jueves, 4 de enero de 2018

PPK go home

La democracia debe mantenerse a toda costa.  Es el único sistema viable que nos puede conducir al desarrollo. 
Vivir bajo el Estado de derecho al amparo de la constitución y la normatividad de las leyes  significa dejar el caos, la corrupción impune de las dictaduras y los gobiernos de factos.
A tientas abandonamos la barbarie del tercermundismo cuando construimos esta democracia  año tras año gobierno tras gobierno dialogando en la búsqueda de ese consenso para encontrar aquellas soluciones de nuestros principales problemas  que arrastramos históricamente.
Pero es una pena y resulta paradójico decirlo que esta democracia que a duras penas subsiste desde la última dictadura queda exánime  con el  gobierno de Pedro Pablo Kuczynsk.
A pesar que el indulto a Fujimori le dio cierto respiro ante la amenaza de vacancia por las denuncias del caso Odebrecht, su situación se ha complicado más, porque ha encendido la mecha del estallido social con las multitudinarias protestas que se están organizando en las principales ciudades de muestro país.  
En realidad nadie lo quiere y se ha quedado solo en Palacio de gobierno como los hermanos Gutiérrez en 1872.  La gota que derramó el vaso fue este resabio de burla y traición  que ha encendido a la población haciendo que su presencia tenga a muestra  democracia con los días contados.
Si bien es cierto que  Toledo, García y  Humala no gozaron de una aprobación mayoritaria de la población, estos gobernantes nunca provocaron el rechazo y la agitación que hoy estamos viendo en el Perú.
Si a Pedro Pablo Kuczynski le interesa la estabilidad y el desarrollo de este país debería de dar un paso al costado, dejando el camino expedito para que se convoque a nuevas elecciones ya que en la actual coyuntura su régimen no garantiza la sostenibilidad de  esta democracia que ha costado tanto a los peruanos. Un adelanto de las elecciones significaría en el plazo inmediato contar con un gobierno que tranquilice al país, las circunstancias  son  distintas,  pero una actitud digna  de desprendimiento como en su momento lo tuvo Nixon en los Estados Unidos,  lograron aquietar las aguas dando sustento y estabilidad a su sistema democrático  además de fortalecer sus instituciones.  
Nos preocupa la sobrevivencia de esta democracia ante tanta protesta, porque se ha visto tantas veces en nuestra  agitada historia que por la falta de gobernabilidad y representatividad de un gobernante no faltará alguien que con aparente “buen corazón” de un golpe de estado para “pacificar” el país y acabe con este supuesto interregno,  regresándonos con este acto al desprestigio del caos tercermundista.  Yerran tantas veces no solo aquí sino también en el resto de Latinoamérica.
Desde aquí esperamos que Pedro Pablo Kuczynski demuestre que es una persona que realmente cree en el sistema democrático  moderno al cual contribuyeron en su formación Rousseau, Jefferson y tantos otros, y no caiga en  el tinglado de un simple ágrafo y bárbaro mercader que actúa según su negocio y su interés al rodearse como Odría  del fantasma de Esparza Zañartu, aumentando así el repudio de la población.
En este momento el indulto a Fujimori ha pasado a segundo plano,  aquí lo que importa es que este sistema democrático sobreviva lo cual nunca se conseguirá si se mantiene la connivencia con estas maneras disolutas de  politicastros  que se aprovechan de una población desesperada, traicionando sus esperanzas y minando de esta forma  la confianza por esta democracia que con estas malas artes lesionan  su  sostenibilidad.

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