hasta diría que no existe-  y no es de ahora. El proyecto de una industrialización real del país  aún no se ha dado. Sectores en los que se podría  iniciar y hasta ser competitivos en el mundo como la metalúrgica,  aún ningún gobierno ha fortalecido esta actividad.
Tercero: Salvo por su geografía llana y sus excelentes vías de comunicación, el centralismo francés ha sido a través de su historia  eficiente. El Perú nunca tendrá altos índices de desarrollo mientras se siga manteniendo el centralismo limeño en un territorio tan extenso (más del doble del territorio galo) y accidentado. Es estúpido seguir hacinando  a la tercera parte de la población dentro del área metropolitana de Lima y a más del 60 % de la población total del país establecida en una de las regiones más áridas del mundo. Si esto sigue así,  nuestro desarrollo será siempre un imposible.
Cuarto: la educación que se imparte en el país dentro de su desorden y mediocridad es incoherente con las necesidades que se tiene. No forma un ciudadano racional, creativo, autónomo y competitivo. Todo lo contrario, por su contenido religioso y abstracto crea un ciudadano  místico, supersticioso y con muchos temores para investigar y crear. Esta educación además no hace al futuro ciudadano identificarse con su nación  y su verdadera identidad  nacional,  reflejándose esto en su poco sentido de pertenencia y en general en la baja autoestima de la mayoría de la población. Esta educación sin objetivos, etnocentrista (blancos) y fundamentalista católica es incoherente con la realidad del mundo que va a la vanguardia, porque no desarrolla la tolerancia a la diversidad y estas  taras siempre impedirán el desarrollo del país y de cualquier otro. Los estados  más racistas y religiosos son a la vez los más atrasados. 
Quinto: los valores humanos generalizados en la población de un  país son muy importantes para alcanzar altos índices de desarrollo. Una característica del peruano es su poco apego al respeto por el cumplimiento de cualquier tipo de norma y ley. Desde aquel habitante del más exclusivo lugar hasta el más humilde guardan estas conductas. Grave lastre si se quiere alcanzar altos índices de desarrollo. 
Sexto: Desde hace 5000 años las civilizaciones que se han desarrollado en nuestro territorio han sido estados autócratas,  ni el Tahuantinsuyo ni el periodo colonial cambiaron esta situación y en la etapa republicana, más lo han conformado  gobiernos dictatoriales. Entonces, la formación de valores democráticos en la población es muy necesaria para poder alcanzar altos índices de desarrollo.
Bueno, entonces,  está claro. Estos  efímeros periodos  de bonanza y crecimiento económico han ocurrido otras veces  por intervalos en nuestra historia ( la época del guano del siglo XIX, las décadas de los cincuenta y sesenta del siglo pasado y los años de crecimiento que estamos viviendo desde el régimen de Toledo).  El desarrollo en nuestro país será siempre lejano mientras no se salven estos graves escollos y se realicen los cambios a los problemas que hemos enumerado. Es muy difícil, es casi utópico, si vemos, el estado en el que se encuentra la mayoría de nuestra  población y sobre todo las personas que en este momento tienen el poder de decisión en sus manos.     




