miércoles, 19 de diciembre de 2018

Cerro Verde y las navidades sin lluvia



Si algo recuerdo de las navidades que pasé en mi niñez, durante la década de los setenta, es que esas noches buenas y veinticincos de diciembre  eran días nublados, fríos, lluviosos y con  olor a tierra mojada; es verdad, antes, las precipitaciones pluviales eran  más intensas sobre la ciudad de Arequipa.
Ahora es distinto, porque durante estas fiestas el cielo se mantiene despejado y el calor infernal derrite y sofoca, asfixiando cualquier recuerdo cuando el periodo de lluvias comenzaba en el mes de diciembre. Hoy, a duras penas,  cae unas cuantas gotas en enero o tenemos tres días de lluvia torrencial en febrero o marzo y el resto del año el cielo arequipeño se mantiene tan despejado y seco como el mismo desierto de Atacama.
Bueno, es cierto que este lugar siempre ha sido árido, solo que estas tierras calcinadas se daban un respiro con el periodo de lluvias, tan esperado desde siempre por el arequipeño.
A este problema no le tomaba mucha importancia  porque creí que era consecuencia natural del cambio climático o de un proceso de desertificación, era lo que creía, hasta que leí cuantos millones de dólares perdía la minería a tajo abierto cuando dejaba de  extraer o trabajar  un solo día de lluvia.   Y ahí no quedó la cosa, porque mi preocupación aumentó aún más, cuando me enteré que existían tecnologías que podían ahuyentar las lluvias, uno de esos métodos se aplicó en Moscú-Rusia la mañana del 9 de mayo del 2016 en el desfile por el día de la victoria. Desde temprano se pronosticó sobre la ciudad copiosas lluvias y las autoridades enteradas del fenómeno y sabiendo que el mal tiempo  desluciría esta importante celebración nacional, se vieron en la necesidad de esparcir en avionetas compuestos químicos sobre la atmosfera de esa capital euroasiática,  provocando que ese día transcurriera sin ningún contratiempos y con el cielo completamente despejado y un sol radiante.
Este método denominado 'siembra de nubes' que se conoce desde la década de 1940 modifica el clima, intentando cambiar la cantidad o el tipo de precipitación que cae de las nubes mediante la dispersión de sustancias en el aire. El químico y meteorólogo estadounidense Vincent Schaefer inventó esta técnica.  Y hoy lo utilizan en el mundo no solo los estados que cuentan con esta tecnología sino también las grandes empresas que se dedican a la extracción de minerales.
No soy mal pensado ni tengo nada contra la minera Cerro Verde, pero, quién me asegura que esta empresa no esté utilizando estos métodos sobre el cielo de Arequipa.  
El incremento de la producción de cobre de los últimos años, la ampliación de sus instalaciones convirtiéndolo en uno  de los asientos mineros más grandes a cielo abierto de América y el mundo,  ha coincidido también, con el declive de las precipitaciones pluviales sobre  la ciudad de Arequipa.
Es difícil no desconfiar en la minera Cerro Verde que está a menos de cinco kilómetros de la ciudad de Arequipa, sobre todo cuando observamos el “mal trato”, la mezquindad y la inquina que tiene sobre la población arequipeña. Ante esta realidad, no esperamos nada bueno de parte de este hostil vecino.
Se acerca otra navidad más y parece que será igual de calcinante, sedienta e irrespirable que todos estos años en que ha ido crecido la minera Cerro Verde. 

