domingo, 9 de junio de 2013

La hacienda del abuelo y la diosa de Vítor

¿Hacia dónde voy ahora? Si están empujando sus carritos por todos lados, devotos, desordenados,  y ahora sacando pecho,  porque se estrenan como actores principales en este conocido papel de consumistas. 
No crean que me he vuelto un sociópata,  pero, ustedes, me entenderían, si vieran con que  maceran el subconsciente  algunos de mis compatriotas,  llevándolos, por ejemplo, a  hacer largas colas para ver ese bodrio de ¡A su mare!  Así que mejor de lejos y guardando siempre la distancia.
Hasta que encontré el lugar perfecto. Aquí podré tomarme  un respiro. Siquiera por algunos minutos disfrutare  de esta efímera libertad.
Soy honesto, la boca se me está haciendo agua y casi delirando creo percibir la astringencia que deben provocar esos anaqueles repletos de riojanos, franceses,  chilenos y mendocinos. No lo soporto más. Voy a romper ese cristal y saldré huyendo del lugar con algunas botellas. Miro a ambos lados del pasadizo, creo que es el momento, pero, carajo, hay una puta cámara  atenta a todos mis movimientos. Creo que será para otra ocasión.
Un poco decepcionado pero más tranquilo sigo hurgando en esa sección de vinos del supermercado, y después de observar,  como dando brincos para hacerse notar,  el parpadeante brillo de unas  botellas de hombros altos me van seduciendo lentamente.  Sus etiquetas eran sencillas, pero, con grandes pretensiones. ¡Qué sorpresa! Si son de la recordada “Hacienda del Abuelo”.  ¿Cómo ha pasado el tiempo?  Ya era hora. 
Cogí una de ellas y con sumo cuidado la arrullé entre  mis manos. No era para menos,  sí fueron las mejores  cómplices  aquella noche,  o como diría mi tío Frankie: ¡Oh, What A Night! ¡Qué nochecita!
Fue el trabajo el que nos juntó. Teníamos una semana de conocernos y como media hora en ese viejo Volkswagen celeste que con las  justas nos transportaba. Dando tumbo tras tumpo  a través de ese camino tortuoso se iba introduciendo  entre esos enormes cultivos, o mejor dicho,  más parecía que fuéramos  engullidos por toda esa maleza. Cercano se escuchaba el ruido torrentoso  del rio vítor.  
No podía tener mejor compañía –si yo mismo la escogí-, preciosa y lozana,  no debería de pasar de los veintidós  años, y por lo que había olfateado,  con un poco de empeño el resto del día sería para mi libro. 
La región Arequipa es tierra de buenos vinos  y  de esto no cabe la menor duda.  Desde la llegada del primer español  allá por el siglo XVI se comenzó a cultivar la vid en estos territorios (Inclusive antes que en Chile y Argentina) por estas razones, hoy no existe poblado en  esos  valles cálidos y templados  que no se dediquen a
la noble actividad de producir vinos.  Uno de estos prolíficos valles vitivinícolas es Vítor,  localidad situada a algo más de una hora de la ciudad de Arequipa.
Después de unas cuantas sacudidas  más por esa interminable trocha  llegamos a nuestro destino. Es que  no me hubiera perdonado, estar en Vítor  sin  antes visitar alguna de sus conocidas bodegas.  
Bajamos de nuestro funcional transporte, y observamos  el lugar algo desolado. Por un momento dudé un poco ¿Dónde había venido? Pensé. Porque  parecía la escena de aquellas  conocidas películas de terror en donde los estúpidos forasteros terminaban siendo mutilados por los aborígenes.   
-Tonterías- dije,  y seguimos con nuestra aventura. Había al frente una vieja casona que seguramente vendría a ser la bodega del que tanto nos había estado hablando el conductor que nos trajo.
 – ¡Buenas!  Grité hasta tres veces. No se oía respuesta. Después de un par de minutos más, se  asomó una mujer gorda desde un balcón  y comenzó a aullar escandalosamente. No sé  qué coño de nombre dijo. Habrá sido: “Cayetano”  “Juan” o “Miguel”, lo cierto es que al instante apareció el susodicho.
-¡Queremos comprar vino!  -le dije-.  Y amablemente  el tipo,  nos invitó a acompañarlo. 
Nos dirigimos hacia esa imponente casona. Tenía el arraigo de esos viejos templos que guardan celosos dentro de sus muros valiosas joyas. Y es que era cierto.
Al abrir  los enormes portones el crujir de las bisagras  ponían el suspenso necesario para después poder revelarnos las numerosas historias que seguramente se habrían vivido dentro de sus  claustros en  todos estos  años.
Ingresamos al lugar, estaba algo oscuro, pero fresco. El piso era de tierra y al fondo en el interior se lograba ver  unos enormes depósitos de cerámica con una inscripción del siglo XVIII. 
Nuestro anfitrión nos seguía describiendo el lugar, hasta que le comenté  -con buena intención, claro-  sobre aquella oportunidad en que unos chilenos  -en realidad un par de preciosas chilenas, pero con navaja en la mesa- habían afirmado que el vino peruano en la tierra del Mapocho solo lo utilizaban para enjuagar sus copas. 
Nuestro guía ante semejante historia, replicó: “Eso será con el vino peruano, porque el vino arequipeño es distinto y particularmente el de Vitor”,  y para que no quedara ninguna duda en estos dos visitantes, desempolvó  unos merlot y malbec celosamente guardados. Brincando de depósito en depósito  y  desviviéndose  en atenciones para con nosotros, copa tras copa nos hizo degustar compartiendo como buen  samaritano  ese mosto divino, intentando de esta forma borrar de nuestra mente  la afrenta hecha por  esos chilenos. Cosa que al final se logró.
 ¡Pruebe este! ¡Y este!  
Era lógico, después de tan agradable cortesía,  se enterraron para siempre esos  malintencionados comentarios de ese par de chilenas.
No lo  niego, esos tintos estaban deliciosos, que hasta ahora me acuerdo.
Nos proveímos de unos generosos  hectolitros y algo sazonados nos dirigimos al único hospedaje del pueblo.   Vaya noche: el mejor vino de Arequipa y la diosa de Vítor. Era el maridaje perfecto. 



