jueves, 22 de diciembre de 2022

Qué dejó Qatar 2022

 


Fue como si estuviésemos viendo la entrega de un Oscar honorífico, porque Argentina hace mucho se merecía levantar esa copa, pero, se sabe que en este tipo de competencias, con varios encuentros, cada uno de ellos son historias distintas en donde pueden suceder innumerables situaciones que te pueden frustrar ese objetivo.

Argentina aporta mucho al fútbol moderno: cuenta con una liga muy competitiva, solo basta con observar un encuentro entre Racing e Independiente para darse cuenta de esto. Aunque el torneo rioplatense a nivel mundial esté poco publicitado, es mejor que se mantenga así para que se preserve su escuela con su esencia e idiosincrasia de barrio de olor a multitudes, vivaz, rápido, fuerte y equilibrado.

De ese futbol han surgido verdaderos genios del balompié desde Di Stéfano, Maradona o Messi, que han dado prestigio no solo a los clubes europeos sino también a sus respectivas ligas.

Por todas estas razones es incongruente que Argentina solo tenga tres copas del mundo siendo una verdadera potencia en el balompié, quién lo puede dudar.

En Qatar 2022, Marruecos fue la gran sorpresa del cual deberían observar y aprender otras selecciones sobre todo sudamericanas.

Como por ejemplo para el caso uruguayo, que se ha convertido en solo "relleno" en este y otros mundiales. Si las selecciones uruguayas contaran con la resolución de los jugadores de Marruecos o Croacia seguro hubieran avanzado hasta la final de Sudáfrica 2010 y hoy tal vez tendrían su tercera copa mundial. Es que los uruguayos se ven ellos mismos como el “país chiquito” y han perdido esa antigua determinación que les hacía confiar en sus posibilidades para nuevamente hacerse de una copa del mundo. Son varios ya los fracasos a pesar de contar con selecciones y jugadores con un alto nivel competitivo.

Parece que los charrúas han tirado la toalla, por tal razón y para el bien del fútbol sudamericano y su renovación, el fútbol uruguayo debería ya ser reemplazado en las eliminatorias por países mucho más grandes de la costa del Pacífico sudamericano como Colombia, Perú o Chile, que poseen un futbol destacado con su propia escuela e historia. Chile, Perú y sobre todo Colombia deberían aprender de Marruecos y Croacia, para cambiar su mentalidad y esto les ayude a tener mayor confianza a la hora de enfrentarse en los mundiales con cuadros teóricamente más fuertes y así poder alcanzar instancias mayores.

Brasil en este reciente mundial nos confirmó la ficción que crea en las eliminatorias de una supuesta superioridad sobre al resto de selecciones sudamericanas (particularmente sobre Chile, Colombia o Perú), porque el cuadro carioca "robó" partidos descaradamente en Lima y Santiago con selecciones que ya entendieron a este gigante con pies de barro. De qué le sirvió estas trampas si en el mundial un cuadro chico europeo lo regresó otra vez a su realidad.

En Qatar 2022, fue patético el melodrama de la selección de México cuando otra vez su aventura en un mundial termina en fracaso.

El problema del fútbol mexicano es también el mismo problema de la CONCACAF, porque sus ligas y su técnica son muy limitadas y necesitan con urgencia y frecuencia encuentros con equipos mucho más competitivos como con sus vecinos suramericanos, para así mejorar su fútbol, y estas, son las mismas razones por las que Australia se mudó de la confederación de Oceanía para jugar sus eliminatorias en Asia. La CONCACAF se debería unir con la  CONMEBOL. Si no se logra esto, México seguirá en ese hoyo futbolístico.

También, en Qatar se pudo observar que España regreso a su real nivel de participación que históricamente ha tenido en los mundiales, que significa estar de media tabla para abajo. Una extraña excepción hizo cuando se ganó la lotería en el mundial de Sudáfrica 2010. Holanda por historia y escuela lo merecía más.

Esperemos que el próximo mundial, la FIFA no elija como sede algún pequeño y rico país en medio de cocodrilos de la jungla de Borneo solo por el capricho de un emir multimillonario.

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