lunes, 21 de agosto de 2017

Los mercenarios del caos

Mientras cientos de miles de estudiantes del pueblo siguen perdiendo horas irrecuperables de  labores académicas, aprovechando este caos aparecen como pestilentes setas de fango estancado aquellos personajes  acostumbrados a vivir del rio revuelto y de la murga.
Emergen a manera de esos ídolos de adolescentes, como si unas manos hábiles y pendejas los hubieran puesto en ese lugar protagonista.
A una de las más discutidas  ministras del gabinete de PPK le tocó negociar con los huelguistas que, a pesar de todo, son justos sus reclamos  ya que  perciben uno de los sueldos  más exiguos de Latinoamérica.
Pero este paro de maestros ya ha sido demasiado. Mientras toda la sociedad deseaba escuchar que se había llegado a una solución para terminar con esta huelga, sale la ministra rodeada de gente que no sabe diferenciar a San Martín de Bolívar y, con un falso careto conciliador intentaba  en vano  llamar a la cordura a los maestros pidiéndoles que regresen a sus aulas;  mientras tanto, en la plaza San Martín, un Pedro Castillo con ínfulas triunfalistas agarra el micrófono  y se muestra como lo que es.
En su perorata no se escucha palabras que hablen de lo que realmente necesitan los miles de profesores. En su lugar demuestra ese lenguaje de agitador de plazuela y de mercenario del caos, un sinfín de bla, bla, blas, y luego los “cartoncitos” y el “frio” pero de lo otro nada, es que con este tipo de individuos nunca se puede llegar a algo constructivo, son vacíos, sin ideas salvo para mantener la encona y el enfrentamiento.
Nos lo han mostrado de cerca, son pérfidos  y ultras, los peores enemigos del mundo andino porque solo sirven para depredar, arrasar y dividir.
Viven de su dialéctica y tecnicismos como la gélida y apática escritura de ese trasnochado  catedrático de la UnSA  pintándose de “patrias rojas”, sutepistas, maoista o cualquier rojo,  tan peligrosos e inútiles  como los bichos  de alcantarilla  y que esa universidad  y  la pasada gestión de Juan Manuel Guillen Benavides en Arequipa nos han descrito sus perfiles didácticamente.
Pero, para lo que si son buenos estos,  son para hacer de esbirros de la anarquía y crear la escusa precisa para que una bota con un puntapié acabe con el tablero como decían los sobrevivientes de la pasada dictadura argentina.
En estas épocas democráticas seguirán apareciendo liderando marchas y dando la idea y motivando para trancar las calles y quemar llantas. Son fáciles de identificar porque dentro de sus cálculos y discurso siempre estará la violencia envuelta en caos,  para eso fueron creados  y para eso se les paga. Ya no pueden esconderse porque los tiempos nos han dado las herramientas necesarias para identificarlos y señalarlos, es que ya no estamos en los setentas ni ochentas.
Y hoy lo hacen con el magisterio. Un pedido justo lo convierten en la mejor ocasión para tambalear a esta democracia y hacernos regresar al pasado inestable de una tiranía de un gobierno militar que convoque a nuevas elecciones para una paramnesia tan peruviana que solo acabara cuando los valores de miles de años de evolución y desarrollo se plasmen en esta cuna de la civilización.  