miércoles, 17 de abril de 2013

Juan Manuel Guillen Benavides y el perfil del camarada repugnante

La Recoleta es un pintoresco barrio del casco antiguo de la ciudad de Arequipa: la arquitectura, sus callejuelas estrechas y adoquinadas,  y ese cielo tan azul,  le dan al lugar   un  aire realmente apacible y agradable. Contrariamente, también en ese  sector de la ciudad se erige  la  Gerencia Regional de Educación de Arequipa. Siempre, se la ha conocido  como el centro de todo lo sucio y corrupto,  pero, en los últimos tiempos, se ha convertido en una verdadera  madriguera y  refugio temporal de un tipo de persona  que por la forma de desenvolverse -según nos cuentan-  representa el perfil que mayoritariamente poseen  los que  rodean al actual presidente de la región. Son personajes que con sus abyectas maneras en estos momentos ensucian con la mediocridad de la ineficiencia comunista la formación de miles de niños y adolescentes arequipeños.
Al frente,  había un viejo, algo aburrido  y  con gestos del más rancio burócrata, pero, con ojos honestos e impotentes de no contar con  el poder de decisión de antes. A su costado,  había  un  sillón vacío. En la mesa  contigua,  estaba el hombre sin rostro, pusilánime con un enorme terror al mundo que se protegía con su único escudo: una pequeña laptop. A su izquierda,  parecía su gemelo: el mismo traje y los mismos gestos, pero igual de simple, y más preocupado por lo que marcaba el reloj en ese momento. Al fondo  de ese aburrido pelotón del ocio y la ineficiencia  teníamos a una señora con el típico rostro y  las actitudes de la más torpe y desmemoriada de las tramitadoras.
Aquel asiento vacío pertenecía a la directora de aquella orquesta mediocre en esa vieja oficina de Gestión Pedagógica. -Según cuentan-  se  hacía llamar: “Camarada Gina” e ingresó arrogante, intentando con gritos  hilvanar algunas silabas coherentemente.                 -Seguro-  el desenvolverse en la vida como una afanosa agitadora de plazuela no le dio el tiempo necesario como para ilustrarse un poco con un buen libro y dejar el estado de limitada ágrafa que ahora exhibía con sus alaridos  y  todo ese  vocabulario ordinario, como emulando al más  tirano dictador norcoreano, despreciando  a  cualquiera que le pusieran al frente; atrás quedaron sus días,  cuando cabizbaja, deambulaba como fiel ramona y se alimentaba con lo poco que le daba el pulular por los  oscuros y polvorientos  rincones de aquel Centro Federado, porque hoy,  ingresaba soberbia y alborotada, deslizándose escandalosa como el más mortal áspid, segura del poder que le daba  ser  los ojos y oídos del presidente de la región.  Cada uno de ellos en esa oficina reveló con sus inseguridades  y perífrasis la baja condición intelectual en el que se desenvolvían.
Esos “Camaradas” no eran unos simples burócratas más, porque, muchos de ellos forman parte del círculo más cercano  del actual presidente de la región Arequipa. Este abyecto y limitado grupo, si en algo se parecen, es que  reúnen todos,  ese  exigente perfil que ha puesto a su gente de confianza Juan Manuel Guillen Benavides.   Es ese perfil del subdesarrollo, es el perfil de la ineficiencia y el atraso. Hoy, los que dirigen las diferentes gerencias que conforma el gobierno regional de Arequipa cumplen con el mismo riguroso perfil.  Cuanta sucia miseria intelectual hoy organiza y gestiona la educación de los estudiantes en la región Arequipa. Solo es la asquerosa miseria de la ignorancia y la mediocridad, y directos responsables de que la educación arequipeña y la peruana se encuentren en el sótano de América Latina.
La educación en el Perú –y esto no es nada nuevo- se encuentra en un nivel paupérrimo y el que se imparte en la región Arequipa no escapa a esta realidad. Una de las causas para que se presente este grave problema es que las personas encargadas de la gestión pedagógica están en un nivel  intelectual tan mediocre que se trasluce en el tipo de trabajo que ejecutan.
En esa foto de la sección social del diario “El pueblo”, lo veíamos al presidente regional de Arequipa, Juan Manuel Guillén Benavides, muy desmejorado, lánguido y mortecino; como si la enfermedad  que padece lo estaría consumiendo cada día más. Pero, el melanoma que soporta no se compara al cáncer que el mismo y su perversidad están propagado por toda la región. Ese cáncer maligno, lo denuncian los medios locales: son las asquerosas miserias de la corrupción la ineficiencia el nepotismo y el despilfarro. Es ese vil egoísmo que lo obliga a que le llegue al tuétano cualquier obra que beneficie a su población. Es quizás esa egolatría y perfidia por un triste final que  le hace mandar  al resto a la mierda, haciendo innecesario e intrascendente cualquier obra que verdaderamente sirva a su comunidad. En su lugar, se deleita  colocando en los cargos  importantes a los más idiotas e incapaces, ventilando  a los cuatro puntos cardinales del valle de Arequipa esas  asquerosas  miserias con el perfil de sus más repugnantes camaradas.  

