domingo, 15 de octubre de 2017

Paolo Guerrero y diez más

Pocas veces en el balompié  mundial se ve este tipo de fenómenos. 
Los argentinos lograron  hacerse de la copa del mundo de México 86 solo  gracias a la genialidad de Diego Armando Maradona.  Algo parecido, ocurrió   con el notable delantero Andriy Shevchenko,  porque su fuerza y contundencia llevaron al equipo  ucraniano  hasta los cuartos de final de Alemania  2006.
Como los dos casos anteriores,  para suerte de la selección peruana hoy cuenta con la importante presencia de Paolo Guerrero, a quien, no le fue facil asumir ese liderazgo por la infranqueable muralla de mediocridad y argollas que tenía como cabecilla al nefasto Claudio Pizarro, quien  -paradógicamente- abandonó por propia voluntad el equipo nacional cuando seguramente creía que el barco estaba a punto de hundirse.
Casi eliminados  hace su aparición Paolo Guerrero llevando la batuta del equipo. A partir de de ese momento, y con su protagonismo,  el destino del seleccionado tomó una senda exitosa,  y esto se notó, claramente, en el encuentro con Colombia en Lima.  
El partido iba 1 - 0 a favor de los cafeteros. Quedaban pocos minutos y parecía que otra vez se frustraría el objetivo de llegar al mundial para la selección peruana de futbol. Cuando todos en la cancha estaban con un  inocultable semblante de derrotados, de pronto observamos como Paolo Guerrero, solo,  se recompuso y comenzó a atacar y jalar marcas complicando así a los contrarios y motivando a la vez al resto de su equipo para buscar el descuento, lo cual traería sus resultados cuando esa ofensiva va provocar una falta que el arbitro sancionaría con un tiro libre que el mismo Paolo ejecutó. Fue una patada magistral, colocando la pelota en el mismo  ángulo del marco colombiano. 
A pesar de estar con una fiebre de 39 grados causada por un resfrío, esa noche fue el mejor jugador en la cancha. Fue su gol el que nos aseguró el repechaje con la pequeña pero dura nueva Zelanda.  
Por lo visto en estas eliminatorias, este jugador es el único en la selección peruana de futbol que merece mostrarse en un mundial tan competitivo como el  que se avecina, porque tiene la categoría de los grandes cracks del momento. Su juego, su garra, su técnica no tiene nada que envidiarle a cualquier figura del Barcelona o del Real Madrid o del mismo Juventus.
Su influencia emotiva y psicológica sobre el equipo es notoria porque esa moche con Colombia mientras el resto estaba rendido y cabizbajo,  resignados a otra eliminación,  fue su iniciativa la que levantó a ese equipo, reviviendo las esperanzas de todo un pueblo peruano maltratado por los bajos sueldos,  la inequidad  y la impunidad de esa prole de genocidas y rateros.  
El “sufre peruano sufre”  de Tongo parecía escucharse esa noche, pero, todo cambio con su tanto. Fue en ese momento que se impuso el clásico y agradable  “Perú Campeón”.
Este empate y el repechaje se lo debemos a Paolo Guerrero, sin desmerecer al trabajo del  equipo técnico y el irregular accionar del resto de jugadores. Pero si queremos ser objetivos e imparciales y nos remitimos a lo que hemos visto en la cancha, podemos asegurar que nuestra presencia  en Rusia el próximo año solo dependerá de este jugador.  
No puedo caer en triunfalismos por ese  engañoso puesto N°9 en el ranking de la FIFA, sabiendo  que el último fin de semana vimos a cuadros como Alianza, Universitario, Cristal o cualquier otro de provincias, con ese acostumbrado juego soporífero dentro de estadios vacíos  y un gramado, en algunos casos, sintético y rodeados con carteles publicitarios de madera apolillada  y metal oxidado, como en los lugares más pobres del planeta,  junto a una  pésima organización  y, como poniendo la cereza a la torta,  la  mega corrupción y mediocridad de muchos de sus dirigentes.
De acuerdo a todo esto, es un verdadero milagro que la  selección peruana esté peleando un repechaje, y definitivamente ese “milagro” tiene un nombre  y ese es Paolo Guerrero.

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