El respeto, la igualdad de condiciones, la libertad. Son derechos fundamentales que en este
siglo no tienen ninguna discusión.
Nelson Mandela, durante toda su vida levantó esas
banderas en su patria Sudáfrica, un
estado creado y dominado por una minoría
blanca que insulsos apartaron a toda una mayoría negra. Pero esto no iba durar
eternamente, porque, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo
resista; es cierto, porque esos pueblos anteriormente
segregados, hoy tienen mayor
participación en el devenir de su país de lo que tenían antes de Madiba.
Pero, a propósito. Alguien por estos lares se ha preguntado si
existe igualdad entre las distintas etnias que habitan nuestro territorio o es
que acaso no hay un tapado, un
encubierto “apartheid” en contra de
determinados grupos étnicos que no son
los denominados criollos.
Es que es evidente.
Cómo aquel turista ingles que lo notó y lo
reclamaba por televisión en esa entrevista al paso, diciendo: “aquí los blancos
tienen todos los privilegios”.
Según la CIA, de
los 30.000.000 de habitantes que tiene
el Perú: el 45% son amerindios o como gusten llamarlo (cholo, andino, etc.), el
37% son mestizos, el 15 % criollos; y el
resto lo conforman asiáticos, europeos, estadounidenses y otras etnias. Esta es la realidad étnica de nuestro país.
Yo me pregunto:
¿Estarán representadas las etnias no criollas (amerindios y mestizos) en el manejo de su país?
Es cierto que en la
fundación del estado peruano en 1821, la
participación de los blancos (criollos)
fue fundamental. Pero, es que esto se
debió principalmente porque después de la
revuelta de Túpac Amaru II las autoridades españolas a finales del siglo XVIII diezmaron a la mayoría de los líderes
indígenas y sus familias.
El estado peruano en
1821 fue establecido por los criollos, y las leyes y normas sociales que se instituyeron fueron creadas con la intención de superponer a esta etnia sobre las
mayorías amerindias y mestizas. Eso está claro y es por demás conocido.
Así transcurrió el
siglo XIX y XX y los peruanos hemos sido
testigos de los cambios que se han
dado en el mundo. Todos buscando la
igualdad entre los diferentes pueblos.
Pero, a pesar de ello en nuestro país esta desigualdad no ha variado mucho desde los comienzos de la republica. Ahora habrá automóviles y computadoras pero como congelados en un tiempo decimonónico sigue existiendo una clara segregación frente a gran parte de peruanos.
Los pobres en su
gran mayoría lo constituyen casi en un
99 % amerindios y mestizos. Las
victimas en los dos bandos durante el
conflicto interno que sufrió el país en las décadas de los ochenta y noventa, casi
el 90 % pertenecieron a la mismas
etnias.
Cuando uno ve a los directivos de las principales empresas (medios de producción) que
mueven el país, todos pertenecen a la
etnia criolla. Lo mismo sucede con los dueños de las principales cadenas de televisión
peruanas.
Cuando nos
encontramos con las principales cabezas
de la Iglesia, Policía Nacional, Aviación, Marina y Ejercito. Todos corresponden a la misma etnia criolla, o sea, a ese 15 %
del total de la población del país.
Con estos simples y
reales ejemplos, yo les pregunto: ¿No existe acaso una especie de Apartheid en contra de la
mayoría de peruanos?
¿Cuánto más todavía
falta por recorrer y tropezar, para que nuestro estado se modernice y modernice a toda su
sociedad, buscando con esto la verdadera
igualdad entre todos sus
habitantes?
El Perú debe evolucionar siguiendo el ejemplo de
otros pueblos, para así tener una sociedad más unida, igualitaria y sobre todo
sana. O es que todavía en estos tiempos, ese 15 % de criollos, sigue creyendo como en 1821 que son una “raza
superior” y que el resto de peruanos: amerindios, andinos o cholos, juntos con los negros y el resto de
etnias no criollas, somos todavía
salvajes e inferiores.
Pero, lo cierto es que si en Sudáfrica se han dado esos cambios, es porque todavía en ese país el negro se
atreve a decir que es negro; en cambio
aquí, en el Perú, la aculturación ha
sido feroz, y en pleno siglo XXI y con
los avances de la ciencia y los
progresos en materia de derechos humanos: el indio no quiere ser indio, el
negro no quiere ser negro y todos ellos venderían su alma al mismo diablo por
ser blancos. Esa es la purita verdad.
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