lunes, 21 de septiembre de 2020

Drusila Zileri y la puta ignorancia

 


Es el colmo.

Leyendo sobre aquellas epidemias que en distintas épocas han asolado la humanidad, pude notar que, en gran parte de ellas, después de ocurrido el desastre, la gente que sobrevivió y sus sociedades, en cierta medida, mejoraron, salvo el caso, del Tawantinsuyo en 1532.

Aplicando una especie de guerra biológica con sus virus y bacterias mortales (viruela, sarampión o la salmonela) que acabo con la vida de entre más del 50 y 80 % de los habitantes autóctonos de estos territorios, la invasión hispana, no solo trajo estos males, sino que, también, problemas que hasta ahora los peruanos no hemos logrado solucionar y que van desde el aspecto económico, social y hasta el político. 

Los españoles en su afán de afianzar su poder y mostrarse como la fuerza dominante sobre la civilización milenaria que encontraron, difundieron  entre los nativos sobrevivientes un mal que iba ser más debastador y endémico, fueron ideas erradas que  alimentaron en ellos unos terribles prejuicios sobre su propia cultura primigenia, prejuicios que iban a durar hasta nuestros días. Dentro de otras taras, a los peruanos les hicieron creer que su cultura andina milenaria y sus personajes que la representaban eran simple salvajes y primitivos y, lo mejor, era hacerla a un lado y adoptar los modos y costumbres que trajeron los hispanos ya que eran muy “superiores” a lo que se había encontrado. Monumental infamia que se ha difundido hasta ahora en el Perú.  

Gracias a las evidencias encontradas se sabe que cuando llegaron los conquistadores, en estos territorios, ya se practicaba la cirugía al cerebro y, como en medicina, los antiguos peruanos también habían lograron grandes avances en matemática, arquitectura, vías de comunicación, bienestar dentro de la población, organización política y un largo etcétera, que nos hacen afirmar que la cultura y civilización que encontraron los españoles en 1532 no fue menos que ninguna, y menos de aquella que desembarcaron en sus carabelas.

La monarquía española se largó en 1821, pero aquí sobrevivieron como las peores endemias esos prejuicios de ver a este importante pasado milenario peruano, representado en sus conocidos personajes, en sus idiomas, sus rostros, y hasta en los mismos apellidos, como deslucido y hasta ofensivo, lo cual es un error aberrante y principal causantes de nuestra baja autoestima como país o como sociedad.

Nos hacemos daño nosotros mismos porque seguimos ignorando nuestro verdadero valor.

La ignorancia produce y sigue produciendo todo esto y es caldo de cultivo para las supersticiones, los estereotipos y sobre todo estos prejuicios raciales y étnicos que están muy difundidos dentro de nuestra sociedad, y no solo lo decimos nosotros, ya que hace no mucho, una encuesta mundial realizada por la firma Ipsos Mori (2017) colocó a la población de nuestro país entre los más ignorantes del planeta y el cuarto de América latina.

Claro que, no todos los peruanos son ignorantes, pero hay un grupo muy numeroso y sobre todo muy influyente.

La ignorancia en el Perú, ha corroído distintos estratos socio económicos, inclusive, en aquellos grupos, que uno creería serían inmunes como la élite peruana, que los vulneró tanto, llevándolos, inclusive, hasta a su propia decadencia, porque les hizo cometer grandes errores, uno de ellos fue hacerles ver a su propio país como un enfermo incurable, un vejestorio que solo servía para extraerle sus partes usadas para repuestos, un lugar no apto para crear riqueza sino para expoliarlo y mantener a su población en la degradación de la pobreza.

Este pensamiento difundido en esa clase dirigente, fue cimentando ese Perú que durante los siglos XIX y XX fue derrotado por sus propios vicios cargados de trivialidades e inercia.

Esa ignorancia de esta clase social les hizo creerse patológicamente seres muy superiores, pero solo aquí, porque, París, Londres y Nueva York les hacía agachar la mirada, tan igual, como sus empleados en Lima o el resto del Perú lo tendrían con ellos.

Y lo paradójico es que, por esa misma ignorancia y tanto despreciar lo indio y sus rasgos que los llevó hasta considerarlos seres inferiores. Contemplaron tanto esa desgracia que, sin pensarlo, se mimetizaron con ellos, viéndose por fuera blancos, pero sus mentes eran las de unos indianos sometidos y colonizados.

Y no es necesario nacer dentro de estas familias para tener una idea de cómo serían las biografías de algunos de los integrantes de estas proles que en décadas pasadas abarrotaban los clubes más exclusivos, hoy vacíos y polvorientos.

Muchos migraron a Occidente echando raíces en esos lugares y ahora viven tranquilos porque lograron su mayor objetivo de vida que era regresar a esa Europa que a sus ascendientes el hambre les había echado.

Los que se quedaron enfermaron más, algunos acabaron en la locura superioridad de Hitler, a otros, las adicciones de sus modelos de conducta hicieron mella en ellos. Si reaccionaban mostrando algo de voluntad solo era para recordarse que no podían “cruzarse” con los plebeyos peruanos, así que tenían que buscar pareja en Europa o los Estados Unidos, pero, muchos de ellos no lo lograron, así que tuvieron que conformarse, aunque sea con el nieto o la nieta de un escoses extraviado en la miseria de algún humedecido arrabal rodeado de fango a orillas de ese riachuelo pestilente que desemboca en el gran Paraná argentino.

