lunes, 14 de noviembre de 2022

El holocausto de la música

 


En el pasado siglo XX, cuando los niños y adolescentes jugaban con maldad y querían burlarse de otros niños y adolescentes intentando hacerles ver a sus víctimas como tontos o idiotas. Estas infames mierdecillas realizaban gestos y balbuceos con lo cual conseguían verse como unos verdaderos inválidos mentales. Obviamente estas actitudes eran muy reprochables.

Las décadas pasaron y llegó el nuevo siglo con sus habitantes, y de pronto un día escuché sorprendido esos mismos balbuceos, ecos bobos, como los bramidos afónicos de un moribundo animal salvaje en la radio, en la TV, en las redes sociales, en las tabletas.  Eran unos sonidos muy parecidos a los que en el pasado siglo XX los niños y adolescentes solían hacer cuando querían imitar a un idiota.

Quién diría que esos mismos sonidos hoy en pleno siglo XXI como un moderno Flautista De Hamelin serviría para atraer a millones de seres humanos para llenar estadios.

Sobre el autor de esos sonidos no se le puede achacar nada porque solo está siendo  utilizado, seguro que hasta él mismo se creerá ese cuento que es un artista del nivel de Sinatra o los Beatles.

Aunque siempre ha existido críticas para las nuevos “géneros” musicales, pero en este caso y para estos balbuceos tienen justa razón.    

Los “zombies” existen y hoy son  millones. Están en la calles y consumen sin ningún sentido crítico estólidamente todo lo que te muestra la pantalla de la TV, celular o cualquier otro dispositivo, y son la mayoría y cuando les discrepas se descontrolan  buscando despedazarte. Por lo visto no hay antídoto para ellos.

Y lo más aterrador es que esta murga no se limita solo a la música.

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