viernes, 29 de marzo de 2013

José María “Chema” Salcedo y la generación estúpida


Este periodo o etapa que vive el país, se refleja en el tipo de radio y televisión que se escucha y se observa. Escasea el buen criterio y la lucidez. En su lugar, abundan los ignorantes y limitados, todo tipo de inválidos mentales y  un gran  enjambre de temerosos beatos y lameculos. Se extraña por ejemplo a Hildebrandt. Suena paradójico, que durante  el régimen dictatorial fujimorista, este periodista aparecía con frecuencia en las pantallas de la televisión de aquella época, con presiones de todo tipo, accidentada, pero sus opiniones eran escuchadas en señal abierta por el televidente.  En cambio, ahora, que los peruanos -se supone-  recuperaron la democracia, y se vive en un ambiente supuestamente  libre y de respeto del estado de derecho, el nombre de este periodista está totalmente prohibido en las más importantes cadenas de televisión.
Esta etapa que vive el país ha sido tomada por el conservadurismo el estancamiento intelectual  el letargo y la religiosidad.   La mayoría de los medios de comunicación se han alineado en este sistema y para mantenerlo ponen en las pantallas  a bustos sosos que cubren los más miserables intereses  y las infames expectativas de la tiránica visión de ese  broadcaster,  pero no ayudan en nada para mejorar esta decadente sociedad ni la formación del televidente.
Uno de estos representantes es el periodista José María “Chema” Salcedo. Su vil racismo y huachafo elitismo lo mostró al quitar de las pantallas de la TV el histórico programa "Informalísimo". Cuando tengo la oportunidad de  sintonizarlo, mi tolerancia logra soportarlo no más de quince minutos. Tiempo suficiente como para darme cuenta que estamos al frente de un personaje tan pacato y aburrido que empujarnos el espacio completo sería como el suplicio de toda una liturgia.
Como aquella vez que tenía de invitado a Mikel Erentxun. Fuera del tema musical y farandulero que era obvio, tenía que tocarlo. Uno, esperaba preguntas mucho más interesantes -por no decir inteligentes- como: la realidad española vista desde un vasco o tocar el tema de la autonomía. En realidad, asuntos que despierten la cognición del televidente. Pero no, el conocido periodista, más se dedicó a ventilar por las pantallas su rebuscado origen vasco, a cada momento repetía que como su entrevistado también corría sangre vasca por sus venas. Digo, en un país de mayoría indígena y mestiza y sabiendo que sus rostros están prohibidos en la televisión racista, redundar sobre estas costumbres en ese momento rallaba casi el ridículo.
Otras veces lo hemos escuchado más  insoportable aun, sobre todo cuando hace de un improvisado sacerdote, mostrando su fundamentalismo religioso casi como el más virginal de los curas. Sus opiniones nunca salen de lo mohoso y conservador. Pareciese que si se asomara en su delante  una vagina, el pobre, aterrado se apartaría a un rincón del edificio y se azotaría, porque, sus puras pupilas cometieron el semejante pecado de mirar aquellas imprevistas y  lascivas tentaciones.
Tanto conservadurismo y religiosidad,  solo nos recuerda a la época de los años cincuenta. Como el más torpe de los crustáceos, hemos retrocedido culturalmente  más de medio siglo.  Porque, los que colocan el menú de los píos corderos han elegido el conservadurismo antes que la libertad de que el pensamiento del ser humano avance y evolucione.  Porque, todas esas ideas, como se practican, comúnmente en nuestra sociedad,  son limitadas o prohibidas en Singapur. Es la triste realidad. Este crecimiento económico nunca traerá un desarrollo verdadero a nuestra sociedad.  Porque todas esas ideas y conductas  que desencadenaron la desigualdad y la posterior violencia de los años ochenta, hoy se han reverdecido como la más mortífera planta venenosa.
Pasará  esta etapa de buen  precio de nuestros metales, luego vendrá la siguiente de esta conocida paramnesia peruana.  