Fueron estos patéticos despojos, que tuvieron, y creo, siguen teniendo al Perú en sus manos.

El otro día, una de sus integrantes se hizo presente, asfixiada e impotente de ver que el rostro de este Perú andino estaba en todos lados hasta en la pantalla gigante de su televisor. La rabia no le hacía pasar la saliva, ver indios y cholos por todos lados, tenía que gritarlo, pero como ahora estamos en democracia y todos, se supone, tenemos los mismos derechos, no podía hacerlo con una persona de carne y hueso, sino que descargo su veneno ignaro contra el gran Túpac Amaru II, llamándolo simplemente como aquel indio que fue desmembrado.

“Fue un error y ya está, no pasa nada. Fue un lapsus, es lo que pasa cuando uno está en vivo y tienes todo pasando al mismo tiempo y fue un comentario equivocado de mi parte” dijo  Drusila Zileri para intentar no darle importancia al hecho, pero sí tiene enorme importancia. Llamar como un simple indio, (y no lo digo creyendo que el término “indio” sería peyorativo sino todo lo contrario, porque para este servidor, es un alago porque ser indio en el Perú representa una civilización realmente impresionante), pero ese no es el problema sino que, lo dijo, con la intención de colocar a Túpac Amaru II como un anónimo más, sin darle la la debida trascendencia histórica porque fue el personaje que inicio la gesta libertaria en Sudamérica, tarea que luego finalizarían Bolívar y San Martin.

Túpac Amaru II, y es bueno que lo sepa esta mangante, es una figura mundial que hasta en el mismo museo británico preservan aun escritos de su proeza. Pero esto, Drusila Zileri, lo desconoce totalmente y lo zanja con un “aquí, no pasa nada”, y sí, aquí pasa, y mucho, pasa sobre todo esa puta ignorancia que no te hace valorar lo peruano y sus personajes históricos y sobre todo aquellos que han trascendido en la historia universal.

Es la misma puta ignorancia que te lleva a NO proteger tu patrimonio histórico y cultural por eso vemos cada cierto tiempo a los propios peruanos destruyendo y subestimando a su propia cultura, como esa grúa manejada por unos publicistas limeños rompiendo  un pedazo de roca de ese solar inca en Machu Picchu o cuando esos estudiantes, también peruanos, en viaje de promoción, patearon ese muro Chan Chan en Trujillo, o como aquella vez ese rector de la UNSA haciéndose de la “vista gorda” dejó que unos “ladrones” se llevarán costosos tapices wari.

