domingo, 18 de noviembre de 2012

La Tercera República Española


Después de la tormenta siempre viene la calma, al final del túnel siempre se encuentra la luz. Pareciera trillado este estribillo pero es una completa realidad al ver lo que está sucediendo hoy en España que se debate en la peor crisis de los últimos tiempos. Y cuando esto sucede,  las fuerzas vivas del país se preguntan  sobre las causas que originaron el problema,  y dentro de esta búsqueda,  surge  una autocrítica por lo hecho,  intentando de algún modo,  arreglar lo malo y mantener  lo bueno.
La prensa televisiva peruana, siempre zonza y poco creativa, dentro de esa falencia meníngea,  logra algunos aciertos como retransmitir determinado programa extranjero. Uno de ellos,  justamente, desarrollaba el tema de  la cumbre iberoamericana.  En esa charla,  una lúcida  panelista española,  después de opacar  a  un medroso rioplatense y a un mexicano novicio,  supo finalizar la tertulia afirmando que el alma republicana  estaba renaciendo por estas épocas en la península ibérica. La informada mujer,  recordaba  que la causa del vencido  al final siempre es la más  justa, y  por fin,  los españoles se habían  dado cuenta de ello.
Esta crisis económica va de la mano con la institucional  y según parece indicar para el rey Juan Carlos I,  será su última cumbre iberoamericana.  Después de leer su biografía, qué mejor enterrador  para un  régimen que a través de la historia  siempre  ha buscado el estancamiento de España ayudados por sus apostolados cómplices. El periodo franquista finalizará con él,   y después nacerá una nueva España,  una que se haya desecho de lo formado  en las entrañas de la  dictadura fascista.  Esto,  sería,  -si es que, otra vez,  el destino no juega en su contra-,  el nacimiento de la Tercera República Española. Porque, no hay  familia peninsular que no recuerde algún venerable republicano o falangista,  y como esta panelista decía, siempre hay un abuelo al que se quiere  más y es que el alma de la Segunda República todavía sigue  presente  hoy en día. Y que mejor manera de recordarlo que trasladarnos a esas cándidas e ilusorias épocas de comienzo del siglo XIX, eligiendo como cede de esa cumbre iberoamericana el lugar en donde hace dos siglos se comenzaba a sellar  el fin de un régimen y toda una época. 
Muchas veces en su historia los propios españoles han minado el camino al desarrollo,  como ocurrió con la constitución de 1812. Aquella Carta Magna que iba con la época,  hubiera colocado a  España por la senda del modernismo. Cuánta sangre no se hubiera derramado  en el futuro  si esa constitución hubiera sobrevivido, cuantas décadas no se hubieran perdido. Que sería de España ahora. Pero ese triunfo no ocurrió, porque  una de las monarquías más  torpes  de Europa, fue como en otras ocasiones  la que desechó esa oportunidad. Esa realeza,  hoy parece vivir un capítulo más  de la crónica del comienzo de  una  muerte anunciada hace ya dos  siglos.
Esperamos, que  la lucidez de la mayoría,  logre concluir  este reto  histórico de acabar con una de sus más terribles  taras,  un mal que solo ha traído  un  conservadurismo anacrónico y  esa  permanente frustración que nace  de la derrota constante  y esa decadencia originada por  la  miseria que a  intervalos se han sucedido a través de la  historia de ese régimen.
 Al final,  los propios españoles serán los que determinarán si continúan con una monarquía obsoleta y obstinada en desaparecer  o se decidirán  por la  auténtica  renovación que la historia desde hace doscientos años les está obligando  realizar. 

