domingo, 8 de marzo de 2020

PeruRail devuélvenos nuestros ferrocarriles





Más de veinte años han pasado desde que los arequipeños, puneños y cusqueños, es decir, todo el sur peruano, perdimos la joya más preciada, nuestros ferrocarriles. 
Fueron privatizados en el año de 1999 por el régimen de Alberto Fujimori y ya es hasta cansado y hasta repulsivo volver a mencionar el nombre de este cleptócrata, pero, en su gobierno y a punta de fusil entregó este estratégico medio de comunicación a uno grupo de mercaderes de los más infames y torpes.
Dos décadas han sido suficientes para extraer  el juicio más certero sobre si fue o no beneficioso para los peruanos esta privatización y, a raíz de las evidencias, nos damos cuenta que hoy, fue una completa desgracia para el Perú. 
Primero, es notorio que la actual empresa propietaria de nuestros ferrocarriles que lleva el nombre de PERURAIL, no presta el servicio con eficiencia y modernidad, y esto, despierta airados reclamos de la población, sobre todo en la parte del Cusco. 
Segundo, los constantes choques de trenes que se producen en distintos tramos congestionados por ellos mismos como en la zona de Aguas Calientes (Cusco) o los descarrilamientos en  distintos puntos de sus más de mil kilómetros de vía, demuestran la escasa inversión en cuanto a seguridad que hace esta empresa. 
Tercero, el mito que, desde los años noventa nos han vendido  a los cándidos peruanos de que la privatización de empresas públicas trae modernidad y tecnología, se ha caído estrepitosamente con el ineficiente accionar de PERURAIL, y no hay que ser un experto en la materia para darse cuenta de ello, solo basta observar sus obsoletos rieles,  coches y locomotoras que igualan en antigüedad a los que existen en las regiones más pobres y aisladas del planeta con todo ese material ferroviario que ha quedado congelado en el tiempo, como si estaríamos en los años setentas y ochentas del pasado siglo veinte. 
En esos años esa maquinaria ferroviaria que fue de las más modernas de su tipo en Sudamérica, llevaban el rótulo de ENAFERPERÚ que, como Arica y Tarapacá, pertenecían al Perú y representaban la soberanía de un país libre e independiente por la propia voluntad de sus pueblos. Hoy de eso solo ha quedado las fotografías y todo ese material ferroviario que sigue usufructuando esta empresa.  
Aquí en Arequipa, cada vez que veo pasar por la avenida Alfonso Ugarte, esas vetustas locomotoras diesel  contaminando el aire como los mas viejos ferrocarriles cubanos y haitianos, no se puede ocultar la vergüenza ajena que siente un simple poblador de un país que está a pocos meses de celebrar sus doscientos años de independencia. Lo cual resulta una completa ridiculez viendo lo que han hecho con sus ferrocarriles. 
No se puede hablar de soberanía ni patriotismo, mientras en el Perú sigamos contemplando como han maltratado nuestros ferrocarriles que tanto costó en su construcción a las pasadas generaciones de compatriotas, no solo en dinero sino también en vidas, cuando la construyeron y la defendieron en la infausta Guerra del Pacífico. Es un dolor en el estomago, por la impotencia al observar que los peruanos tenemos  los ferrocarriles más viejos y obsoletos del mundo gracias a esta nefasta empresa PERU RAIL y, que, ningún peruano verdaderamente patriota se  atreve a reclamar. 
Los países más soberanos y dignos en el mundo, sus propios Estados son propietarios de sus ferrocarriles porque son estratégicos, ahí tenemos el caso de Rusia, Francia, RU, China y un largo etcétera, un caso aislado, es el Perú, una de las pocas naciones que siguen permitiendo este robo a mansalva que se hizo durante el peor gobierno de la historia del siglo XX, el sicario de la corrupción, el régimen cleptócrata de Alberto Fujimori.
En estas Elecciones presidenciales que se avecinan, dentro de esa lista de candidatos, encontramos, para aumentar nuestra tragicómica repulsa, el nombre de uno de los fundadores y presidente de PERU RAIL.
La otra mañana, lo mostraron en pantalla, sudoroso, rechoncho, con la mirada perdida, como aquellos criminales enmarrocados presentados a la prensa,  nervioso, intentando hilar ideas para justificar su inútil candidatura,  incoherencias que solo fue  interrumpido con unos salves y alabanzas a Cristo, luego proseguía con esa presentación de uno de esos personajes que abunda en la fauna fujimorista, defendiendo, seguramente, el botín que dejó, el Ali Babá "ponja" a sus cuarenta ladrones. 