domingo, 16 de diciembre de 2018

Llica y los derechos de autor



Ahora que lo recuerdo, tenía un gran parecido con el señor Burns,  aquel  personaje de los Simpson. Enseñaba la asignatura de Educación por el Arte  y no pasaba ni un solo día en que no nos recordara que su  apellido Centi era de origen italiano.  Si bien nos aprobó el curso por comprar su libro, no dejaba de ser un repulsivo racista. Sus prejuicios lo cegaban a tal punto  que lo hacía ver  como el más cerril e ignorante, una vez, llegó a asegurar que la ciudad de Arequipa se encontraba en la costa, y se mostraba seguro y obstinado en su afirmación, a pesar que  tenía a sus espaldas el mapa de Javier Pulgar Vidal en donde se veía claramente que esta urbe con sus 2,335 m.s.n.m., se situaba  iniciando  la región quechua.
Era soberbio y déspota  a extremos y renegaba contra toda aquella persona que usara polleras o tenga aspecto de indio, era un insufrible fascista seguidor de Mussolini  y extraviado en medio de los Andes, un  desquiciado, martirizado hasta sus últimos días por vivir en una ciudad andina que hasta el final no quiso aceptarlo, como muchos por aquí.
Es que la ciudad de Arequipa es andina por donde la mires, a pesar de su centro histórico que aún conserva ese distante y obsoleto hispanismo. Y justamente, ese carácter andino, se mostró  en las últimas elecciones regionales.
Esa mañana el muro que está al costado de ese mal hecho “bye pass”  construido por el ex alcalde Zegarra con dinero de la minera Cerro Verde, amaneció con una enorme inscripción que decía: “LLICA”.
Ya habían pasado unos meses desde que nos cancelaron el programa de radio, seguramente por despotricar en contra de la iglesia y sus monjes, no recuerdo bien, pero, de todo lo que dijimos en ese programa durante los nueve meses que existió, cuando había la oportunidad, con evidencias, mostrábamos que la cultura andina peruana, oriunda, autóctona, nativa, etc., no tenía nada de inferior cuando la comparamos con la hispana y que los prejuicios en contra de los apellidos andinos no tenía razón, ya que para un peruano llevar un apellido indígena, andino u originario peruano debería ser motivo de orgullo.  Parece que todo esto caló hondo en muchos,  sobre todo, en aquellos políticos que quieren salir de lo común. Fue lo primero que pensé cuando vi esa inscripción en aquel muro. Luego lo corroboré en un diario local, en una entrevista del ex alcalde de Caylloma, cuando afirmaba que sobrepuso su apellido quechua Llica sobre el hispano Cáceres porque se sentía más identificado con lo andino.
Para desprestigiar a alguien en este país o te acusan de maricón  o de lo contrario de violador, y fue lo que pasó con Cáceres Llica en esta última campaña electoral, así que no caeremos en lo mismo, solo trataremos de ser objetivos.
Cáceres Llica ganó estas elecciones regionales porque supo aprovechar su origen andino que es el de la mayoría de la población en Arequipa y en el resto del Perú.  
No solo resalto su apellido quechua sino que aprovecho uno sus debates para revalorar al puma, desconocido para la mayoría de arequipeños que es propio de la fauna local, y  que nosotros, hace algunos  meses, ya lo habíamos afirmamos, que el verdadero “León arequipeño” no era ese africano que muestra constantemente el confundido FBC Melgar, sino, ese puma andino, y  esto, debería de difundirse y revalorarse en la ciudad blanca. 
En ese debate, parece que Llica escuchó este clamor y cuando estaba acorralado por los ataques del contrincante, no tuvo mejor idea que poner en la mesa de discusión el tema del gran felino arequipeño, dejando a Ísmodes y a toda su prensa como ignorante y prejuiciosa.
Por estas razones se produjo el triunfo de Elmer Cáceres Llica.
A pesar de haber tenido una intrascendente gestión como alcalde provincial de Caylloma, tuvo la inteligencia de seguir estos consejos, lo cual le ayudaron para obtener la victoria.
No cobraremos derechos de autor ni mucho menos, pero es una realidad que cuando uno rescata en el Perú estos aspectos milenarios el triunfo les estará siempre acompañando, sobre todo en política.
La coca nos dice que Elmer Cáceres Llica, una vez en el sillón de gobernador de Arequipa, tendrá dos caminos, uno predecible y esperado por muchos,  el que igualará en inoperancia y torpeza  a la saliente ex favorita de los magnates de la política local, el de los escándalos y ritos demagogos y frívolos, saturado de persignaciones, rezos y sacrificios a los apus, nepotismo y enriquecimiento ilícito.
El otro camino es de asumirse el reto del líder andino, obrando con lucidez y reciprocidad milenaria con las mayorías, es la senda del estadista, es que el sur esta agitado, es como si estaría aún vigente el aliento del gran Andrés de Santa Cruz  cavilando para que renazca ese estado sur peruano y esa Confederación que nunca debió extinguirse.

