Mientras aquí, dentro de nuestra soporífera realidad, se continúa
entreteniendo a la población con “broncas” entre el Legislativo con el Ejecutivo,
lo cual solo beneficia a otros intereses menos al del peruano común, en las
extensas llanuras ucranianas continua el enfrentamiento armado entre la coalición
de la OTAN y Rusia.
En este cambio de época que está viviendo el planeta,
muchos se preguntan hasta cuándo durará este conflicto de Ucrania que está
perjudicando a todos los países en mayor o menor medida.
La información que llega de la zona de guerra es vaga o
poco imparcial, lo cual, nos obliga a extraer nuestro propio análisis.
Primero, se nota que este conflicto, si solo nos
limitamos a lo económico, que al final es la principal causa de todas las
guerras, diremos que, los grandes beneficiados están siendo aquellas conocidas potencias
y junto a ellas otras nuevas que seguramente asumirán un enorme protagonismo en
estas dos terceras partes de tiempo que queda de este siglo XXI (EEUU, Rusia, China e India).
Segundo: Las publicitadas sanciones económicas aplicadas a
Rusia solo están acelerando la movilización de la mayor parte de su economía y
mercados hacia China y otros destinos del continente asiático. Los intentos
occidentales de aislar al país más extenso del mundo, paradójicamente, está
beneficiado a la industria manufacturera rusa, porque la salida de su territorio
de varias empresas occidentales solo ha significado su reemplazo por otras de
franquicia local. Los insumos industriales que antes Rusia compraba a los países
de occidente, desde autos hasta celulares, ahora lo fabrican o hay planes de
hacerlo en el propio país, contribuyendo así con el aumento del empleo, la
investigación científica, así como la instalación y el incremento del sector
manufacturero e industrial. Recordemos que, el aparato industrial y económico ruso
ya no es el atrasado y feudal de la época de los zares ni tampoco el
enormemente burocrático y controlado como en la época de la ex URSS, ahora la Federación
rusa se rige hasta en cierta medida por el mercado y las leyes de la oferta y la
demanda, además de contar con ingentes recursos naturales, una importante y
tradicional base industrial y profesionales
altamente cualificados.
Tercero: Después de observar las distintas fuentes y de
ambos frentes, aparentemente, la guerra en Ucrania, lo está decidiendo Rusia. Ataques,
repliegues, avances y hasta el termino en sí. Por el momento, continuar con
este conflicto le beneficia, y mucho, pero cuando esta se prolongue seguro buscará
la forma de liquidarla, sin oposición de occidente, ya que ningún europeo aburguesado
en su sano juicio querrá extenderlo y así interrumpir sus cómodas vidas viendo
sus ciudades convertidas como Mariúpol o Alepo, sobre todo, los pequeños y
torpes países como Polonia, Lituania, Estonia o Letonia.
Quinto: Europa o lo que conocemos como el origen de la
cultura occidental, si después de la Segunda Guerra Mundial perdió poder e influencia
mundial a favor de EEUU y la URSS, hoy con los nuevos cambios que se están dando,
no tendrán lugar de influencia en este nuevo orden mundial. A menos que surja
dentro de Francia o Alemania nuevos y autónomos cuadros políticos que quieran cambiar este
triste destino, lo cual lo dudamos, porque se nota que, como los incas en su momento,
están resignados.
Sexto: La enorme extensión del territorio Ucranio en
Europa oriental solo pudo ser avalado jurídicamente y defendido por la ex URSS
y luego por Rusia, pero ahora que, en este periodo independiente, los nuevos
gobiernos de Kiev han “elegido” enemistarse con los rusos, su desmembramiento a
favor de sus vecinos como Polonia, Rumania o Hungría, es casi seguro que ocurra
si es que Rusia fuera derrotada en este conflicto.