(Texto actualizado: 03/01/2021)

sábado, 29 de febrero de 2020

Los cantores de Fujimori



La Alemania nazi, la dictadura argentina y otros regímenes similares contaron con un atareado Ministerio  de propaganda.
El gobierno dictatorial de Alberto Fujimori también tuvo sus oficinas encargadas de la censura o la distribución de noticias en la prensa escrita, radial  o televisada, como también controlaba otras artes, como la música por ejemplo. Nada se le escapaba a este “nikei” que gustaba experimentar con la natalidad en el Perú  mandando a esterilizar miles de mujeres pobres y quechua hablantes quizás inspirado en las atrocidades que también hicieron sus compatriotas nipones en Nanking en 1937.
El caso de las esterilizaciones fue archivado por un grupo de magistrados seguramente con la misma línea de insensibilidad que el actual Tribunal Constitucional.
La dictadura fujimorista utilizaba todos los medios posibles  para tener  en sus manos el país entero, uno de sus vértices fue la propaganda, en este aspecto recibió el apoyo de varios  grupos y  cantantes de música popular que abarcaban distintos géneros desde el rock hasta la denominada tecnocumbia.
El objetivo era distraer a las masas para alinearlos en un tipo de pensamiento que iba a caracterizar al sistema totalitario que imperaba, promoviendo el entreguismo, el integrismo cristiano, la corrupción generalizada y el relajo en valores humanos.  
La televisión y la radio fueron utilizadas para emitir esos cantos de sirena que distraería  a la opinión pública del robo de miles de millones de dólares producto de las privatizaciones, las despariciones  y asesinatos selectivos  y de las innumerables esterilizaciones que ocurrieron durante esa década.
Por ejemplo, para que la población no se incomode por las  esterilizaciones de mujeres pobres y quechua hablantes, qué mejor que el subliminal mensaje de las letras racistas de las canciones de Raúl Romero, como aquella, en donde, llamaba “negrito y barrigón” al hijo de los Quispe.
Pedro Suarez Vertiz y Gian Marco Zignago fueron dos de los más solicitados a la hora de poner el fondo musical a esa década fujimorista.
Aparte de estos tres cantores del fujimorismo, existieron otros músicos que también colaboraron   con esa tiranía. Una vez que cayó el régimen,  gran parte de ellos guardaron y guardan un silencio sepulcral sobre esos años y se perdieron en el anonimato, salvo los tres nombrados anteriormente,  que cada cierto tiempo vociferan su incontenible corazón fujimorista.
Por esas razones, Raúl Romero terminó purgado de la televisión ahogado en "huevazos" que le propinaron una multitud de jóvenes indignados por el apoyo que hacía al genocidio perpetrado por el régimen fujimorista.
Pedro Suarez Vertiz, a pesar de estar aquejado por una enfermedad, le sobra vitalidad  cuando se trata de escribir en sus redes sociales siempre apoyando a las maneras de actuar del pasado régimen fujimorista.
Gian Marco Zignago, es otro conspicuo fujimorista, se exilió en el extranjero, desde ahí con total comodidad de vez en cuando escribe que Alberto Fujimori fue, casi, el mejor presidente de todo los tiempos que hemos tenido los peruanos.
Fueron diez años que Alberto Fujimori gobernó el país, hizo mucho daño, fue un verdadero mercenario que intentó destruir el país, quizás lo logró, porque todos los problemas que vivimos y que viviremos los peruanos comenzaron en su régimen que abarcó desde 1990 hasta el año 2000.  