domingo, 2 de junio de 2013

Henrique Capriles y las pirañas hambrientas



En la actualidad, si en algo se perecen las republicas que liberó  Bolívar,  es que poseen una  inconfundible clase política, en su gran mayoría: corrupta, caudillista, autoritarios y antidemocráticos, fervientes supersticiosos, y obviamente poco racionales que recaen permanentemente en sus viciados instintos. Son los comerciantes más barateros, cuando de regalar los recursos naturales de sus distintas patrias se trata. Y salvo por sus diferentes acentos, toda esta numerosa masa de políticos deberían de tener el mismo pasaporte porque dan la impresión de descender de un mismo tronco genealógico.  Todas estas corrompidas  peculiaridades de estas pirañas hambrientas son las únicas culpables de que sus poblaciones les tengan inquina  y les hayan perdido la fe,  porque han exagerado en su papel de aves de rapiña.  Los partidos políticos que fundan en su gran mayoría carecen de bases  democráticas socavando de este modo las mínimas condiciones para que en un futuro cercano  hagan posible la consolidación no solamente de estas organizaciones si no también del sistema democrático en sus respectivos países. Pero sus tiránicas maneras al final harán  que estos remedos de partidos políticos terminan reduciéndose  a una chacra más o el feudo de la familia que puso la primera piedra.
Sus poblaciones mayormente devotas y desesperadas ante semejantes representantes, pierden la brújula y el sentido de la realidad, llevándolos en sus devaneos a elegir la mejor toxina para  acabar con esa enfermedad de subdesarrollo. Ponen así en el poder y con todas las expectativas que viene al caso,  líderes  que supuestamente acabaran con sus problemas. Grave error, porque, solo harán que estos se multipliquen y  terminen peor que cuando los eligieron. Al final esta improvisada  cura terminará siendo peor que la enfermedad.
Así,  aparecieron como setas en estas republicas bolivarianas: los Fujimori, los Morales, los Correa, los Belaunde, los Chávez  y  los Velasco. Todos estos mandatarios llegaron al poder en sus determinados paísescasi siempre, utilizando las mismas rutas. Y sus poblaciones los cargaron en sus hombros porque se soplaron ese discurso  que atacaba a  esa abyecta clase política, pero,  al final, ven el verdadero rostro que estaba detrás de esa máscara reformista y se  dan con la ingrata sorpresa  que son igual a los que tanto criticaban, finalizando este culebrón en una  situación peor que cuando la iniciaron.
Venezuela se encuentra en un periodo muy crítico  de su historia y lo peor que le pudo ocurrir a su democracia fue la muerte de Hugo Chávez, porque hoy su imagen sigue presente, sobre todo,  ayudado por el carácter mítico que le han dado a su recuerdo  sus herederos y también  en gran medida por la excesiva religiosidad y poca instrucción de su pueblo
Cuando uno ve y escucha en sus distintos discursos a Capriles  y sobre todo cuando  observamos sus gestos y movimientos, notamos que es el típico representante de esa clase política que habíamos descrito anteriormente. Su interés por mejorar a su país es el mismo que tenía el impresentable compadre de Alan García: Carlos Andrés Pérez.   
Capriles y los que están detrás de él no traerán nunca las soluciones para un país con tantos problemas como Venezuela.
El chavismo tiene un gran reto para sobrevivir con Maduro,  pero,  también el retorno y subsistencia de la democracia venezolana están muy lejanos,  si en este momento, se cuenta como único rostro que la represente a ese tal Capriles  y las pirañas hambrientas que hoy están detrás de él.

