martes, 24 de noviembre de 2020

La guerra étnica contra Llica

 


Este país se encuentra divido en “feudos” de poder dominados por fuertes grupos económicos muy arraigados. En el sur, por ejemplo, después de la construcción a fínales del siglo XIX del ferrocarril Mollendo- Arequipa, esos grupúsculos, familias, clanes que han dominado la ciudad de Arequipa y su área de influencia, tienen como sede institucional a la Cámara de Comercio e Industria de Arequipa.

Cuando uno ingresa a sus instalaciones y asiste a sus reuniones, se puede palpar lo bueno y lo malo que tiene este país y esta región, además, se descubre con malestar, porque formamos parte de ese grupo de países débiles y subdesarrollados.

La mayoría de sus integrantes, étnicamente, son lo que conocemos aquí como mestizos, pero ellos se asumen blancos, pero al observarlos detenidamente, sus pómulos salientes, sus rostros redondos, sus cabellos, su estructura ósea, nos afirma claramente que tienen un buen porcentaje de ADN indígena, notándoseles aún más cuando están al lado de un anglosajón, de un vasco o de un rioplatense.

A pesar de tener ancestros indios, paradójicamente, detestan todo lo indígena, hasta pareciera que les causaría sarpullidos y fiebres el solo hecho de tener cerca alguna muestra de cerámica Churajón por ejemplo, u otras nomenclaturas, utensilios, gastronomía o atuendos que les rememore lo precolombino. Es una repulsa similar a la que mostró con el chicharrón el ex candidato a la presidencia Alfredo Barnechea. 

Dominados por estos prejuicios, difundieron la errada rótula que hoy resulta hasta huachafo mencionarlo, eso que Arequipa solo era hispana, blanca y occidental.

Durante el transcurso del siglo XX la ciudad de Arequipa con su crecimiento iría asumiendo su verdadero rostro andino, autóctono y peruano, que se mostró con mayor nitidez a comienzos de este siglo XXI cuando esos "nuevos arequipeños" fueron los protagonistas del denominado “arequipazo” del año 2002.

El proceso de aculturación que sistemáticamente se sigue aplicando en el Perú, durante todos estos años, creó en Arequipa: profesionales, empresarios, jueces, políticos, y muchos otros pobladores que, a pesar de ser biológicamente indígenas, su cerebro, erróneamente seguía creyendo que su cuerpo era de un “blanco” descendiente de un ficticio español, criollo o algo parecido

Los grupos de poder asentados en Arequipa, desde sus anatemas, todo este tiempo, subestimaron al pueblo arequipeño pensando que acabarían igual de aculturizados que el resto de peruanos, pero se equivocaron notablemente, porque los arequipeños, haciendo honor a su idiosincrasia,  fueron despertando identificándose con su verdadera identidad andina, pero de una forma muy distinta de la que se iba produciendo en el resto del país.

La aparición de Elmer Cáceres Llica en el espectro político, no fue producto del azar porque fue la manifestación de ese cambio en el pensamiento de un buen sector de la población arequipeña que había logrado encontrar y aceptar su verdadera identidad étnica.

Esa nueva coyuntura social, fue hábilmente aprovechado políticamente por Elmer Cáceres Llica ayudándole esto a ganar esa elección para gobernador de la Región Arequipa.

Siendo imparciales y objetivos, su gestión está pasando intrascendente, y por lo mediocre, no se diferencia mucho del periodo de Yamila Osorio, pero el mundo andino no se mancha por estos oportunistas que aprovechan este histórico pedido de los peruanos para que regrese el inkarri y les libre de todos estos felones.

Pero regresando a esta nota, la gestión como gobernador de Arequipa de Elmer Cáceres Llica nunca tuvo la aprobación de esos grupos de poder arraigados en esta ciudad, porque desde que asumió el cargo los ataques se incrementaron desde todos los frentes  exigiendo inclusive su inmediata destitución, esas fuerzas desataron un  conflicto personal contra él, una especie de guerra étnica que no iba a tener tregua.  A las arremetidas se sumaron los racistas medios locales, TV, prensa escrita, etc., que diariamente bombardeaban con críticas con el único fin de ridiculizar su gestión y aprovechar cada traspiés suyo para intentar destituirlo.  

Las torpezas de los agresores revelaron que la principal causa de esta inquina en contra del cayllomino fue, aparentemente, el mismo mal que también carcome los interiores del resto de peruanos, que son, los prejuicios raciales.

El hecho de ver a una persona, y más aún, una autoridad, que muestra con orgullo su identidad autóctona y que, inclusive, llegaba lúcidamente a superponer su apellido quechua sobre el apellido de origen hispano impuesto a los peruanos desde la época colonial, eso fue, el mayor acto moral y digno que un personaje político podía haber hecho en Arequipa y en el Perú, pero, también fue visto como una amenaza para aquellos clanes que protegen el establishment porque podía ser imitado por otros.  

El vaso terminó por derramarse cuando en los primeros días de este mes de noviembre la gestión de Elmer Caceres Llica por medio de la Gerencia Regional de Educación de Arequipa dispuso focalizar en algunas instituciones educativas de la región la enseñanza del idioma Quechua.