martes, 25 de febrero de 2020

El Tribunal Constitucional y sus sanguinarios


Que es cruel y violento, que produce o muestra derramamiento de sangre, es el significado de las palabras sanguinario o sanguinaria, nos indica claramente la RAE.
Adicionado a esto, la psicóloga Claudia Pradas Gallardo, en el portal Experto Animal, dice: "Las torturas esconden algo más profundo que es el deseo, a veces la necesidad, de sujetos psicológica y socialmente débiles, de mostrarse grandes, fuertes y valientes. Actos de violencia contra especies animales revelan problemas psicológicos por abuso y maltrato normalmente en edad infantil".
El perfil psicológico de una persona que comete estos actos hacia los animales dice mucho de su vida, de su personalidad y de su historia, ya que de acuerdo a la psicóloga Mary Rivas, suelen tener problemas no solo psicológicos, sino psiquiátricos desde mucho antes de su edad adulta, y en este caso, se debe poner atención a los signos de alarma psiquiátrica.
Según la psicóloga, “no todo individuo que haya maltratado animales será un maltratador de humanos; sin embargo, casi todos los individuos que son maltratadores de humanos han tenido episodios de abusos hacia los animales en la infancia, por tanto, es un buen predictor de los trastornos de conducta futuros”.
En gran parte del mundo civilizado la corrida de toros está prohibida, pero en el Perú no. Ese  sangriento hábito que tienen (por suerte) algunos pocos de celebrar la literal tortura  que se le hace a ese toro cuando se le clava numerosas estacadas en su lomo y aun estando  vivo  desde las tribunas de esos templos de torturas que aquí les llaman plaza de toros vitorean exigiendo que le  cercenen  la cola y las orejas, esa barbarie hoy en el Perú continuará gracias  este Tribunal Constitucional.
Este Tribunal debe ser uno de los más escandalosos de los últimos tiempos. No hace mucho hizo noticia cuando soltó a Keiko Fujimori provocando una crisis política que a los peruanos casi nos costó el mismo sistema democrático.  
Hoy ese mismo Tribunal Constitucional declaró infundado la demanda sobre la inconstitucionalidad de la corrida de toros, desoyendo el clamor popular.
Ante está desición, cómo podemos mantener la democracia peruana y el Estado de derecho si los juristas  que tienen la importante tarea de reformar la Carta Magna, la ley de leyes, la Constitución Política de un país que se dice democrático desoyen la voluntad popular y se muestran como sátrapas que se deleitan con la sangre de un animal drogado e indefenso. Quién nos asegura que en el futuro cercano no protegerán a un grupo paramilitar que torturará y asesinara   civiles.
Cómo estos magistrados vigilaran que nuestra Constitución Política contenga normas que protejan los Derechos Humanos de los ciudadanos de este país si la mayoría de los miembros de ese Tribunal Constitucional cree que esa corrida de toros no es una sangrienta tortura de un animal.




sábado, 22 de febrero de 2020

Fujimori y sus “Gibraltares”