miércoles, 29 de mayo de 2013

El cholo cojudo


No es que sea machista, pero,  esto se da desde que el hombre es hombre y la mujer hembra.
El respeto y la admiración de la fémina hacia el varón siempre ha sido la base para que una relación de pareja vaya por buen puerto.
Debería haber sido algún día previo a las elecciones presidenciales del 2001. Esa mañana soleada, como casi siempre sucede en este paraíso, iba caminando por Cayma, cuando compré en ese puesto de revistas el diario “Liberación”- creo que ese era el nombre-, pero, de lo que si estoy seguro, fue lo que encontré dentro de sus páginas, que hablaban de una supuesta denuncia hecha por Alejandro Toledo en una comisaría de la Gran Lima a finales de los años ochenta. En ella, se manifestaba un supuesto abandono de hogar por parte de Eliane Karp, la cual, según constaba, se había marchado con otro hombre, no faltaron los platos rotos y todos aquellos detalles que siempre están detrás de este tipo de líos; en ese momento, recordé las palabras de mi "pata" Eugenio, cuando se fue a lavar platos a Hamburgo, él afirmaba que las "gringas" son así, son tan independientes estas "crudas", que a la primera, te mandan a la mierda y se van con el primer falo que se les cruce por su camino.
El pobre Alejandro quizás pagó caro el deseo de tener una hembra blanca, no sabía el ingenuo que estas son diferentes a las nuestras, sería la onerosa tarifa que el tonto tenía que pagar para darle algo de "blancura" a su genealogía.
Es que esto es recurrente, porque el problema del cholo es que no acepta su aspecto, no se atreve a ponerse frente al espejo y gritar: ¡Carajo! ¡No soy feo! solo que mis rasgos representan a una etnia distinta, una muy distinta de la que te da la iglesia, el diario “El comercio” o la misma televisión. No es que sea espantoso, sino que soy diferente, nada más, y por esto, yo también merezco lo mejor para mí.
Parece sencillo esto, pero en la realidad estas pullas te vulneran demasiado, sobre todo, en aquellos cholos que han construido su persona sobre estos miedos y complejos disimulados y falseados.
Toledo obtuvo el poder utilizando el mismo discurso mesiánico que Humala, llegando hasta en sus más incoherentes excesos a autodenominarse Pachacutec. No era, ni nunca será Pachacutec, ni mucho menos su ushuta, porque solo era un cholo aculturizado más, una  muestra aleatoria de esos restantes 26 millones de peruanos que no son blancos. Esos millones de cholos cojudos que caen en la trampa de esa formación dirigida y publicidad que atonta que los hace enfermar desde adolescentes con esa locura de que algún día serán blancos y, de adultos, les harán rogar a su “tatito” que a sus hijos les dejen ingresar a ese colegio exclusivo para que logren codearse con la mayor cantidad de blancos, aunque estos les insulten, los ignoren o los miren con desprecio.
Saludan cuando la hija morena y recia es desposada con un "blanco", se enorgullecen a pesar de que este blanquiñoso es un mantenido y le pondrá la cabeza como un alce por los innumerables cuernos. Igual que aquel negro o cholo que contrae nupcias con una mujer blanca aunque esta sea la puta más recorrida del barrio, se traga esas vergüenzas porque es el único camino que le dio esta sociedad enferma para que sus futuros hijos nazcan más claros y así sufran menos.
Toledo fue utilizado varias veces, en un primer momento por los que lo trasladaron a EEUU para hacer sus experimentos sociales, después, fue llevado por sus debilidades que le hicieron elegir la compañera equivocada, por último fue manipulado por los intereses de los poderosos lobbies que estuvieron detrás de su candidatura y lo manejaron a su antojo durante toda su gestión como presidente.
Esta derrota de Alejandro Toledo se inició mucho antes, cuando despreció sus orígenes y lo que él era. Su vulnerabilidad comenzó cuando se acostumbro a depender del resto y no creer que era importante, porque nunca fue autónomo. Qué distinto es el respeto del extranjero cuando te ve con estas virtudes y no como un simple cholo cualquiera.
Y si hay algo que les digo todos los días a mis hijos varones es que no sigan los malos ejemplos, sobre todo que nunca sean como esos numerosos cholos cojudos, porque somos herederos de un pueblo milenario que a través de estos miles de años de historia hemos pasado por malos y buenos momentos y que tenemos muchos motivos para ser felices y orgullosos de nosotros mismos, y hoy, en estos territorios, no existen argumentos suficientes como para poder contradecirnos y por esto, merecemos una vida mejor, una mujer mejor y un país mejor.