viernes, 19 de junio de 2020

La gripe británica del siglo XIX



En 1821, la aparición del Perú como un nuevo país dentro de  la comunidad internacional, fue, sin exagerar, como arrojar un pedazo de carne dentro de una jaula repleta de lobos hambrientos.
El país inca, después de la Guerra de Independencia, sin dramatizar, quedó “hueso y pellejo”. Tuvo que esperar hasta mediados del siglo XIX para gozar de cierta estabilidad política que iría acompañado de un crecimiento económico provocado por la exportación del guano de isla que enriqueció a pocos; dentro de ese, exclusivo grupo, encontraríamos  antiguos aristócratas terratenientes que venían desde la época colonial, junto con otros nuevos y astutos mercaderes y especuladores y miembros de la clase política corrupta.
En ese  territorio peruviano, casi virgen, entre las décadas de 1850 y 1870, con los ingresos que llegaban del guano,  realmente, lo que dejaban los consignatarios u otros terceros, el Estado peruano logró construir cierta infraestructura, como ferrocarriles, puertos, irrigaciones, y el capital privado no se quedó atrás, ya que, estableció bancos y opulentas mansiones, en fin, en esa época se dejó rastros de que este país estaba interconectado, dentro de su ínfima posición, a esas líneas comerciales que lo unían con esa Segunda Revolución Industrial europea.  
En el Perú decimonónico, las pocas fortunas aumentaron, pero, también los problemas. La casa aún arrastraba de los tiempos coloniales el desorden  y la corrupción. Había iniciativas de cambio, pero caían en saco roto, como siempre, mientras tanto, Europa se industrializaba rápidamente. Inglaterra y Francia, encabezarían la modernidad en esa parte del mundo.
En América, los Estados Unidos, su gran despegue sería  después de la Guerra de secesión.
Pero fue Inglaterra con su imperio la que notoriamente acapararía el monopolio de poder en el mundo durante toda esa segunda mitad de ese  siglo XIX, (que son las décadas que nos interesan para estas líneas).  
Los últimos avances tecnológicos, los mayores barcos, los trenes, las herramientas más modernas se manufacturaban en los complejos industriales que humeaban en las islas británicas, cuya  capital Londres, tenía la distinción de ser  la ciudad más poblada del planeta.
Inglaterra dominaba los mares y la economía mundial, y claro, poseía la mayor armada. En ese siglo, no había conflicto en el mundo donde no estaban en juego sus interés, desde las Guerras Napoleónicas, el establecimiento y desarrollo  de la Compañía de las indias orientales, la Guerra de los bóxer (1899-1901), las Guerras de los Boers (1880-1881; 1899-1902) ya finalizando la centuria. Pero, antes, en Sudamérica,  los hilos británicos en la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza formada por Argentina, Brasil y Uruguay (1864-1870) sería un anticipo de lo que le ocurriría al Perú en la  Guerra del Pacífico de 1979.
Si algo caracteriza a las elites que manejan a los países que llaman desarrollados y potencias mundiales es la rígida planificación que hacen cuando se proponen un objetivo.  Esto, muchas veces implica, trabajar a largo plazo, para obtener territorios o mercados o esclavos, o todo el paquete junto, que al final, resultan siendo,  el principal motivo de los conflictos y que ellos muchas veces originan. La Guerra del Pacífico, Guerra del salitre o también llamado Guerra con Chile, es un claro ejemplo de esto.
En esa conflagración ocurrida en esta parte de Sudamérica entre 1879 y 1884, y que tuvo como protagonistas a los estados sudamericanos de Chile, Bolivia y Perú, detrás también estuvieron los intereses británicos.
La derrota peruana, ya estaba cantada, y fue contra el imperio británico y no contra Chile como erróneamente nos dijeron, ya que su ejército solo actuaron como una especie de mercenarios de los británicos, ya que el verdadero ganador de esa Guerra contra el Perú, remitiéndonos a las evidencias y siendo pragmáticos, fue Londres.
En toda guerra compleja y moderna no sabremos quién o quiénes lo originan si antes no esperamos un tiempo prudente para identificar quién o quiénes saldrán los más beneficiados de ese conflicto. 
Y, entonces, en esos años, ¿Por qué Inglaterra querría cavilar semejante infamia contra el Perú?
Después de la Guerra con España de 1866, el Perú salió como el gran vencedor, Chile no existía, menos aún Ecuador, que fueron sus aliados en ese conflicto. El país inca era el que se llevaría todos los laureles y se alzó a la palestra internacional -y la comparación es válida-, como lo harían después EEUU en 1898 frente a la misma víctima ibérica o como el Japón venciendo a Rusia en 1905. El Perú había derrotado a una España mucho más poderosa que, la que apabulló  el Tío Sam en Cavite y Santiago de Cuba.
Esa victoria fue un gran logro diplomático y militar del Perú y demostraba que era la principal potencia de esta parte del Pacífico sur, y esto, ayudó a que, en el país, se formara una conciencia de nación, tanto que hasta sus principales buques de la armada  no los "bautizaban" como ahora con nombres españoles y coloniales, si no, con nombres de emperadores del Tawantinsuyo. Esa era la atmósfera victoriosa llena de autoestima y nacionalidad  que en ese Perú  se respiraba antes de 1879.
Afuera los lobos, lo veían distinto. La existencia de un país con esa fortaleza no convenía a Inglaterra, porque sería en el futuro cercano un molestoso opositor para los proyectos que tenía  para esta región sudamericana.  Ahí la suerte del Perú estaba echada. Fue así como los británicos estuvieron detrás de todos esos supuestos deslices que sufriría el país en las próximas décadas.
