Este país no te deja tranquilo, te jode y te jode. Uno, a veces, cree que
puede mantenerse alejado, pero, no, es tanta la podredumbre, que no puedes mantener,
por lo menos una semana, esa mentira que este “polvos azules” tiene futuro.
Y estos zánganos que manejan este hormiguero han sido y son tan torpes en
sus operaciones porque dejan rastros por doquier.
Es que hay que decirlo, si no, quién más podría hacerlo.
Hace unos minutos nos enteramos que una de las pocas sabias que aún quedan
en el Perú, y que fue descubridora de la civilización de Caral, una de las
ciudades más antiguas del mundo y que ha colocado a la historia de nuestra nación
como una de las más importantes del planeta, hoy se encuentra perseguida “supuestamente”
por unos traficantes de terrenos que en esta pandemia han logrado invadir toda
esa zona arqueológica que debería ser intangible.
Para este sabueso, esto huele muy mal, porque percibe que esto no es un
simple caso de delincuencia común, ni mucho menos, porque lo que aquí se huele es
el accionar de aquellos sofisticados como poderosos grupos que siempre han
estado interesados en desaparecer Caral hace mucho tiempo y que además fueron
los que más se alarmaron cuando fue noticia mundial que los restos ahí encontrados
eran Contemporáneos a Egipto.
Fue el hallazgo en materia de estudio historiográfico más importante que ha
sucedido en el Perú en el siglo XX y en lo que va del XXI, porque cambia
completamente la historia antigua de nuestro país.
Estos hallazgos y su trascendencia aún son desconocidos por nosotros y los
estudiantes peruanos ya que los libros de historia que leen aún no han sido
actualizados, y, ¿Por qué no lo han hecho los funcionarios peruanos? Porque esas
mismas fuerzas que manejan la publicación y distribución de esos libros en las
escuelas peruanas también tienen sus tentáculos que llegan incluso a tener
amenazada a la descubridora y protectora de esa zona arqueológica.
El descubrimiento de Caral ha colocado a nuestra cultura a la par y hasta más
importante que la cháchara de los que mueven los hilos en América Latina, ya
que es el mayor hecho que ha revolucionado la historia de nuestro país. Claro
que, esto sigue siendo completamente desconocido para la gran mayoría de
peruanos.
La Zona Arqueológica Caral, a pesar de su importancia, hace varios años se encuentra
abandonada, y esto no solo se debe a que el país es tercermundista y subdesarrollado
y sus funcionarios barbaros e iletrados además de corruptos.
Es que aquí hay otros interés que sistemáticamente buscan la destrucción de
estos hallazgos, y van desde lo racial hasta
continuar con más agresividad con este proceso de aculturación que se sigue imponiendo
en el Perú, cuyo objetivo es hacer que el peruano común no acepte su verdadera
identidad personal étnica y en su lugar reniegue de ella, vulnerándolo desequilibrándolo,
destruyéndolo moralmente, y una vez en el suelo, podrá ser fácilmente asimilado
por otro tipos de identidades que te crea el sistema ayudado por sus medios de comunicación
y el engranaje educativo. El resultado es un poblador adulto estólido y mentalmente
adolescente manejados por regímenes sin autonomía y desvinculados con su nación
milenaria.
Todos los altos funcionarios que están en sus manos la custodia y promoción
de la Zona Arqueológica Caral, se han cruzado de brazos desde hace dos décadas porque
todos o la gran mayoría pertenecen a los mismos grupos que están detrás de la destrucción
sutil de los monumentos más importantes que representan nuestro milenario país.
Estos funcionarios son hispanófilos recalcitrantes y son fáciles de identificar,
pero nadie hace nada y todos los días cavilan y actúan impunemente para demoler
nuestro patrimonio arqueológico y cultural, milenario.
Aprovechan esta época de anarquía para aplicar de una vez métodos burdos y violentos
valiéndose de sicarios que se hacen pasar por delincuentes comunes.
Las poderosas fuerzas exógenas y sus matarifes locales buscan por todos los
medios detener este incomprensible proceso histórico milenario de cohesión de
la cultura andina. Pero no podrán detenerlo porque esto va más allá del poder
del dinero y de los milímetros de blindaje de los acorazados. Este resurgimiento y unificación es producto de una energía milenaria que estos cándidos
nunca podrán entender a pesar que algunas de estas proles están asentadas en este
territorio quechua desde 1532.
Esperemos que algún país de asilo a la sabia Ruth Shady porque aquí no es un
lugar confiable para este tipo de intelectuales, historiadores y arqueólogos.
Es lo que está ocurriendo porque la razia continua.
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