viernes, 29 de marzo de 2013

José María “Chema” Salcedo y la generación estúpida


Este periodo o etapa que vive el país, se refleja en el tipo de radio y televisión que se escucha y se observa. Escasea el buen criterio y la lucidez. En su lugar, abundan los ignorantes y limitados, todo tipo de inválidos mentales y  un gran  enjambre de temerosos beatos y lameculos. Se extraña por ejemplo a Hildebrandt. Suena paradójico, que durante  el régimen dictatorial fujimorista, este periodista aparecía con frecuencia en las pantallas de la televisión de aquella época, con presiones de todo tipo, accidentada, pero sus opiniones eran escuchadas en señal abierta por el televidente.  En cambio, ahora, que los peruanos -se supone-  recuperaron la democracia, y se vive en un ambiente supuestamente  libre y de respeto del estado de derecho, el nombre de este periodista está totalmente prohibido en las más importantes cadenas de televisión.
Esta etapa que vive el país ha sido tomada por el conservadurismo el estancamiento intelectual  el letargo y la religiosidad.   La mayoría de los medios de comunicación se han alineado en este sistema y para mantenerlo ponen en las pantallas  a bustos sosos que cubren los más miserables intereses  y las infames expectativas de la tiránica visión de ese  broadcaster,  pero no ayudan en nada para mejorar esta decadente sociedad ni la formación del televidente.
Uno de estos representantes es el periodista José María “Chema” Salcedo. Su vil racismo y huachafo elitismo lo mostró al quitar de las pantallas de la TV el histórico programa "Informalísimo". Cuando tengo la oportunidad de  sintonizarlo, mi tolerancia logra soportarlo no más de quince minutos. Tiempo suficiente como para darme cuenta que estamos al frente de un personaje tan pacato y aburrido que empujarnos el espacio completo sería como el suplicio de toda una liturgia.
Como aquella vez que tenía de invitado a Mikel Erentxun. Fuera del tema musical y farandulero que era obvio, tenía que tocarlo. Uno, esperaba preguntas mucho más interesantes -por no decir inteligentes- como: la realidad española vista desde un vasco o tocar el tema de la autonomía. En realidad, asuntos que despierten la cognición del televidente. Pero no, el conocido periodista, más se dedicó a ventilar por las pantallas su rebuscado origen vasco, a cada momento repetía que como su entrevistado también corría sangre vasca por sus venas. Digo, en un país de mayoría indígena y mestiza y sabiendo que sus rostros están prohibidos en la televisión racista, redundar sobre estas costumbres en ese momento rallaba casi el ridículo.
Otras veces lo hemos escuchado más  insoportable aun, sobre todo cuando hace de un improvisado sacerdote, mostrando su fundamentalismo religioso casi como el más virginal de los curas. Sus opiniones nunca salen de lo mohoso y conservador. Pareciese que si se asomara en su delante  una vagina, el pobre, aterrado se apartaría a un rincón del edificio y se azotaría, porque, sus puras pupilas cometieron el semejante pecado de mirar aquellas imprevistas y  lascivas tentaciones.
Tanto conservadurismo y religiosidad,  solo nos recuerda a la época de los años cincuenta. Como el más torpe de los crustáceos, hemos retrocedido culturalmente  más de medio siglo.  Porque, los que colocan el menú de los píos corderos han elegido el conservadurismo antes que la libertad de que el pensamiento del ser humano avance y evolucione.  Porque, todas esas ideas, como se practican, comúnmente en nuestra sociedad,  son limitadas o prohibidas en Singapur. Es la triste realidad. Este crecimiento económico nunca traerá un desarrollo verdadero a nuestra sociedad.  Porque todas esas ideas y conductas  que desencadenaron la desigualdad y la posterior violencia de los años ochenta, hoy se han reverdecido como la más mortífera planta venenosa.
Pasará  esta etapa de buen  precio de nuestros metales, luego vendrá la siguiente de esta conocida paramnesia peruana.  