jueves, 23 de mayo de 2013

Johanna San Miguel y la gran perra



Estos enfermos que pueblan la televisión peruana nos dieron y nos darán  interminables momentos de inspiración. Los  hemos descrito tantas veces: inválidos mentales de todos los tipos. Los más repulsivos  son los racistas (En el Perú, el término apropiado seria prejuicioso)  sobre todo,  aquellos que intentan  encubrirse con un fingido careto amable y de apertura.  A estos,  algunas veces, esta ventana lucida   los ha desenmascarado,  porque dejaron escapar un pequeño rastro,  suficiente  para que  nuestro olfato descubra y muestre al lector sensato  toda la podredumbre  del que están  hechos.  
Es que esta televisión  se ha vuelto muy agresiva con la mayoría de los peruanos, y no lo digo solo por la sangre y los puñetes y patadas, si no,  porque todos los días insulta a ese poblador,   exponiendo en sus pantallas rostros tan distintos étnicamente de los que se ven mayormente en las calles de cualquier ciudad peruana.                                                                                    
Los pálidos rostros de esta homogenizada televisión  que  representa solo a cuatro millones,  diariamente desprecia  al resto de veintiséis  millones de peruanos que poseemos los rasgos  distintos y la piel más oscura.  Como en la peor época del apartheid sudafricano, nuestros semblantes están prohibidos de hacerse públicos,  a menos que sea vistiendo esos trajes folclóricos desde un arenal y entre alguna que otra  chabola. Nunca con saco y corbata conduciendo un programa de televisión serio ni mostrándonos en el papel de gerente de una empresa.  Y si aparece alguna cholita rica en la pantalla le quitan la identidad llamándole con nombres tan falsos  como Schwarz o Pillman.
Muchos de los blondos personajes que ahora abundan en la televisión  peruana tienen orígenes de alcantarilla y lo manifiestan  cuando nos muestran con decoro su vileza. Y esto sucede frecuentemente, porque, encontrar dentro de esa  minoría étnica, individuos que se atrevan  a salir del anonimato para hacer el ridículo,  ese  número se  reduce aun más. Quedando para los productores  escogerlos de entre los  blancos  pobres,  generalmente con instrucción  básica, es decir, iletrados  o  en su defecto los captan de  aquellas “familias bien” pero con ascendencia viciosa  (mafiosos, drogadictos, políticos , delincuentes, etc.) Además  de  los recientes  mestiblancos,  atareados en dejar lo más pronto  posible su callejón  y sus raíces oscas.   Cuando escasean estos  rostros pálidos nacionales, los realizadores se ven en la necesidad de importarlos del extranjero. No interesa  de donde sean: vagos o asesinos en serie argentinos, traficantes y sicarios colombianos  o balseros cubanos,  porque  el objetivo es cubrir rápidamente  con rostros blancos esta televisión racista peruana. 
Entre juego y juego en esa orgia de culos y músculos  sobresalía un podenco muy  especial, y no era porque su dueña sea  Johanna San Miguel, si no,  porque  el otro día me enteré que esta petisa  le había puesto un nombre muy particular a su mascota.   
Hurgar dentro del encéfalo de los individuos que vemos en la tele es muy complicado,  sobre todo, -como en este caso-, para poder entender qué motivó a esta conductora el bautizarle con el nombre de “quechua”  a su querido  animalito.
Quizás,  sea la muestra más clara de la ignorancia  - creo que es  lo más certero- ,  o será  la manifestación de una simple hija de puta que no se atreve a gritar frente a  cámaras a la mayoría  de peruanos ¡indios de mierda!  Pero, como buena alumna de las monjitas del Santa María,  astutamente lo disimula,  eligiendo  sutilmente  el insulto adecuado y lo vocifera a nivel nacional, llamando a su chucho con el nombre científico de la etnia que mayoritariamente puebla estos territorios. Etnia cuyos  antepasados construyeron  Machu Picchu. Como   son también   de origen Quechua  los apellidos Pachacutec, Quispe,  Humala,  Mamani y tantos otros.
Pero, qué divago, si  está claro que la intención de esta vacía, era deshonrar  a la etnia Quechua.  Siempre fue este el objetivo dentro de la mente  prejuiciosa,  estereotipada  de esta  ingenua conductora, valiéndose –como no- de que su grupo étnico tuvo y tiene bajo su poder la  televisión peruana. Por estas razones se permite la  licencia  de insultar a un pueblo que sigue vivo, -algo desorientado-  pero vigente.
Inútil resultaría  ilustrarle  a esta graciosa  bufona  que  Quechua es sinónimo de Inca.  Y  que  esta etnia construyó  maravillas modernas  e hicieron  del Tahuantinsuyo el imperio más grande del hemisferio  occidental,  y además,  los  Quechuas,  le  heredaron  al Perú  todos esos motivos por lo que hoy somos reconocidos en el mundo.  Pero, para esta  preciosa pequeña  y muestra clara del  más oprobioso desconocimiento albo,  no significa nada.
Hasta cuando seguiremos observando a toda esta camada de ignorantes prejuiciosos   insultando continuamente nuestro pasado,  nuestra cultura y a sus habitantes originarios. Hasta  cuando esta gente no se largará de nuestros territorios si es que tanto les incomoda sus verdaderos habitantes.
Johanna San Miguel, si su objetivo era disminuir la trascendencia del pueblo Quechua llamándole con  ese nombre a su mascotita, le podemos asegurar que lo único que ha conseguido  es que su canino  por la denominación  que ahora detenta sea  desde ahora una  GRAN PERRA.

