lunes, 18 de enero de 2010

Lima, el aniversario de una puta



Hoy Lima celebra un aniversario más de su fundación española, que según sus autoridades intentan hacerlo a lo grande. Pero, estos miopes conservadores, no saben el contexto histórico y social que gira en torno a este hecho. Celebrar su fundación española es celebrar el día de una vejación o algo peor, el día en que el “proxeneta” Pizarro y su grupo de sucios y bárbaros bandidos la nombraron comadrona de su burdel, porque así fue. Lima nació sucia y carente de valores, de moral, de autoestima. Tal es así que su fundador murió en ese lugar, sin cumplir su más grande deseo de volver a su Extremadura árida y pobre para poder al fin disfrutar de su gran botín y su nuevo estatus. Lima fue calificada ciudad de los reyes “bamba”, la podredumbre, la pestilencia y el hedor era tan insoportable que hicieron su aparición “las tapadas”. Lima ha sido y es acomplejada, su imaginaria blancura hispana se borra de un golpe al ver los oscuros rostros de sus verdaderos habitantes. La ciudad nunca tuvo carácter ni personalidad como Londres, Roma o como Cusco, porque siempre fue un lugar de paso, porque sus fundadores y primeros habitantes solo querían enriquecerse lo más pronto posible para luego lograr ese deseo que les quitaba el sueño de volver a su Hispania recordada. Lima nunca se sintió capital de nada, nunca cobijó a sus migrantes, como sí lo hizo Barcelona, Londres o Buenos Aires, su trato al inmigrante pobre fue como la de esa comadrona ebria rodeada de sus hijos mendigos y harapientos. Lima, por lo tanto no representa el alma ni el espíritu del Perú real. Por estas razones se debe devolver la capitalidad política a la ciudad del Cusco, porque esta ciudad andina representa para el Perú por historia e identidad y con el objetivo de formar un verdadero estado- nación , lo que Londres es para Inglaterra (Reino Unido) o Berlín es para Alemania; no es casualidad, que apenas ocurrido la reunificación alemana los políticos teutones regresaran inmediatamente la capital germana a las orillas del Spree. Otro ejemplo es Pakistán que cambió la capital colonial Karachi por la de Islamabad, por las mismas razones que lo hicieron los Alemanes, para devolver el cerebro al centro espiritual de la nación. Lima no representa eso. Los peruanos seguimos sufriendo la decadencia colonial en nuestras mentes y en nuestra degradada conducta, por eso seguimos manteniéndola como capital, constituyendo siempre un lastre para que el peruano crea en sus verdaderas posibilidades, por el simple hecho de poder sentirse parte de una de las culturas que constituyeron uno de los pocos centros de civilización en el planeta. El día que eso se logre volverá la dignidad y la autoestima definitivamente al peruano.

1 comentario:

Franca dijo...

Muy iluminante tu reflexión, Lima no reprenta al 80% de peruanos, Lima representa a los descendientes de ese puñado de genocidas,ladronzuelos, corruptos y esclavizadores (y todos los sinónimos atinentes) que llegaron hace 500 años. Aún hoy nuestro cerebro continua "embebido" colonizado por esa ideología que ese puñado de europeos nos dejaron.

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