El Perú es un país muy diverso, en todos los sentidos, desde los
climas, biomas, culturas y sobre todo etnias. Y esto cualquiera se daría cuenta,
solo con salir y caminar por sus ciudades. Hasta dentro de una familia peruana muchas
veces se logra ver estas diferencias de colores y matices.
El mundo también es diverso:somos 7,000 mil millones de seres
humanos con cientos de idiomas, culturas y pueblos.
Dentro de una convivencia democrática sana, debe existir el
respeto y la tolerancia a esta diversidad que es una característica primordial,
sobre todo de nuestra sociedad, pero esto no ocurre así.
Uno de los grandes males de nuestro país es la ignorancia, la incultura, y esto produce al que lo padece enormes prejuicios, supersticiones y estereotipos. Muchos de estos ciudadanos que sufren esta especie de enfermedad endémica cuentan con cierto auditorio sobre todo en países como el nuestro, tercermundistas.
Uno de los grandes males de nuestro país es la ignorancia, la incultura, y esto produce al que lo padece enormes prejuicios, supersticiones y estereotipos. Muchos de estos ciudadanos que sufren esta especie de enfermedad endémica cuentan con cierto auditorio sobre todo en países como el nuestro, tercermundistas.
En un mundo, en este momento, conmovido por los acontecimientos
en Francia, provocados por la intolerancia y los extremismos, los peruanos
debemos entender lo dañino que significa difundir, imágenes e ideas etnocentristas
y aquellos fundamentalismos como los de tipo racial.
La denominada televisión basura peruana hace buen tiempo tiene
como uno de sus programas emblemáticos a “Esto es guerra”. Y nos preguntamos: ¿Quiénes
son los creadores de semejante bodrio?
Pues, una de sus productoras es la señora Mariana Ramírez del
Villar. Con propios méritos –digamos malas artes- ha salido a la palestra, mostrando
su fundamentalismo, aferrada a un odio visceral
en contra de lo multirracial y diverso: Este radicalismo lo justifica con “fórmulas
exitosas”, escéptica del daño que hace al resto difundiendo el racismo por las
pantallas. Sorprende, siendo hija de un nacido en Arequipa, tierra orgullosa de
su mestizaje.
Es que es cierto, existe un grupúsculo, bárbaro e ignorante que maneja
la televisión peruana, que le importa un huevo de pato el resto, pero, nadie puede detenerlos –ni siquiera las buenas
intenciones de algunos ni las leyes-, son gente mala, que por el afán de lucro
difunden con ventilador los prejuicios raciales para que el peruano involucione
en caos. Y todo este atropello ya está dando sus frutos, cuando unas madres y
sus hijos –así de idiotas como para seguir ese programa- se indignaron el otro
día, ante el maltrato y desencadenaron
esa violencia, una violencia que siempre aparece con el racismo y la
discriminación.
La señora Mariana Ramírez del Villar en su programa “Esto es guerra”
ha volcado una especie de guerra étnica de superioridad racial en contra de la mayoría
de peruanos, se aprovecha de ese telespectador vulnerable y les da lo que quieren,
haciendo el triste papel de proveedor de adictos. Ella y su equipo, no sé a
saciado con ese libreto decadente que descarría a la juventud peruana con su racismo, porque, ahora, amenaza a los más
jóvenes con su “Esto es guerra teens”.
La adolescencia es una edad crítica en el desarrollo del ser
humano, en este periodo este joven homosapiens busca modelos de conductas, que
al encontrarlos, mal o bueno, influenciaran en su pensamiento y acciones, y lo
llevaran por el resto de sus vidas.
Los adolescentes como menores de edad deberían ser protegidos por el estado, pero, parece que
ahora serán presa fácil de las malas intenciones de estos grupos intolerantes.
En el mundo el racismo y los fundamentalismos siempre han provocado
violencia y nuestro país no es ajeno a ello. Lo más terrible, es que existen
peruanos que lo difunden impunemente.
Una sociedad peruana pacífica será más tolerante y respetuosa con
su diversidad, y personas como la señora Mariana Ramírez del Villar no
colaboran con esta intención de poner un granito de arena para construir esa paz
en nuestro país. Una forma sería mostrando una televisión peruana real, sana, con
sus verdaderos y variopintos rostros.
La madre de “Esto es Guerra”, la señora Mariana Ramírez del
Villar, debería dejar el conformismo de
las formulas supuestamente ganadoras y atreverse a ser pionera en algo. Una
forma sería, enseñando al peruano que
forma parte de un país diverso y multicultural, y esto, siempre formará parte
de nuestras principales riquezas.