Esta campaña disociadora e insultante de
los medios televisados en contra de nuestros compatriotas es de nunca acabar porque ahora a los
canales privados aglutinados en la denominada prensa basura, también se ha unido TV PERÚ, porque vemos que algunos de sus
noticieros y programas culturales siguen
con esa costumbre anacrónica y exageradamente hispanófila cuando publicitan a un intrascendente aventurero como supuesto descendiente de Francisco Pizarro, que ya, de por sí, no guarda ninguna importancia o hasta cuando contratan
bonaerenses o peninsulares en lugar de
periodistas locales.
Gracias a los prejuicios y estereotipos
de los directivos del canal del estado y pagados con los impuestos de los propios contribuyentes
peruanos, no merecemos, escuchar y observar a comunicadores con nuestros propios
acentos y rostros.
Latina, ATV, América TV, son los
principales enemigos de la autoestima del peruano común y corriente, porque con
su programación todos los días de forma
subliminal golpea duro al amor propio y despersonaliza sistemáticamente a nuestros conciudadanos cuando les ponen acentos foráneos o prohibiéndoles ver sus propios rostros andinos
triunfadores, en su lugar, los muestran como delincuentes o salvajes.
Dentro del mensaje también está aceptar
los constantes insultos como: “indio”, “marginal”, “sucio” ,“tercermundista”, etc., y todos venidos desde alguien con acento extranjero
mayormente español.
De nada sirvieron estos años de
supuesta independencia de España porque todavía
los peruanos seguimos recibiendo ofensas de parte de estos individuos venidos
de la península ibérica en connivencia con los grupos elitistas apátridas que manejan dichos medios.
Es que esto no es producto de la
casualidad, sino que está muy bien planificado.
Los poderosos que mantienen
este establishment tienen a los medios locales como sus parlantes abiertos
listos para atacar a toda la población, es como ocurre en Corea del norte, allá,
desde los primeros rayos de sol, la población está sometida a himnos ,
canticos, oraciones, poemas dirigidos a Kim Jong-un, cada minuto, cada hora,
toda la población escucha que debe amar a Kim Jong-un, y al final del día, no
solo termina amando a Kim Jong-un, sino,
también a su opresor régimen.
Aquí sucede algo parecido, desde la
mañana se escucha un mensaje, pero no para despertar sentimientos a algún dictador, sino, con el objetivo de hacer sentir mal a muchos, “bajar el
ánimo” a un país entero, con esos titulares, con esas letras de las canciones, con
los insultos de sus personajes mediáticos, que les susurran a los oídos de los
peruanos que es un “indio marginal”, y que no debe juntarse con sus congéneres,
que no debe aceptar su etnia quechua y que debe sentir vergüenza del solo hecho
de identificarse con su verdadera cultura que es milenaria, conminándoles a aceptar inermes, sumisos y agachados el insulto del extranjero, sobre todo, si este tiene acento ibérico, porque, es su
superior, así que, es el modelo a
imitar, sobre todo cuando se trata de insultar a tus propios compatriotas utilizando
los mismos adjetivos y al final del día esos
millones de escuchadores serán aquiescentes con el expolio, con el no pago de impuestos de parte de las mineras y sobre
todo de Telefónica de España.
Y esto es a diario y lo realizan todos
los medios de comunicación o la mayoría
de ellos.
Sin lugar a dudas, uno de los grandes
enemigos de la autoestima de nuestros compatriotas son estos medios de
comunicación que, paradógicamente, funcionan desde su propio país. Y, en esta época, un buen gobernante peruano será aquel
que logre detenerlos en su malsana tarea de continuar dañando el aspecto
emocional de un país entero.
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