Por esos años en el Perú, hubo políticos muy influyentes que ayudaron, queriéndolo o no, para que se consumara la crisis económica, las firmas de tratados onerosos para la patria, y hasta el mal accionar de sus buques y soldados en ese conflicto de 1879. Fueron numerosos personajes, destacando, Nicolás de Piérola, que influenció para la firma del Contrato Dreyfus que a la larga produciría  la banca rota fiscal previa a la Guerra con Chile.
Como ya dijimos, los británicos estuvieron detrás de cada derrota peruana, porque fueron ellos los que cañonearon al Huáscar que destrozó el cuerpo del glorioso Miguel Grau en Angamos y fueron maquinistas ingleses infiltrados dentro del Independencia los que sabotearon ese buque haciéndolo encallar en Punta gruesa.  Aquí debemos denunciar el injusto trato que recibió el comandante de ese buque: Juan Guillermo Moore Ruiz, ya que se llevó sobre el hombro el peso de esa derrota, cuando era completamente inocente por ser, en ese momento, uno de los mejores marinos de la Armada peruana -por no decir el mejor-, galardón que se ganó a pulso  cuando cruzó el Caribe y las costas atlánticas sudamericanas doblando el cabo de hornos hasta llegar al puerto de El Callao con un par de monitores fluviales: el "Manco Cápac" y el "Atahualpa". Fue tan importante esta hazaña marítima que hasta ahora es estudiada en las escuelas navales de distintas armadas del mundo. Desde esta humilde ventana hacemos un acto de desagravio para ese insigne marino,  que fue una de las tantas víctimas peruanas de esa farsa que conocemos como Guerra con Chile.
Piérola jugó un rol fundamental para la derrota peruana, porque, mientras estuvo en sus manos, lideró dentro del país revueltas en plena guerra con los chilenos, para desunir y así debilitar a las fuerzas peruanas. Primero lo hizo levantándose en armas contra el legítimo presidente Mariano Ignacio Prado que tambien sería otro mercenario de la causa británico-chilena. Piérola, en lugar de mostrarse con sentido de pertenencia con el Perú y el contexto que se estaba viviendo, no buscó el dialogó en esos momento críticos, sino, se enfrascó en  el enfrentamiento entre peruanos. Aquí, hay que poner como ejemplo a los chinos que,  cuando estaban enfrentados en plena Guerra Civil (1927-1949), Chiang Kai-shek  y Mao Zedong, cesaron sus hostilidades entre sus dos ejércitos para oponerse a los japoneses, que eran en realidad el principal enemigo de ambos y que estaban invadiendo sus territorios. Piérola no actuó así,  porque solo buscaba debilitar a los peruanos, negándose atacar sorpresivamente a los chilenos en Chorrillos o  poniendo trabas en la organización de la defensa de Lima. En esos días era impensable creer esto de Piérola y de otros personajes.
Miguel Iglesias fue también otro que se sumó en esa lista de fieles colaboradores de los intereses británicos, adelantando la firma del Tratado de Ancón, cuando Chile a pesar de su victoria en Huamachuco, estaba  muy  extenuado por este prolongado conflicto que no podía mantenerlo un año más. En esta etapa debemos precisar que gran parte del territorio peruano (más del 60% del país) aún no había ingresado a la guerra, ya que, Arequipa, Puno y Cusco, las zonas más poblada del territorio peruano de aquella época, aun no habían sido ocupados por el ejército mercenario chileno, y nunca lo hubieran hecho, porque en ese momento no tenían la logística suficiente como para hacerlo. Es por estas razones que los británicos y chilenos buscaron a peruanos que se sumaran a sus intereses para adelantar la firma de ese  famoso Tratado de Ancón. Ya que, si se prolongaba un año más e ingresaba esa parte del Perú al conflicto, el final de esa guerra no hubiera sido tan catastrófico para nuestro país, y eso, definitivamente, no podía ocurrir, porque malograrían escandalosamente los planes británicos.
Una vez consumada la derrota peruana y firmado el tratado de Ancón, faltaba algunos detalles para  formalizar económicamente ese descalabro, y así, hace su aparición el Contrato Grace, con el cual, se mostraría a Inglaterra como la verdadera ganadora de esta infausta guerra, porque en ese contrato se obligaba al Perú la entrega a Inglaterra de sus más preciadas joyas, que eran sus ferrocarriles, dentro de otras concesiones, también, estuvo el pago de 33 anualidades que tenía que hacer el Estado peruano a los ingleses. El Perú quedó como una colonia británica de facto.
Sin contar que despues de esta guerra colonial inglesa, mediante los negociados de John Thomas North, el salitre de Perú, Bolivia y Chile, sería monopolizado y explotado por los británicos, y esto desencadenaría posteriormente en Chile la Guerra Civil de 1891.   
En una guerra el principal ganador siempre escribe la historia y en esa época el Imperio Británico escribió cada  letra de la parte de la Historia del Perú que concierne a la Guerra del Pacífico, Guerra del Salitre o Guerra con Chile que ahora conocemos.                           
Ese “nuevo mundo” post corona virus, esperemos que sea uno, en donde,  prime la verdad, porque, a estas alturas,  y siendo pragmáticos, en esta  aldea global, nada es estático, y nunca lo ha sido, porque hoy estaremos en al sótano pero mañana seguramente no. Es lo que nos enseña la sabiduría milenaria quechua. Los ciclos, buenos y malos.