martes, 4 de diciembre de 2018

Imbecillus



Desde que aparecieron en el Perú, aunque pasen  los siglos, este tipo de gente se recicla y permanece.
Son huachafos y degradados como los más salvajes corruptos que pastean tercos su decadencia.
Cargan las andas de cuanto cristo le pongan al frente solo por política.
Es que seguro de niños alguien les dijo que deberían ser pendejos y que no sean cojudos para que así tengan “plata” y poder.  Es que siempre fue así. No lo dudaron porque la mayoría hacia lo mismo o por lo menos se dejaron influenciar. Y los cojudos no midieron las consecuencias ni buscaron el equilibrio, devastando a sus propias proles y al país mismo.
Son degradados porque a pesar de ser cholos, indios o "chinos" con pelos lacios y ser originarios de algún lugar de los Andes dicen, en pleno siglo XXI, que son de Camaná o algún otro lugar de la costa peruana para  que los confundan y los ubiquen dentro del grupo de criollos, blancos o descendientes de hispanos y se vuelven –como era lógico- enemigos de su propio país, o sea, de todo lo andino.
Y esto les lleva inclusive, y aberrantemente, a discriminar a su propio hijo por el hecho de haber nacido más osco que el resto.
Son tan huachafos que algunos han colocado la palabra “De” delante de su apellido para que suene más aristocrático y colonial. Es decir, están sumidos en la Edad media con ese pensamiento desmedidamente rural de castas y toda esa ridícula cojudez de otros tiempos.
Piensan que pertenecen a una raza inferior y dañada por eso viven con la sola esperanza de algún día "mejorar su  raza". Ya que carecen de sentido de pertenencia con lo peruano, como políticos siempre serán unos topos apátridas.
Son el típico y moderno peruano arribista  que abundan en las listas de esos conocidos y exclusivos clubes de las ciudades más importantes.
Son copia fiel de sus abuelos y bisabuelos o de sus mentores, con nombres de Riva Agüero, Prado, Leguía o Billinghurst.
Se envalentonan pero son “mantequilla” y los más "gallinas" porque nunca  ganarían  una guerra porque carecen de convicción, ideales, identidad étnica o de nación. Viven en el limbo de falsear sus personalidades.
El otro día uno de ellos escribió que iría a Lima a defender a su amigo que estaba pasando por un mal momento porque afirmaba que lo estaban persiguiendo, tremenda injusticia.
Ahora está más preocupado todavía porque a su "compadre" -supuestamente- “perseguido”,  no le dieron ese tan anhelado asilo.
Deberían dejar esa adolescencia perpetua a la que han sido condenados y madurar e interiorizar conductas y valores de su verdadera nación milenaria, dejar de ser el principal obstáculo para que nuestro país y nuestra sociedad mejore algun día. 

