domingo, 18 de noviembre de 2012

La Tercera República Española


Después de la tormenta siempre viene la calma, al final del túnel siempre se encuentra la luz. Pareciera trillado este estribillo pero es una completa realidad al ver lo que está sucediendo hoy en España que se debate en la peor crisis de los últimos tiempos. Y cuando esto sucede,  las fuerzas vivas del país se preguntan  sobre las causas que originaron el problema,  y dentro de esta búsqueda,  surge  una autocrítica por lo hecho,  intentando de algún modo,  arreglar lo malo y mantener  lo bueno.
La prensa televisiva peruana, siempre zonza y poco creativa, dentro de esa falencia meníngea,  logra algunos aciertos como retransmitir determinado programa extranjero. Uno de ellos,  justamente, desarrollaba el tema de  la cumbre iberoamericana.  En esa charla,  una lúcida  panelista española,  después de opacar  a  un medroso rioplatense y a un mexicano novicio,  supo finalizar la tertulia afirmando que el alma republicana  estaba renaciendo por estas épocas en la península ibérica. La informada mujer,  recordaba  que la causa del vencido  al final siempre es la más  justa, y  por fin,  los españoles se habían  dado cuenta de ello.
Esta crisis económica va de la mano con la institucional  y según parece indicar para el rey Juan Carlos I,  será su última cumbre iberoamericana.  Después de leer su biografía, qué mejor enterrador  para un  régimen que a través de la historia  siempre  ha buscado el estancamiento de España ayudados por sus apostolados cómplices. El periodo franquista finalizará con él,   y después nacerá una nueva España,  una que se haya desecho de lo formado  en las entrañas de la  dictadura fascista.  Esto,  sería,  -si es que, otra vez,  el destino no juega en su contra-,  el nacimiento de la Tercera República Española. Porque, no hay  familia peninsular que no recuerde algún venerable republicano o falangista,  y como esta panelista decía, siempre hay un abuelo al que se quiere  más y es que el alma de la Segunda República todavía sigue  presente  hoy en día. Y que mejor manera de recordarlo que trasladarnos a esas cándidas e ilusorias épocas de comienzo del siglo XIX, eligiendo como cede de esa cumbre iberoamericana el lugar en donde hace dos siglos se comenzaba a sellar  el fin de un régimen y toda una época. 
Muchas veces en su historia los propios españoles han minado el camino al desarrollo,  como ocurrió con la constitución de 1812. Aquella Carta Magna que iba con la época,  hubiera colocado a  España por la senda del modernismo. Cuánta sangre no se hubiera derramado  en el futuro  si esa constitución hubiera sobrevivido, cuantas décadas no se hubieran perdido. Que sería de España ahora. Pero ese triunfo no ocurrió, porque  una de las monarquías más  torpes  de Europa, fue como en otras ocasiones  la que desechó esa oportunidad. Esa realeza,  hoy parece vivir un capítulo más  de la crónica del comienzo de  una  muerte anunciada hace ya dos  siglos.
Esperamos, que  la lucidez de la mayoría,  logre concluir  este reto  histórico de acabar con una de sus más terribles  taras,  un mal que solo ha traído  un  conservadurismo anacrónico y  esa  permanente frustración que nace  de la derrota constante  y esa decadencia originada por  la  miseria que a  intervalos se han sucedido a través de la  historia de ese régimen.
 Al final,  los propios españoles serán los que determinarán si continúan con una monarquía obsoleta y obstinada en desaparecer  o se decidirán  por la  auténtica  renovación que la historia desde hace doscientos años les está obligando  realizar. 