El peñón de Gibraltar y las Islas Malvinas son puñaladas directas y aún frescas a la soberanía de España y Argentina. Dos enclaves británicos que ofenden permanentemente la dignidad de ambos países como nación independiente, y tambien, es una afrenta constante al respeto que creemos debe existir entre la comunidad global y esperemos que pronto aparezca  dentro se esos Estados de habla hispana (y es lo paradójico),  gente con la suficiente autoestima que puedan hacer realidad el regresar a sus respectivas  soberanías esos territorios ocupados por angloparlantes.
Tremenda humillación que actualmente sufren estos pueblos y que el Perú no está ni a estado exento de pasar por semejante trauma, ya que, en nuestra historia pasada y reciente hemos tenido gobernantes que han destacado por ser muy dadivosos con nuestros vecinos y no les tembló la mano cuando firmaron la entrega de parte de nuestro territorio. Y la lista ha sido larga y hasta parece que nunca tendrá fin. 
Muchos creímos que el último presidente exageradamente entreguista sería Augusto Bernardino Leguía después de ceder a Colombia todo el Trapecio Amazónico y los territorios existentes entre los ríos Caqueta y Putumayo,  pero, estábamos muy equivocados, porque la también dictadura de Alberto Fujimori, al igual que el Oncenio de Leguía, iba a cometer los mismos atentados en contra de la extensión del territorio peruano.
El pasado conflicto armado con el Ecuador en 1995 que terminó con una sorprende derrota peruana, tanto por la pérdida de vidas humanas como de un exagerado y costoso numero de aviones, helicópteros  y otros  materiales de guerra,  fue zanjado por el Tratado de Itamaratí, y lo que pocos saben es que en dicho documento, se estipuló la entrega parte de nuestro territorio al Ecuador, son dos enclaves importantes ubicados dentro de nuestro territorio peruano: uno es Sarameriza a orillas del rio Marañon y el otro es Pijuayal en pleno rio Amazonas, ambos en zonas navegables por buques de gran calado (sobre todo el segundo).
Con estos dos enclaves (que mostramos en el mapa), Ecuador tendrá un control estratégico sobre un territorio peruano y amazónico de más de 100 000 kilómetros cuadrados que Quito siempre reclamó como suyos.
Hoy esta polémica entrega  es completamente desconocido para el resto de compatriotas porque de hacerse público semejante "regalo" al Ecuador  sería un verdadero escándalo para la opinión pública nacional porque son tan atentatorios para nuestra historia y soberanía  como lo es actualmente Gibraltar para España o las Malvinas para Argentina. Una oscura y pestilente mancha  en la reciente historia diplomática peruana.
El gobierno tirano de Alberto Fujimori no solo destacó por haber sido una infame tiranía, cleptócrata y lesiva a los Derechos Humanos de muchos compatriotas, sino, tambien  cedió torpemente estratégico territorio peruano a un vecino como Ecuador que a pesar de tener un parecido enorme (cultural y étnicamente) con el Perú siempre se ha mostrado reacio con Lima porque históricamente la  diplomacia ecuatoriana ha sido aquiescente con los mandatos y tramas que se originan desde la Cancillería mapocha. 
El ex presidente Ollanta Humala también jugó un rol importante para este desastre diplomático porque fue en su gobierno que se ratificó semejante concesión.