Esta noticia seguramente encrespó a todos esos grupos intolerantes. Tener a un gobernador que se asume quechua era ya insoportable, pero ahora, tener el temerario atrevimiento de implementar la enseñanza del idioma quechua en su feudo hispanófilo, esto era ya, inadmisible.

No transcurrió ni un mes desde aquella vanguardista iniciativa educativa y ya nos encontramos con la noticia que un juez de la localidad dispuso que el gobernador Elmer Cáceres Llica sea destituido por una mala gestión ante la COVID-19.

Un caso inédito en el mundo, ya que las distintas autoridades en China, Italia y hasta en los EEUU, explicaron que el desborde de los hospitales y las numerosas muertes por la pandemia fueron provocados básicamente por la rápida propagación de la enfermedad.

Entonces, ante esta situación, solo nos queda, una vez más, regirnos por nuestro olfato.

Según el último censo nacional, un gran número de peruanos y arequipeños están asumiendo su verdadera identidad étnica, y esto, es saludable para el país, porque expresa la libertad de pensamiento dentro de un entorno democrático.

Pero, a la vez, es preocupante ver que una autoridad, después de tener la iniciativa lucida y coherente de implementar en su región la enseñanza de un idioma que ha sufrido una injusta discriminación, reciba coincidentemente como “premio" un pedido de destitución.  

Hace unas semanas la prensa peruana publicó las amenazas de muerte a la descubridora de la ciudadela de Caral y ahora intentan destituir a un gobernador que implementa la enseñanza del idioma quechua en su región. Son señales de alarma, pero también son manotazos de ahogado de aquellos grupos que con todo el poder que detentan no pueden detener estos cambios que para bien se está produciendo dentro de los pueblos que habitan el Perú.

martes, 10 de noviembre de 2020

El verdugo de comienzos del siglo XXI

Imagen Diario Expreso 


Lo estuvimos esperando. Creímos que esta clase de carnicero iba ser algo parecido a Antauro Humala u Odría, pero creemos que al hermano de Ollanta lo están guardando para darle la estocada final a este supurante astado que es el Perú.

En nuestra historia moderna y republicana tres veces destruyeron a nuestro país.

La primera, fue en la segunda mitad del siglo XIX, con la “gripe británica”. La segunda, ocurrió a finales del siglo XX, con ese letal “virus senderista” colocado por forasteros en la zona de Ayacucho y que se propagó por todo el territorio peruano devastándolo todo por completo.  Luego de esa hecatombe se estableció la dictadura de Alberto Fujimori y crearon el país que conocíamos antes de esta cuarentena.

En estos últimos veinte años, cuando salían las buenas noticias que las cuentas de nuestra  Hacienda estaban en azul, y que, a ese ritmo, con algo de tiempo y esfuerzo, formaríamos parte de los países desarrollados en algunos quince años o más, no éramos tan cojudos para soplarnos ese cuento, porque sabíamos que este país, mirando su historia y los lobos que lo rodean, toda esas noticias, solo eran el anticipo de que pronto se vendría  ese huracán boreal que destruiría todo para regresarnos a lo que siempre seremos, el eterno país  subdesarrollado y dependiente de poderes externos como un territorio antártico poblado por estólidos pingüinos.

En medio de esa pelea de hienas, no sabremos si a PPK lo apartaron o fue su propia decisión alejarse del cargo de mandatario para no mancharse la mano de lo que iba a ocurrir, lo cierto, es que, los peruanos lo eligieron porque la otra opción era Keiko Fujimori. Cuando Martín Vizcarra lo reemplazó, aquí celebraron solo los fujimoristas y las fuerzas conservadoras que están detrás de ellos. Pocos percibieron que, antes de asumir el cargo, el moqueguano era inubicable, solo se tenían la vaga idea que estaría en algún lugar de Norteamérica, lo más probable en Washington.

El resto de la historia ya es conocida y hasta recordarlo sería una verdadera pérdida de tiempo.

 “Por tus obras seréis juzgado”, reza el dicho cristiano, y el desastre provocado por la cuarentena dictada por el régimen del moqueguano a devastado completamente la economía del país, según los entendidos nuestro PBI cayó un 12.5 % regresándonos al año de 2009, y según los titulares de los diarios locales solo en la ciudad de Arequipa se han perdido cerca de 200 mil empleos y en el resto del país ha sucedido algo parecido.

Como ya indicamos, tres veces devastaron al Perú en su era moderna y el régimen de Martín Vizcarra se llevó el denigrante “honor” de ser el tercero, por la urdimbre que acabó con veinte años de esfuerzo de millones de peruanos. De nada sirvieron los sueldos bajos, los ajustes, las deudas, los suicidios, las casas embargadas por los bancos, la contaminación del bioma nacional por las mineras, la depredación del mar de Grau, porque todo se fue a la mierda. Tanta energía desperdiciada, todo se esfumó con el tipo de cuarentena que se dictó.

¿Dónde están esas RIN (Reservas Internacionales Netas) de más de 69 mil millones de dólares que teníamos antes de esta pandemia?

Hoy no sabemos ni cuánto ha quedado  de esas cifras.

El futuro cercano de los peruanos este gobernante vacado ayer lo ha hipotecado por su mezquindad y miseria.

Anoche, dejó el cargo de presidente escudándose en la perorata de que fue un demócrata. Claro. Aprovechó el sistema dejado por Fujimori para mantener al trabajador peruano del cuello y defender al gran capital y sus trasnacionales al extremo que los puso, inclusive, sobre el mismo. Nunca buscó el equilibrio surcoreano o de Singapur.