miércoles, 13 de marzo de 2013

La revocatoria y el espíritu limeño

Las gentes que habitan una determinada urbe, desarrollan ciertas particularidades que se irán constituyendo  con el tiempo en  su sello personal, siendo una especie de  distintivo de toda su población. Así se formó ese aire cosmopolita y de apertura del neoyorkino o el apego de acoger la literatura de otras culturas que tiene el parisino.
Esa  malsana  humedad y su insufrible cielo gris junto a la aridez de sus alrededores va influir mucho a sus pobladores  y el hecho de que sus fundadores  procedían de una patria que los  marginaba por ser mozárabes pobres y oscuros, hizo de ellos, seres podridos en complejos de inferioridad. Estos orígenes bárbaros de los fundadores de Lima les crearán miedos y traumas, marcándolos para siempre, una de esas heridas serían los prejuicios raciales, látigos que ellos conocían muy bien por ser mestizos de sangre mora.
El desenvolverse entre la inmundicia y con los peores  proscritos les fue moldeando  como los mejores discípulos en el robo y la falta de honor y dignidad.
El analfabetismo e ignorancia les produjo muchos temores y supersticiones cayendo por estas razones vulnerables en las manos del fanatismo irracional de la religión católica.
Sus recelos hacia el mundo  andino y su sabiduría hicieron de ellos abrazar los compases africanos y esa violencia furtiva de marginal  ensombrecería siempre sus acciones  llenándoles de cobardía. Estos fueron los principales ingredientes que formaron el espíritu limeño heredado de sus  fundadores que  tuvieron también estos apellidos. Aunque por vergüenza algunos lo callan.
Ese particular espíritu significó, en cierta forma, el origen del triste final que encontraron estos y con los siglos, para mala suerte, del resto de peruanos, estas innobles enseñanzas se propagarían  como uno de los peores males por toda la ciudad y el resto del país.
Hasta mediados del siglo XX  gracias al aislamiento que ella misma se había impuesto frente al  interior,  todas esas boñigas se mantuvieron contenidas dentro de los linderos de esa  ciudad,  pero, con las décadas y el desarrollo de las comunicaciones, toda esa cultura corrupta e improvisada,  llena de egoísmo  y entreguismo y que provocaron la derrota de la Guerra del Pacífico y la reducción de nuestro territorio, gracias a la política centralista del estado se fueron  diseminaron libremente  por el resto del territorio peruano, contaminando a su población con todo ese decrépito espíritu limeño.
Hoy somos observadores una vez más de la insensatez del poblador de la capital de la república, otra vez los limeños se enfrentan entre ellos desperdiciado cuatro años valiosos,  mientras tanto, esa ciudad que posee la tercera  parte de la población del país sigue tomada  por el caos y la delincuencia. Y esta conducta no es de ahora, porque hace más de cien años,  mientras el numeroso  ejército  chileno    desembarcaba en Lurín,  los limeños no idearon mejor defensa para su urbe que enfrentarse entre ellos  en una estúpida guerra civil.
Es de nuevo ese espíritu que caracteriza a la población de  esta gran urbe, son esas particularidades que se fueron instituyendo con los años, adquiridas de sus fundadores cuando  allá por el siglo XVI sin pensarlo Pizarro y sus maneras heredó a la futura población de la ciudad que estaba erigiendo.   
Los resultados de esta revocatoria, será lo de menos. Al final quien salga triunfante no interesa, si es Castañeda, Alan García, Susana Villarán, Lourdes Flores o el fujimorismo. Lo cierto es que la gran derrotada una vez más será  la propia ciudad de Lima,  porque perdió tiempo valioso en discusiones egoístas de grupos que siempre anteponen sus propios intereses por sobre las verdaderas necesidades de esta caótica ciudad.

