Qué hijos de puta, barbaros, mal nacidos, mejor dicho, mal paridos, son los
de la extrema derecha, los dictadores conservadores, o como los que aclamaron
aquella dictadura argentina que destruyó ese país entre 1976 y 1983. Quemaron
libros e incendiaron teatros como aquel Teatro Argentino de la ciudad de La Plata,
demolido por el tirano Jorge Rafael Videla y en su lugar construyeron una completa mierda
cuadriculada, un desperdicio completo.
Y aquí en Arequipa no estamos lejos de todo ese aniego de alcantarilla porque
Alfredo Zegarra el exalcalde de la ciudad, que se dice médico, pero que para
nosotros se ve como un vulgar matasanos,
que demostró su más repulsivo cerrilismo construyendo, igual que esos militares
fascistas rioplatenses, un monstruoso esperpento que lo llamó “Palacio de
Bellas Artes” el muy sinvergüenza, que de palacio ni bellas artes no tenía nada,
solo edificó un domo horrible, que más perecía un hemorroide verdoso que eclosionaba
en medio del armonioso lugar de edificios
y estaciones de ferrocarril de finales del siglo XIX y comienzos de los putos XX.
Esta tierra bendita de ignorantes y despreciables ágrafos, ahora no saben qué
hacer con el bodrio verde. La justicia ordenó su demolición, cosa que hasta
ahora no se ha dado, pero aquí lo tragicómico está en que los actuales burócratas
que tienen a su cargo este problema, con ese característico mal gusto que poseen
por ser unos completos salvajes analfabetos, no saben qué harán con esos terrenos
después de la supuesta demolición. Los putos ignorantes con enormes cartones de
magister en cultura e ingeniera no saben qué hacer con ese espacio. Me cago en
la leche.
Idiotas, a esto les ha reducido esta educación de letrina y sus costumbres
analfabetas, supersticiosas y cargadas de enormes prejuicios y estereotipos,
que los han convertido en eso, en perfectos
idiotas que no ven más allá de sus narices.
Lo que deberían hacer es comenzar por demoler de una vez por todas esa excreta
verde del anterior alcalde Zegarra y hacer lo que harían en cualquier otro lugar
civilizado, que sería realizar un concurso, una convocatoria, en donde participen proyectos e ideas de los
mejores arquitectos, los más creativos y conocedores de la arquitectura
arequipeña caracterizada por el sillar y que ese proyecto ganador sea el teatro
de sillar que reemplace al actual bodrio de forma de cúpula verdosa, un teatro
de más de 3 mil butacas, uno respetable que vaya con la importancia de esta ciudad
de más de un millón de habitantes que es Arequipa, porque hay que recordar esta
cifra que muchos concejales lo desconocen totalmente, y así se haga realidad
una obra que quede para las próximas generaciones, y demuestre que esta tierra
no está plagada de simples ignorantes de
mierda.