miércoles, 19 de febrero de 2020

El viejo y prohibido Londres



Cualquiera hubiera pensado que con la riqueza que había amasado el imperio británico  durante la era victoriana después de sus exitosas guerras y la firma de beneficiosos contratos y tratados en desmedro de muchos países y territorios ultramarinos (dentro de ellos el Contrato Grace que puso al Perú como colonia británica de facto), uno creería que su pueblo gozaría de bienestar, pues estábamos muy equivocados.
El libro: “Dirty old London: The victorian fight against filth” del historiador inglés Lee Jackson, nos describe detalladamente cómo eran las duras condiciones de vida de los habitantes de la capital británica durante la segunda mitad del siglo XIX. A continuación mostraremos un extracto de esa obra, que el mismo autor dio en una entrevista a un medio digital norteamericano.
En el siglo XIX, Londres era la capital del imperio más grande que el mundo jamás había conocido, y estaba infamemente sucia. Tenía neblinas asfixiantes y hollín; el río Támesis estaba lleno de aguas residuales humanas; y las calles estaban cubiertas de barro.
Pero según Lee Jackson, el barro era en realidad un eufemismo. "Estaba compuesto esencialmente de estiércol de caballo", le dice a Sam Briger de Fresh Air . "Había decenas de miles de caballos de trabajo en Londres [con] consecuencias inevitables para las calles. Y los victorianos nunca encontraron realmente una forma efectiva de eliminar eso, desafortunadamente".
De hecho, en la década de 1890, había aproximadamente 300,000 caballos y 1,000 toneladas de estiércol por día en Londres. Lo que hicieron los victorianos, dice Lee, fue emplear a niños de 12 a 14 años para esquivar el tráfico e intentar recoger el excremento tan pronto como salga a la calle.
"Fue un desafío inmenso e imposible", dice Lee.
Para el victoriano de mentalidad pública, Londres presentó un desafío de reforma abrumador. Pero no hubo cambios hasta que la ciudad se hizo cargo.
"Las personas tardan décadas en aceptar que el estado tal vez tenga un papel en la forma en que manejan su hogar, cómo manejan su basura, incluso sus instalaciones sanitarias", dice Lee. "El estado básicamente interviene y es esa idea de una autoridad central la que está activamente preocupada: lo que los victorianos habrían llamado 'socialismo municipal'". ... Esa misión de mejorar la vida de las personas en el día a día se llevó a cabo durante todo el siglo XX ".
Sobre cómo era caminar por el Londres victoriano
Lo primero que notarías si salieras a la calle sería el barro que cubría las calzadas, pero, por supuesto, no era realmente barro.
El aire mismo estaba generalmente lleno de hollín y humo. Se decía famoso de las ovejas en Regent's Park, que todavía estaban pastando ovejas en Regent's Park a mediados de la época victoriana, que se podía decir cuánto tiempo habían estado en la capital por lo sucios que estaban sus abrigos. [Pasaron] cada vez más de blanco a negro durante un período de días.
Si eras una persona respetable, tenías que lavarte la cara y las manos varias veces durante el día para asegurarte de que te veías medio decente. ... Tenías el hedor de los desagües bloqueados y los pozos negros debajo de las casas. No fue realmente una experiencia agradable.
En el estiércol de caballo y orina en las calles
La orina, por supuesto ... empapaba las calles. Hubo un experimento en Piccadilly con pavimento de madera a mediados de siglo y fue abandonado después de unas pocas semanas porque el puro olor a amoníaco que provenía del pavimento era simplemente imposible. Además, los comerciantes cercanos dijeron que este amoníaco también estaba decolorando sus frentes.
Los pozos negros y  los primeros “water closets”.
Esto es lo que a menudo se olvida: que Londres a principios del siglo XIX estaba básicamente llena de estos pozos negros. Habría cámaras de ladrillo ... tendrían tal vez 6 pies de profundidad, aproximadamente 4 [pies] de ancho y cada casa las tendría. Idealmente estarían en el jardín trasero lejos de la casa, pero igualmente en el centro de Londres y en zonas más concurridas era más común tener un pozo negro en el sótano. ... Y encima del pozo negro estaría donde estaría el hogar de tu familia. Y eso era básicamente sus instalaciones sanitarias, por falta de un término mejor.
Eso funcionó bastante bien durante un tiempo, pero luego la gente se interesó mucho en este nuevo invento: el inodoro. Y a menudo se ignora que los armarios de agua se conectaron inicialmente a estos pozos negros, no al sistema de alcantarillado que existía a principios de siglo, eso era solo para el agua de lluvia. Por lo tanto, recibe inodoros y están conectados a pozos negros y realmente no encajan debido al volumen extra grande de agua de descarga. Obtienes estas oleadas de desechos, basura y olor, y la gente comienza a preocuparse mucho por lo que hay en sus pozos negros debido al hedor que les está surgiendo. ...
La idea de que este tipo de hedor está entrando en la casa, filtrándose y posiblemente trayendo enfermedades como el cólera o la fiebre tifoidea ... es en realidad una de las grandes fuerzas impulsoras de la reforma sanitaria en el siglo XIX.
Sobre cómo se construyeron y vaciaron los pozos negros
Los pozos negros se construyeron para ser porosos, por lo que la parte líquida de los desechos debía filtrarse en el suelo. No se tenía conocimiento de la contaminación bacteriológica, aunque estaba sucediendo bastante. Sin embargo, le quedaba este residuo de materia sólida y fue eliminado por los llamados "hombres del suelo nocturno". Este no era un trabajo de tiempo completo para las personas; a menudo había basureros, trabajadores o albañiles que ganaban un poco de dinero extra y venían a su casa en medio de la noche. Y fue por ley en la noche porque el hedor de ventilar un pozo negro se consideraba demasiado inquietante durante el día. Y desafortunadamente tendrían que [bajar] al pozo, sacar la basura y meterla en una cesta de mimbre, meterla en un carrito. Y a principios de siglo,
Los primeros baños públicos.
A menudo se dice que los primeros baños públicos fueron en la Gran Exposición, que fue la primera exposición mundial celebrada en Hyde Park [en 1851]. Tuvo 6 millones de visitantes en cuestión de meses y, de hecho, hubo baños públicos instalados en la exposición. Pero hubo un gran debate después de que se cerró si Londres necesitaba tales instalaciones realmente en la calle.
Estaba relacionado con las nociones de vergüenza y respetabilidad y se decía particularmente que las mujeres estarían demasiado avergonzadas para entrar en un baño público en la calle pública.
Sobre higiene personal para la clase baja
Había algunas bombas parroquiales que podías usar libremente si pudieras llegar a ellas, pero hay personas hacinadas en alojamientos de viviendas ... en Londres. Y ... ¿cuántos cubos de agua, incluso si tuviera los cubos, podría cargar hasta, digamos, una vivienda del cuarto piso? ... Si eras pobre, tu suministro de agua básico, que sería para lavar, cocinar, limpiar y lavar la ropa, a menudo era de una fuente suministrada por el propietario. Y ese suministro de agua se abriría durante dos o tres horas por semana. Literalmente, había multitudes de personas haciendo cola y peleando en estas fuentes en los barrios bajos de Londres. Y si quería lavarse, prácticamente no tenía opciones. Así que los pobres trabajadores en realidad irían a cualquier lugar donde hubiera un río, un canal o un lago y se desnudarían e intentarían bañarse.
Sobre cómo mejoraron las cosas
Los victorianos lograron algo: construyeron la famosa gran red de alcantarillado de mediados del siglo XIX. [Fue] construido por Joseph Bazalgette, un reconocido ingeniero civil, y eso logró mucho. Básicamente eliminó la posibilidad de epidemias de cólera al por mayor en la ciudad, el tifus y la fiebre tifoidea, todos se redujeron. Pero, básicamente, es solo hasta finales del siglo XIX y hasta el siglo XX que se obtiene una especie de autoridad central efectiva para Londres que realmente comienza a ver un cambio.