miércoles, 13 de marzo de 2013

La revocatoria y el espíritu limeño

Las gentes que habitan una determinada urbe, desarrollan ciertas particularidades que se irán constituyendo  con el tiempo en  su sello personal, siendo una especie de  distintivo de toda su población. Así se formó ese aire cosmopolita y de apertura del neoyorkino o el apego de acoger la literatura de otras culturas que tiene el parisino.
Esa  malsana  humedad y su insufrible cielo gris junto a la aridez de sus alrededores va influir mucho a sus pobladores  y el hecho de que sus fundadores  procedían de una patria que los  marginaba por ser mozárabes pobres y oscuros, hizo de ellos, seres podridos en complejos de inferioridad. Estos orígenes bárbaros de los fundadores de Lima les crearán miedos y traumas, marcándolos para siempre, una de esas heridas serían los prejuicios raciales, látigos que ellos conocían muy bien por ser mestizos de sangre mora.
El desenvolverse entre la inmundicia y con los peores  proscritos les fue moldeando  como los mejores discípulos en el robo y la falta de honor y dignidad.
El analfabetismo e ignorancia les produjo muchos temores y supersticiones cayendo por estas razones vulnerables en las manos del fanatismo irracional de la religión católica.
Sus recelos hacia el mundo  andino y su sabiduría hicieron de ellos abrazar los compases africanos y esa violencia furtiva de marginal  ensombrecería siempre sus acciones  llenándoles de cobardía. Estos fueron los principales ingredientes que formaron el espíritu limeño heredado de sus  fundadores que  tuvieron también estos apellidos. Aunque por vergüenza algunos lo callan.
Ese particular espíritu significó, en cierta forma, el origen del triste final que encontraron estos y con los siglos, para mala suerte, del resto de peruanos, estas innobles enseñanzas se propagarían  como uno de los peores males por toda la ciudad y el resto del país.
Hasta mediados del siglo XX  gracias al aislamiento que ella misma se había impuesto frente al  interior,  todas esas boñigas se mantuvieron contenidas dentro de los linderos de esa  ciudad,  pero, con las décadas y el desarrollo de las comunicaciones, toda esa cultura corrupta e improvisada,  llena de egoísmo  y entreguismo y que provocaron la derrota de la Guerra del Pacífico y la reducción de nuestro territorio, gracias a la política centralista del estado se fueron  diseminaron libremente  por el resto del territorio peruano, contaminando a su población con todo ese decrépito espíritu limeño.
Hoy somos observadores una vez más de la insensatez del poblador de la capital de la república, otra vez los limeños se enfrentan entre ellos desperdiciado cuatro años valiosos,  mientras tanto, esa ciudad que posee la tercera  parte de la población del país sigue tomada  por el caos y la delincuencia. Y esta conducta no es de ahora, porque hace más de cien años,  mientras el numeroso  ejército  chileno    desembarcaba en Lurín,  los limeños no idearon mejor defensa para su urbe que enfrentarse entre ellos  en una estúpida guerra civil.
Es de nuevo ese espíritu que caracteriza a la población de  esta gran urbe, son esas particularidades que se fueron instituyendo con los años, adquiridas de sus fundadores cuando  allá por el siglo XVI sin pensarlo Pizarro y sus maneras heredó a la futura población de la ciudad que estaba erigiendo.   
Los resultados de esta revocatoria, será lo de menos. Al final quien salga triunfante no interesa, si es Castañeda, Alan García, Susana Villarán, Lourdes Flores o el fujimorismo. Lo cierto es que la gran derrotada una vez más será  la propia ciudad de Lima,  porque perdió tiempo valioso en discusiones egoístas de grupos que siempre anteponen sus propios intereses por sobre las verdaderas necesidades de esta caótica ciudad.

