sábado, 23 de diciembre de 2017

Crisis política o zarzuela barata

Estos medios de comunicación  y su casta política tienen a la ciudadanía en vilo.  Cada vez que pueden nos chantajean con arrebatarnos esta democracia que ya lleva 16 años con sus altas y bajas, pero ahí va instaurándose en nuestro país el menos negativo de los sistemas políticos.  Primero fue en las últimas Elecciones  Generales cuando nos pusieron en el menú a PPK como única opción para que sobreviva esta democracia sino teníamos que aceptar como mandataria  a la hija del acusado de genocida y robo Alberto  Fujimori. Ayudados por la “suerte” el JNE sacó de carrera a cuanto opositor peligroso aparecía  y las cabezas de Acuña y Guzmán fueron rodando en esta guillotina sudaca y tercermundista de instituciones débiles y vulnerables.
Después del triunfo ajustado del presidente Pedro Pablo Kuczynski, todos estos meses los titulares y el protagonismo lo ha acaparado la familia Fujimori, mientras el pueblo alejado de todo lo que sucedía en este “Versalles” político nauseabundo que se han construido estos politicastros  que han  reducido   los intereses nacionales  a lo  que haga o diga esta familia nikei.
Nadie discute alguna mejora en los sueldos o la salubridad de las ciudades en el país o la construcción de redes de ferrocarriles o carreteras o hidroeléctricas o por lo menos el inicio de la investigación nuclear o espacial en el Perú, nada de esto importa, solo interesa lo que haga Kenyi, Keiko o su padre, cuyo  indulto ha sido el tema de discusión de los últimos gobiernos.
Y ahora hemos llegado a este acto circense. Todo comenzó con el allanamiento a los claustros de la agrupación Fuerza Popular en donde dicho sea de paso no se encontró nada. Luego vino la reciente amenaza  a la vacancia de PPK, dramáticos momentos,  tanto que hizo olvidar a los peruanos el tema de Paolo Guerrero.
Otra vez la intimidación de un gobierno fujimorista nos ponían en la cien de los peruanos, y luego salió lo que en verdad querían sacar  de toda esta murga,
hacer pensar que ahora los héroes de la democracia no es el pueblo sino Kenyi, Del Castillo y la recién casada Susana León.
La mejor y ridícula opereta barata y analfabeta que se centró en atacar a Condorito la famosa caricatura chilena.
De toda esta mediocre zarzuela solo cabe rescatar dos respetables  personajes lucidos y demócratas a carta cabal,  nos referimos a Alberto Borea y Pedro Cateriano, un lujo de constitucionalista que le dan un inusual prestigio a la política peruana  muy venida a menos  por la enorme cantidad de talibanes que pululan por ahí.
Sin lugar a dudas este sistema político (democracia) que estamos viviendo los peruanos es el menos negativo de toda nuestra puta vida desde 1821.
Su mayor problema es la actual casta política. Solo se necesita renovarla  con urgencia.
Basta  de Kenyi  y ese  ex alcalde bailarín que lo pone  como el héroe de toda esta zarzuela de café teatro.
Seguro que debe haber reemplazo en el PPC, en AP o en ese APRA subterráneo  o también puede existir hasta en el mismo fujimorismo o dentro de esos grupos izquierdistas.  Porque desde aquí les decimos a toda esa prensa cojuda y a los que mueven sus hilos que ya no jodan con sus candidatos preferidos que al final se nota sus malas intenciones  cuando subestiman a aquellos hijos de puta que aún  no nos tragamos su guión predecible. 

No hay comentarios:

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...