martes, 1 de agosto de 2017

Nicolás Maduro y el tamal fujimorista


Le pedí un par de tamales, recalcándole que fueran los tradicionales arequipeños  y no esos rojizos de sabor muy distinto  que acostumbran servir algunos de procedencia limeña  o del norte del país, lección aprendida y nunca olvidada desde que aquella vez probé aquellos “tamales” en Trujillo pensando que eran como los de acá, fueron tan incomibles que terminaron en el basurero más cercano. Al ver la cara que puso la mujer, era evidente  que no sabía de lo que estaba hablando. Al preguntarle de donde era, me respondió de Venezuela.   
Según lo que afirmaba,  se vino con  sus dos hijos adolescentes porque en su patria para conseguir comida tenías que viajar a otra ciudad por varios kilómetros, había dinero pero no alimentos, historia muy conocida por aquí.  Su destino iba ser Panamá, pero al final el  clima templado inclinó la balanza para quedarse en  Arequipa, claro que, el frio seco de junio les dio una incómoda bienvenida.
Para venir aquí hay que estar muy  desesperado me dije, es lógico, si veo los índices de desempleo, los bajos sueldos y la deprimente  estabilidad laboral. Pero creo que vendiendo arepas se tiene para sobrevivir en este enorme mercadillo.  
Qué serán de aquellas familias que en la década de los setentas y ochentas abandonaron el Perú con rumbo a Venezuela, particularmente de aquella señora Betty,  una guapa iqueña que se fue a Maracay  junto al marido y sus dos hijas, vendieron todo incluido el LADA recién adquirido.
Una cosa es hacer de pistolero en las calles de Caracas y otra gobernar un país. Nicolás Maduro en estos años ha demostrado que no posee la habilidad suficiente como para sacar a Venezuela del hoyo,  teniendo en sus manos semejante infraestructura, una población instruida, grandes núcleos urbanos, solo Maracaibo es tres veces Arequipa, Valencia dos, y otras tres ciudades igualan en población a la segunda ciudad del Perú. Sin contar esos llanos poblados de bovinos, ese petróleo y sus minas  de hierro y, aquella central hidroeléctrica en el Orinoco, la segunda de Sudamérica, y que, seguro uno perecido, se podría haber construido en la cuenca del Marañón  con los más de 4 mil millones de dólares “desaparecidos” en el régimen del padre de Keiko Fujimori.     
Los más torpes dictadores en la historia de Latinoamérica siempre han elegido perpetuarse en el poder, Fujimori lo hizo en 1993 y hoy lo imita su discípulo  Nicolás Maduro, reemplazando a un congreso opositor mediante una constituyente pelele para así abrirse camino a un siguiente periodo de gobierno.  Son los mismos métodos aplicados por dos tiranos, el caribeño  izquierdista y el otro lo fue de extrema derecha.
Fujimori nos dejó la “cultura” de la corrupción y la falta de estabilidad laboral dentro de otros males y,  Maduro, hasta ahora, no sabemos qué ocurrirá con su régimen, ya que el problema venezolano no solo es un tema sudamericano  sino que  como  Siria en el medio oriente, en su territorio se juega mucho, sobre todo el movimiento en este tablero mundial de reacomodo de piezas  e  influencias,  en donde,  juegan un papel muy importante las grandes potencias beligerantes. Por un lado los EEUU y en la otra esquina Rusia y China.
Las últimas compras militares del régimen de Maduro a Rusia y los préstamos económicos  de China nos dan a entender sobre qué pilares se arrima el muevo régimen chavista. Algún venezolano lo auguró  a comienzos del siglo XX cuando descubrieron sus grandes reservas de petróleo, que esa riqueza iba ser el origen de todos sus problemas.