Un payaso más que ponen los titiriteros para que por un par de décadas más condenen al Perú a esa oscura celda de ese pabellón de los subdesarrollados y tercermundista en donde los reclusos pierden ociosos el tiempo dentro de la mediocridad de la venta de solo unas materias primas baratas y tóxicas.  

Este país da para más, puede tener universidades que destaquen entre las primeras del mundo y una población lucida y civilizada pero los amos de Vizcarra no lo quieren así porque prefieren tenerlo como la simple Zambia africana exportadora de cobre y a mis vecinos y familiares como bestias supersticiosas, iletradas y conniventes.

Martín Vizcarra fue una vergüenza como mandatario que nunca logró identificar que Irlanda del norte forma parte del Reino Unido.

El daño ya está hecho y es irremediable, y el gobierno de Martín Vizcarra a debilitado al país volviéndolo más vulnerable para cualquier poder externo, y esto, ya es harto conocido dentro de las reglas básicas de las Ciencias políticas.  

Ese es el mayor daño que le hizo al Perú. Pasará a la historia junto con Leguía y Fujimori. Y antes de ellos, los que hicieron del país esa colonia de facto de los británicos en el siglo XIX como esas generaciones que durante todo el siglo veinte nos colocaron en el grupo de los países subdesarrollados y dependientes siendo una nación milenaria que puede darle a su población esa prosperidad que por historia merece. 

sábado, 7 de noviembre de 2020

Ghost Riders In The Sky



 

Son fantasmas penando en el cielo.

Aquí, en el Perú, es harto conocida esta melodía, porque este es el país de las esperanzas frustradas, de los sueños rotos, de las almas de inocentes vagando en el limbo en espera de la redención.

Es que tenemos estampado en el broquel de este período moderno la derrota permanente.

Porque aun penan los más de cien mil inocentes ejecutados durante la masacre española en contra de todos los sospechosos de seguir a Túpac Amaru II.

Penan los miles campesinos de la “marcha india” eliminados durante el gobierno de Andrés Avelino Cáceres.

Penan las almas venditas de las decenas de miles de niños y mujeres campesinas y ocho periodistas que desaparecieron en el gobierno de Fernando Belaunde Terry.

Es que aquí penan por todo lado porque el Perú es como la casa Matusita pero de 1 millón 285 mil kilómetros cuadrados, un extenso territorio sembrado de miles de fosas comunes como la de Putis.

Pero, esta vez, el lamento de los espíritus atormentados viene de otras latitudes, algo más frías y boreales, con Johnny Cash y el sufrimiento de su cowboy estadounidense.

Tuvieron que pasar demasiados días para que las cadenas globales vociferaran la derrota de Donald Trump.  Demasiado tiempo para dar unos resultados que antes era en el momento.

Es que ahora los tiempos han cambiado tan rápido que nos cuesta percibir que la rapidez y eficiencia se ha mudado a otro continente.

Para esta generación la desgracia de los EEUU comenzó con la muerte de J. F. Kennedy.

Ahora se ha perdido todo: el buen gusto en el arte y los intelectuales solventes y serios. Mientras tanto, los cerebros de adolescentes caníbales de cuarenta años se deleitan con Netflix y los cohetes de SpaceX.

Esta atmosfera de derrota que viene desde muy al norte del continente, quizás, es la misma que habrían sentido Jefferson Davis y Robert Edward Lee cuando vieron que ese mundo sereno y rudimentario se había acabado.

Es que aquí en vida está el infierno y el cielo y todo lo que se hace se paga.

Porque quizás ese fue el mismo sufrimiento que padecieron millones de indios en las praderas norteamericanas cuando vieron como aprisa los iban extinguiendo junto a sus bisontes.

Ese “siglo americano” parece que estuvo maldecido por esas almas en pena que aún siguen vagando en los cielos estadounidenses persiguiendo sus búfalos y reclamando su revancha con esos cowboys condenados ardiendo como la jirafa de Dalí junto a ese ganado de ojos rojos que representan a ese “capital” que hicieron grande a ese país y que hoy también se va extinguiendo velozmente.

domingo, 1 de noviembre de 2020

Sucias eliminatorias

 


Está muy discutida la limpieza dentro de sus encuentros desde que el gran capital ha infestado los principales certámenes deportivos, sobre todo, si hablamos del fútbol, después de ver a la policía suiza ingresar a las instalaciones de la FIFA para arrestar a un numeroso grupo de sus directivos.

Si en su mismo centro está así de podrida la FIFA, ya podemos calcular cómo se encontrarán sus respectivas confederaciones asociadas en otras partes del mundo,  como la CONMEBOL en Sudamérica por ejemplo.

Eso de que “gana el mejor”, hoy es una verdadera utopía o ha quedado como un simple discurso para cándidos porque en medio de este cochambre para que un jugador destaque o un equipo levante la copa,  pesan otras cosas más que el mismo talento deportivo.

El último partido de eliminatorias disputado en Lima en donde se enfrentaron la selección local con su similar de Brasil nos demuestran a qué niveles han descendido estos manejos truculentos de los que organizan estos partidos.