lunes, 4 de mayo de 2020

La más poderosa del Perú



Solo hace unos días el Presidente Martín Vizcarra en uno de sus acostumbrados mensajes a la nación aseguraba que en estos días de cuarentena y estado de emergencia ningún acusado de corrupción saldría de prisión. No pasó ni una semana y hoy  en la tarde, la salida del penal anexo de Mujeres de Chorrillos de Keiko Fujimori  mandó directamente al  tacho las palabras del mandatario.
Estos tiempos de guerra bacteriológica, pandemias, derechos restringidos, cuarentenas y virus tenebrosos,  nos están haciendo distinguir mejor a los que detentan el poder y saber  quién es quién en esta chacra y cuáles son las verdaderas  intenciones para con nosotros, el ganado, y el grado de autoridad que tienen.
La salida de prisión de la primogénita de Alberto Kenya Fujimori Fujimori es un gancho al hígado para el actual régimen que parece que lo ha privado de impedir le salir hoy a sus acostumbrados mensajes televisados  que lanza periódicamente en estos días de cuarentena.
Sí este régimen no estuvo de acuerdo con esta salida pero a pesar de ello la justicia la liberó eso significaría que en ese importante poder del Estado la influencia del fujimorismo sigue intacto.
Ahora, si la actual administración, sí estuvo de acuerdo con esta liberación, esto demostraría que el fujimorismo y su lideresa Keiko Fujimori siguen teniendo el mayor poder político en este país.
La tercera opción, sería la menos probable, ya que sería el producto de un acto aislado de un juez imparcial,  que se limitó a seguir la norma y la jurisprudencia del caso. Es el raciocinio más débil, porque no podemos negar la realidad de vivir en un país bien enclavado en el tercer mundo y en el subdesarrollo, y sus instituciones débiles y permeables, lo desnudan completamente.
Y esto podría ser hasta paradójico porque desde la dictadura de Alberto Fujimori ningún Presidente de la República había acumulado tanto poder como el que se arroga el actual mandatario. Poder que hoy ha sido eclipsado con el personaje que tendría todas las licencias para cometer cualquier tipo de delitos, aun así, parecería que  saldría impune de todos ellos.
Los poderes que están detrás de Keiko Fujimori la quieren colocar a cualquier costo como presidenta del país y no pararán hasta conseguirlo porque están convencidos de que este Perú nació y se organizó en el régimen de su padre, es su "han" nipón, y por derecho legítimo le corresponde heredar estos dominios en esta especie de dinastía tirana.
La Pontificia Universidad Católica del Perú, después de un minucioso conteo, publicó que el régimen de Alberto Fujimori Fujimori, desapareció 6 mil millones de dólares, cifra suficiente como para seguir teniendo a los rostros de la familia Fujimori y su descendencia como protagonistas de la política peruana por generaciones enteras.