jueves, 8 de noviembre de 2012

Saludos de un quechua


 
Bueno, para ser honesto, cuando se habla de identidad cultural y digo de aquella que te clasifica dentro de un tipo de etnia o cultura, me pongo a analizar y trato de ubicarme en toda esa variopinta lista que se maneja en la moderna cosmovisión peruana, en donde, encontramos tamaña farsa y vaguedades, desde la terminología que se aplica, caracterizada por ser poco clara, limitándose a lo subjetivo y coloquial, a ser solo blanco o criollo, pasando por lo cholo, negro, indio o mestizo.
Primero, no me considero dentro del grupo de los blancos, tampoco, soy parte del pueblo afroperuano, ni mucho menos soy cholo, mestizo o indio. Y no me considero indio ni cholo porque no me parece coherente llamarle a la etnia o cultura  a la cual pertenezco con el nombre y adjetivo creados informalmente por la visión, cariño o injuria de un extranjero. 
Tampoco me incluyo dentro del grupo de los  mestizos, aunque durante décadas quisieron imponerme ese ambiguo e ínfimo término, porque no creo que esa palabra (mestizo) refleje coherentemente la cultura a la que pertenezco.
El problema está en que al peruano no le gusta llamar a las cosas por su nombre, hay mucho temor, o miedo a hurgar dentro de la verdad, es quizás su parte más vulnerable. 
Es tanto el desconocimiento sobre el tema que los términos utilizados para diferenciar las etnias o culturas que existen dentro de esta sociedad se reduce a lo que se ha venido utilizando de forma vulgar y popular hace casi cinco siglos y nadie  se ha detenido para realizar una clasificación mas real producto de un estudio serio y científico.
Lo que más existe son libros y teorías escritas por gente alejada de la realidad y que se conforma con dejarlo todo como está.
Pero, entonces, ¿Cuál es la etnia o cultura a la que pertenezco?
Después de leer, investigar, analizar y comparar los numerosos términos que utilizamos los peruanos para nombrar lo que entendemos como  etnia o cultura, y sobre todo, después de compararlo  con la cultura dominante criolla-hispana que se viene imponiendo hace cinco siglos, yo me considero Quechua. 
Si me voy a ubicar dentro de una cultura o etnia en el Perú, esta definitivamente sería el Quechua. 
Pero hay que hacer hincapié en algo, cuando menciono cultura quechua me refiero aquella alejada de esos estereotipos plagados de campesinos u otras gentes con su conocida indumentaria impuesta desde la colonia y que ha continuado en la republica criolla, con esos  sombreritos y polleras, o lo que suelen llamar quechua en Ecuador , Perú  o Bolivia. Muy alejado de esta degradada atmosfera.
Es que etnia quechua es más que ese huayno y la cantante vernacular. Cultura quechua es la perfección alcanzada en los tapices Wari, en  lo monumental de Machu Picchu, es la creatividad y organización del inca Pachacutec, y la perseverancia y lucidez de todos aquellos que lograron preservan algo de quechuas desde el identificarse con esta cultura, con este idioma, con sus ideas o los apellidos, aunque castellanizados como Quispe, Vilca, Mamani, etc. 
Está es la respuesta a todo. Porque aceptarte como quechua significa dentro de nuestra memoria intrauterina  mantener viva una cultura y sus conocimientos que abarcan miles de años. Es un resistente orgullo blindado de los malsanos prejuicios que nace de saberse perteneciente a una cultura de un pueblo inteligente, ordenado y disciplinado que construyeron maravillas modernas y estados muy organizados. 
Me incomoda decirlo, pero también me hace poseedor de cierta soberbia que quizás pocos pueblos ostentan, porque en su momento dominamos estos territorios. 
Siento este orgullo férreo e inquebrantable por lo hecho y por lo que somos capaces de hacer, orgullo por esa disciplina innata, el orden y la creatividad desarrollada desde hace miles de años.  Orgullo con bases sólidas y evidencias concretas.
Este es el camino histórico y la razón nos avala, y cuando lo compartimos con alguien, no existe ser consciente y lúcido que logre reunir los argumentos necesarios para hacernos pensar lo contrario.
El gran error de los gobernantes y las élites peruanas, creemos, que ha sido poner otras culturas sobre el quechua, esto le quitó identidad personal a millones de connacionales debilitándoles su autoestima colectiva y esto ha redundado en tantos fracasos históricos.
Quizás, esta autoafirmación quechua lo comenzamos nosotros, pero esto se ha ido multiplicando por el siber espacio a tal punto que en el ultimo censo del 2017  fueron mas del 20% de peruanos que han regresado a nuestra verdadera cultura quechua.
La cultura quechua, durante cientos de años, siempre a sido un factor de cohesión para distintos pueblos y gentes y hoy sigue siendo igual, porque para ser parte de esta cultura no necesitas tener un determinado tipo de rostro ni tampoco un característico  color de piel, porque esto es básicamente cultural.  
Entonces esta claro, ni cholo, ni mestizo, ni negro, ni blanco, quechua es mi cultura.