Y lo más triste de este culebrón es que esta  ciudad llena de gentes insensatas “guían” al resto del país por esas trochas llenas  de incertidumbre y confusión.

lunes, 4 de marzo de 2013

Phillip Butters y el cholo bruto


Los cobardes y crueles de todas las latitudes se parecen mucho. En Argentina, por ejemplo, cuando se les antoja,  protestan en contra de su justicia cuando esta quiere mandar a la jaula a Videla o Galtieri. En Chile, estos,  después de salir sudorosos de la eucaristía y luego de despedirse de sus amigos en ese influyente círculo religioso, en su momento,  se dieron el tiempo de reclamar indignados,  cuando  los ingleses retuvieron por algunas horas en Londres  a Pinochet,  por haber,  desaparecido algún ciudadano  británico en su pasada dictadura.
Hoy,  en nuestro país, que en estos veinte años se ha ido formando  como un espécimen amorfo  hecho  con los desperdicios rescatados de  los servicios higiénicos de Wall Street y los desechos del insignificante capitalismo  que viene desde el Manzanares y el Mapocho. Estos desalmados seres de vez en cuando salen a la palestra amenazando con romperle la cara   cualquiera que ose oponerse a sus ideas, casi siempre, autoritarias y represivas,  porque, desde su abyecta genealogía lo  acostumbraron a ello. Estos medrosos en el fondo son  seres aquejados por los peores males originados por sus patéticos trastornos  que por las noches  les hacen sufrir la terrible pesadilla de amanecer algún día maricón.
En esta tierra de caínes y navajeros y cerriles de todo tipo,  los más abyectos  y violentos son fácil de identificar porque  casi siempre poseen  los mismos distintivos. En su gran mayoría son fervientes católicos y admiradores de aquellos personajes  que  gustan de patear el culo al más indefenso. De estos, los más peligrosos son aquellos que detentan algún cargo importante o influyente, cuando esto sucede,  riegan a la sociedad impunemente con una lluvia de inequidades,  injusticias, abusos e intolerancia, prejuicios y estereotipos. Uno de esos especímenes lo encontramos aquel día jadeante y trastornado esperando las preguntas incomodas del entrevistador.
Aquella mañana, estaba Phillip Butters sentado en ese programa de televisión. La primera impresión que nos dio fue  su aspecto que exageradamente distaba del nombre británico que dieron en  su presentación,  ambos estaban tan alejados étnicamente  como los nuevos apellidos que encontraron los esclavos negros recién desembarcados  en América o como esos millones de peruanos, aculturizados y  con rostros oscos,  llevan  estólidos aquellos motes  como de Del Castillo o  García, cuando en la realidad,  más les correspondería un auténtico Mamani o un Quispe. 
Phillip Butters demostró en esos minutos lo que esconden estas personas. Transpirado y nervioso,   a la primera sensación de amenaza, no agudizaba sus sentidos con mejores argumentos, sino,  le recordaba al que tenía en frente,  su metro ochenta y que con solo una pecheada de su robusto cuerpo podía partirle el alma  a cualquier hijo de puta que se atreviera a discutirle. Esa  violencia al hablar solo es el muro aparentemente infranqueable para que los hostiles de siempre no vulneren sus entrañas  temerosas, delicadas y rodeadas  de femineidad.
Se alinea con lo más conservador, por eso,  la malévola imagen de Cipriani hace de  sumo pontífice en su cosmovisión violenta y tirana. Lleno de contradicciones se tambalea de la mano con Haya de la Torre y su vecindad alanista  y acaricia las axilas del fujimorismo excusándolo  torpemente de sus  excesos antidemocráticos.
Un típico personaje más de nuestra abyecta sociedad, criado en las mejores familias limeñas, juntos con los blandinis y los huevermeyers,  todos cobardes por antonomasia que se orinan ante el chileno o el extranjero, pero, eso sí, los mejores cuando se trata de humillar a la empleada o al  jardinero, sumidos eternamente en ese océano de miedos desde cuando  niños un salvaje a golpe de puteadas les fue moldeando.



domingo, 27 de enero de 2013

Telefónica y La Brea y Pariñas

Nunca el golpe cobarde y abusivo de este gobierno ha tocado tan cerca del hígado del peruano de a pie como cuando se enteró de la noticia que el estado había renovado el contrato por dieciocho años más a la opresiva Telefónica del Perú. Ha sido la mejor distinción para la expoliadora labor de esta empresa que en estas casi dos décadas de funcionamiento ha brindado un pésimo y costoso servicio a los usuarios.