jueves, 30 de abril de 2020

¿Cuál fué el final de Adolfo Hitler?


La extrema religiosidad que existe en el Perú ha sido una de las principales  causantes para que  este país sea tierra fértil  para ideas ultra conservadoras  y de extrema derecha. Un conspicuo fanático  fascista fue  el expresidente Oscar R. Benavides,  así como también algunas agrupaciones políticas como el APRA o las hordas fujimoristas. Así mismo,  hubieron personajes destacados como Alan García que en su momento recibieron  protección del mismo Francisco Franco, así también el jurista Valle Riestra. En fin, la lista es interminable de los amantes de la ideología que popularizó Adolfo Hitler, nombre que, dicho sea  de paso, está muy difundido entre varios connacionales como ese alcalde mollendino.
Por estas razones aquí el tema de Hitler siempre a despertado todo tipo de interes sobre todo  cómo fué su final, y es en este aspecto que se han tejido muchas historias. La BBC de Londres acerca de estos hechos nos despeja muchas dudas. A continuación transcribimos la verdad sobre aquellos sucesos.
Tras el éxito de su ofensiva sobre Berlín en abril de 1945, las fuerzas soviéticas se hicieron con el control del refugio que el Führer tenía en la sede de la Cancillería alemana.
El 2 de mayo, miembros del cuerpo de contrainteligencia soviética -conocido como Smersh- sellaron el jardín de la Cancillería y el búnker donde el líder nazi se había instalado desde enero cuando el Ejército Rojo avanzaba sobre Polonia rumbo a Alemania.
La operación de búsqueda del cadáver fue ejecutada bajo el más absoluto secreto al punto de que, según el historiador Anthony Beevor, incluso al mariscal Georgy Zhúkov, comandante de las fuerzas soviéticas que ejecutaron el asalto sobre Berlín, le fue negado el acceso con el argumento de que "el lugar no era seguro".
Al mismo tiempo, iniciaron los interrogatorios a todo el personal que lograron identificar. De acuerdo con Beevor, el proceso era seguido con mucha atención e interés desde Moscú.
"(Josef) Stalin estaba tan desesperado por recibir noticias que un general del NKVD, predecesor de la KGB, fue enviado a supervisar los interrogatorios. Él recibió una línea telefónica segura con un codificador para que pudiera informar a Moscú después de cada entrevista", contó Beevor en un artículo publicado en The New York Times.
El 5 de mayo, los agentes del Smersh hallaron el cadáver de Hitler y de su pareja, Eva Braun, enterrados en un hueco abierto por una bomba en el jardín de la Cancillería.
Los cuerpos habían sido rociados con gasolina y estaban parcialmente quemados. El de Hitler era difícil de reconocer, por lo que una vez en la morgue le removieron la mandíbula para intentar identificarlo a partir de la dentadura. Esto pudo hacerse pocos días después, cuando los soviéticos ubicaron a Käthe Heusermann, asistente del dentista del Führer, quien les facilitó su historial médico y los datos requeridos con los que confirmaron que, en efecto, se trataba de él.
Posteriormente, un estudio de odontología forense realizado por los doctores Reidar F. Sognnaes, de la Escuela de Odontología de UCLA (California), y Ferdinand Ström, de la Universidad de Oslo, ratificó en 1973 que el cadáver recuperado era, en efecto, el de Adolf Hitler.
Dado que los soviéticos habían confirmado desde el principio la muerte del líder nazi, ¿por qué siguieron alimentando durante años la idea de que estaba vivo?
"La estrategia de Stalin, evidentemente, era asociar a Occidente con el nazismo y hacer ver que los británicos o los estadounidenses debían estar ocultándolo", escribió Beevor en su libro "Berlín, la caída 1945".
Luke Daly-Groves, historiador en la Universidad de Leeds, considera que era una jugada política del dirigente comunista.
"Él sabía que los soviéticos habían hallado los restos del Führer cuando decía que Hitler podía haber escapado a España o a Argentina. Pero diciendo esto ayudaba a debilitar a sus oponentes políticos y fortalecía su posición en las disputas territoriales", escribió Daly-Groves en la revista NewStatesman.
Al final de cuentas, la derrota del nazismo abrió las puertas al inicio de la Guerra Fría.
Moscú contaba con una gran ventaja para defender su versión: tomaron y controlaron Berlín de forma exclusiva de mayo a comienzos de julio de 1945, cuando se establecieron las zonas de ocupación.
Además, detuvieron y mantuvieron cautivos por años a varios de los sobrevivientes del búnker, incluyendo al ayudante de cámara de Hitler, Heinz Linge; a su asistente de campo, Otto Günsch, y a su piloto, Hans Baur.
En su empeño por ocultar la verdad, detuvieron en secreto a Käthe Heusermann, la asistenta dental que les ayudó a identificar el cadáver. Tras seis años en aislamiento, la condenaron por haber participado voluntariamente en el tratamiento odontológico del Führer.
Los restos de Hitler permanecieron al cuidado de la unidad Smersh que los encontró. Cada vez que esta se trasladaba, los llevaba consigo.
Así, estuvo enterrado en un bosque a las afueras de Berlín, luego en la localidad de Rathenow (en el estado de Brandemburgo) y finalmente en una base que los soviéticos instalaron en 1946 en Magdeburgo, en el centro-este de Alemania.
No fue sino hasta 1968 cuando en un libro escrito por Lev Bezymenski, un periodista y agente de inteligencia soviético que participó en el asalto final a Berlín, se dieron a conocer públicamente detalles de los archivos que Moscú tenía sobre Hitler, así como de su autopsia.
Unas tres décadas más tarde, en 2009, el entonces jefe de Archivo de la policía secreta FSB (sucesora de la KGB), Vasily Khristoforov, informó que los restos de Hitler fueron incinerados en 1970 y las cenizas lanzadas al río Biederitz.
La medida fue recomendada por el entonces jefe de la KGB, Yuri Andropov, después de que la Unión Soviética acordó traspasar a Alemania oriental el control de la base en Magdeburgo.
Según explicó Khristoforov, los restos de Hitler fueron convertidos en ceniza para evitar que su tumba se convirtiera en un santuario nazi.
Moscú, sin embargo, conservó en la sede de la FSB la mandíbula con la dentadura de Hitler y en el Archivo del Estado un fragmento de su cráneo.
Un informe presentado en noviembre de 1945 por el historiador Hugh Trevor-Roper, quien durante la II Guerra Mundial sirvió como oficial de inteligencia británica y estuvo a cargo de investigar la muerte de Führer, sostuvo que este se suicidó en torno a las 15:30 del 30 de abril de 1945, junto a Eva Braun, con quien se había casado el día anterior. Él se quitó la vida detonando una pistola en su boca, mientras que ella habría ingerido una cápsula de cianuro.
Esta versión fue puesta en duda en el libro de Bezymenski, en el que se menciona además que al cadáver de Hitler le "faltaba una parte del cráneo".
Los periodistas Jean-Christophe Brisard y Lana Parshina, a quienes el gobierno de Vladimir Putin dio acceso parcial y controlado en 2016 a los archivos de Estado de la Federación Rusa, así como a archivos militares y de la policía secreta relacionados con el caso, señalaron que en la dentadura de Hitler se hallaron trozos de vidrio -lo que sugeriría que él tomó cianuro- y pusieron en duda que se haya pegado un tiro.
En una entrevista en 2018 con el diario Times of Israel, Parshina refirió que el líder nazi daba muestras de sufrir Parkinson durante sus últimos días, por lo que se preguntaba cómo pudo dispararse con su mano derecha en esas condiciones.
Brisard, por su parte, destacó que no hallaron rastros de bala en la boca de Hitler, aunque cree posible que él haya pedido a alguien de confianza -como su asistente Heinz Linge- que le diera un tiro de gracia tras tomarse el veneno.
Otras versiones sugieren que se suicidó ingiriendo veneno y, luego, disparándose en la sien.
Brisard y Parshina creen que Putin está utilizando la historia de la muerte de Hitler como un instrumento político para sus propios fines, como hizo en su momento Stalin.
Entodo caso, en general, los expertos coinciden en que el cadáver hallado por las fuerzas soviéticas es el de Hitler y en que la versión que ofreció la radio de Hamburgo y el almirante Dönitz aquel 1 de mayo de 1945 erraba en dos cuestiones centrales: el líder nazi no había muerto aquel día y, más importante aún, no lo hizo en combate.
No estaba en la vanguardia sino, más bien, se batía en retirada para evitar sufrir la suerte de Benito Mussolini -de cuya ejecución sumaria había sido informado dos días antes- o tener que rendir cuentas por sus actos ante la justicia.
El hombre que había prometido construir un imperio que duraría un milenio abandonaba la carrera tras pasar en el poder 12 años, en los que sacudió al mundo a sangre y fuego, dejando una Europa en ruinas y una Alemania destruida y ocupada.




