domingo, 27 de noviembre de 2011

Telefónica… ¡Que te vayas!

La otra mañana, me dio por cavilar, luego de ver al mismísimo presidente de la Telefónica de España intentando de algún modo manumitir a los peruanos prometiendo en esa conferencia de prensa mejoras al desmedrado servicio que brinda su empresa de telecomunicaciones.
La presencia del mandamás de la principal transnacional española asentada en este hemisferio, seguramente se debe a que está por culminar ciertas ventajas escritas en el contrato firmado con el Estado peruano durante la época de Fujimori.
En estos tiempos en que la crisis económica se a acentuado en tierras ibéricas, la producción de ese país se ha estancado y de esa menguada recaudación tributaria la única joya de la corona que hoy le significan buenos ingresos a la hacienda española ha sido la de su más famosa transnacional Telefónica, y que a comienzos de los años noventa era bienvenida por el fujimorismo anunciándolo con bombos y platillos como la más costosa de sus privatizaciones.
Sería interesante volver a ver el rostro del recluso ex presidente, imprecando alegre y optimista la eufórica privatización de una obsoleta ENTEL-PERÚ.
Si algo hay que reconocer de la infame trasnacional española es que fueron lo suficientemente astutos y ruines como para ganarles a otras empresas timoratas en establecerse por estas latitudes. Con ventajosos contratos firmados, Telefónica de España aprovechó la corrupción imperante en algunos gobernantes sudamericanos haciéndose como en el caso peruano del monopolio de las telecomunicaciones, asegurándose de esta manera grandes dividendos a costa de la imposición de un servicio limitado, abusivo, pendejo y sobre todo, con un descarado y grosero afán expoliador sobre la mayoría de la población peruana.
Ese régimen abyecto, fue el ideal para que los peruanos tengamos que tolerar desde esa época cotidianamente el odioso y opresivo monopolio, acarreando en nuestros conciudadanos esa angustia de ver que de muchas formas Telefónica, pisoteaba sus derechos de consumidor y usted seguramente compartirá conmigo este parecer porque de algún modo no existe peruano que no haya sido víctima del abuso y el maltrato de esta transnacional.
Los datos técnicos de los expertos lo confirman. El Perú, comparado con otros países en cuestión de telefonía fija, se encuentra muy por debajo, sin mencionar la enorme brecha informática creada por esta y que nos separa largamente con la de otras realidades, ya que por los costos del servicio de la Internet, han hecho de esa brecha un verdadero abismo insalvable para el maltratado consumidor local.
Todavía recuerdo aquel reportaje hecho por uno de esos acostumbrados periodista de ese programa dominical limeño, cuya palidez de la piel no se igualaba a la palidez dejada por ese limitado sentido de observación cuando en una visita a la ciudad china de Shanghái y después de recorrer la zona de los rascacielos, se le ocurrió la idea de mostrarnos sus barrios pobres. Cuando llegó a una casucha de madera, mi sorpresa fue grande al ver, no la amabilidad de esa humilde familia anfitriona, si no que cuando estos le mostraban la habitación de la mayor de sus hijas, observé que poseía una computadora conectada a internet.
Obviamente que para el despistado periodista este hecho pasó totalmente desapercibido como que también pasó desapercibido en el Perú la noticia de cómo aquel país escandinavo obligaba a las empresas de telecomunicaciones que operaban dentro de su territorio a ampliar el servicio de internet a toda su población.
Desde esta humilde tribuna abogamos porque la tropelía de este contrato acabe y con él, vuelva la dignidad (si es que algún día la tuvo) al consumidor peruano.
En el mundo existen numerosas empresas de telecomunicaciones y algunas son mucho más importantes y eficientes que la española, de eso estamos seguros, y creemos también que en las actuales condiciones no dudarían en invertir en nuestro país, gracias a su actual crecimiento económico.
El Perú ya no está en la misma situación de comienzos de los años noventa, ahora existe otro contexto económico. Ahora si se puede negociar otro tipo de contrato y con otra empresa de telecomunicaciones americana o europea.
Pero. Es que estoy siendo ingenuo. Porque todo esto no se soluciona con elegir lo mejor para las mayorías, no. Estoy seguro que le renovarán el contrato a la misma transnacional y quizás con mejores condiciones con las que ahora cuenta esa empresa. De eso no lo dudamos, porque algunos peruanos son así. Las formas y las conductas se heredan, solo cambian los rostros.
Estas grandes transnacionales saben cómo negociar con los comisionados enviados por estos gobiernos, son conocidos burócratas subdesarrollados que se sientan a firmar estos contratos, esmirriados de amor propio y que poseen un egoísmo y una ambición a prueba de balas, dignos del más miserable muerto de hambre.

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