martes, 4 de febrero de 2020

Animales de mierda



Qué hijos de puta, barbaros, mal nacidos, mejor dicho, mal paridos, son los de la extrema derecha, los dictadores conservadores, o como los que aclamaron aquella dictadura argentina que destruyó ese país entre 1976 y 1983. Quemaron libros e incendiaron teatros como aquel Teatro Argentino de la ciudad de La Plata, demolido por el tirano Jorge Rafael Videla  y en su lugar construyeron una completa mierda cuadriculada, un desperdicio completo.
Y aquí en Arequipa no estamos lejos de todo ese aniego de alcantarilla porque Alfredo Zegarra el exalcalde de la ciudad, que se dice médico, pero que para nosotros  se ve como un vulgar matasanos, que demostró su más repulsivo cerrilismo construyendo, igual que esos militares fascistas rioplatenses, un monstruoso esperpento que lo llamó “Palacio de Bellas Artes” el muy sinvergüenza, que de palacio ni bellas artes no tenía nada, solo edificó un domo horrible, que más perecía un hemorroide verdoso que eclosionaba  en medio del armonioso lugar de edificios y estaciones de ferrocarril de finales del siglo XIX y comienzos de los putos XX.
Esta tierra bendita de ignorantes y despreciables ágrafos, ahora no saben qué hacer con el bodrio verde. La justicia ordenó su demolición, cosa que hasta ahora no se ha dado, pero aquí lo tragicómico está en que los actuales burócratas que tienen a su cargo este problema, con ese característico mal gusto que poseen por  ser unos completos salvajes  analfabetos, no saben qué harán con esos terrenos después de la supuesta demolición. Los putos ignorantes con enormes cartones de magister en cultura e ingeniera no saben qué hacer con ese espacio. Me cago en la leche.
Idiotas, a esto les ha reducido esta educación de letrina y sus costumbres analfabetas, supersticiosas y cargadas de enormes prejuicios y estereotipos, que  los han convertido en eso, en perfectos idiotas que no ven más allá de sus narices.
Lo que deberían hacer es comenzar por demoler de una vez por todas esa excreta verde del anterior alcalde Zegarra y hacer lo que harían en cualquier otro lugar civilizado, que sería realizar un concurso, una convocatoria,  en donde participen proyectos e ideas de los mejores arquitectos, los más creativos y conocedores de la arquitectura arequipeña caracterizada por el sillar y que ese proyecto ganador sea el teatro de sillar que reemplace al actual bodrio de forma de cúpula verdosa, un teatro de más de 3 mil butacas, uno respetable que vaya con la importancia de esta ciudad de más de un millón de habitantes que es Arequipa, porque hay que recordar esta cifra que muchos concejales lo desconocen totalmente, y así se haga realidad una obra que quede para las próximas generaciones, y demuestre que esta tierra no está plagada de simples  ignorantes de mierda. 