domingo, 8 de marzo de 2020

PeruRail devuélvenos nuestros ferrocarriles





Más de veinte años han pasado desde que los arequipeños, puneños y cusqueños, es decir, todo el sur peruano, perdimos la joya más preciada, nuestros ferrocarriles. 
Fueron privatizados en el año de 1999 por el régimen de Alberto Fujimori y ya es hasta cansado y hasta repulsivo volver a mencionar el nombre de este cleptócrata, pero, en su gobierno y a punta de fusil entregó este estratégico medio de comunicación a uno grupo de mercaderes de los más infames y torpes.
Dos décadas han sido suficientes para extraer  el juicio más certero sobre si fue o no beneficioso para los peruanos esta privatización y, a raíz de las evidencias, nos damos cuenta que hoy, fue una completa desgracia para el Perú. 
Primero, es notorio que la actual empresa propietaria de nuestros ferrocarriles que lleva el nombre de PERURAIL, no presta el servicio con eficiencia y modernidad, y esto, despierta airados reclamos de la población, sobre todo en la parte del Cusco. 
Segundo, los constantes choques de trenes que se producen en distintos tramos congestionados por ellos mismos como en la zona de Aguas Calientes (Cusco) o los descarrilamientos en  distintos puntos de sus más de mil kilómetros de vía, demuestran la escasa inversión en cuanto a seguridad que hace esta empresa. 
Tercero, el mito que, desde los años noventa nos han vendido  a los cándidos peruanos de que la privatización de empresas públicas trae modernidad y tecnología, se ha caído estrepitosamente con el ineficiente accionar de PERURAIL, y no hay que ser un experto en la materia para darse cuenta de ello, solo basta observar sus obsoletos rieles,  coches y locomotoras que igualan en antigüedad a los que existen en las regiones más pobres y aisladas del planeta con todo ese material ferroviario que ha quedado congelado en el tiempo, como si estaríamos en los años setentas y ochentas del pasado siglo veinte. 
En esos años esa maquinaria ferroviaria que fue de las más modernas de su tipo en Sudamérica, llevaban el rótulo de ENAFERPERÚ que, como Arica y Tarapacá, pertenecían al Perú y representaban la soberanía de un país libre e independiente por la propia voluntad de sus pueblos. Hoy de eso solo ha quedado las fotografías y todo ese material ferroviario que sigue usufructuando esta empresa.  
Aquí en Arequipa, cada vez que veo pasar por la avenida Alfonso Ugarte, esas vetustas locomotoras diesel  contaminando el aire como los mas viejos ferrocarriles cubanos y haitianos, no se puede ocultar la vergüenza ajena que siente un simple poblador de un país que está a pocos meses de celebrar sus doscientos años de independencia. Lo cual resulta una completa ridiculez viendo lo que han hecho con sus ferrocarriles. 
No se puede hablar de soberanía ni patriotismo, mientras en el Perú sigamos contemplando como han maltratado nuestros ferrocarriles que tanto costó en su construcción a las pasadas generaciones de compatriotas, no solo en dinero sino también en vidas, cuando la construyeron y la defendieron en la infausta Guerra del Pacífico. Es un dolor en el estomago, por la impotencia al observar que los peruanos tenemos  los ferrocarriles más viejos y obsoletos del mundo gracias a esta nefasta empresa PERU RAIL y, que, ningún peruano verdaderamente patriota se  atreve a reclamar. 
Los países más soberanos y dignos en el mundo, sus propios Estados son propietarios de sus ferrocarriles porque son estratégicos, ahí tenemos el caso de Rusia, Francia, RU, China y un largo etcétera, un caso aislado, es el Perú, una de las pocas naciones que siguen permitiendo este robo a mansalva que se hizo durante el peor gobierno de la historia del siglo XX, el sicario de la corrupción, el régimen cleptócrata de Alberto Fujimori.
En estas Elecciones presidenciales que se avecinan, dentro de esa lista de candidatos, encontramos, para aumentar nuestra tragicómica repulsa, el nombre de uno de los fundadores y presidente de PERU RAIL.
La otra mañana, lo mostraron en pantalla, sudoroso, rechoncho, con la mirada perdida, como aquellos criminales enmarrocados presentados a la prensa,  nervioso, intentando hilar ideas para justificar su inútil candidatura,  incoherencias que solo fue  interrumpido con unos salves y alabanzas a Cristo, luego proseguía con esa presentación de uno de esos personajes que abunda en la fauna fujimorista, defendiendo, seguramente, el botín que dejó, el Ali Babá "ponja" a sus cuarenta ladrones. 

(Texto actualizado: 03/01/2021)