Ante la vista e impotencia de millones de televidentes le dieron el triunfo al equipo brasileño. Para esto utilizaron a un mercenario que fungió de árbitro. Se cagó en las reglas del juego limpio para imponer su mugre putrefacta porque le hicieron creer que patear la pelota es solo un exhibicionismo inútil y que no debería dársele tanta importancia.  

Aquí lo que se observa, es que, estas eliminatorias que organiza la CONMEBOL para el mundial de Qatar 2022 están muy “peleadas” porque se disputan cuatro cupos directos y medio cupo para la denominada repesca con un cuadro de Oceanía.

Tenemos seleccionados como Brasil, Argentina y Uruguay que están a un nivel de gran competencia.

Detrás de ellos vienen equipos como: Colombia, Chile, Paraguay, Perú y Ecuador que están al mismo nivel.

Estas cinco últimas selecciones están condenadas a disputarse un cupo directo y el de repechaje.

No solo tienen que pelear cada punto como una final, sino, que aparte, tienen que enfrentase a los árbitros que harán lo imposible para que clasifiquen los que tangan que clasificar. Esta es la realidad de esta eliminatoria que es la más disputada del planeta.

Es que se nota que a la FIFA y a la CONMEBOL el deporte en sí le vale un huevo de pato, porque más le interesa las ganancias económicas y, de acuerdo a este factor, a la FIFA y a su sucia CONMEBOL, le conviene mucho que estén seguros en el próximo mundial de futbol selecciones “mundialistas” como Brasil o Argentina porque convocan auspiciadores y con ellos los millones de dólares.

Es que la CONMEBOL está en Sudamérica, enclavada en este tercer mundo corrupto y subdesarrollado. Y aquí se maneja de esta forma la política y hasta el balompié.

No es como la UEFA, que podrá ser igual de “mafiosa” pero en Europa existen aún “formas” mucho más civilizadas que en este salvaje subcontinente se desconoce.

La selección peruana en ese partido con Brasil demostró que fue muy superior a los cariocas, pero eso no fue suficiente.

El deporte limpio a muerto hace mucho tiempo porque lo que vemos son certámenes calculados y manipulados al antojo de los que ponen la plata por eso colocan a sus protagonistas, aquellos equipos y personajes que el dinero y el poder a decidido que estén ahí recibiendo la serpentina mientras levantan la copa.  

Duro camino le espera a la selección peruana, sobre todo, para su hinchada porque desconoce de todo esto y aún espera ese milagro y aquí no hay lugar para milagros porque hoy en el futbol las sorpresas no existen.

El equipo rojiblanco no solo tiene que enfrentarse a cuadros con técnicas más competitivas sino también a los “dueños del estadio”, a los que organizan este embrollo, y esos, ya le “bajaron el dedo” a la selección peruana. Así que, ya que está todo dicho y “arreglado”, por lo menos, que sepan esos pendejos hijos de puta que nos hemos dado cuenta de sus malas intenciones.

domingo, 25 de octubre de 2020

Los sicarios del establishment tras Ruth Shady

 


Este país no te deja tranquilo, te jode y te jode. Uno, a veces, cree que puede mantenerse alejado, pero, no, es tanta la podredumbre, que no puedes mantener, por lo menos una semana, esa mentira que este “polvos azules” tiene futuro.

Y estos zánganos que manejan este hormiguero han sido y son tan torpes en sus operaciones porque dejan rastros por doquier.

Es que hay que decirlo, si no, quién más podría hacerlo.

Hace unos minutos nos enteramos que una de las pocas sabias que aún quedan en el Perú, y que fue descubridora de la civilización de Caral, una de las ciudades más antiguas del mundo y que ha colocado a la historia de nuestra nación como una de las más importantes del planeta, hoy se encuentra perseguida “supuestamente” por unos traficantes de terrenos que en esta pandemia han logrado invadir toda esa zona arqueológica que debería ser intangible.

Para este sabueso, esto huele muy mal, porque percibe que esto no es un simple caso de delincuencia común, ni mucho menos, porque lo que aquí se huele es el accionar de aquellos sofisticados como poderosos grupos que siempre han estado interesados en desaparecer Caral hace mucho tiempo y que además fueron los que más se alarmaron cuando fue noticia mundial que los restos ahí encontrados eran Contemporáneos a Egipto.

Fue el hallazgo en materia de estudio historiográfico más importante que ha sucedido en el Perú en el siglo XX y en lo que va del XXI, porque cambia completamente la historia antigua de nuestro país.

Estos hallazgos y su trascendencia aún son desconocidos por nosotros y los estudiantes peruanos ya que los libros de historia que leen aún no han sido actualizados, y, ¿Por qué no lo han hecho los funcionarios peruanos? Porque esas mismas fuerzas que manejan la publicación y distribución de esos libros en las escuelas peruanas también tienen sus tentáculos que llegan incluso a tener amenazada a la descubridora y protectora de esa zona arqueológica.  

El descubrimiento de Caral ha colocado a nuestra cultura a la par y hasta más importante que la cháchara de los que mueven los hilos en América Latina, ya que es el mayor hecho que ha revolucionado la historia de nuestro país. Claro que, esto sigue siendo completamente desconocido para la gran mayoría de peruanos.

