Por esos azares del destino, el único foco
industrial verdaderamente importante en este país se salvó de ser rematado y desmantelado como
tantas otras estratégicas empresas públicas durante la dictadura de Alberto Fujimori Fujimori.
Esta vez la providencia jugó a nuestro
favor, porque después de salvarse de ser regalado a algún grupo privado con malas
mañas, que lo hubiera desaparecido para dar paso a otro foráneo, el Servicio
Industrial de la Marina (SIMA-PERÚ) con el correr de los años ha logrado
desarrollar un nivel tecnológico y competitivo dentro de la industria naval, que lo colocan en una posición competitiva con
otras de su tipo en el mundo.
La última botadura del BAP Pisco, un impresionante
buque de asalto anfibio, completamente fabricado en nuestro país, nos demuestra que la industria y la tecnología naval peruana están
en condiciones de construir buques aun
de mayor manga y eslora.
El mar peruano, a pesar de la depredación por extraños, aún sigue siendo uno de los más ricos del mundo, y sus costas permanecen aún extensas, y como
estas dos, hay muchas más razones como para que
nuestro país ya posea un Portaaviones, pero uno construido en nuestros propios astilleros
y con tecnología nacional, claro está, realizando previamente ciertos convenios
con países expertos en el tema, que los hay.
Hace poco tiempo, esos corruptos, los
constreñidos, los pusilánimes, los negociadores de mercachifles, esos que venden
gato por liebre, y que siempre los hay por aquí y hasta en la misma China, estos desmedrados
de patriotismo o vendedores de humo, estaban sugiriendo comprar chatarra (una costumbre tan común en Latinoamérica) como el portaaviones ligero español Príncipe de Asturias (R11) dado de baja en el año 2013, y creo a estas alturas desguazado.
Comprar un buque usado, está demostrado que sería
nefasto para el Perú, porque no ayudaría al crecimiento de nuestra industria
nacional y, sobre todo, no daría esos numerosos empleos que acostumbra dar la construcción de este tipo de naves.
Cuando los españoles navegaron por
primera vez las costas del Tahuantinsuyo, las huestes de Pizarro confundieron
algunas embarcaciones incas con europeas, demostrando los antiguos peruanos los
avances que en materia de navegación habían logrado.
Hoy se desconoce que las élites del señorío
Chincha fueron grandes comerciantes y esto
les llevó a utilizar el mar como principal vía de comunicación y a construir embarcaciones para llevar sus productos; dichas
naves necesitaron constantes mejoras que, con el tiempo y el esfuerzo, los llevó a alcanzar distancias cada vez más lejanas
como la misma Centroamérica.
Los Chincha, fueron los fenicios del
antiguo Perú, que al fusionarse con los
incas, les heredaron esos conocimientos en navegación, y estos, lo desarrollaron aún más, llevando al
Inca Túpac Yupanqui a organizar una expedición a la Polinesia en el siglo XV.
Durante la época colonial, los barcos
del Callao llegaron a fondear constantemente en Manila, y durante la República,
si el Perú no hubiera caído en el caudillismo y su caos, seguramente las Galápagos
y las Marquesas serían parte de nuestra influencia en el Pacifico sur.
La Guerra del Pacifico significó la destrucción
de aquella Armada que con gran esfuerzo organizó el almirante Martín Guise. Tuvimos que esperar
hasta la década de los setenta del siglo XX para ver recuperada a nuestra flota
naval; luego, siguió un periodo de estancamiento, hasta que en la segunda década
de este nuevo siglo se comenzó a ver de nuevo cierta actividad.
Cómo ya hemos visto, la construcción naviera
en el Perú es una actividad tradicional, y siguiendo con esta
tradición, nuestra armada debería contar con un Portaaviones de alrededor de 11,000 toneladas de desplazamiento, este sería el tipo de buque insignia
que estaría a la altura de la grandeza de nuestra historia naval, pero este debe
ser construido en los astilleros del SIMA - PERÚ, los mejores en esta parte del Pacífico.
Y si hacemos algo de memoria, en la anterior dictadura de Alberto Fujimori, según la Pontificia Universidad Católica del Perú, se desaparecieron mas de 6 mil millones de dólares; y PPK, en 1969 entregó 2,000 mil millones de soles de dinero peruano a la IPC; entonces, antes que esto vuelva a ocurrir, por qué, con una cifra mucho menor que las anteriores, no hacemos realidad el primer portaaviones peruano.
Y si hacemos algo de memoria, en la anterior dictadura de Alberto Fujimori, según la Pontificia Universidad Católica del Perú, se desaparecieron mas de 6 mil millones de dólares; y PPK, en 1969 entregó 2,000 mil millones de soles de dinero peruano a la IPC; entonces, antes que esto vuelva a ocurrir, por qué, con una cifra mucho menor que las anteriores, no hacemos realidad el primer portaaviones peruano.
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