sábado, 29 de julio de 2017

PPK de rodillas


Mónica Delta, con un jalón de orejas nos despertó de madrugada este 28 de julio. Se veía como una especie  de sacerdotisa estirada y déspota, maneras que no perdió ni cuando estuvo  caracterizada como una anciana centenaria autodenominándose la adalid de las mujeres maltratadas y que a medio Perú aterrorizó de solo pensar que podría vivir tanto, pisoteaba como ella misma lo sabe hacer a un notorio país diverso no solo étnicamente sino también  en pensamiento,  nos estrujaba en el rostro asegurando que por ser la comarca de mayoría católica deberíamos de aceptar estoicamente esta ceremonia denominada misa Te Deum.
Mónica Delta, en ese promocionado spot publicitario no necesitaba de tanto maquillaje para verse tan arcaica,  porque  al igual que muchos de sus colegas, se ven muy pasados de moda, cuando en este tipo de celebraciones vociferan  por las pantallas sus  creencias personales porque según ellos es la misma que tiene la mayoría de la población, sin meditar que con esto están discriminando a todos los que no compartimos sus mismas aficiones,  insinuando además  que  por tener esta supuesta  “carencia de fe”  no eres peruano  y,  sin mediar disculpa alguna o por lo menos un comentario,  atropellan nuestro derecho de libre conciencia mostrando todo el evento como una imposición al nivel de una medieval  “Arabia Saudita”  sudamericana.
El Perú ya no es el de 1821, ahora es un país estable y democrático, y en camino de consolidar  el estado de derecho. En esta realidad  resulta anacrónico continuar manteniendo determinadas ceremonias religiosas dentro de las celebraciones del 28 de julio,  ya que el número de peruanos que no profesa ningún tipo de religión va creciendo continuamente gracias a que existen muchos asépticos desde pequeños y otros que han leído algo y algunos que  gracias a la globalización en sus viajes de estudios o de cualquier otra índole tuvieron la oportunidad de tener contacto con sociedades secularizadas y el hecho de existir la internet con  sus redes sociales. En democracias más antiguas como la francesa o norteamericana este tipo de actos religiosos  no se dan en sus aniversarios patrios por respeto a esa diversidad de su población. Pero aquí todavía falta mucho para que se respete este derecho de muchos compatriotas.
Todos los presidentes han sido católicos  y si no lo eran han tenido que serlo, pareciera que fuese uno de los requisitos para asumir ese cargo. Esperemos que esto no sea una imposición como se hace en la República Islámica de Irán en donde para ser presidente  antes tienes que ser aprobado por el denominado “Consejo de Guardianes” formado por teólogos ultra religiosos.
Y ahí tenemos al risueño y bonachón PPK. Antes de ser presidente nunca mencionaba en sus discursos públicos y entrevistas algún gesto o manera que nos recuerde a aquellas  personas religiosas,  es más, se lo veía como tantos otros angloparlantes pragmáticos de extracto puritano y luterano. Y si además revisamos su árbol genealógico veremos que desciende de una antigua familia  judía europea.
Con todos esos antecedentes creíamos que quizás PPK  iba ser el primer presidente no católico en la historia del Perú, solo lo creíamos,  porque después de verlo ayer arrodillado y persignándose  nos demostró que era un ferviente creyente católico. Qué bien, por él.

No sé por qué me recordé del flaco Alcatraz, un compañero de celda en esa mazmorra franciscana, que para conservar el buen empleo por varios años tuvo que fingir ser un devoto católico. Una vez me confesó “soy ateo” como queriendo expulsar algo que lo tenía por años  atragantado en el cuello y sintió cierto alivio y, se alejó con el rostro avergonzado  del que tiene que luchar todos los días contra su conciencia al fingir y mentir y morderse la lengua cada vez que quiera confesarlo. Era como ver a  Andrew Garfield en el film “Silencio” de Martín Scorsese, cuando interpretaba a un monje cristiano en pleno Japón del siglo XVII que estaba condenado a fingir por el resto de su vida  que era un fiel devoto de una creencia que no profesaba.  

sábado, 22 de julio de 2017

El mal profesor


Cuando tienes la oportunidad en el Perú de observar a un profesor dirigirse a sus estudiantes,  te das cuenta  de cómo influye en ellos. Una loable carrera, casi un apostolado. Es una de las profesiones más importantes porque constituye  una  pieza fundamental  para un país que quiere progresar realmente. Todo lo plausible de la labor de un docente  se vuelve una amenaza para la sociedad cuando en esa aparente  inofensiva  tarea  de enseñar entre cada lección lleva a sus discípulos todas esas taras que carga encima.
A continuación enumeraremos aquellas razones por las que un docente resulta siendo un verdadero peligro para los jóvenes estudiantes porque en  cada lección que imparte acompaña una enorme cantidad de estereotipos, supersticiones y prejuicios que lleva dentro.
Primero,  vivimos en un mundo diverso como diversa es también muestra sociedad, por estas razones la política educativa de los países que  van  a la vanguardia  priman en su educación  la tolerancia a los diversos tipos de pensamiento y origen étnico y cultural. En esta realidad no se puede permitir que muchos profesores desconozcan los derechos individuales de la persona, el que concierne a la libertad de  conciencia que poseen los estudiantes y sus respectivas familias,  y atropellándolos, intentan influir a sus alumnos sus ideologías políticas y sobre todo sus creencias religiosas.  Es común ver en los colegios públicos obligar a los alumnos a adorar imágenes religiosas porque la profesora o el director del colegio o de la UGEL es un ferviente devoto. De esta manera  no se está formando una sociedad  tolerante a esa diversidad que hablábamos anteriormente.
Segundo, el racismo y los prejuicios raciales es uno de los más graves problemas que arrastra muestra sociedad  y, los profesores no son ajenos a ello, a pesar de que gran parte son de origen andino, indio, amerindios o cholos,  siguen menospreciándose y venerando una mínima o ficticia herencia hispana en detrimento de sus propia raza y cultura,  gran parte de ellos se avergüenzan de tener ancestros indígenas y todo lo que le relacione con ellos, y es justamente, que estos miedos  y prejuicios lo difunden a sus estudiantes en  cada comentario y gesto. Así nunca podremos acabar con los terribles prejuicios raciales que anega a los peruanos.
Tercero, muchos maestros desconocen de la importancia de su labor por eso constantemente están  en búsqueda del conflicto entre sus colegas sin  valorar  las virtudes del otro, todo lo contrario,  lo niega y hasta lo difama, convirtiendo a su gremio en el más disociado y conflictivo de las profesiones. 
El subdesarrollo de muestra sociedad no se va solucionar con un decreto ley porque este siempre ha sido un subdesarrollo mental basado en los escasos conocimientos de la gente y esto uno lo pude averiguar simplemente visitando  un país desarrollado.
Por lo tanto, la labor del docente juega un rol fundamental para cambiar esta realidad de atraso y subdesarrollo.
Esta  labor de docente no es la última rueda del coche todo lo contrario, al pararse al frente de sus alumnos,  el maestro está obligado en, previamente, adquirir el mayor conocimiento posible para tener el criterio suficiente de saber qué brindar a sus estudiantes y tomar la decision de no continuar llevando a los alumnos esas ideas anacronicas y conductas muy discutidas en el mundo democratico y civilizado y que son una de las causantes de nuestro casi eterno atraso.
Siempre este ha sido el lineamiento educativo  de aquellas grupos humamos que han sabido destacar. El maestro desde siempre  a jugado un rol importante para que esos países lleguen a alcanzar esos objetivos.

