lunes, 18 de abril de 2011

Resabio electoral y el asilo humanitario



En realidad, qué puedo decir acerca de los resultados de los comicios del pasado domingo 10 de abril.
Si todo esto es la secuela de una verdadera elección limpia y transparente, observamos que todavía existen millones de peruanos que cuentan con un sentido crítico del nivel de un adolescente de 13 años, millones que se guían de acuerdo a lo que les dicta las emociones del momento, millones que de seguro también se deleitan con el programa “Al fondo hay sitio”, millones que antes de salir de casa o cuando pasan por un cementerio o una iglesia, supersticiosos del siglo XXI, timoratos y estólidamente se persignan. Son esos ágrafos, que cuando ya han alcanzado los suficientes ingresos como para adquirir el auto nuevo, huachafos ellos, nos muestran los complejos del ex pobre, al no detenerse ni siquiera un minuto en dejar de hablar sobre automóviles, modelos, marcas, precios, y van por las calles observando cual es el más caro, mordiéndose los labios del deseo por poseerlos o llenándose a la vez de frustración por verlos inalcanzables. Son de seguro también, aquellos que disfrutan al verlos y los tienen como modelos de conducta a Rosa María Palacios, Federico Salazar, Magaly Medina o Gisella Valcárcel, y sus hijos hacen -sin ponerse a pensar el porqué- la primera comunión, o si están a punto de casarse, hacen largas colas para alquilar la iglesia más cara y los invitados más presentables.
El peruano que tenemos criado con la mejor leche que puede dar la incultura y la barbarie, elige su candidato como elige un programa de televisión, según como les caiga, aquí no tiene nada que ver el raciocinio – si es que algún día lo ha poseído-.
Bolívar, Santa Cruz o Vargas Llosa victimas en su momento de toda esta insensatez o cualquier viajante foráneo estacionado en nuestras tierras como du Petit Thouars seguro que compartirían conmigo este parecer.
Al margen de prejuicios y estereotipos, estos millones de seres degradados y dignos habitantes para llevar el pasaporte de un sudanés, o de un Somalí, lo que hagan poniendo sus buenas o malas intenciones, traerán como consecuencia de su accionar solo el producto de una población sometida a los miedos y la irracionalidad de la religión, y a una educación rudimentaria, que les ha creado un sentido crítico de idiota, llevándonos a esta segunda vuelta que pareciera más bien creada por alguna mente enferma, perversa y malintencionada, dejándonos este prohibitivo menú con la única intención de atormentar mas a un elector que al ver este final lo ha llenado de una enorme incertidumbre o si no, de unas enormes ganas de mandar todo a la misma mierda.
Los obtusos de siempre apretaron mucho el cuello del pueblo y al final éste, que es el único que se carga con el muerto de este modelo mal aplicado, hace notar su descontento en las urnas eligiendo a Humala y Fujimori.
Si bien es cierto que ese analfabeto funcional no tenía mucho de donde escoger, un acomplejado acusado de drogadicto, burdelero y nepotista, otro con pinta de idiota, mudo y jorobado, alguno por ahí, pasado en años y que tiene la misma sensibilidad hacia los pobres que el más hábil corredor de bolsa de Wall Street, y también una candidata con desordenes alimenticios cuyo padre está en la cárcel, y finalizando esta tira de abyectos personajes tenemos a un ex militar acusado de ejecuciones clandestinas y hasta hace algunos meses adorador de Velazco y Chávez.
Pero que se podía esperar más, después de enumerar las características que tiene el poblador que habita estas tierras, es lo mejor que nos pueden ofrecer, sin lugar a dudas.
No sería descabellado pensar en buscar otras opciones para mis vástagos, sobre todo cuando se que esta encomienda nunca va cambiar y quizás en algún momento darán cuenta de ellos; pero creo que ya es tarde, ellos están en el colegio y ya han tenido contacto con los críos de todos estos píos corderos y cándidos bárbaros.
Menos mal que yo no voto y para mi suerte tengo dispensa, así que lo que salga de toda esta murga de cerriles descerebrados, prejuiciosos, estereotipados y mangantes ágrafos que se lo soplen ellos, yo tengo mi familia y mis hijos, que si me queda labia y los críos me escuchan, estarán siempre alejados de toda esta manada de zombis ignorantes.
La otra opción es buscar algún país que acepte mi solicitud de asilo humanitario, quizás sea el único, pero ya no quiero formar parte de esta galera romana. Prefiero mil veces la mirada xenófoba de algún hijo de puta en Londres o en Paris que seguir conviviendo con esta tira de pinches degradados.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...