Y lo más triste de este culebrón es que esta  ciudad llena de gentes insensatas “guían” al resto del país por esas trochas llenas  de incertidumbre y confusión.

lunes, 4 de marzo de 2013

Phillip Butters y el cholo bruto


Los cobardes y crueles de todas las latitudes se parecen mucho. En Argentina, por ejemplo, cuando se les antoja,  protestan en contra de su justicia cuando esta quiere mandar a la jaula a Videla o Galtieri. En Chile, estos,  después de salir sudorosos de la eucaristía y luego de despedirse de sus amigos en ese influyente círculo religioso, en su momento,  se dieron el tiempo de reclamar indignados,  cuando  los ingleses retuvieron por algunas horas en Londres  a Pinochet,  por haber,  desaparecido algún ciudadano  británico en su pasada dictadura.
Hoy,  en nuestro país, que en estos veinte años se ha ido formando  como un espécimen amorfo  hecho  con los desperdicios rescatados de  los servicios higiénicos de Wall Street y los desechos del insignificante capitalismo  que viene desde el Manzanares y el Mapocho. Estos desalmados seres de vez en cuando salen a la palestra amenazando con romperle la cara   cualquiera que ose oponerse a sus ideas, casi siempre, autoritarias y represivas,  porque, desde su abyecta genealogía lo  acostumbraron a ello. Estos medrosos en el fondo son  seres aquejados por los peores males originados por sus patéticos trastornos  que por las noches  les hacen sufrir la terrible pesadilla de amanecer algún día maricón.
En esta tierra de caínes y navajeros y cerriles de todo tipo,  los más abyectos  y violentos son fácil de identificar porque  casi siempre poseen  los mismos distintivos. En su gran mayoría son fervientes católicos y admiradores de aquellos personajes  que  gustan de patear el culo al más indefenso. De estos, los más peligrosos son aquellos que detentan algún cargo importante o influyente, cuando esto sucede,  riegan a la sociedad impunemente con una lluvia de inequidades,  injusticias, abusos e intolerancia, prejuicios y estereotipos. Uno de esos especímenes lo encontramos aquel día jadeante y trastornado esperando las preguntas incomodas del entrevistador.
Aquella mañana, estaba Phillip Butters sentado en ese programa de televisión. La primera impresión que nos dio fue  su aspecto que exageradamente distaba del nombre británico que dieron en  su presentación,  ambos estaban tan alejados étnicamente  como los nuevos apellidos que encontraron los esclavos negros recién desembarcados  en América o como esos millones de peruanos, aculturizados y  con rostros oscos,  llevan  estólidos aquellos motes  como de Del Castillo o  García, cuando en la realidad,  más les correspondería un auténtico Mamani o un Quispe. 
Phillip Butters demostró en esos minutos lo que esconden estas personas. Transpirado y nervioso,   a la primera sensación de amenaza, no agudizaba sus sentidos con mejores argumentos, sino,  le recordaba al que tenía en frente,  su metro ochenta y que con solo una pecheada de su robusto cuerpo podía partirle el alma  a cualquier hijo de puta que se atreviera a discutirle. Esa  violencia al hablar solo es el muro aparentemente infranqueable para que los hostiles de siempre no vulneren sus entrañas  temerosas, delicadas y rodeadas  de femineidad.
Se alinea con lo más conservador, por eso,  la malévola imagen de Cipriani hace de  sumo pontífice en su cosmovisión violenta y tirana. Lleno de contradicciones se tambalea de la mano con Haya de la Torre y su vecindad alanista  y acaricia las axilas del fujimorismo excusándolo  torpemente de sus  excesos antidemocráticos.
Un típico personaje más de nuestra abyecta sociedad, criado en las mejores familias limeñas, juntos con los blandinis y los huevermeyers,  todos cobardes por antonomasia que se orinan ante el chileno o el extranjero, pero, eso sí, los mejores cuando se trata de humillar a la empleada o al  jardinero, sumidos eternamente en ese océano de miedos desde cuando  niños un salvaje a golpe de puteadas les fue moldeando.



