Como ya se ha hecho común en estos tiempos de fundamentalismo
neoliberal e inequidad. Según los medios de información, el mayor orgullo que debemos
tener la mayoría de peruanos (alrededor de 30 millones de almas) es sacar pecho,
no porque tenemos la mejor educación, las mejores autopistas, la mejor salud o
las más extensas redes de ferrocarriles, sino que tenemos dentro de nosotros a seis
connacionales como los más ricos del planeta, según la irónica revista Forbes.
Ni la caída del petróleo y ni la inestabilidad monetaria
han logrado siquiera hacerles perder un centavo en sus enormes fortunas, y
claro, cómo no va ser, si aquí, en perusalem, las reglas de juego está para que
ellos siempre ganen.
Al final, como decía mi abuela, que les haga
provecho.
Pero, lo que me motiva para escribir esta nota es el
grado cultural de estos denominados: los más ricos del Perú. Qué harán en su tiempo
libre. Serán asiduos lectores, deportistas, amantes de la naturaleza o habrán
sucumbido a una decadente vida de vicios y trastornos.
¿Qué hacen estos personajes con sus enormes fortunas
ahora que se han hecho públicas, si sabemos que la vida que les resta no les alcanzará
para gastarlo?
Y ya lo expresó alguna vez Mario Vargas llosa y
otros escritores sobre la incultura y el mal gusto que ostentan este grupúsculo
que conforman la élite nacional y que dicho sea de paso, sobran los dedos de
mis manos para contarlos.
Leo sobre aquellos Rockefeller y tantos otros millonarios
de otras latitudes que construían impresionantes bibliotecas y centros
culturales para sus ciudadanos y los comparo
con estos peruanos que salen en esta lista de Forbes y me pregunto si en los últimos
años han destacado alguno de ellos como mecenas o donantes de bibliotecas o siquiera
de algún parque para alguna de las ciudades peruanas.
Nada de eso, solo son depredadores nada más. Infames
y egoístas, que colaboran mucho para que este mundo sea cada vez peor.
Y honestamente solo despiertan indignación para
cualquiera que se siente integrante de una especie tan social como es la raza
humana.
Más bien, creo, que los medios deberían guardarlos en
el anonimato, por respeto al resto, como
lo hacen los más ranqueados pillos de este callejón.
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