viernes, 25 de agosto de 2023

El sueño del Dodo

 


Hace pocas horas la India hizo historia al convertirse en el primer país en aterrizar una nave no tripulada en el polo sur de la Luna.

Una gran hazaña que demuestra sus grandes avances en tecnología espacial.

Bueno, algunos no se sorprenderán demasiado, porque, hace buen tiempo se pronosticaba que la India sería la cuarta potencia que junto a Estados Unidos, Rusia y China liderarían este nuevo mundo multipolar.

Como era lógico pensar, este tipo de iniciativas en esta comarca no interesa. 

Es que la ignorancia campea y sobre todo el constreñimiento, la apatía. 

Se ha perdido todo tipo de dignidad. Estamos como Ucrania después de los bombardeos, rodeados de escombros, pero aquí no cayeron bombas convencionales, si no, aquí los medios hicieron un buen trabajo convenciendo a la gran mayoría que no merece una vida mejor o por lo menos una pequeña limpieza de la casa.

La desesperanza cunde y se percibe esa sensación que al final el hormiguero entero se ha creído el cuento de que son unos verdaderos inútiles, casi minusválidos mentales que a duras penas solo pueden armar vasitos de plásticos uno sobre otro, privados para alcanzar algún premio nobel en física, o ganar un campeonato de futbol o tener un tenista en el top ten de la ATP, o poseer un portaaviones o, al menos, intentar construir un satélite con tecnología propia y enviarlo al espacio para que nos pueda alertar sobre la llegada del fenómeno del niño.  

Y de esta atmósfera derrotista no se escapa nadie, ni los ricos y famosos locales que menciona Forbes, porque no hay ni una sola franquicia o trust de origen peruano que lidere en la región y demuestre avances en tecnología o manufacturas propias.   

No me sorprende lo que hizo la India en materia de tecnología espacial, porque ya se auguraba, y, también, lo reconozco, fui un completo cojudo, al creer que como otros pueblos anteriormente subyugados y con el mismo color moreno de la piel, los peruanos, de la misma manera podríamos para estos días mostrar al mundo este tipo de proezas, muy similares a lo que la India nos está mostrando. Pero no. Esto no ha ocurrido ni va ocurrir. 

Es una repulsa ante toda esta degradación, y cuando más hurgo en esta letrina uno más se asquea.

Cómo no sentirse así cuando te enteras que unos peruanos visionarios y con huevos de acero fundaron el 11 de junio de 1974 la agencia espacial peruana que hoy lleva las siglas de CONIDA, haciéndolo solo 4 años después que la India creara su primera agencia espacial, sí, esa misma que hoy logró enviar su nave no tripulada a la Luna.

El Peru en ese año de 1974, fue pionero en esta parte del Pacífico, pero esto hoy ya no importa.  

Nadie en este país conoce de la existencia de esa Agencia Espacial Peruana.

¿Qué se ha avanzado en todos estos años de existencia de esta Agencia Espacial Peruana?

La respuesta es obvia.

Hace unos meses un organismo estatal estaba promoviendo un concurso escolar de talentos que llamaban: “física espacial”, y aquellos estudiantes ganadores serían llevados a las instalaciones de la NASA en EEUU.

Muy buena idea, pero no hubiera sido mejor que esos mismos estudiantes primero conozcan las instalaciones de nuestra Agencia Espacial Peruana. Pero, claro, alguien dirá ¿Para qué? ¿Qué verían esos estudiantes en esa “Agencia peruana”? Seguramente un edificio vacío, con unos cuantos muebles y paredes repletas de afiches con astronautas y fotografías del espacio exterior extraídas del internet, custodiados por unos cuantos burócratas cuya principal tarea de todos los días es mirar el reloj que les avisa que ya es la hora de disfrutar el resto del día, si no, antes, el exagerado ocio no habrá hecho mella en la salud de ellos, entonces, no les quedará otra que ingerir sus medicinas o acudir a la cita con el médico.  

Somos un país extenso, con más de 33 millones de habitantes y, estoy seguro que no somos un país de mierda, somos grandes, con un pasado precolombino que nos demuestra que alguna vez hemos demostrado ser creativos e inteligentes y con la autoestima suficiente como para construir verdaderas maravillas modernas.

Pero hoy en esta desesperanzadora realidad no importa. Esto es una utopía. ¿O para este país es el fin de la historia?

 

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