Júzguelo
usted por entero.
La
información más utilizada sobre el fenotipo para la población nacional
corresponde a la «CIA» en su documento: «The world factbook», donde consignan
los grupos (raciales) para el Perú de la siguiente manera: Indígenas 45%,
mestizos 37%, caucásicos 15%, otros 3%.
Observando
los rostros de cada uno de los profesionales que integran el actual gabinete
del presidente Pedro Pablo Kuczynski se nota que pertenecen al grupo de los denominados
caucásicos o sea a ese 15% de la
población del Perú. Salvo una que otra
excepción, esta, casi homogeneidad
“blanca” en un gabinete peruano no se
veía desde los tiempos de la República Aristocrática a comienzos del pasado
siglo XX.
Esto quiere
decir que dentro de todo ese universo de profesionales, intelectuales y demás
gente que con sus estudios y experiencia pudiera aportar positivamente para el
desarrollo de nuestro país y que seguramente lo conforman personas de diferentes
colores y rostros, para la visión de los que nos gobiernan, de todo ese
ejercito de gente diversa y valiosa parece que solo merecen ser convocados
aquellos que tengan características faciales de ese reducido15%. De los treinta millones de peruanos que somos,
necesitan únicamente 4,5 millones.
Sería una deprimente
realidad que PPK gobierne con esa visión
sesgada y anacrónica y que nos retrocedería cien años en el pasado. Un grave
lastre.
Seguramente ahí
encontraremos las razones de las flaquezas de este régimen y el origen de las
torpezas e inhibiciones porque simplemente no estarían los mejores.
A Pedro Pablo
Kuczynski parece que le ha quedado enorme
el cargo que te obliga la banda
presidencial. Su poca lucidez política le estaría pasando factura a él y a sus asesores que no logran simular
las principales vulnerabilidades de un régimen aquiescente con la idea de un país
en proceso de “mexicanización”. Con el perdón a los mexicanos.
Como si fuera
una improvisada gestión que posee la filosofía y la visión que dejó en Centroamérica el
filibustero Walker subestimándonos como
a una pusilánime republiqueta bananera poblada por barbaros fáciles de burlar
y tenernos cinco años en “piloto automático”.
A estas
alturas es necesario hacer un réquiem anticipado a este nefasto interregno.
Para la próxima
vez, necesitamos presidentes con mente más abierta que gobierne sin estereotipos ni prejuicios, uno que
se aleje de la ambición ciega de un trapero y
que posea notorios valores democráticos de tolerancia e inclusión
y no lo que estamos viendo con el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, que deja tristemente una atmosfera racista y excluyente.