martes, 18 de julio de 2017

Evo Morales y el apogeo boliviano

Una de las mayores torpezas del libertador Simón Bolívar fue cercenar el Alto Perú de nuestro territorio. Desde aquella época, tanto Bolivia  como nuestro país, salvo Castilla y Santa Cruz, la infame atonía ha caracterizado a la mayoría de sus gobernantes de ambos estados, muchos de ellos destacados mangantes y disolutos cuando trataron  de administrar las arcas públicas.
Los quechuas, en su apogeo, supieron disponer de las virtudes del pueblo aimara, por esta razón constituyeron  la falange del ejercito inca. Esas frías estepas altiplánicas hicieron desarrollar  en estos pobladores una enorme resistencia  y grandes habilidades para la guerra, qué distinto final hubiera  tenido la Guerra del Pacífico  si los gobernantes  de aquella  época hubieran sabido aprovechar la fuerza de estos pueblos. Pero bueno, esa es otra historia.
De esa etnia surgió Evo Morales. No se esperaba  mucho de un dirigente cocalero después de conocer a los que tenemos por aquí, caracterizados por ser los "mejores" para colocar piedras  en la carretera y ocasionar el caos  pero cuando se trata de buscar soluciones para el beneficio de la población prefieren antes solventar sus intereses y negociados.
Parecía que iba a terminar  por destruir aquel  país enclavado en el corazón de Sudamérica, pero eso no ha sucedido, todo lo contrario, estos años en  los que ha gobernado Bolivia de forma democrática ha hecho de esa tierra un  lugar en donde se respira orgullo y dignidad. Se ha dado una especie de renacimiento boliviano.
La región se alarmó cuando nacionalizó los  hidrocarburos, aquí muchos lo criticaron  y le auguraban el más terrible de los fracasos ante semejante y temeraria política. Con el correr del tiempo dichas medidas  sorprendentemente  han  logrado estabilizar la economía boliviana y colocarlas dentro del grupo que más han  crecido los últimos años.
Gracias al manejo y la explotación de sus ingentes recursos energéticos se ha incrementado las exportaciones de tal forma que ha llegado a batir récords históricos.  Teleféricos en El Alto, autopistas, grandes refinerías,  letreros en  las principales ciudades hablando sobre respeto a la naturaleza, tolerancia  a la diversidad humana,  coexistencia pacífica, orgullo nacional, etc. Un lenguaje sano que promueve el desarrollo.
El buen manejo de la economía ha producido el incremento del PbI y la reducción de la pobreza, a  la vez,  ha logrado negociar con sus élites  y aquellos grupos, al parecer, lo han dejado gobernar. Todos contentos.
Antes que nosotros mandaron a construir y lanzar su propio satélite al espacio, pero uno en  serio, con la capacidad suficiente como para fotografiar los hangares en donde está estacionado  ese F-16 chileno,  y no,  como ese pedazo de alambique que negoció Humala con los franceses que ni siquiera  le sirvió para asegurar su  refugio en París ni mucho menos  para advertirnos  a los peruanos sobre  el último desastroso fenómeno del niño que azotó muestra costa norte.
En el país altiplánico el balón de gas tiene un valor de alrededor de 12 soles. Qué mejor ejemplo para  explicar sobre el alivio que deben tener las economías de las familias bolivianas.
Bolivia ha estado por mucho tiempo dentro los últimos países de Sudamérica, pero todo ha cambiado para mejor desde que Evo Morales asumió el cargo de presidente de esa república.
En las últimas elecciones legislativas los resultados les fueron adversos, era evidente que un régimen que lleva más de una década en el poder de forma democrática,  siempre iba sufrir un cierto desgaste y hasta donde tenemos conocimiento ha respetado el  mandato de las urnas, demostrando con esto que guarda la lucidez de los grandes guías que saben cuándo dar ese paso al costado para no caer en esa costumbre tan tercermundista  de perpetuarse en el poder.
Hoy Evo Morales ha hecho de Bolivia un país respetable y ha demostrado que posee la talla de un verdadero estadista  de aquellos que pocas veces aparecen y, pasará a la historia de su país y de América latina por haber sido el gestor  de este envidiable apogeo  boliviano.