La Zona Arqueológica Caral, a pesar de su importancia, hace varios años se encuentra abandonada, y esto no solo se debe a que el país es tercermundista y subdesarrollado y sus funcionarios barbaros e iletrados además de corruptos.

Es que aquí hay otros interés que sistemáticamente buscan la destrucción de estos hallazgos,  y van desde lo racial hasta continuar con más agresividad con este proceso de aculturación que se sigue imponiendo en el Perú, cuyo objetivo es hacer que el peruano común no acepte su verdadera identidad personal étnica y en su lugar reniegue de ella, vulnerándolo desequilibrándolo, destruyéndolo moralmente, y una vez en el suelo, podrá ser fácilmente asimilado por otro tipos de identidades que te crea el sistema ayudado por sus medios de comunicación y el engranaje educativo. El resultado es un poblador adulto estólido y mentalmente adolescente manejados por regímenes sin autonomía y desvinculados con su nación milenaria.

Todos los altos funcionarios que están en sus manos la custodia y promoción de la Zona Arqueológica Caral, se han cruzado de brazos desde hace dos décadas porque todos o la gran mayoría pertenecen a los mismos grupos que están detrás de la destrucción sutil de los monumentos más importantes que representan nuestro milenario país.

Estos funcionarios son hispanófilos recalcitrantes y son fáciles de identificar, pero nadie hace nada y todos los días cavilan y actúan impunemente para demoler nuestro patrimonio arqueológico y cultural, milenario.

Aprovechan esta época de anarquía para aplicar de una vez métodos burdos y violentos valiéndose de sicarios que se hacen pasar por delincuentes comunes.

Las poderosas fuerzas exógenas y sus matarifes locales buscan por todos los medios detener este incomprensible proceso histórico milenario de cohesión de la cultura andina. Pero no podrán detenerlo porque esto va más allá del poder del dinero y de los milímetros de blindaje de los acorazados. Este resurgimiento y unificación es producto de una energía milenaria que estos cándidos nunca podrán entender a pesar que algunas de estas proles están asentadas en este territorio quechua desde 1532.

Esperemos que algún país de asilo a la sabia Ruth Shady porque aquí no es un lugar confiable para este tipo de intelectuales, historiadores y arqueólogos.

Es lo que está ocurriendo porque la razia continua.

 

 

lunes, 21 de septiembre de 2020

Drusila Zileri y la puta ignorancia

 


Es el colmo.

Leyendo sobre aquellas epidemias que en distintas épocas han asolado la humanidad, pude notar que, en gran parte de ellas, después de ocurrido el desastre, la gente que sobrevivió y sus sociedades, en cierta medida, mejoraron, salvo el caso, del Tawantinsuyo en 1532.

Aplicando una especie de guerra biológica con sus virus y bacterias mortales (viruela, sarampión o la salmonela) que acabo con la vida de entre más del 50 y 80 % de los habitantes autóctonos de estos territorios, la invasión hispana, no solo trajo estos males, sino que, también, problemas que hasta ahora los peruanos no hemos logrado solucionar y que van desde el aspecto económico, social y hasta el político. 

Los españoles en su afán de afianzar su poder y mostrarse como la fuerza dominante sobre la civilización milenaria que encontraron, difundieron  entre los nativos sobrevivientes un mal que iba ser más debastador y endémico, fueron ideas erradas que  alimentaron en ellos unos terribles prejuicios sobre su propia cultura primigenia, prejuicios que iban a durar hasta nuestros días. Dentro de otras taras, a los peruanos les hicieron creer que su cultura andina milenaria y sus personajes que la representaban eran simple salvajes y primitivos y, lo mejor, era hacerla a un lado y adoptar los modos y costumbres que trajeron los hispanos ya que eran muy “superiores” a lo que se había encontrado. Monumental infamia que se ha difundido hasta ahora en el Perú.  

Gracias a las evidencias encontradas se sabe que cuando llegaron los conquistadores, en estos territorios, ya se practicaba la cirugía al cerebro y, como en medicina, los antiguos peruanos también habían lograron grandes avances en matemática, arquitectura, vías de comunicación, bienestar dentro de la población, organización política y un largo etcétera, que nos hacen afirmar que la cultura y civilización que encontraron los españoles en 1532 no fue menos que ninguna, y menos de aquella que desembarcaron en sus carabelas.

La monarquía española se largó en 1821, pero aquí sobrevivieron como las peores endemias esos prejuicios de ver a este importante pasado milenario peruano, representado en sus conocidos personajes, en sus idiomas, sus rostros, y hasta en los mismos apellidos, como deslucido y hasta ofensivo, lo cual es un error aberrante y principal causantes de nuestra baja autoestima como país o como sociedad.

Nos hacemos daño nosotros mismos porque seguimos ignorando nuestro verdadero valor.

La ignorancia produce y sigue produciendo todo esto y es caldo de cultivo para las supersticiones, los estereotipos y sobre todo estos prejuicios raciales y étnicos que están muy difundidos dentro de nuestra sociedad, y no solo lo decimos nosotros, ya que hace no mucho, una encuesta mundial realizada por la firma Ipsos Mori (2017) colocó a la población de nuestro país entre los más ignorantes del planeta y el cuarto de América latina.

Claro que, no todos los peruanos son ignorantes, pero hay un grupo muy numeroso y sobre todo muy influyente.

