miércoles, 6 de noviembre de 2013

Albert Camus y el extranjero




Quizás son  muchos los conocimientos  y las experiencias que uno acumula desde temprana edad, algunos,  seguramente, serán olvidados,  pero, otros,  por su valor formativo  quedarán mucho más tiempo,  sobre todo, aquellas  enseñanzas extraídas de  la obra de ciertos autores aun vigentes que llegan a influenciar tanto que te trazan el camino que recorrerás el resto de tu vida.  
“El extranjero” nos ayudó a conocernos aun más,  cerniendo actitudes y pensamientos.  Es que,  cómo no sentirse  forastero en medio de esta comarca tan conservadora  y devota.  Y, cómo no comparar el día a día de toda esta sociedad con las penurias de un  recluso  cercado por la censura religiosa y corruptela, como aquellas  gentes descritas en  “La Peste”.    
Fueron estos libros que me entusiasmaron para crear y escribir en esta bitácora.  Es gracias a  la  obra de Camus que hemos  encontrado fundamentos racionales para ser cada día un hombre mejor, uno  más comprometido con la ética,  el respeto a la humanidad  y  diligente  guardián de la libertad y enemigo confeso de  todo tipo de censuras y tiranías.
Es que parece que compartiéramos el  mismo asfixio de vivir en una ciudad calcinada por el sol del desierto y oscurecida por temporadas, no por las tormentas de arena del sahara, si no, por algo peor, la huachafería hispanofila y el fundamentalismo religioso de su arzobispo y de muchas de sus gentes. Esta urbe sofocante se hundiría en este infierno si no fuera que la ciudad y yo, renacemos una vez al año  con las temporadas de lluvias. 
Si no caen en esas decadencias anteriormente nombradas, esta población sencilla se vuelve amante  de la libertad y la tolerancia, porque estan conformados mayormente por inmigrantes honestos y laboriosos o descendientes de estos, que deben de parecerse en algo a esos Pieds noirs  de tus orígenes.  
Volviendo a la "Peste", esta comarca andina está infestada por plagas de roedores como la ficticia  Orán,  pero con una pequeña diferencia, en estas ciudades peruanas las ratas caminan en dos patas y usan saco y corbata y la gran mayoría llegan a ser alcaldes, parlamentarios  y hasta  presidentes, en cuyos curtidos lomos trasladan  pulgas que trasmiten una terrible pandemia de pillaje y  mediocridad y subdesarrollo.  Estos  seres sin ética,  -como bien lo decías-  están  convertidas en  bestias salvajes sueltas en este mundo, depredando  y destruyendo  todo aquello que se les cruce  en el camino. Siendo los grandes responsables  de que al país le espere un absurdo destino de  corrupción  y  atraso.
Cuan necesaria hoy es la obra de Albert Camus  para esta sociedad  sometida  al antojo de poderes que los vuelven frívolos y consumistas como en el ocaso del mundo romano, en donde,  solo prospera la religión y la mafia.
La educación que se brinda es una de las peores del mundo.  Por consecuencia  tu nombre y tus obras serán desconocidos para  la gran mayoría de  universitarios  y los estudiantes de las escuelas secundarias, cuyas aulas se caracterizan por la escasa presencia de diccionarios,  pero eso sí,  abundan regados por el suelo, una enorme cantidad  de biblias.
Aquí la mayor parte de colegios públicos son manejados por directores analfabetos, salvajes y corruptos sumidos en una completa barbarie que les impedirá proponer la lectura de alguno de tus libros. Por otro lado están los colegios privados y "prestigiosos",  instituciones manejadas en su gran mayoría por ignorantes y miserables mercaderes que desconocen absolutamente  el  nombre de Camus. También existen los numerosos colegios religiosos  manejados por las integristas congregaciones católicas sumidas en los tabúes medievales cuando prohíben la lectura de tus obras por considerarlos “subversivos”, solo porque presumen que podrían desencadenar en ese ávido lector la "peligrosa" libertad del pensamiento.  





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