jueves, 18 de octubre de 2012

El nido de cuervos


Cuando el padre de familia de este villorrio y de cualquier otro de la comarca, se pregunta sobre calidad educativa. Su desconocimiento lo lleva a afirmar erróneamente que un colegio es “bueno” cuando este  cobra la más alta pensión de la ciudad. El cándido papá observa la impresionante infraestructura y cae en el cuento de que este centro de estudios  no tiene nada que envidiarle  a cualquier  otro liceo  del primer mundo. Tremenda estafa que se ha difundido por este pueblo aislado de la civilización como también por el resto del  país. Porque  si hablamos de educación superior, nos topamos con que  no existe ninguna universidad peruana dentro de la lista de las doscientas  mejores  que maneja la más exigente acreditadora británica,  y si a esta  realidad la sumamos el estado en la que se encuentran los colegios de secundaria desde el más destacado en Lima hasta el más prestigioso de provincias, nos damos cuenta de la gravedad del problema.      
Hoy nos  dedicaremos – y después de un buen tiempo -    a escudriñar en la vida de otra institución educativa de la ciudad de Arequipa. Este es el  colegio Max Uhle.
Cría cuervos y te comerán los ojos”  dice el dicho. Y es que esa simple frase  se vuelve una indiscutible realidad cuando unos  honestos  conciudadanos  nos ilustraron  como eran formados        -o mejor dicho,  cuidados-   los vástagos de una buena parte de la  élite arequipeña.
Era una soleada mañana. Al Misti,  se lo veía solemne como siempre,  coronado con su manto  nevado y el verdor de la campiña  combinaba alegremente con ese hermoso cielo azul. El pasillo era largo y parecía casi interminable por el ritmo lento que había puesto  la amable anfitriona. Desde ahí se notaba la moderna infraestructura de uno de los centros de estudios más prestigiosos de esta ciudad. Lentamente se aproximaban  a las aulas y el sonido del canto agradable  de las aves del enorme árbol contiguo  se iba apagando conforme se iban acercando más  al ensordecedor ruido de esos salones de clase.
Ese alboroto, que más  recordaba a una  estampida de ñus  o a una jauría de bestias feroces, dentro de la normal anormalidad, no era más que el eco de unos chavales criados al libre albedrio.  La anfitriona en un intento vano de impedir la escena, pretendió  dar media vuelta de regreso, pero ya era tarde,   se habían aproximado demasiado y desde esos cristales se  mostraba la escena más  vergonzosa. 
Muy pocas miradas  han descrito fielmente el sufrimiento y la impotencia como las que se vieron esa mañana con sus  gestos de humillado, cabizbajo y con los hombros retraídos.  Los pasillos se oscurecieron dándole esa atmosfera   decadente  y repulsiva. Un ser humano viril y orgulloso,  profesional galardonado con maestrías y doctorados, respetado por su mujer y sus hijos, una persona decente  a carta cabal. De esa imagen triunfadora no había quedado nada. Los insultos y las malacrianzas de unos ásperos  adolescentes  lo habían convertido en  una verdadera piltrafa.   Desde aquella ventana que hacía de marco mostraba ese rostro horrorizado,  mientras unas inocentes mierdecillas  saltaban  descontroladas como el  pop corn dentro de una cacerola caliente.  La radiante luz de afuera no lograba siquiera en algo atenuar  la turbidez de la escena y el paisaje fértil de la campiña se había vuelto tan estéril como los alaridos de ese profesor y  supuesta autoridad llamando a la calma a esa  mancha de salvajes.
El nombre alemán de Max Uhle nos recuerda a un  pueblo caracterizado por la disciplina y el respeto a la autoridad. Muy alejado de lo que se vive en ese colegio y en muchos hoy en día. La cultura germana es muy respetada en el mundo y  creo que hasta ellos  se indignarían de saber que un colegio que se dice alemán, se maneja con esta relajada filosofía,  tan  apartada de esa  rígida disciplina teutona.  Estamos seguros que Goethe se cortaría la lengua  y Nietzsche los pondría al nivel de cualquier tribu de Borneo.                     
La  filosofía de este colegio, desconoce que la disciplina es necesaria,  porque asi se maneja en las mejores escuelas del mundo,  pero,  quizás,  sea ridículo hablar de esto en los confines de los Andes. Ese orden y disciplina son desconocidos en buena parte de sus  genealogías haciendo que sus vástagos lleven  a su centro de estudios toda esa mala crianza lóbrega e informal,  junto con toneladas de  prejuicios y estereotipos. Algunas veces, los que intentan  cuidarlos  y  formarlos al querer  poner un alto a sus majaderías se ven con las manos atadas  porque  los mismos progenitores con sus hábitos  les impiden hacer  algún cambio.
Así se forman los que dirigirán una empresa o tendrán un cargo importante de funcionario público o privado. Así se forman los que en un futuro no muy lejano depredarán la ciudad y el país con su  mala crianza.  Y que mejor forma de interiorizarlo  que  humillando  al que  intenta  educarlos. Estos mozalbetes,  en un futuro cercano consolidaran al Perú como  el  campeón de la inequidad y que mejor aprendido  dentro de la crema y nata de la barbarie tercermundista.
Nada se podrá construir sin planificación, orden y disciplina. Sin estos valores, cómo ese futuro empresario dirigirá su organización en un mundo tan competitivo como este. Solo quedará el conformismo y el estancamiento de esa subdesarrollada costumbre del egoísmo y la ineficiencia.  Y para muestra un botón, el ex burgomaestre de la ciudad de Arequipa el señor  Yamel Romero que ha sido considerado por la prensa local uno de los peores alcaldes de los últimos tiempos, -según nos dicen-  también  fue  ex alumno de este colegio.