sábado, 29 de febrero de 2020

Los cantores de Fujimori



La Alemania nazi, la dictadura argentina y otros regímenes similares contaron con un atareado Ministerio  de propaganda.
El gobierno dictatorial de Alberto Fujimori también tuvo sus oficinas encargadas de la censura o la distribución de noticias en la prensa escrita, radial  o televisada, como también controlaba otras artes, como la música por ejemplo. Nada se le escapaba a este “nikei” que gustaba experimentar con la natalidad en el Perú  mandando a esterilizar miles de mujeres pobres y quechua hablantes quizás inspirado en las atrocidades que también hicieron sus compatriotas nipones en Nanking en 1937.
El caso de las esterilizaciones fue archivado por un grupo de magistrados seguramente con la misma línea de insensibilidad que el actual Tribunal Constitucional.
La dictadura fujimorista utilizaba todos los medios posibles  para tener  en sus manos el país entero, uno de sus vértices fue la propaganda, en este aspecto recibió el apoyo de varios  grupos y  cantantes de música popular que abarcaban distintos géneros desde el rock hasta la denominada tecnocumbia.
El objetivo era distraer a las masas para alinearlos en un tipo de pensamiento que iba a caracterizar al sistema totalitario que imperaba, promoviendo el entreguismo, el integrismo cristiano, la corrupción generalizada y el relajo en valores humanos.  
La televisión y la radio fueron utilizadas para emitir esos cantos de sirena que distraería  a la opinión pública del robo de miles de millones de dólares producto de las privatizaciones, las despariciones  y asesinatos selectivos  y de las innumerables esterilizaciones que ocurrieron durante esa década.
Por ejemplo, para que la población no se incomode por las  esterilizaciones de mujeres pobres y quechua hablantes, qué mejor que el subliminal mensaje de las letras racistas de las canciones de Raúl Romero, como aquella, en donde, llamaba “negrito y barrigón” al hijo de los Quispe.
Pedro Suarez Vertiz y Gian Marco Zignago fueron dos de los más solicitados a la hora de poner el fondo musical a esa década fujimorista.
Aparte de estos tres cantores del fujimorismo, existieron otros músicos que también colaboraron   con esa tiranía. Una vez que cayó el régimen,  gran parte de ellos guardaron y guardan un silencio sepulcral sobre esos años y se perdieron en el anonimato, salvo los tres nombrados anteriormente,  que cada cierto tiempo vociferan su incontenible corazón fujimorista.
Por esas razones, Raúl Romero terminó purgado de la televisión ahogado en "huevazos" que le propinaron una multitud de jóvenes indignados por el apoyo que hacía al genocidio perpetrado por el régimen fujimorista.
Pedro Suarez Vertiz, a pesar de estar aquejado por una enfermedad, le sobra vitalidad  cuando se trata de escribir en sus redes sociales siempre apoyando a las maneras de actuar del pasado régimen fujimorista.
Gian Marco Zignago, es otro conspicuo fujimorista, se exilió en el extranjero, desde ahí con total comodidad de vez en cuando escribe que Alberto Fujimori fue, casi, el mejor presidente de todo los tiempos que hemos tenido los peruanos.
Fueron diez años que Alberto Fujimori gobernó el país, hizo mucho daño, fue un verdadero mercenario que intentó destruir el país, quizás lo logró, porque todos los problemas que vivimos y que viviremos los peruanos comenzaron en su régimen que abarcó desde 1990 hasta el año 2000.  


martes, 25 de febrero de 2020

El Tribunal Constitucional y sus sanguinarios


Que es cruel y violento, que produce o muestra derramamiento de sangre, es el significado de las palabras sanguinario o sanguinaria, nos indica claramente la RAE.
Adicionado a esto, la psicóloga Claudia Pradas Gallardo, en el portal Experto Animal, dice: "Las torturas esconden algo más profundo que es el deseo, a veces la necesidad, de sujetos psicológica y socialmente débiles, de mostrarse grandes, fuertes y valientes. Actos de violencia contra especies animales revelan problemas psicológicos por abuso y maltrato normalmente en edad infantil".
El perfil psicológico de una persona que comete estos actos hacia los animales dice mucho de su vida, de su personalidad y de su historia, ya que de acuerdo a la psicóloga Mary Rivas, suelen tener problemas no solo psicológicos, sino psiquiátricos desde mucho antes de su edad adulta, y en este caso, se debe poner atención a los signos de alarma psiquiátrica.
Según la psicóloga, “no todo individuo que haya maltratado animales será un maltratador de humanos; sin embargo, casi todos los individuos que son maltratadores de humanos han tenido episodios de abusos hacia los animales en la infancia, por tanto, es un buen predictor de los trastornos de conducta futuros”.
En gran parte del mundo civilizado la corrida de toros está prohibida, pero en el Perú no. Ese  sangriento hábito que tienen (por suerte) algunos pocos de celebrar la literal tortura  que se le hace a ese toro cuando se le clava numerosas estacadas en su lomo y aun estando  vivo  desde las tribunas de esos templos de torturas que aquí les llaman plaza de toros vitorean exigiendo que le  cercenen  la cola y las orejas, esa barbarie hoy en el Perú continuará gracias  este Tribunal Constitucional.
Este Tribunal debe ser uno de los más escandalosos de los últimos tiempos. No hace mucho hizo noticia cuando soltó a Keiko Fujimori provocando una crisis política que a los peruanos casi nos costó el mismo sistema democrático.  
Hoy ese mismo Tribunal Constitucional declaró infundado la demanda sobre la inconstitucionalidad de la corrida de toros, desoyendo el clamor popular.
Ante está desición, cómo podemos mantener la democracia peruana y el Estado de derecho si los juristas  que tienen la importante tarea de reformar la Carta Magna, la ley de leyes, la Constitución Política de un país que se dice democrático desoyen la voluntad popular y se muestran como sátrapas que se deleitan con la sangre de un animal drogado e indefenso. Quién nos asegura que en el futuro cercano no protegerán a un grupo paramilitar que torturará y asesinara   civiles.
Cómo estos magistrados vigilaran que nuestra Constitución Política contenga normas que protejan los Derechos Humanos de los ciudadanos de este país si la mayoría de los miembros de ese Tribunal Constitucional cree que esa corrida de toros no es una sangrienta tortura de un animal.




Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...