martes, 13 de noviembre de 2018

Califas y taifas en el Perú



Que visite al Perú Felipe VI , el actual rey de España,  no es raro, ya que ese país tiene importantes inversiones en nuestro territorio. Son ineficientes y cochambreras, pero ahí están sus empresas contribuyendo en algo con nuestro desarrollo.
Como ya dijimos, que visite nuestro país no resulta extraño, lo preocupante es que haya incluido  dentro de su tour al Palacio de justicia peruano; ahí, todo esto, se torna nada grato.
Ahora que se respira vientos de cambio y una atmósfera más sana,  en donde,  la justicia lorcha está dando una imagen de autonomía y mejora, y que no solo fortalece a esa institución, sino que, a todo un Perú que intenta  afianzarse como una democracia respetable, no es una buena señal que un  personaje tan rancio y discutido sea visto paseando  por sus pasillos.
Es que Felipe VI no se puede apartar de esa  imagen  tirana y represora que lo acompaña como sombra y que preocuparía a cualquiera que cree firmemente en la libertad de expresión y la  libre determinación de los pueblos.
No es una visita grata y ahora paso a explicar el por qué.
Primero, porque antes de coronarlo rey, el pueblo español exigía una consulta para ver si continuaba o no dicha monarquía; a pesar de ello, ese régimen hizo caso omiso a ese pedido justo y democrático. Y, mientras, coronaban al nuevo rey, afuera de ese palacio, los gritos de muchos españoles exigían  el fin de ese régimen heredero del franquismo. Fue tan violenta la represión, que varios jóvenes terminaron con las cabezas rotas y muchos de ellos detenidos.
Ahí no acabaron estas demostraciones de poder absoluto de este régimen que no parece occidental, sino, más bien, se  asemeja al accionar de un “califato”  o una “taifa” déspota, pero, ahora incluido dentro de la Unión Europea.
El nuevo rey, ni bien terminó de asumir su cargo, su primera gran tarea   fue solucionar  el referéndum independentista catalán, un pueblo que solo quería ejercer la libre determinación, ese principio jurídico que hizo posible el nacimiento de nuestro país hace casi doscientos años. De ese derecho, no pueden gozar hasta  este momento los catalanes.
No hubo dialogo, todo lo contrario, la represión fue el principal argumento  que aplicó Felipe VI para solucionar ese problema.
El  regreso de medidas, personajes y grupos franquistas;  la detención de pacíficos cantantes por el solo hecho de exigir libertad de expresión en sus letras, nos recuerdan a esas caravanas de la muerte de Pinochet  y, sin lugar a dudas, desacreditan a la actual monarquía española, mostrándola  desfasada y anacrónica, cuando  eligen la violencia, la censura y la represión para tratar los principales problemas de ese país.
Claro, que aquí, existe gente, que se siente cómoda con este tipo de pensamientos y actitudes, y a muchos de ellos los encontramos en el actual Congreso fujimorista, y fue ahí, no era para menos, donde Felipe VI fue agasajado y condecorado con mayor fervor.
La república española fue producto de un desarrollo histórico espontaneo y natural y fue cortado de forma abrupta por el régimen franquista y a pesar del periodo de  transición y su intento de presentarse como moderno y democrático, no podemos negar, que todavía guarda manifestaciones de ese pasado régimen tirano y, esto, siempre será una "mala hierba" para toda aquella Hispanoamérica que busca fortalecer  y hacer sustentables sus distintos  regímenes democráticos.