La ignorancia en el Perú, ha corroído distintos estratos socio económicos, inclusive, en aquellos grupos, que uno creería serían inmunes como la élite peruana, que los vulneró tanto, llevándolos, inclusive, hasta a su propia decadencia, porque les hizo cometer grandes errores, uno de ellos fue hacerles ver a su propio país como un enfermo incurable, un vejestorio que solo servía para extraerle sus partes usadas para repuestos, un lugar no apto para crear riqueza sino para expoliarlo y mantener a su población en la degradación de la pobreza.

Este pensamiento difundido en esa clase dirigente, fue cimentando ese Perú que durante los siglos XIX y XX fue derrotado por sus propios vicios cargados de trivialidades e inercia.

Esa ignorancia de esta clase social les hizo creerse patológicamente seres muy superiores, pero solo aquí, porque, París, Londres y Nueva York les hacía agachar la mirada, tan igual, como sus empleados en Lima o el resto del Perú lo tendrían con ellos.

Y lo paradójico es que, por esa misma ignorancia y tanto despreciar lo indio y sus rasgos que los llevó hasta considerarlos seres inferiores. Contemplaron tanto esa desgracia que, sin pensarlo, se mimetizaron con ellos, viéndose por fuera blancos, pero sus mentes eran las de unos indianos sometidos y colonizados.

Y no es necesario nacer dentro de estas familias para tener una idea de cómo serían las biografías de algunos de los integrantes de estas proles que en décadas pasadas abarrotaban los clubes más exclusivos, hoy vacíos y polvorientos.

Muchos migraron a Occidente echando raíces en esos lugares y ahora viven tranquilos porque lograron su mayor objetivo de vida que era regresar a esa Europa que a sus ascendientes el hambre les había echado.

Los que se quedaron enfermaron más, algunos acabaron en la locura superioridad de Hitler, a otros, las adicciones de sus modelos de conducta hicieron mella en ellos. Si reaccionaban mostrando algo de voluntad solo era para recordarse que no podían “cruzarse” con los plebeyos peruanos, así que tenían que buscar pareja en Europa o los Estados Unidos, pero, muchos de ellos no lo lograron, así que tuvieron que conformarse, aunque sea con el nieto o la nieta de un escoses extraviado en la miseria de algún humedecido arrabal rodeado de fango a orillas de ese riachuelo pestilente que desemboca en el gran Paraná argentino.

Fueron estos patéticos despojos, que tuvieron, y creo, siguen teniendo al Perú en sus manos.

El otro día, una de sus integrantes se hizo presente, asfixiada e impotente de ver que el rostro de este Perú andino estaba en todos lados hasta en la pantalla gigante de su televisor. La rabia no le hacía pasar la saliva, ver indios y cholos por todos lados, tenía que gritarlo, pero como ahora estamos en democracia y todos, se supone, tenemos los mismos derechos, no podía hacerlo con una persona de carne y hueso, sino que descargo su veneno ignaro contra el gran Túpac Amaru II, llamándolo simplemente como aquel indio que fue desmembrado.

“Fue un error y ya está, no pasa nada. Fue un lapsus, es lo que pasa cuando uno está en vivo y tienes todo pasando al mismo tiempo y fue un comentario equivocado de mi parte” dijo  Drusila Zileri para intentar no darle importancia al hecho, pero sí tiene enorme importancia. Llamar como un simple indio, (y no lo digo creyendo que el término “indio” sería peyorativo sino todo lo contrario, porque para este servidor, es un alago porque ser indio en el Perú representa una civilización realmente impresionante), pero ese no es el problema sino que, lo dijo, con la intención de colocar a Túpac Amaru II como un anónimo más, sin darle la la debida trascendencia histórica porque fue el personaje que inicio la gesta libertaria en Sudamérica, tarea que luego finalizarían Bolívar y San Martin.

Túpac Amaru II, y es bueno que lo sepa esta mangante, es una figura mundial que hasta en el mismo museo británico preservan aun escritos de su proeza. Pero esto, Drusila Zileri, lo desconoce totalmente y lo zanja con un “aquí, no pasa nada”, y sí, aquí pasa, y mucho, pasa sobre todo esa puta ignorancia que no te hace valorar lo peruano y sus personajes históricos y sobre todo aquellos que han trascendido en la historia universal.

Es la misma puta ignorancia que te lleva a NO proteger tu patrimonio histórico y cultural por eso vemos cada cierto tiempo a los propios peruanos destruyendo y subestimando a su propia cultura, como esa grúa manejada por unos publicistas limeños rompiendo  un pedazo de roca de ese solar inca en Machu Picchu o cuando esos estudiantes, también peruanos, en viaje de promoción, patearon ese muro Chan Chan en Trujillo, o como aquella vez ese rector de la UNSA haciéndose de la “vista gorda” dejó que unos “ladrones” se llevarán costosos tapices wari.