sábado, 15 de julio de 2017

El show de Bonnie and Clyde


El Perú amaneció algo más limpio y la democracia  no tiene por qué mancharse por algunos  monigotes ambiciosos  y firmantes  de contratos lesivos para la población. 
Esta época democrática con sus altas y bajas es el mejor momento que está viviendo muestro país en su historia republicana.  El respeto a la libertad de expresión y los derechos individuales  que propugnaba Thomas Jefferson se percibe y la población y sus élites acostumbradas por generaciones a vivir en un entorno arbitrario poco a poco lo van entendiendo. La civilización parece que se va seguir manteniendo.
Uno de los graves escollos que tenemos los peruanos para consolidar este estado de derecho,  son los personajes que han venido asumiendo  el cargo de presidente. Han sido una patética seguidilla de bustos, privados de un liderazgo positivo, incapacitados para construir instituciones sólidas  que colaboren  con el progreso de esta comarca.  Es sabido que “la ropa apolillada  y tendida” de un país en vías de desarrollo siempre ha sido la fragilidad de sus instituciones democráticas que muchas veces terminan completamente agujereadas por los  intereses  y  negociados de esos jerarcas fácticos. En esa coladera pasa de todo y el espectro  político lo reducen  a un mediocre teatro de marionetas,  torpes muñecos de trapo que dejan ver las manos del titiritero. Todo se conjuga para este espectáculo, como lo decía en los noventa Jaime Bayly: “aquí con un buen guión  elegirían hasta al propio Pato Donald”.
Toledo en sus épocas doradas recibió una  patada en la coxis cuando quiso privatizar los servicios de agua y luz de la ciudad de Arequipa, y se le fue encima esta tierra de pequeños propietarios,  opuestos a unos inversores acostumbrados a tranzar  con funcionarios públicos corruptos para no pagar impuestos y brindar un mal servicio gracias a una  privatización de empresas públicas  mucho menos  justa que la que hubo en Chequia o Croacia después de la caída del bloque socialista.
Alan García cuando lamía la mano de Cipriani no parecía un acolito pasado en años sino más bien su exagerada sumisión  lo hacía ver más como un politiquero humillado y sin dignidad.
De Humala ya no  hay nada más que decir, solo queda el recuerdo de las palabras de aquel fraile franciscano cuando frente  a todas esas madres en su día, les recordaba en su sermón y de paso advertía a los varones que,  vivir  con una  mujer maléfica,  era como estar en una cueva encerrado con  leones y serpientes venosas.  “Y está escrito en  la Biblia”, finalizaba.
A pesar que la dictadura de Alberto Fujimori nos condenó al monopolio  ineficiente de Telefónica,  para Ollanta Humala 18 años no  fueron  suficientes,  así que,  le renovó el contrato por otros 18  años más a la misma trasnacional española  y, paradójicamente,  un  juez también le dio 18, pero 18 meses de prisión preventiva.
Ollanta, ni  bien dejó su gobierno,  el primer país que visitó como ex presidente fue justamente España, siendo recibido con grandes pompas. Y cómo no va ser, si en plena época de vacas flacas  les regaló el contrato del siglo para la joya de la corona, Telefónica. Sonrientes la pareja presidencial ingresaron a sus respectivos reclusorios. Para  cualquier anónimo esto sería preludio del mismo infierno, pero no para este “dúo dinámico”.  Es que esos gestos no fueron fingidos. Ellos lo saben. Unos cuántos meses encerrados es el costo de ser judas. Y luego saldrán libres y nadie, esta vez,  les podrá  impedir disfrutar de su botín.  Es que en  esta realidad de ciegos, siempre el tuerto gana.  