domingo, 11 de noviembre de 2018

El gigante parapléjico



Arequipa, setiembre del 2008.
Mientras leía que la quiebra del Lehman Brothers estaba fuertemente asociada a una terrible crisis inmobiliaria que estaba golpeando a los Estados Unidos de Norteamérica, y con  lo cual, los mantendrían ocupados por algunos años;  a miles de kilómetros de ahí, en Sudamérica, fueron  apareciendo  regímenes con una distinta línea política a la de Washington, uno de ellos fue Brasil.
Fue durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva que  ese país, en el ámbito internacional, se mostró como una verdadera potencia mundial. La firma de convenios con Irán, sus estrechas relaciones con los países que integran el BRICS, le creó una sorprendente imagen de autonomía.
Fortaleza, prosperidad y millones de nuevos pobladores engrosando la clase media, fueron  razones para considerar al Brasil como un real  hegemón emergente;  inclusive hasta se hablaba de la aparición de una desconocida arrogancia carioca.
Era para no creerlo, era un sueño utópico hecho realidad. Una potencia mundial nacida en estas regiones tropicales casi siempre caracterizadas por ser bárbaras, caóticas y perezosas.
La novela mediocre  por fin iba tomando un rumbo de final feliz.
Pero era mucho pedir para la realidad sudaca.
Finales del 2016.
El presidente Barack Obama anunciaba que la crisis norteamericana había finalizado,  coincidentemente, alrededor de aquel titular, las noticias e imágenes  sobre una  serie de protestas del tipo Maidán  se habían propagado por  Río, Sao Paulo, Recife, Porto Alegre, Manaos, opacando lo que debería ser el prestigio global que significaba   organizar el Mundial de fútbol y las Olimpiadas. El costo de vida y los precios se dispararon y el desempleo cundió por todas partes.  Y como si esto no fuera suficiente, cae sobre su territorio la siguiente plaga, el llamado virus de zica.
De pronto los brasileños olvidaron que son una potencia en crecimiento, de pronto olvidaron que lo estaban logrando por sus propios medios, de pronto los brasileños estaban seguros que vivían en el peor país del mundo.
Y para coronar esa lista de  penosos sucesos, desde los EEUU eclosiona el escándalo de Odebrecht, la principal trasnacional carioca y, junto a ella se sienta en el banquillo de los acusados toda esa ilusión frustrada.
La california brasileña no se concretó y la carretera transoceánica fue un fiasco.
Arequipa, 8 de noviembre  del 2018.  
Mientras ojeaba  el diario El Pueblo convertido por su actual director en un pasquín racista, casi nazi y enemigo del sentir mayoritario de los arequipeños, con grandes letras me entero sobre el triunfo de Jair Bolsonaro en las últimas elecciones brasileñas.
Un pueblo desmoralizado, después de recibir tantos golpes,  como en su momento, también estuvieron  los alemanes cuando votaron por Hitler, o los peruanos cuando eligieron a Fujimori.
Esas poblaciones padecen de los mismos síntomas.  Desesperados y hartos de su clase política y de un sistema democrático vulnerado y criticado eligen a este tipo de personajes: caudillos ágrafos, violentos líderes negativos, con un discurso basura pero que encandila  a  los oídos desesperados,  y una vez en el poder no necesitamos tener un oráculo para saber lo que harán.  
Destacados alumnos de esa escuela fueron Videla y Galtieri que destruyeron a la Argentina, ahora sigue Brasil.
Echar abajo al país que gobiernan es su principal objetivo. No lo digo yo,  lo dice la historia. Y en el Perú este tipo de tragicomedias  aún no se ha terminado de escribir, porque por ahí  están cebando a  Antauro Humala.

viernes, 12 de octubre de 2018

El alcalde de la prensa basura



Lima es una ciudad sin identidad con habitantes disgregados, condenados a sus desechos, al caos y la violencia.
Sus elites se odian entre ellas y odian a sus vecinos, además de ser poco lucidos y  viciosos, se muestran  exageradamente  fundamentalistas religiosos.
Ante esa marcada falta de sentido de pertenencia por carecer de un coherente  rasgo cultural  que los una, mientras en Santiago de Chile escavan en su plaza principal en búsqueda de su primigenia fundación inca, Lima (cuyo nombre derivada del quechua Rimac)  y sus gentes en su lerdo menosprecio al suelo andino que pisan, se han creado identidades extrañas como creerse unos salseros afro caribeños a orillas de la nublada y fría corriente de Humboldt.
Justamente, esa animadversión a todo lo andino los ha vuelto necios y bobos llevándolos  a auto flagelarse cuando de elegir autoridades se trata, arrastrando con ellos a todo el país por ser la capital  y porque su población conforma la tercera parte de los peruanos.
Son alrededor de diez millones que viven dentro de un espacio que es casi menos de las dos terceras partes de la mancha de cemento que forma Melbourne, ciudad australiana que cuanta con  menos de la mitad del total de población de la urbe limeña. Ese hacinamiento es el principal causante de todo ese incontrolable caos, corrupción y  violencia en la que se encuentran sumidos.
Esa idiosincrasia se hizo presente en sus votantes este último domingo  día de las Elecciones Municipales, porque cayeron como moscas a  la manipulación de esa TV basura del cual son muy adictos.
Esos medios en una  sutil campaña publicitaria catapultaron  en las preferencias  a un desconocido candidato. De un momento a otro, el rostro de Jorge Muñoz fue apareciendo  en las pantallas de TV acompañando el desayuno, los almuerzos  y la cena de los capitalinos.   Salía en cuanto programa había. En la publicidad, dando entrevistas, mostrándose en actos de heroísmos, en bailes o “contándose” hasta un chiste.
Y  ese bombardeo fue mayor el último domingo día de la elecciones, porque el careto de Muñoz apareció  desayunando desde temprano, y los conocidos rostros de esa TV basura mencionaban su nombre a cada momento pero muy sutilmente, mientras los electores limeños se alistaban para ir a sus distintos locales de votación. 
El resultado era previsible, esos miles de indecisos al final se decidieron por el candidato acciopopulista.
¿Y por qué esta “prensa basura”  apoyó  a Muñoz?
Simplemente, porque de no apoyar a Jorge Muñoz el seguro ganador hubiera sido Belmont, y eso era muy peligroso. Es que el  “hermanón” estaba representando  al  símbolo de una agrupación política que  en las pasadas Elecciones Generales  dentro de su plan de gobierno  propusieron ideas modernizadoras y vanguardistas para muestro país como el federalismo y la  separación estado-iglesia. Un triunfo de Belmont en estas elecciones municipales hubiera significado colocar al partido político Perú Libertario como una opción seria para las próximas Elecciones Generales en el 2021. 
Por estas razones esos grupos que mueven los hilos en el país eligieron rescatar de ese polvoriento ataúd a Acción Popular.
¡Gracias “prensa basura”!  ¡Gracias nuevos oligarcas por elegir la torpeza del pasado siglo XX!  ¡Gracias por este tercermundismo!  ¡Muchas Gracias!