Esta poderosa corporación es la responsable de que en la mayoría de los hogares peruanos se desconozca la telefonía fija, obligando a ese pueblo tiranizado y pusilánime al uso de los nocivos celulares. Además, esta empresa ha estado siempre embarcada en condenar a esos millones de peruanos a girar eternamente en el círculo de la ignorancia ya que por los altos costos que impone al uso del internet hace inalcanzable para un 80 % de la población esa importante herramienta del conocimiento.

Todos los días, con la escusa de “conectar” a los peruanos desde Tumbes hasta Tacna esta empresa atropella los bolsillos de los incautos con tarifas sobrevaluadas y cargos fijos que mengua la alicaída economía de nuestros compatriotas. Han sido dieciocho años en los que ha gozado de un exclusivo monopolio que le sirve para fijar el precio que le da la gana y además le da el poder suficiente como para frustrar cualquier intento de competencia en el mercado, sobre todo, en la telefonía fija.

Los virreyes tiránicos y la censura de la inquisición de la oscura época colonial, han sido reemplazados por este gran conglomerado que no ha asimilado aun sobre el respeto al ciudadano peruano, valiéndose para perpetrar sus abusos de serviles protectores, mercenarios como aquel que vociferaba ese 28 de julio, midiendo alegremente el progreso de la población no con la reducción de su pobreza o el acceso a una mejor educación, sino, estúpidamente, con el incremento de móviles entre los peruanos o como también por aquel ministro andino con cabeza engominada que con voz hosca buscaba incomodo las escusas necesarias como para poder explicar el atentatorio nuevo contrato firmado con esta nefasta empresa, pasando por encima de la opinión pública, resignándolos a morderse los labios de la impotencia y con unas enormes ganas para el desquite.

Los proto indígenas que nombraba “El País” de España, han mostrado su verdadero cariz, mórbido, simple y dócil. Este gobierno de Humala está resultando peor que la de García y Toledo juntos. Siquiera aquellos con sus escándalos y desequilibrios aderezaban algo su entreguismo siguiendo el mismo y mal libreto de lo dejado por el fujimorismo. Pero, este, es peor, ya que no sale de su imagen de busto impuesto y esgrimido.

Pero, no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, estamos seguros de que más temprano que tarde, este atropello, servirá para que algunos peruanos levanten las banderas de la dignidad de nuestro pueblo y harán que esta estratégica empresa deje de menospreciarnos.

Dudamos mucho que Telefónica llegue a cumplir esos nuevos dieciocho años. Será como el problema de La Brea y Pariñas de los años sesenta. Cuando el entreguismo del timorato Belaunde sirvió de escusa para que Velazco terminara el inconveniente de la manera que todos conocemos.

domingo, 13 de enero de 2013

El cholo y el poder del calzón

Nadie es perfecto, y esto, uno lo puede asegurar. Los miedos y los infiernos, aquellos que los tienes bien ocultos, nos hacen aferrarnos a algo o a alguien o en su defecto si no contamos con estos refugios, huimos poniéndonos a buen recaudo, lo más alejado posible de lo que nos atemoriza con la frente bien en alto o quizás con el rabo entre las piernas.

Con aires del cardenal Cipriani o mejor dicho de un general nazi, aparece la jefa, con su clásica pinta de vieja pendeja. Ingresa al auditorio, pedante y acompañada por la trujillana blanquiñosa y culona y más pintada que payaso de circo. Eran las más fieles representantes de que el machismo en este país era simplemente letra muerta. Después de traposear a medio mundo se sentaron una frente a la otra.
La joven norteña, como de costumbre, encendió su cigarrillo, comenzando una tertulia muy particular y que para algunos sería visto como un simple conjunto de chismes.
La más veterana, después de darle también una piteada al mismo cigarrillo, le comentaba:
- La Karin, por fin se había casado.
- ¿Y con quién? Respondió la norteña.
- Con un cholo con mucha plata, como tantas veces lo había asegurado, para que él cojudo le aguante todo.
- Asi es el poder del calzón, hermana, finalizó la más diestra entre carcajadas.