jueves, 6 de julio de 2017

Keiko Fujimori y la democracia secuestrada

Cómo se puede promover y consolidar la democracia en nuestro país, lo que justamente propone  la  Carta Democrática Interamericana, cuando existen poderosos grupos que les incomoda hallarse dentro de ella. Este axioma no tiene nada de novedoso porque en Chile, su democracia ha estado  bajo la férrea tutela de los que mantuvieron la dictadura pinochetista. La democracia chilena fue una dadiva muy vigilada, con un control casi prusiano, por los protectores y herederos de aquel gobierno tirano.
Las aguas en la política peruana al fin  se habían calmado después de la tempestad provocada por el  legislativo fujimorista  y, el presidente Kuckzynski inerme  profería progreso al colocar  la primera piedra de un importante  plan para desarrollar al maltratado Ayacucho. Cuando parecía que el país entero se estaba tomando un respiro, aparecen de nuevo. Era mucho pedir para estas hordas esteparias curtidas en la cruda corrupción y  las matanzas de la década de los noventa.
De pronto los diarios  y los otros medios inclinados al fujimorismo como en las mejores épocas de los Schütz  y los Crousillat  retornaban con su implacable bombardeo desestabilizador sobre la “Guernica” peruana (que vendría  a ser nuestra neonata democracia).  Esos titulares otra vez removían el ambiente político ahora obligando al mismo presidente de la republica a un encuentro con la cabecilla de esos “hunos”. El propio mandatario elegido por la mayoría de los peruanos la máxima autoridad de este país es forzado, sacado a empellones de su justa, tranquila y cálida morada para “dialogar”. Se había invertido los papeles porque ahora los fujimoristas con  garrote en  mano  actuaban como aquel almirante Perry que en 1852  se presentó  en las costas del Japón exigiendo la presencia del shogun para  un “amable” dialogo.
A pesar que los medios están  creando  esta especie de culto a la personalidad en torno a la imagen de la primogénita de Alberto Fujimori, la realidad es otra en las calles. El fujimorismo ha mostrado una  vez más sus músculos  obligando  esta reunión. Tiene a su favor la mayoría de la presa  y los grandes grupos económicos que se empecinan en imponernos  a esta especie de “kim Jong-um” mediático restregándonos  diariamente su rostro jalado y regordete.  A pesar de toda esta fuerte campaña de los medios de comunicación  la candidata a la presidencia por Fuerza Popular  no tiene al pueblo peruano. Ni los miles de millones de dólares han logrado cambiar esto, porque todavía existen connacionales  que, como en ese entonces, no aceptaron ni aceptarán  la plata que daba Laura Bozzo para que lamieran  las axilas de ese régimen fujimorista.
Una enorme nube toxica  como en el peor momento del desastre de Chernóbil ha escapado del parlamento fujimorista, creando este escenario de asbesto  que te asquea y te provoca un incontenible vómito cuando te enteras que el posible reemplazo para contralor sería Rafael Rey.
El fujimorismo una vez más ha  pisoteado  la voluntad popular.
Desde aquí nos preguntamos: ¿Es necesario seguir imponiendo a keiko Fujimori a la población peruana?
¿Esta democracia que nos ha concedido la providencia  sólo puede sobrevivir si los peruanos aceptamos a la hija del ex tirano como presidenta?
¿Los peruanos no merecemos  como ciudadanos respetables otra  opción  fuera de esta imposición de los medios?   ¿Por qué no nos cambian este manoseado y nauseabundo menú? 

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...