sábado, 13 de octubre de 2012

Entre Cisneros y la raja de tu falda



Son casi la una de la madrugada y por fin he terminado de teclear este puto y engorroso documento. Pero,  bueno,  hay que ganarse la vida. A pesar de mi resignación,  me molesta que me quite tiempo para dedicarlo a mi blog,  es que hay tanto que decir y el tiempo es el peor de mis enemigos.                                                                                                                  
Afuera, seguro están los de siempre,   homínidos nocturnos,  misántropos  o  en hordas  husmeando sin cansancio  cada rincón  de esta polvorienta ciudad adormecida por  el esmog inhalado durante todo el día.  A estas horas,  emerge un mundo totalmente distinto al que conocemos, ajeno a todo y a todos que  posee  hasta sus propios moradores,  lémures que plácidamente aprovechan  la  penumbra  para iniciar sus diversas actividades, recicladores, empleados de limpieza,  jornaleros nocturnos  y  vendedoras de agachados. También están los marginales,  los  criminales y las infaltables  prostitutas. Viciosos de algo, o quizás  -por qué no-  también están las buenas personas que caen presos de este cosmos  obligados  por alguna urgencia,  teniendo asimismo que padecer  este intenso frio de la extrema irradiación  del desierto. 
Al final todos mal o bueno viviendo, que es lo que al final importa,  sabiendo que en realidad  nuestra existencia es corta. Y es como se debe existir.                                                                                                                                                 
Ayer,  -en realidad,  hace buenos años-,  lo veíamos en aquel diálogo narrando sus correrías  por el mundo,  demostrándonos que importante es el conocer nuevas gentes,  porque  aprendes mucho de ellos y de sus patrias. Cuanta enseñanza y cuanto aprendizaje en unos pocos  minutos, suficientes para marcarte  de por vida. Y eso es lo que pasó aquella noche. Todos estaban dormidos,  mientras un jovenzuelo escuchaba  a las mejores mentes que puede parir esta comarca.   Es que este tipo de personajes hay que tener la suerte de encontrarlos como ocurrió  en aquella  entrevista con Antonio Cisneros.                                                                                                                      
A estas horas, “La  raja de tu falda”  y “vino tinto”,  son la mejor  compañía. Fueron buenos años, finales de los noventa, son buenos recuerdos. Uno a uno los rememoro y una leve sonrisa se dibuja en mi rostro,  mientras sigo escribiendo en esta laptop. Estos  recuerdos me alegran y es que todo se debe a  esta música que  agradezco tanto,  no solo por lo que me evocan,  sino también porque han hecho posible creerme  que estas horas invertidas en ese trabajo insulso no fueron  un desperdicio de tiempo.    
Estopa es uno de los mejores grupos  españoles,  su original mezcla entre el  folklore local y los ritmos modernos es una  muestra inteligente  cuando unos artistas  tienen conocimiento de su música  y sienten su folklore,  lo escuchamos también con Juanes,  cosa que hasta ahora no pasa con los conocidos artistas locales desde Gian Marco hasta cualquier otro.
La raja de su falda azul, inmejorable armonía y tentación para  muchos. Complementa la fina lencería  y  sus  zapatos oscuros.  Es el dilema de siempre, elegir  entre la  serenidad  de la costumbre   por  esa justa  vorágine de un nuevo encuentro furtivo.  Porque  la vida es corta junto con sus placeres y al final,  todos terminaremos  cubiertos  con esa  mortaja tejida  con  lo que hicimos en este mundo.
Espero que algún empresario  traiga a Estopa, es justo y necesario, porque Arequipa es un oasis del rock en el territorio peruano.