domingo, 27 de enero de 2013

Telefónica y La Brea y Pariñas

Nunca el golpe cobarde y abusivo de este gobierno ha tocado tan cerca del hígado del peruano de a pie como cuando se enteró de la noticia que el estado había renovado el contrato por dieciocho años más a la opresiva Telefónica del Perú. Ha sido la mejor distinción para la expoliadora labor de esta empresa que en estas casi dos décadas de funcionamiento ha brindado un pésimo y costoso servicio a los usuarios.


Esta poderosa corporación es la responsable de que en la mayoría de los hogares peruanos se desconozca la telefonía fija, obligando a ese pueblo tiranizado y pusilánime al uso de los nocivos celulares. Además, esta empresa ha estado siempre embarcada en condenar a esos millones de peruanos a girar eternamente en el círculo de la ignorancia ya que por los altos costos que impone al uso del internet hace inalcanzable para un 80 % de la población esa importante herramienta del conocimiento.

Todos los días, con la escusa de “conectar” a los peruanos desde Tumbes hasta Tacna esta empresa atropella los bolsillos de los incautos con tarifas sobrevaluadas y cargos fijos que mengua la alicaída economía de nuestros compatriotas. Han sido dieciocho años en los que ha gozado de un exclusivo monopolio que le sirve para fijar el precio que le da la gana y además le da el poder suficiente como para frustrar cualquier intento de competencia en el mercado, sobre todo, en la telefonía fija.

Los virreyes tiránicos y la censura de la inquisición de la oscura época colonial, han sido reemplazados por este gran conglomerado que no ha asimilado aun sobre el respeto al ciudadano peruano, valiéndose para perpetrar sus abusos de serviles protectores, mercenarios como aquel que vociferaba ese 28 de julio, midiendo alegremente el progreso de la población no con la reducción de su pobreza o el acceso a una mejor educación, sino, estúpidamente, con el incremento de móviles entre los peruanos o como también por aquel ministro andino con cabeza engominada que con voz hosca buscaba incomodo las escusas necesarias como para poder explicar el atentatorio nuevo contrato firmado con esta nefasta empresa, pasando por encima de la opinión pública, resignándolos a morderse los labios de la impotencia y con unas enormes ganas para el desquite.

Los proto indígenas que nombraba “El País” de España, han mostrado su verdadero cariz, mórbido, simple y dócil. Este gobierno de Humala está resultando peor que la de García y Toledo juntos. Siquiera aquellos con sus escándalos y desequilibrios aderezaban algo su entreguismo siguiendo el mismo y mal libreto de lo dejado por el fujimorismo. Pero, este, es peor, ya que no sale de su imagen de busto impuesto y esgrimido.

Pero, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, estamos seguros de que más temprano que tarde, este atropello, servirá para que algunos peruanos levanten las banderas de la dignidad de nuestro pueblo y harán que esta estratégica empresa deje de menospreciarnos.

Dudamos mucho que Telefónica llegue a cumplir esos nuevos dieciocho años. Será como el problema de La Brea y Pariñas de los años sesenta. Cuando el entreguismo del timorato Belaunde sirvió de escusa para que Velazco terminara el inconveniente de la manera que todos conocemos.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...