Y es que es cierto, en estas tierras en donde se vive y muere con ciertas peculiaridades ridículas, aquí es norma general y lo sigue buena parte de la población.
En la búsqueda de la pareja, surge entre personas formadas en un fuerte ambiente racista, la costumbre en algunos de presumirse superiores y en otros a gatas soportando una supuesta inferioridad étnica. Unos con un gran complejo de inferioridad aspirarán mejorar su raza a costa de todo y otros con un patológico complejo de superioridad pretenderán que los soporten estoicamente por el simple hecho de tener una piel más clara. Ambas enfermizas formas de ver las relaciones interpersonales en algún momento se encontraran, sobre todo, cuando se busca la pareja ideal.

Mientras ambos caminaban, erguida en soberbia, la mujer blanca y rubia, rezongaba al enorme cholo. Con unos gestos y la mirada que recordaban aquellas nobles señoronas cuando muestran todo su poder humillando con gritos a su insignificante empleada indígena. Pero, ese no era el caso, conforme más nos fijábamos en la escena que se desarrollaba en ese conocido centro comercial, nos dimos cuenta que la victima de toda esa asonada de gritos denigrantes era el marido de esa escandalosa fémina. Un enorme cholo moreno que seguramente por la camioneta y la ropa que llevaba, era uno de esos nuevos ricos producidos por los buenos ingresos que ahora da la minería, pero, que todavía no ha conseguido arrancarse de su mundo interior el enorme complejo de sentirse inferior y que en el afán de removerse la piel oscura y mejorar la raza, tiene que soportar todos los insultos a esa mierda de mujer pálida, por el simple hecho, que la hijaputa, se cree superior a él. Es una guerra solapada, un conflicto que se da en muchas parejas silenciosamente y que con el tiempo, si llegan a formar una familia, seguirán enfermando a esta sociedad putrefacta y salvaje.

Se dice que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, pero, después de ver aquellas escenas en ese centro comercial en donde se observaba a una víctima sometida a una sombra siniestra que probablemente lo sigue a todas partes, porque, la infame adora mas el chicharrón que ahora detentaba ese prospero incauto. Es el poder del calzón del que hablaban aquel par de ruines hembras. Es ese poder que hace de un buen hombre, un “huevón”, por ser la víctima sometida a los designios de alguien que tal vez por lo perversa y ambiciosa, rivalizaría con los demonios mas inverosímiles y como la mejor sabuesa olfatea los billetes de su tonta víctima. Oscura guillotina para cualquiera que intente en algo opacar sus lucrativos intereses, haciendo del mártir enclenque un perpetuo sacrificado y el más conmovedor condenado a unas cadenas que cada cierto tiempo lo vulnera y lo priva.

Después de ver aquellas muy ilustrativas escenas de esa moderna pareja peruana, me preguntaba a que niveles llega el desconocimiento de algunos que por buscar una salida a sus problemas eligen el camino de lo trivial e intrascendente y que no les serán suficiente para lograr la felicidad plena de una persona sana.