jueves, 30 de enero de 2020

Cándidos sicarios



Como alguna vez también lo hicieron con Cortez, Pizarro y Almagro, esos numerosos seres humanos, se comportaron como una especie de mascotas dando vueltas alrededor del amo hispano cuando este les lanzaba  un hueso y luego les pasaba la mano sobre el lomo, estos párvulos celebraban patéticamente que habían sido aceptados por los que creían seres superiores.
Han pasado quinientos años y vemos que todavía existen personas con esas conductas y muchos de ellos son gente que sabe leer y escribir y hasta viven de este último oficio.
Perú no es occidental, está rodeado de seudo occidentales pero el Perú y el peruano no lo es. Y si alguien intenta incluirnos en ese grupo, caeríamos en la ridiculez como querer llamarle occidental a un japonés o a un sur coreano. A pesar de ello,  ese occidente trata  por todos los medios seguir manteniendo su influencia en los libros, en las escuelas o por otras vías, al final, lo quieran o no,  todo este complejo sistema solo termina con quitarle la identidad personal y étnica a ese 70 % de la población peruana de evidente origen cultural andino no occidental.
Los noveles escritores locales también contribuyen con esto y caen en el juego de los que quieren subestimar este resurgimiento andino que está ocurriendo en el Perú cuando lo embute con ese variopinto grupo que cierta prensa occidental  llama  indígenas.
Estos nuevos escritores salidos de esa cerril y decadente Lima urbana se vuelven en los mayores enemigos de lo quechua, son quechuas pero no aceptan esa realidad y se alinean a ese discurso que lo quechua, lo reducen, lo inhiben,  al incluirlo para desaparecerlo o confundirlo dentro de ese grupo numeroso, maltratado y sobre todo extraviado  que parte del sistema lo denomina “indígena”; en el Perú actual no cabe el termino, porque aquí existe un solo nombre que debe enraizarse y que ya  parte del pueblo lo ha ido entendiendo así al autodenominarse quechua en el último Censo de población.
Es una tarea difícil reclamar tu verdadera identidad nacional cuando cada cierto tiempo los medios globales, en este caso, los que ofrecen esos conocidos galardones literarios que vienen desde la península ibérica, hacen famoso a algún peruano, y este al creerse el cuento, viajan a esos lugares para recibir su premio, y se ven como Felipillo, sintiéndose menos, y caen como el tallán, en esa falsa alegría  de ser aceptados por aquellos que su necio subconsciente sigue viendo como superiores, y reciben la investidura de mercenarios de la pluma, queriéndolo o no, continuando la negra cruzada  de un premio Ortega y Gasset.
Cinco mil años de antigüedad, un idioma y una cultura que aún sigue viva, civilizaciones que nos dejaron sus evidencias de orden y progreso, es demasiado para incluir a los quechuas como parte de ese grupo que ciertos  occidentales llaman indígenas.
Aquí en el Perú el término que debe utilizarse es el de quechua, es el que corresponde a más del 70 % de la población, solo es cuestión de conocerlo y aceptarlo.
Vamos, tú puedes.  Mejora como ser humano regresando a tus raíces culturales, y forma un país democrático con pobladores que quieren y  aceptan su verdadera etnia que en el Perú mayoritariamente es el quechua aunque cierta prensa global no quiera aceptarlo, porque creen quizás que solo ellos pueden entender lo que significa la tolerancia y la democracia y no también un quechua.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...