jueves, 8 de noviembre de 2012

Saludos de un quechua


 
Bueno, para ser honesto, cuando se habla de identidad cultural y digo de aquella que te clasifica dentro de un tipo de etnia o cultura, me pongo a analizar y trato de ubicarme en toda esa variopinta lista que se maneja en la moderna cosmovisión peruana, en donde, encontramos tamaña farsa y vaguedades, desde la terminología que se aplica, caracterizada por ser poco clara, limitándose a lo subjetivo y coloquial, a ser solo blanco o criollo, pasando por lo cholo, negro, indio o mestizo.
Primero, no me considero dentro del grupo de los blancos, tampoco, soy parte del pueblo afroperuano, ni mucho menos soy cholo, mestizo o indio. Y no me considero indio ni cholo porque no me parece coherente llamarle a la etnia o cultura  a la cual pertenezco con el nombre y adjetivo creados informalmente por la visión, cariño o injuria de un extranjero. 
Tampoco me incluyo dentro del grupo de los  mestizos, aunque durante décadas quisieron imponerme ese ambiguo e ínfimo término, porque no creo que esa palabra (mestizo) refleje coherentemente la cultura a la que pertenezco.
El problema está en que al peruano no le gusta llamar a las cosas por su nombre, hay mucho temor, o miedo a hurgar dentro de la verdad, es quizás su parte más vulnerable. 
Es tanto el desconocimiento sobre el tema que los términos utilizados para diferenciar las etnias o culturas que existen dentro de esta sociedad se reduce a lo que se ha venido utilizando de forma vulgar y popular hace casi cinco siglos y nadie  se ha detenido para realizar una clasificación mas real producto de un estudio serio y científico.
Lo que más existe son libros y teorías escritas por gente alejada de la realidad y que se conforma con dejarlo todo como está.
Pero, entonces, ¿Cuál es la etnia o cultura a la que pertenezco?
Después de leer, investigar, analizar y comparar los numerosos términos que utilizamos los peruanos para nombrar lo que entendemos como  etnia o cultura, y sobre todo, después de compararlo  con la cultura dominante criolla-hispana que se viene imponiendo hace cinco siglos, yo me considero Quechua. 
Si me voy a ubicar dentro de una cultura o etnia en el Perú, esta definitivamente sería el Quechua. 
Pero hay que hacer hincapié en algo, cuando menciono cultura quechua me refiero aquella alejada de esos estereotipos plagados de campesinos u otras gentes con su conocida indumentaria impuesta desde la colonia y que ha continuado en la republica criolla, con esos  sombreritos y polleras, o lo que suelen llamar quechua en Ecuador , Perú  o Bolivia. Muy alejado de esta degradada atmosfera.
Es que etnia quechua es más que ese huayno y la cantante vernacular. Cultura quechua es la perfección alcanzada en los tapices Wari, en  lo monumental de Machu Picchu, es la creatividad y organización del inca Pachacutec, y la perseverancia y lucidez de todos aquellos que lograron preservan algo de quechuas desde el identificarse con esta cultura, con este idioma, con sus ideas o los apellidos, aunque castellanizados como Quispe, Vilca, Mamani, etc. 
Está es la respuesta a todo. Porque aceptarte como quechua significa dentro de nuestra memoria intrauterina  mantener viva una cultura y sus conocimientos que abarcan miles de años. Es un resistente orgullo blindado de los malsanos prejuicios que nace de saberse perteneciente a una cultura de un pueblo inteligente, ordenado y disciplinado que construyeron maravillas modernas y estados muy organizados. 
Me incomoda decirlo, pero también me hace poseedor de cierta soberbia que quizás pocos pueblos ostentan, porque en su momento dominamos estos territorios. 
Siento este orgullo férreo e inquebrantable por lo hecho y por lo que somos capaces de hacer, orgullo por esa disciplina innata, el orden y la creatividad desarrollada desde hace miles de años.  Orgullo con bases sólidas y evidencias concretas.
Este es el camino histórico y la razón nos avala, y cuando lo compartimos con alguien, no existe ser consciente y lúcido que logre reunir los argumentos necesarios para hacernos pensar lo contrario.
El gran error de los gobernantes y las élites peruanas, creemos, que ha sido poner otras culturas sobre el quechua, esto le quitó identidad personal a millones de connacionales debilitándoles su autoestima colectiva y esto ha redundado en tantos fracasos históricos.
Quizás, esta autoafirmación quechua lo comenzamos nosotros, pero esto se ha ido multiplicando por el siber espacio a tal punto que en el ultimo censo del 2017  fueron mas del 20% de peruanos que han regresado a nuestra verdadera cultura quechua.
La cultura quechua, durante cientos de años, siempre a sido un factor de cohesión para distintos pueblos y gentes y hoy sigue siendo igual, porque para ser parte de esta cultura no necesitas tener un determinado tipo de rostro ni tampoco un característico  color de piel, porque esto es básicamente cultural.  
Entonces esta claro, ni cholo, ni mestizo, ni negro, ni blanco, quechua es mi cultura.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...