domingo, 18 de noviembre de 2012

La Tercera República Española


Después de la tormenta siempre viene la calma, al final del túnel siempre se encuentra la luz. Pareciera trillado este estribillo pero es una completa realidad al ver lo que está sucediendo hoy en España que se debate en la peor crisis de los últimos tiempos. Y cuando esto sucede,  las fuerzas vivas del país se preguntan  sobre las causas que originaron el problema,  y dentro de esta búsqueda,  surge  una autocrítica por lo hecho,  intentando de algún modo,  arreglar lo malo y mantener  lo bueno.
La prensa televisiva peruana, siempre zonza y poco creativa, dentro de esa falencia meníngea,  logra algunos aciertos como retransmitir determinado programa extranjero. Uno de ellos,  justamente, desarrollaba el tema de  la cumbre iberoamericana.  En esa charla,  una lúcida  panelista española,  después de opacar  a  un medroso rioplatense y a un mexicano novicio,  supo finalizar la tertulia afirmando que el alma republicana  estaba renaciendo por estas épocas en la península ibérica. La informada mujer,  recordaba  que la causa del vencido  al final siempre es la más  justa, y  por fin,  los españoles se habían  dado cuenta de ello.
Esta crisis económica va de la mano con la institucional  y según parece indicar para el rey Juan Carlos I,  será su última cumbre iberoamericana.  Después de leer su biografía, qué mejor enterrador  para un  régimen que a través de la historia  siempre  ha buscado el estancamiento de España ayudados por sus apostolados cómplices. El periodo franquista finalizará con él,   y después nacerá una nueva España,  una que se haya desecho de lo formado  en las entrañas de la  dictadura fascista.  Esto,  sería,  -si es que, otra vez,  el destino no juega en su contra-,  el nacimiento de la Tercera República Española. Porque, no hay  familia peninsular que no recuerde algún venerable republicano o falangista,  y como esta panelista decía, siempre hay un abuelo al que se quiere  más y es que el alma de la Segunda República todavía sigue  presente  hoy en día. Y que mejor manera de recordarlo que trasladarnos a esas cándidas e ilusorias épocas de comienzo del siglo XIX, eligiendo como cede de esa cumbre iberoamericana el lugar en donde hace dos siglos se comenzaba a sellar  el fin de un régimen y toda una época. 
Muchas veces en su historia los propios españoles han minado el camino al desarrollo,  como ocurrió con la constitución de 1812. Aquella Carta Magna que iba con la época,  hubiera colocado a  España por la senda del modernismo. Cuánta sangre no se hubiera derramado  en el futuro  si esa constitución hubiera sobrevivido, cuantas décadas no se hubieran perdido. Que sería de España ahora. Pero ese triunfo no ocurrió, porque  una de las monarquías más  torpes  de Europa, fue como en otras ocasiones  la que desechó esa oportunidad. Esa realeza,  hoy parece vivir un capítulo más  de la crónica del comienzo de  una  muerte anunciada hace ya dos  siglos.
Esperamos, que  la lucidez de la mayoría,  logre concluir  este reto  histórico de acabar con una de sus más terribles  taras,  un mal que solo ha traído  un  conservadurismo anacrónico y  esa  permanente frustración que nace  de la derrota constante  y esa decadencia originada por  la  miseria que a  intervalos se han sucedido a través de la  historia de ese régimen.
 Al final,  los propios españoles serán los que determinarán si continúan con una monarquía obsoleta y obstinada en desaparecer  o se decidirán  por la  auténtica  renovación que la historia desde hace doscientos años les está obligando  realizar. 