martes, 18 de septiembre de 2012

Independencia para Cataluña


Este sábado,  en un partido de la Liga Española de Fútbol, -para ser más exactos-  entre el Barcelona y el Getafe. Me llamó mucho la atención  ver que los jugadores del barza  lucían  una camiseta distinta a la que siempre nos tenían  acostumbrados. Ese día  el equipo del FC Barcelona  llevaba  los colores  de la bandera catalana  y  claro, ese detalle no era una simple casualidad,  sino más bien era una muestra clara de su adhesión con las protestas  de  ese más de un millón de ciudadanos  que la semana pasada reclamaban en sus calles  la independencia de Cataluña.  

Ese reclamo separatista, no es algo ajeno para nosotros,  ni mucho menos.  Esos carteles que decían: “doscientos años de ocupación” “Somos una nación”,  lo compartimos en todos los sentidos,  porque lo sentimos y entendemos,  como si se tratara de nuestra propia lucha,  porque los peruanos lúcidos y algo leídos sabemos lo que significa haber  sufrido el dominio hispano con su idioma y cultura. Ya que todavía encontramos en esta Hispanoamérica tercermundista gente empecinada con ese pasado colonial,  hinchándoles de orgullo una hispanidad que a nosotros la verdad nos parece hasta ridículo.  
España llegó en 1532  y a punta de garrote y arcabuz  a esos millones de peruanos  les impuso  un idioma ageno,  haciéndoles  olvidar  su Runa Simi y aquellos  sobrevivientes,  esa España los bautizó,  identificándolos con  nuevos nombres,  ahí nacieron junto con los felipillos,   los José  y los Pérez,  desechando  para siempre  sus genuinos  condoris  y quispes.  Por eso,  hoy es común en esta comarca,  que ese 80 % de personas con rostro peruano,  deambulen por las calles  limeñas,  queriendo ser o creyéndose  enfermizamente españoles,  porque el lavado de cerebro fue muy eficiente,   ayudado por una tonta publicidad  y  una formación  que todos los días les hace  avergonzarse  de su natural rostro inca, obligando a los más abatidos a hacer cola en el cirujano para quitarse esa nariz ancha  o ese rostro redondo o  sino constriñéndolo  para ir donde el jurista para cambiarse clandestinamente  su verdadera identidad.

Los entendemos catalanes, pero, ustedes están en mejor situación que nosotros,  porque siquiera a ustedes la metrópoli les deja todavía poseer escuelas y universidades en donde a sus hijos se les puede  enseñar  su idioma nacional el catalán.  Aquí en el Perú de hoy,  los herederos de esa insolente y coercitiva hispanidad  han  prohibido la enseñanza del quechua (nuestro verdadero idioma nacional)   en nuestras escuelas y universidades. Negando de esta forma a nuestros  hijos el conocimiento  de un idioma rico en  sabiduría y armonía.  

Los entendemos catalanes, porque aquí en estas tierras todavía divagamos en la pregunta qué nación queremos formar,  sin darnos cuenta que poseemos  una milenaria cultura en el  cual podemos hallar esa respuesta. En cambio ustedes lo tienen bien claro, ya que hasta idioma propio poseen.

Los entendemos y nos parece justa su lucha. Esperamos también que no sea algo pasajero y aislado,  ya que su pedido es justo.   Aquí no sucede lo mismo,  la ignorancia es una enfermedad nacional y los que dirigen y norman son tan necios y tercos que los hacen girar en esa eterna  confusión,  dañándoles permanentemente su amor propio.