viernes, 19 de junio de 2020

La gripe británica del siglo XIX



En 1821, la aparición del Perú como un nuevo país dentro de  la comunidad internacional, fue, sin exagerar, como arrojar un pedazo de carne dentro de una jaula repleta de lobos hambrientos.
El país inca, después de la Guerra de Independencia, sin dramatizar, quedó “hueso y pellejo”. Tuvo que esperar hasta mediados del siglo XIX para gozar de cierta estabilidad política que iría acompañado de un crecimiento económico provocado por la exportación del guano de isla que enriqueció a pocos; dentro de ese, exclusivo grupo, encontraríamos  antiguos aristócratas terratenientes que venían desde la época colonial, junto con otros nuevos y astutos mercaderes y especuladores y miembros de la clase política corrupta.
En ese  territorio peruviano, casi virgen, entre las décadas de 1850 y 1870, con los ingresos que llegaban del guano,  realmente, lo que dejaban los consignatarios u otros terceros, el Estado peruano logró construir cierta infraestructura, como ferrocarriles, puertos, irrigaciones, y el capital privado no se quedó atrás, ya que, estableció bancos y opulentas mansiones, en fin, en esa época se dejó rastros de que este país estaba interconectado, dentro de su ínfima posición, a esas líneas comerciales que lo unían con esa Segunda Revolución Industrial europea.  
En el Perú decimonónico, las pocas fortunas aumentaron, pero, también los problemas. La casa aún arrastraba de los tiempos coloniales el desorden  y la corrupción. Había iniciativas de cambio, pero caían en saco roto, como siempre, mientras tanto, Europa se industrializaba rápidamente. Inglaterra y Francia, encabezarían la modernidad en esa parte del mundo.
En América, los Estados Unidos, su gran despegue sería  después de la Guerra de secesión.
Pero fue Inglaterra con su imperio la que notoriamente acapararía el monopolio de poder en el mundo durante toda esa segunda mitad de ese  siglo XIX, (que son las décadas que nos interesan para estas líneas).  
Los últimos avances tecnológicos, los mayores barcos, los trenes, las herramientas más modernas se manufacturaban en los complejos industriales que humeaban en las islas británicas, cuya  capital Londres, tenía la distinción de ser  la ciudad más poblada del planeta.
Inglaterra dominaba los mares y la economía mundial, y claro, poseía la mayor armada. En ese siglo, no había conflicto en el mundo donde no estaban en juego sus interés, desde las Guerras Napoleónicas, el establecimiento y desarrollo  de la Compañía de las indias orientales, la Guerra de los bóxer (1899-1901), las Guerras de los Boers (1880-1881; 1899-1902) ya finalizando la centuria. Pero, antes, en Sudamérica,  los hilos británicos en la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza formada por Argentina, Brasil y Uruguay (1864-1870) sería un anticipo de lo que le ocurriría al Perú en la  Guerra del Pacífico de 1979.
Si algo caracteriza a las elites que manejan a los países que llaman desarrollados y potencias mundiales es la rígida planificación que hacen cuando se proponen un objetivo.  Esto, muchas veces implica, trabajar a largo plazo, para obtener territorios o mercados o esclavos, o todo el paquete junto, que al final, resultan siendo,  el principal motivo de los conflictos y que ellos muchas veces originan. La Guerra del Pacífico, Guerra del salitre o también llamado Guerra con Chile, es un claro ejemplo de esto.
En esa conflagración ocurrida en esta parte de Sudamérica entre 1879 y 1884, y que tuvo como protagonistas a los estados sudamericanos de Chile, Bolivia y Perú, detrás también estuvieron los intereses británicos.
La derrota peruana, ya estaba cantada, y fue contra el imperio británico y no contra Chile como erróneamente nos dijeron, ya que su ejército solo actuaron como una especie de mercenarios de los británicos, ya que el verdadero ganador de esa Guerra contra el Perú, remitiéndonos a las evidencias y siendo pragmáticos, fue Londres.
En toda guerra compleja y moderna no sabremos quién o quiénes lo originan si antes no esperamos un tiempo prudente para identificar quién o quiénes saldrán los más beneficiados de ese conflicto. 
Y, entonces, en esos años, ¿Por qué Inglaterra querría cavilar semejante infamia contra el Perú?
Después de la Guerra con España de 1866, el Perú salió como el gran vencedor, Chile no existía, menos aún Ecuador, que fueron sus aliados en ese conflicto. El país inca era el que se llevaría todos los laureles y se alzó a la palestra internacional -y la comparación es válida-, como lo harían después EEUU en 1898 frente a la misma víctima ibérica o como el Japón venciendo a Rusia en 1905. El Perú había derrotado a una España mucho más poderosa que, la que apabulló  el Tío Sam en Cavite y Santiago de Cuba.
Esa victoria fue un gran logro diplomático y militar del Perú y demostraba que era la principal potencia de esta parte del Pacífico sur, y esto, ayudó a que, en el país, se formara una conciencia de nación, tanto que hasta sus principales buques de la armada  no los "bautizaban" como ahora con nombres españoles y coloniales, si no, con nombres de emperadores del Tawantinsuyo. Esa era la atmósfera victoriosa llena de autoestima y nacionalidad  que en ese Perú  se respiraba antes de 1879.
Afuera los lobos, lo veían distinto. La existencia de un país con esa fortaleza no convenía a Inglaterra, porque sería en el futuro cercano un molestoso opositor para los proyectos que tenía  para esta región sudamericana.  Ahí la suerte del Perú estaba echada. Fue así como los británicos estuvieron detrás de todos esos supuestos deslices que sufriría el país en las próximas décadas.