Operación victimizando a Keiko




El juego continua, y los protagonistas siguen siendo los mismos, la ralea Fujimori,  dueños y señores de esta chacra construida por su fundador Alberto Kenya y Montesinos, y heredada por unos pupilos muy bien concientizados, amparados y protegidos por los grandes oligarcas  enriquecidos cuando  Alberto Kenya  les cedió los medios de comunicación (móviles e internet) y sobre todo las minas más ricas de la comarca  a precio de oferta con sus privatizaciones en la década de los noventa.  
En lo que va del año esta nueva pieza ramplona  comenzó con  la anulación del indulto a Alberto Fujimori, luego que el juez a cargo del caso ordenara su ubicación y captura, al exdictador no lo regresaron al penal de la DIROES  sino que se lo llevaron a una exclusiva clínica privada porque coincidentemente su salud había empeorado.
Luego de levantarse el telón para el segundo acto, como la obra era mala, los guionistas dejaron mostrar sus verdaderas intenciones.
La primogénita y heredera del ex dictador que durante su cleptócrata régimen desparecieron seis mil millones de dólares, de pronto, es detenida y las imágenes que se muestran de ella son  más  lejanas y borrosas como si fuese un  vídeo casero de un supuesto UFO.
Ni Mónica Delta ni el tipo con cara de cura que para con esa chiquilla con peinado de morticia y con lentes de contacto verdes se atrevían a mencionar la palabra  “detenida”, “presa” o “prisionera”, o cualquier término que pueda dañar  la imagen de semejante dama y señora.
Pero el acto terminó mal porque la protagonista no es buena intérprete, no tiene mejor forma de calmar su tedio que tomándose  un selfie con las personas que, supuestamente, la arrestaron.  
Mientras todo esto se desarrolla, detrás de bastidores, se utiliza la labor del congreso no para dictar leyes que beneficien a los peruanos sino para menesteres individuales  al querer dictar aquellas leyes que puedan liberar nuevamente a  Alberto Kenya.
Los oligarcas no confían en esta democracia si esta no va acompañada del nombre Fujimori.
Esta democracia solo puede existir siempre y cuando exista esta familia, para lo cual,  pondrán congresos y presidentes y jugaran con la población y si en esa pantomima hay que ir a prisión unos días, pues habrá que hacerlo, porque esto al final te servirá para algo, sobre todo, para verte como víctima y vulnerable y así quedar expedita y con nuevos bríos para seguir manejando al Perú, que no es de ellos ni de sus oligarcas sino de los restantes treinta millones.   
Y si quieren hacernos creer que ese referéndum cambiará algo de esto, pues la primera pregunta debería ser,  si se cambia la constitución o no, ya que fue hecha en una dictadura , en un régimen ilegal y, la familia del que lo creó sigue teniendo el dominio sobre esta especie de Terra nullius.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...