viernes, 12 de octubre de 2018

El alcalde de la prensa basura



Lima es una ciudad sin identidad con habitantes disgregados, condenados a sus desechos, al caos y la violencia.
Sus elites se odian entre ellas y odian a sus vecinos, además de ser poco lucidos y  viciosos, se muestran  exageradamente  fundamentalistas religiosos.
Ante esa marcada falta de sentido de pertenencia por carecer de un coherente  rasgo cultural  que los una, mientras en Santiago de Chile escavan en su plaza principal en búsqueda de su primigenia fundación inca, Lima (cuyo nombre derivada del quechua Rimac)  y sus gentes en su lerdo menosprecio al suelo andino que pisan, se han creado identidades extrañas como creerse unos salseros afro caribeños a orillas de la nublada y fría corriente de Humboldt.
Justamente, esa animadversión a todo lo andino los ha vuelto necios y bobos llevándolos  a auto flagelarse cuando de elegir autoridades se trata, arrastrando con ellos a todo el país por ser la capital  y porque su población conforma la tercera parte de los peruanos.
Son alrededor de diez millones que viven dentro de un espacio que es casi menos de las dos terceras partes de la mancha de cemento que forma Melbourne, ciudad australiana que cuanta con  menos de la mitad del total de población de la urbe limeña. Ese hacinamiento es el principal causante de todo ese incontrolable caos, corrupción y  violencia en la que se encuentran sumidos.
Esa idiosincrasia se hizo presente en sus votantes este último domingo  día de las Elecciones Municipales, porque cayeron como moscas a  la manipulación de esa TV basura del cual son muy adictos.
Esos medios en una  sutil campaña publicitaria catapultaron  en las preferencias  a un desconocido candidato. De un momento a otro, el rostro de Jorge Muñoz fue apareciendo  en las pantallas de TV acompañando el desayuno, los almuerzos  y la cena de los capitalinos.   Salía en cuanto programa había. En la publicidad, dando entrevistas, mostrándose en actos de heroísmos, en bailes o “contándose” hasta un chiste.
Y  ese bombardeo fue mayor el último domingo día de la elecciones, porque el careto de Muñoz apareció  desayunando desde temprano, y los conocidos rostros de esa TV basura mencionaban su nombre a cada momento pero muy sutilmente, mientras los electores limeños se alistaban para ir a sus distintos locales de votación. 
El resultado era previsible, esos miles de indecisos al final se decidieron por el candidato acciopopulista.
¿Y por qué esta “prensa basura”  apoyó  a Muñoz?
Simplemente, porque de no apoyar a Jorge Muñoz el seguro ganador hubiera sido Belmont, y eso era muy peligroso. Es que el  “hermanón” estaba representando  al  símbolo de una agrupación política que  en las pasadas Elecciones Generales  dentro de su plan de gobierno  propusieron ideas modernizadoras y vanguardistas para muestro país como el federalismo y la  separación estado-iglesia. Un triunfo de Belmont en estas elecciones municipales hubiera significado colocar al partido político Perú Libertario como una opción seria para las próximas Elecciones Generales en el 2021. 
Por estas razones esos grupos que mueven los hilos en el país eligieron rescatar de ese polvoriento ataúd a Acción Popular.
¡Gracias “prensa basura”!  ¡Gracias nuevos oligarcas por elegir la torpeza del pasado siglo XX!  ¡Gracias por este tercermundismo!  ¡Muchas Gracias!

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