Por esos años en el Perú, hubo políticos muy influyentes que ayudaron, queriéndolo o no, para que se consumara la crisis económica, las firmas de tratados onerosos para la patria, y hasta el mal accionar de sus buques y soldados en ese conflicto de 1879. Fueron numerosos personajes, destacando, Nicolás de Piérola, que influenció para la firma del Contrato Dreyfus que a la larga produciría  la banca rota fiscal previa a la Guerra con Chile.
Como ya dijimos, los británicos estuvieron detrás de cada derrota peruana, porque fueron ellos los que cañonearon al Huáscar que destrozó el cuerpo del glorioso Miguel Grau en Angamos y fueron maquinistas ingleses infiltrados dentro del Independencia los que sabotearon ese buque haciéndolo encallar en Punta gruesa.  Aquí debemos denunciar el injusto trato que recibió el comandante de ese buque: Juan Guillermo Moore Ruiz, ya que se llevó sobre el hombro el peso de esa derrota, cuando era completamente inocente por ser, en ese momento, uno de los mejores marinos de la Armada peruana -por no decir el mejor-, galardón que se ganó a pulso  cuando cruzó el Caribe y las costas atlánticas sudamericanas doblando el cabo de hornos hasta llegar al puerto de El Callao con un par de monitores fluviales: el "Manco Cápac" y el "Atahualpa". Fue tan importante esta hazaña marítima que hasta ahora es estudiada en las escuelas navales de distintas armadas del mundo. Desde esta humilde ventana hacemos un acto de desagravio para ese insigne marino,  que fue una de las tantas víctimas peruanas de esa farsa que conocemos como Guerra con Chile.
Piérola jugó un rol fundamental para la derrota peruana, porque, mientras estuvo en sus manos, lideró dentro del país revueltas en plena guerra con los chilenos, para desunir y así debilitar a las fuerzas peruanas. Primero lo hizo levantándose en armas contra el legítimo presidente Mariano Ignacio Prado que tambien sería otro mercenario de la causa británico-chilena. Piérola, en lugar de mostrarse con sentido de pertenencia con el Perú y el contexto que se estaba viviendo, no buscó el dialogó en esos momento críticos, sino, se enfrascó en  el enfrentamiento entre peruanos. Aquí, hay que poner como ejemplo a los chinos que,  cuando estaban enfrentados en plena Guerra Civil (1927-1949), Chiang Kai-shek  y Mao Zedong, cesaron sus hostilidades entre sus dos ejércitos para oponerse a los japoneses, que eran en realidad el principal enemigo de ambos y que estaban invadiendo sus territorios. Piérola no actuó así,  porque solo buscaba debilitar a los peruanos, negándose atacar sorpresivamente a los chilenos en Chorrillos o  poniendo trabas en la organización de la defensa de Lima. En esos días era impensable creer esto de Piérola y de otros personajes.
Miguel Iglesias fue también otro que se sumó en esa lista de fieles colaboradores de los intereses británicos, adelantando la firma del Tratado de Ancón, cuando Chile a pesar de su victoria en Huamachuco, estaba  muy  extenuado por este prolongado conflicto que no podía mantenerlo un año más. En esta etapa debemos precisar que gran parte del territorio peruano (más del 60% del país) aún no había ingresado a la guerra, ya que, Arequipa, Puno y Cusco, las zonas más poblada del territorio peruano de aquella época, aun no habían sido ocupados por el ejército mercenario chileno, y nunca lo hubieran hecho, porque en ese momento no tenían la logística suficiente como para hacerlo. Es por estas razones que los británicos y chilenos buscaron a peruanos que se sumaran a sus intereses para adelantar la firma de ese  famoso Tratado de Ancón. Ya que, si se prolongaba un año más e ingresaba esa parte del Perú al conflicto, el final de esa guerra no hubiera sido tan catastrófico para nuestro país, y eso, definitivamente, no podía ocurrir, porque malograrían escandalosamente los planes británicos.
Una vez consumada la derrota peruana y firmado el tratado de Ancón, faltaba algunos detalles para  formalizar económicamente ese descalabro, y así, hace su aparición el Contrato Grace, con el cual, se mostraría a Inglaterra como la verdadera ganadora de esta infausta guerra, porque en ese contrato se obligaba al Perú la entrega a Inglaterra de sus más preciadas joyas, que eran sus ferrocarriles, dentro de otras concesiones, también, estuvo el pago de 33 anualidades que tenía que hacer el Estado peruano a los ingleses. El Perú quedó como una colonia británica de facto.
Sin contar que despues de esta guerra colonial inglesa, mediante los negociados de John Thomas North, el salitre de Perú, Bolivia y Chile, sería monopolizado y explotado por los británicos, y esto desencadenaría posteriormente en Chile la Guerra Civil de 1891.   
En una guerra el principal ganador siempre escribe la historia y en esa época el Imperio Británico escribió cada  letra de la parte de la Historia del Perú que concierne a la Guerra del Pacífico, Guerra del Salitre o Guerra con Chile que ahora conocemos.                           
Ese “nuevo mundo” post corona virus, esperemos que sea uno, en donde,  prime la verdad, porque, a estas alturas,  y siendo pragmáticos, en esta  aldea global, nada es estático, y nunca lo ha sido, porque hoy estaremos en al sótano pero mañana seguramente no. Es lo que nos enseña la sabiduría milenaria quechua. Los ciclos, buenos y malos.

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