Este año 2016
que se nos va, nos ha traído un nuevo
presidente. No había mucho de donde elegir, al final quedó un jubilado agente de
Wall Street y la otra intragable opción era la primogénita
del que preparó la mesa para el suculento banquete que hoy muchos se están
dando.
Y para
demostrar que nadie se va de este país
sin antes pagar caro este saqueo, porque aquí nos jodemos todos. Los sueños
de pasar las fiestas de fin de año nada menos que en alguna exclusiva estación
de invierno helvética fueron rotas de un golpe cuando la justicia peruana
emplazó a la ex primera dama Nadine Heredia su inmediato regreso a Lima.
En el exterior el neoconservadurismo se va acentuando en los Estados Unidos con el
triunfo de Trump y este nuevo panorama ya comienza a notarse en su sociedad y
sus medios como la CNN en español y el animismo de Camilo Egaña que el otro día discutía la razón y los valores de la Revolución
Francesa.
En la Guerra
de Siria el triunfo de Rusia en Alepo solo pudo ser opacado con el atentado de
su embajador en Ankara, como también y, coincidentemente, en nuestro hemisferio, la muerte y los
funerales del cubano Fidel Castro y sus homenajes fueron pasados a
segundo plano con la caída de un avión que
llevaba a un humilde equipo de futbol
brasileño que estaba a punto de alcanzar
la gloria.
En Venezuela
sigue gobernando el salsero Maduro y, claro, continúa
devastando el país, uno de los más ricos en la zona en recursos estratégicos. Y
en Argentina el pelotero Macri persiste en desempolvar el viejo libreto de Menem. El resto de países latinoamericanos, salvo
Uruguay, no existen. Y Brasil sigue siendo el gigante con pies de barro.
México, se
consolida como la tierra de nadie, la Ucrania del continente, decadente, sucio, una letrina, que ni siquiera
el quinceañero de una de sus pobladoras ha podido esconder.
Aquí en
Arequipa (es el nombre de la ciudad que me soporta), continuamos viendo –con pesar- como la decadencia occidental sigue en caída libre; pero a pesar de ello, los peruanos (la cuarta población
más ignorante del mundo) sigue manteniendo la ingenuidad de un reciente
esclavo liberto, porque persisten en
verse pequeños frente al mercachifle extranjero como algunos jóvenes escritores que ayudan a legitimar
y hacer creíble toda esta degradación
humana.
Con motivo
del Hay Festival (una feria de libros light y escritores ligeros) que se desarrolló en esta ciudad del sur
peruano, la BBC, para poder hacer
entender a sus lectores algo sobre este país andino, torpemente, pidieron al escritor Santiago
Roncagliolo que escribiera sobre el Perú
pensando en sus hijos (nacidos en España), y el resultado fue una carta en donde, el hijo de militar, demostró un completo desconocimiento de lo que es el Perú
milenario, reduciendo a parte de los peruanos a ser simples y comunes pobladores que no
se diferenciarían mucho de aquellos habitantes que pululan en cualquier arenal
de Somalia o Angola.
Hay que aclararle al señor
Roncagliolo que esta tierra en donde nació como muchos intelectuales "forasteros” por libre elección, debería
de saber que, no todos los peruanos (gracias a dios) no tenemos la cosmovisión
que usted posee y que le hace creer que todo lo de afuera es mejor. Le
recuerdo que aquí señor Roncagliolo, todavía existe gente que se siente
perteneciente a una cultura milenaria que en su apogeo, dieron muestras de
inteligencia y creatividad, y ahí están sus restos que son evidencias
indiscutibles y demuestran susa destacados avances. Son esos
valores humanos que inspiraron -quizás- a los grandes pensadores franceses que dieron progreso
al mundo occidental.
A sí que no sigas con esos anacronismos huachafos de seguir sintiéndose
inferior al foráneo y que lo demuestras con total impunidad cuando sigues manteniendo esa decadente y soterrada costumbre de intentar pateticamente “mejorar la raza”.
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