jueves, 8 de noviembre de 2012

Saludos de un quechua


 
Bueno, para ser honesto, cuando se habla de identidad cultural y digo de aquella que te clasifica dentro de un tipo de etnia o cultura, me pongo a analizar y trato de ubicarme en toda esa variopinta lista que se maneja en la moderna cosmovisión peruana, en donde, encontramos tamaña farsa y vaguedades, desde la terminología que se aplica, caracterizada por ser poco clara, limitándose a lo subjetivo y coloquial, a ser solo blanco o criollo, pasando por lo cholo, negro, indio o mestizo.
Primero, no me considero dentro del grupo de los blancos, tampoco, soy parte del pueblo afroperuano, ni mucho menos soy cholo, mestizo o indio. Y no me considero indio ni cholo porque no me parece coherente llamarle a la etnia o cultura  a la cual pertenezco con el nombre y adjetivo creados informalmente por la visión, cariño o injuria de un extranjero. 
Tampoco me incluyo dentro del grupo de los  mestizos, aunque durante décadas quisieron imponerme ese ambiguo e ínfimo término, porque no creo que esa palabra (mestizo) refleje coherentemente la cultura a la que pertenezco.
El problema está en que al peruano no le gusta llamar a las cosas por su nombre, hay mucho temor, o miedo a hurgar dentro de la verdad, es quizás su parte más vulnerable. 
Es tanto el desconocimiento sobre el tema que los términos utilizados para diferenciar las etnias o culturas que existen dentro de esta sociedad se reduce a lo que se ha venido utilizando de forma vulgar y popular hace casi cinco siglos y nadie  se ha detenido para realizar una clasificación mas real producto de un estudio serio y científico.
Lo que más existe son libros y teorías escritas por gente alejada de la realidad y que se conforma con dejarlo todo como está.
Pero, entonces, ¿Cuál es la etnia o cultura a la que pertenezco?
Después de leer, investigar, analizar y comparar los numerosos términos que utilizamos los peruanos para nombrar lo que entendemos como  etnia o cultura, y sobre todo, después de compararlo  con la cultura dominante criolla-hispana que se viene imponiendo hace cinco siglos, yo me considero Quechua. 
Si me voy a ubicar dentro de una cultura o etnia en el Perú, esta definitivamente sería el Quechua. 
Pero hay que hacer hincapié en algo, cuando menciono cultura quechua me refiero aquella alejada de esos estereotipos plagados de campesinos u otras gentes con su conocida indumentaria impuesta desde la colonia y que ha continuado en la republica criolla, con esos  sombreritos y polleras, o lo que suelen llamar quechua en Ecuador , Perú  o Bolivia. Muy alejado de esta degradada atmosfera.
Es que etnia quechua es más que ese huayno y la cantante vernacular. Cultura quechua es la perfección alcanzada en los tapices Wari, en  lo monumental de Machu Picchu, es la creatividad y organización del inca Pachacutec, y la perseverancia y lucidez de todos aquellos que lograron preservan algo de quechuas desde el identificarse con esta cultura, con este idioma, con sus ideas o los apellidos, aunque castellanizados como Quispe, Vilca, Mamani, etc. 
Está es la respuesta a todo. Porque aceptarte como quechua significa dentro de nuestra memoria intrauterina  mantener viva una cultura y sus conocimientos que abarcan miles de años. Es un resistente orgullo blindado de los malsanos prejuicios que nace de saberse perteneciente a una cultura de un pueblo inteligente, ordenado y disciplinado que construyeron maravillas modernas y estados muy organizados. 
Me incomoda decirlo, pero también me hace poseedor de cierta soberbia que quizás pocos pueblos ostentan, porque en su momento dominamos estos territorios. 
Siento este orgullo férreo e inquebrantable por lo hecho y por lo que somos capaces de hacer, orgullo por esa disciplina innata, el orden y la creatividad desarrollada desde hace miles de años.  Orgullo con bases sólidas y evidencias concretas.
Este es el camino histórico y la razón nos avala, y cuando lo compartimos con alguien, no existe ser consciente y lúcido que logre reunir los argumentos necesarios para hacernos pensar lo contrario.
El gran error de los gobernantes y las élites peruanas, creemos, que ha sido poner otras culturas sobre el quechua, esto le quitó identidad personal a millones de connacionales debilitándoles su autoestima colectiva y esto ha redundado en tantos fracasos históricos.
Quizás, esta autoafirmación quechua lo comenzamos nosotros, pero esto se ha ido multiplicando por el siber espacio a tal punto que en el ultimo censo del 2017  fueron mas del 20% de peruanos que han regresado a nuestra verdadera cultura quechua.
La cultura quechua, durante cientos de años, siempre a sido un factor de cohesión para distintos pueblos y gentes y hoy sigue siendo igual, porque para ser parte de esta cultura no necesitas tener un determinado tipo de rostro ni tampoco un característico  color de piel, porque esto es básicamente cultural.  
Entonces esta claro, ni cholo, ni mestizo, ni negro, ni blanco, quechua es mi cultura.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...