Los entendemos catalanes, porque ustedes están más cerca de obtenerlo.  Su independencia mental ya lo han conseguido;  en cambio los ´peruanos  seguimos férreamente colonizados,  sometidos,  y  encadenados paradojamente por  nosotros mismos,  colocándonos  obstinadamente  orejeras y vendas para no ver que las llaves de nuestros propios grilletes los tenemos tan  cerca y al alcance de nuestras propias manos.  

miércoles, 29 de agosto de 2012

Comisión de la Verdad y Reconciliación, aversión al idiota

Si algo está cubierto con una sutil censura por los medios, cumpliendo con los mismos objetivos siniestros que tienen otras similares en China, Myanmar o Corea del norte, es la condena que pesa sobre el Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

Este documento está totalmente proscrito para el peruano de a pie. No sé si esto se debe a esa cuestión orquestada y bien dirigida por aquellos grupos interesados o quizás es la secuela por ser uno de los pueblos más iletrados del mundo que prefiere ignorar a este documento por el simple hecho de que consta de varios tomos. Pedir entonces a ese habitual televidente de Al fondo hay sitio y ese asiduo lector de diarios conservadores y amarillistas que se sople todos los volúmenes que contiene este documento, por esa razón, sería algo imposible.
Muchos se han aprovechado de esta poca afición que tiene el peruano común para informarse bien, porque, después de escuchar hablar sobre el tema a tanto conservador obtuso, egoístas de toda calaña, racistas de los más hipócritas, ágrafos de todos los niveles, le queda al pobre desinformado ver a ese Informe Final con los prejuicios y estereotipos que acostumbra emplear cuando se enfrenta con temas que desconoce o teme.
Lo cierto es que en una guerra la primera víctima es la verdad, por estas razones se conformó la CVR y su informe final buscaba llegar con imparcialidad a los factores que originaron la etapa más violenta del Perú republicano. Pero es una lástima que por culpa de los mismos de siempre, las mayorías nunca se enteraran de sus principales causas, porque esto, estará siempre censurado y muy bien disimulados y trocados por la boca de sus mejores intérpretes que en su gran mayoría son mercachifles, vende patrias, extremistas religiosos, halcones fascistas, terrucos arrepentidos , cobardes de todos los tipos, que brindaran su insolente punto de vista y alejados totalmente de la objetividad y sobre todo de la verdad de los hechos.
Detrás de esta repulsa que se le tiene a este documento está en que este informe final denuncia que el racismo y las enormes desigualdades que existían y existen fueron las principales causas que desencadenaron esos años oscuros. Claro que ese tema está proscrito en todos los medios permanentemente, porque el tema racial es nuestro talón de Aquiles.
El peruano se niega a cambiar porque no se atreve a desafiar sus infiernos. Prefiere convivir con lo peor que tiene, cubriéndolo con su acostumbrado velo hipócrita y creyendo ingenuamente que nadie se dará cuenta, pero como el cadáver mal enterrado, rebelará con su hedor toda lo descompuesto en el momento que menos se lo esperaba, vulnerándolo de por vida.
No aprendemos de nuestros errores, y el racismo es uno de ellos. Somos tan ignorantes que nos dejamos llevar por nuestros propios miedos y somos tan cobardes que nos conformarnos  con convivir con ellos. No inferimos y desconocemos mucho. En esa confusión podemos colgar a los más lúcidos o mandar a la hoguera al país entero.
Los equilibrados, cuando se muestran democráticos e imparciales defendiendo a este documento, son tildados por los mismos fachas de siempre como pro terrorista o algo parecido. Es que definitivamente somos atrasados.
El Perú está condenado a repetir sus errores y a tropezar con sus mismas trampas. Es esa conocida paramnesia peruana, solo porque se empeña a negarlo todo, perdiendo esa histórica oportunidad de aceptar sus culpas para comenzar a cambiar y mejorar.