domingo, 19 de mayo de 2013

Los simpatizantes de Jorge Rafael Videla, el demonio que se fue al cielo



A pesar  que  Carlos Cornejo, después de  comunicar  la muerte de Videla,  causaba  vergüenza ajena,  autocensurándose  como el típico asalariado  que no quiere  molestar  a su empleador con algún comentario incomodo. Aquí,  desde la única ventana lúcida peruana,  enumeraremos algunos  nombres de personas tanto  nacionales como extranjeros que por sus declaraciones y actitudes que han tenido a través de sus vidas,  se han adherido en cierta medida con la ideología que profesó  uno de los personajes más sanguinarios que ha dado esta América Latina  a  la historia universal.
Esta lista comienza por obvias razones con los nacionales,  ahí tenemos  a:
·         Alberto Fujimori
·         Fernando Belaunde Terry
·         Vladimiro Montesinos
·         Cardenal Juan Luis Cipriani
·         Marta Chávez
·         Marta Hildebrandt
·         Fernan Altuve
·         Luz Salgado
·         Rafael Rey
·         Francisco Morales Bermúdez
·         Lourdes Flores Nano
·         Mónica Delta
·         Federico Salazar
·         Rosa María Palacios
·         Phillip Butters
·         Keiko Fujimori
·         Genaro Delgado Parker
·         Augusto Ferrando
·         Laura Bozzo
·         Raúl Romero
·         Los dueños de “El Comercio”,  canal “N”, Radio Programas.
·         Y otros tantos etcéteras.

De los extranjeros  comenzamos  con:
·      Jorge Bergoglio 
·      Francisco Franco  Bahamonde
·      Alfredo Stroessner
·      Hugo Banzer
·      Leopoldo Fortunato Galtieri
·      Carlos Saúl Menem
·      “Palito” Ortega
·      Susana Jiménez
·      Augusto Pinochet  
·      Los dueños de  “El Clarín”  y un infinito etcétera

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...