miércoles, 22 de agosto de 2012

Jorge del Castillo Gálvez y los que huelen guisos

La política es un mundo roñoso, punible y sobre todo tiene la particularidad de ser tan adictiva como el más eficaz estupefaciente. Un día eres el todopoderoso y sin darte cuenta al rato te vuelves el más insignificante de los mortales. Algunos, al verse que ya no están dentro de ella como protagonistas, creen que sus vidas se vuelven inútiles, y la muerte coquetea con ellos oronda apoyada por la postergación y el hastío, como lo hace muchas veces con el recientemente jubilado.
Un día a este personaje se le ocurrió marcharse a Seúl. Eso no tenía nada de malo, el detalle estaba en que lo hizo desempeñándose como alcalde de una Lima llena de basurales, comercio ambulatorio, apagones y jaqueada por los coches bombas del terrorismo. Todo el mundo por esos días se preguntaba: ¿Dónde está el alcalde? Y nadie daba razón de su paradero. Después de unos días, regresó Del Castillo, no solo más relajado sino con la escusa de que su viaje a Corea del sur no fue por motivos de las olimpiadas, sino, para adquirir algunos buses y aliviar en algo el caótico transporte de la ciudad de Lima. Su acelerada respuesta no cesaron las críticas de la opinión pública, más bien, sirvieron para que los programas cómicos lo eligieran como el preferido para sus imitaciones.
Un par de décadas después, lo vimos esa mañana en aquella entrevista. Ya no excusándose de algún viaje hecho, sino que ahora intentaba evadir la imagen que lo había venido acompañando hace ya mucho tiempo. Él, sin querer, resumía lo que había sido su vida política con un “ya no quiero ser el huele guisos”.
Palabras cortas pero muy reveladoras si conocemos lo que significa ser un “huele guisos”, que si utilizamos la expresión correcta, tendríamos que decir en realidad “huele pedos” o lo que en España le llaman “lame culos”. Al final todos estos términos hablan de lo mismo. Son aquellas personas que se caracterizan por asumir cargos importantes o de alguna confianza del jefe, pero con la pequeña salvedad de que esa notoriedad no es consecuencia de haber superado al resto por poseer un enorme cúmulo de ejemplares atributos. Esos no serán nunca los motivos de su ascenso, más bien, dentro de sus malas artes destaca haber sido el mejor de los huele guisos, el más capaz de los huele pedos, el campeón de los lame culos.
La lista de estos es muy larga, y están por todos lados y en todo tipo de organización desde aquel taller de mecánica hasta la más importante empresa o agrupación política peruana. Estos como ruines y cobardes tramposos no hay quien les gane, porque para sobresalir del resto, perpetraron eficientemente su principal maniobra que consistía en buscar al más lúcido y capaz del grupo y acabar con él, utilizando cualquier medio para que el tuerto siga siendo el rey. Al final este tipo de seres se mantienen pero con la desgracia de que junto con ellos se quedan también la mediocridad y el estancamiento.
A través de la historia han existido tantos que faltaría papel para enumerarlos, la mayoría anónimos por lo intrascendentes. Por ejemplo, durante la Guerra del Pacifico, el mejor barco peruano “Independencia” no lo conducía Grau, sino un desconocido que seguramente formaba parte de ese grupo al cual hoy le dedicamos estas notas.
Cuantos personajes tienen estas conductas. En el trabajo, cuantas veces nos hemos chocado con gentes tan mediocres y obtusas pero intocables, porque, ostentan ciertos beneficios por ser el mejor huele pedos del jefe. Cuantos huele guisos existen hoy en la política peruana, intrascendentes, pero eso sí, sirvieron de mucho a su amo, porque al final de cuentas ese fue el papel que siempre representó el huele guisos con su actitud, ser un simple siervo.
Del Castillo en esa entrevista, después de tranquilizarse por no encontrar quispes y mamanis en el primer gabinete de Humala, dijo que se encargaría de mantener la institucionalidad de su partido. Irónico, con un partido que ha sido purgado de líderes y sometido a los gustos e intereses de su eterno caudillo. Porque es fácil hacer a un lado a los huele guisos, ya que por las pocas virtudes de estos, nunca serán competencia para el más holgazán de los aprovechados.
Jorge del Castillo, pertenece a una generación de políticos que no sirven para una sociedad joven y con grandes deseos de superación. Esos métodos que en realidad significa utilizar la pendejada acriollada como forma de hacer política, servirá quizás para llegar a liderar una agrupación política en el Perú, pero, nunca, para fortalecer las instituciones democráticas de un país y hacer de una sociedad más fuerte y competitiva.

Ridley Scott en su Waterloo

  Las oscuras nubes de unas horas bajas no solo ensombrecen a Occidente en su enfrentamiento con Rusia para conservar la unipolaridad en el ...